El imperio Romano fue realmente bárbaro, ocupó todo
el mundo occidental a fuerza de espadas y lanzas. Fue desde la Hispania hasta
las galias sin olvidar el África, donde invadió Egipto y no se olvidó de
crucificar a millones, entre esos pues le tocó a ese que mientan cristo. Años después
cae el imperio, no sin antes haberse convertido al cristianismo y fundar la
iglesia apostólica romana.
Ese fue el inicio de la gran primera oleada de eso
que hoy llamamos globalización, pues al regarse el mensaje cristiano a la
fuerza, volver a los sitios santos para “rescatarlos” de los infieles y claro,
en nombre de la religión acabar con todo aquel que se les pusiera enfrente para
poder acometer eso que llamaron cruzada que por cierto termino mal, una locura
total de aquel razonamiento loco que aun anda por el mundo, ese de pensar que
si no piensas igual eres casi que pupú de perro, ya que si tu dios no es el
mismo estás jodido.
Esa masificación del cristianismo lleva un poco más
de un par de milenios, actualmente se ha dividido en tantas iglesias o
facciones como el ingenio humano lo ha permitido, pero lo más increíble es que
se ha permeado hasta la política disfrazado de ateísmo, me explico, una de las máximas
del cristianismo es que la iglesia es de los pobres para los pobres, al igual
que en la política mientras los fieles están pelando bolas los sumos sacerdotes
andan en carros lujosos y con vidas de clase media, claro mientras mas alta sea
la jerarquía más lujos tendrán, igual que los señores del PSUV, la diferencia
es que ningún representante de la iglesia va a decir que ser rico es malo pues
desde cualquier óptica es un contrasentido terrible esa expresión.
Otra es esa manía de sacralizar al líder, en la
iglesia sacralizan a un papa distante, que vive en Roma y al cual a ciencia
cierta casi nadie le para bolas a excepción de unos cuantos fieles y una
multitud de viejitas, aunque nadie dice quererlo se mueren por una entrevista
privada o una bendición regada en espray
de fe desde el balcón de la plaza San Pedro. Acá en eso de la política
ya casi lo que falta es que crucifiquen al comandante general de las galaxias ,
salvador del universo y precursor de la humanidad, lo idolatran en publico y
hasta se hacen pasar por una suerte de apóstol que habla sus palabras y asegura
al electorado que su voz es la misma voz del líder que al parecer lo posee
mediumnicamente y a distancia para hacerlo hablar con su voz y pensamiento,
vaina rarísima por cierto y muy cercana a eso de que los curas son agentes de
dios en la tierra. Se aseguran ateos los de la ¿izquierda? Nacional pero se
comportan igualito a los curas con su jerarquía eclesiástica.
Este pensar al parecer ha calado tan hondo en el
accionar político que hasta la derecha se hace confundir por la izquierda, se
quieren hacer pasar por esos otros y hasta se asumen como de centro izquierda
por aquello (alegan) de minimizar la radicalización del discurso. No entiendo
esa manía de imitar al otro, de asustarse cada vez que ese otro acusa a la
oposición de alguna vaina descabellada y saltar como accionado por un resorte a
desmentir la especie, parece que los cojones se han achicado después de cada
elección, la no toma de espacios ideológicos está a la orden del día. Ayer alguien
me decía que debíamos evitar la confrontación de ideas, bajarle dos a la
radicalización, yo le respondía que por que bajarle dos, si ellos le suben
cuatro todo el tiempo, el megacomandante y salvador de la humanidad los arenga casi todos los días en vivo o en
diferido a tomar lo que les de la gana que pa esa vaina estaba la revolución.
La izquierda aun negándolo ha vuelto a tomar los
esquemas exitosos del cristianismo, ha satanizado a la oposición cuan si estos
fuesen de alguna secta satánica y los muy pendejos se han dejado, hasta que la oposición
no deje de tanta paja pragmática y electorera, se siente a definir una
ideología fuerte y se deslastre del discurso de la izquierda no vamos a llegar
a ninguna parte.
Déjense de pajas, todos los que simpatizamos con la
oposición debemos tener claro que el peor error de esta es no tener un
fundamento ideológico fuerte, no entiendo por qué se horrorizan de la derecha,
ese es su espacio natural, aunque esta es relacionada usualmente con las
barbaridades de otros gobiernos (desaparecidos, muertes sumarias , persecución
etc.etc…) la izquierda no lo es menos, la derecha a pesar de esos recuerdos tan
amargos para la humanidad también tiene sus virtudes, el impulso de la actividad
económica privada, la mejora de la educación en búsqueda de un mejor país, el
desarrollo del país basado en su crecimiento económico y no en la entelequia
del papá estado, la propiedad privada como piedra angular de el avance del
estado, la libertad económica individual, las libertades individuales , todas
esas cosas que al parecer están ignorando desde las cúpulas partidistas.
Desde estas líneas
le pido por favor a los líderes políticos opositores, dejen el miedo, organicen
un discurso ideológico coherente, dejen de jugar al juego del gobierno, háganle
la guerra desde todos los frentes, no hagan política solo en las elecciones que
nos están ganando a la fuerza los espacios y cada día somos más parias de este
sistema económico de mierda que nos pone a hacer buches todos los días, nos
inunda con propaganda desde todos los frentes, asfixia los espacios informativos
y de entretenimiento, nos sataniza para que esa gran masa sin educación y con
esperanza los vote todas las elecciones para ellos continuar su festín de guiso
y robo sin que podamos hacer mucho para impedirlo.
Coño plantéense una
plataforma de difusión desde donde se desenmascare la barbarie gubernamental,
hacen falta más medios de comunicación sin miedo a los dicterios miraflorinos,
mucha formación ideológica y un salto cuántico para desmarcarnos de esa
izquierda, dejar ese miedo que al final (creo yo) no trae nada bueno pues la
polarización ya existe, las familias ya están divididas, el país está separado
ya entre chavistas y opositores, entonces toca hacer un esfuerzo no solo para
que la unidad sea unido de verdad, también para desmarcarse del lastre
ideológico de un gobierno que a punta de fantasías y esperanzas tiene a todos
en un eterno festín coprológico y sin una salida a la vista más allá que la
resignación o el exilio.José Ramón Briceño, 2012
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