Cada vez que en la literatura y toda la otra ficción posible se habla de amigos que van muriendo, es por alguna de las variantes entre guerras, accidentes o muy mala suerte, de hecho, cada vez que veo una película de acción donde el héroe mata a tropocientos enemigos con una metralleta “mágica”, un “puñal justiciero” y así un largo listado de ítems que los héroes de acción desde Amadis de Gaula hasta Los vengadores, no hago si no preguntarme en que sucede después, las investigaciones, los seguros y las familias de los muertos , un asunto de necedad, sin embargo (casi) nadie nombra la ligera angustia que entra en el cuerpo cuando los amigos contemporáneos comienzan a morir, esos con los que cometiste las tropelías de la adolescencia, con excesos que te puedes permitir hasta los veinticinco años y que desde estos 52 años veo con total espanto.
A mi edad uno aun es fuerte para cometer pequeños excesos, aun estás activo
cerebralmente y dependerá del grado de deportista que puedes (o no) comenzar un
régimen de vida saludable que incluya algún deporte donde puedas volver a
sentirte joven , debo confesar que no siento animo alguno por hacer ningún deporte,
cada día de trabajo son al menos cuatro kilómetros de caminata según el tacómetro
de mi teléfono que cada día me cuenta hasta los pasos que doy por Caracas, así
que en términos de movilidad sin ser un deportista cada año camino el
equivalente a 1.095 kilómetros a paso de señor con crisis existencial, podría decir
que aun puedo con el esfuerzo del deportista que me niego a ser, es que eso
incluiría al menos renunciar a alguno de mis vicios legales, eso a mi edad , no
me da la gana de permitirlo.
Hace 35 años conozco una tropa de vecinos y vecinas que crecimos cometiendo
barbaridades, todos estamos entre los 45 y los 54, cada quien en su pela
particular y lidiando con la realidad de todas las formas posibles, algunos
desde una nube de cualquier tipo de humo posible , incluso alguno los mezcla,
los extra sanos, y los que solo0 rompen su promesa de bien portarse cuando una
botella de wiski (o varias) se hace corpórea, por fortuna son tan pocas las
ocasiones que esposas, novias, hijos y amantes se hacen la vista gorda
permitiendo un exceso que solo puede cometerse en forma entre amigos de décadas,
esos que saben todos los vicios y aun así te reciben en casa. Tener esa suerte
permite ir conociendo la suerte de aquellos que fueron creciendo, la cosa se
pone álgida cuando comienzan a morir las panas, uno dice, ¡carajo!¿cuando me
tocará?, en seguida una de las personalidades que conviven en mi cerebro arma una conferencia con las otras dos (saben Mr. Hide el Dr. Jeckil y el otro tipo) para aportar hechos que nieguen todos los procesos mentales
cuando un amigo de tu edad y similares condiciones muere, por la razón que
fuere, que para estar muerto solo hace falta estar vivo y eso es un requisito
que (aun) cuento, por mucho espanto que uno pueda sentir, la muerte es parte de
la vida, nadie (aun) puede escapar de ello, todos vamos en la misma ruta, la única
diferencia está en la velocidad por la que circulas por la autopista de la vida,
si vas muy rápido lo más normal es llegar de primero, pero si vas muy lento
igual llegarás al instante que te toque, sin escapatoria posible.
Precisamente esa imposibilidad de saber en qué momento toque, he decidido
no prohibirme nada que me pueda permitir, voy por el canal del medio, ni por el
hombrillo no por el canal rápido, he decidido ir por la ruta panorámica, viendo
el mundo pasar, nunca discuto nada que no sea relevante, entre tener la razón y
ser feliz, es preferible ser feliz si la pelea no lleva a ningún asunto
concreto, una cosa es no pelear si te ofenden, no es necesario matar al vecino
por comunista (allá ellos) si uno se pelea por necedades políticas en el mejor
de los casos vas preso pero al final no cambiará nada y los políticos seguirán su
fiesta de intrigas sin enterarse que este vecino del 19B murió defendiendo los
valores de la libertad en una pelea a muerte con el también occiso del 19F, entonces,
hay bastante amargura y tristeza en el mundo para no ahorrarse algunos malos
momentos solo por necio, negarse a un licor, un polvo magnifico con tu mujer,
probar todo lo posible y viajar sin moverse del salón haciendo de psiconauta de
la mediana edad.
¿Cuándo me tocaría?
Imagino que si me pongo intenso y paso a ser herbívoro crudivegano, corro 5
Km cada madrugada, dejo el cigarro, el trago y otras cosas que hacen más
llevadero el día igual me voy a morir, en ese caso y como ya la muerte empieza
a buscar víctimas entre tus pares sin que ninguno sea militar, policía, espía,
traficante, mafioso de cualquier nivel o malandro cuyos riesgos profesionales
los pueden llevar directo por la vía rápida a una muerte segura, que un policía
muera primero que un profesor de castellano es casi que normal, son oficios
cuyo riesgo profesional responde a otras variables, el primero navega entre
balas y el segundo entre alumnos y letras, lo normal es quien anda entre
disparos caiga primero, pero aun así la ruleta de la muerte que a veces anda
por ahí ociosa puede hacer caer un rayo y el maestro de castellano , devoto de
José Gregorio Urbano que caerá frito y el comisario morirá de viejo rodeado de
nietos.
Como la rifa anda cerca, toca solo apretar la tecla que te hace feliz,
además hacer felices a tus afectos en el camino, ya se han ido media docena al
menos entre conocidos y cofrades, la lista de amigos (en mi caso es larga) según
Facebook, creo que, si hago una síntesis de la vida y defectos de cada uno sumado
a su historial médico, incluyendo el propio al chat GPT seguro haría una
proyección cercana, pero dejaré ese ejercicio a la providencia, hoy estoy
viviendo lo que hace algunos años solo soñaba, seguiré soñando despierto el
tiempo que pueda y que la muerte no sea una despedida si no el despertar de un
sueño que ya lleva 52, lo que falte es asunto de otros, mientras la vida la
disfruto, solo pido que el despertar sea indoloro.
Profesor José Ramón Briceño Diwan
13/07/2024
2 comentarios:
Lo he disfrutado mucho profesor. Salud por los sueños alcanzados y los que van en proceso.
Excelente tema sin duda alguna es mejor ser feliz..
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