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martes, marzo 14, 2017

En busca de un mundo perfecto (el verdadero capitulo 13)

13




En el sueño parecía estar en otra casa, era mucho más joven, en el,  vinieron a buscarme, aún era de madrugada y estaba oscuro, me decía una voz que me apurase pues el camino era largo y tocaba ir deprisa, que tomara mis armas (una espada sin filo que unido al mango tenía una suerte de maza hecha de un material transparente, el cual servía como arma también). Salimos a la oscuridad y cruzaba un rio también oscuro que corría en una cueva. De la nada salieron unos hombres con actitud muy violenta, en el forcejeo apuñale a uno sintiendo como el puñal atravesaba la carne y partía huesos, el otro al verse perdido gritaba que no lo dejasen pues no sabía nadar, yo a la misma vez lo alejaba y decía que si se ahogaba gran cosa no se perdía, y así se fue flotando sobre una maleta, resultaba que todos íbamos flotando sobre maletas rígidas, de las usadas por quienes viajan en avión.
La corriente de agua nos llevó a la orilla de donde salimos mojados (sentía que eran varios pero no vi ninguno) , allí encontramos una salida, en el grupo iba una joven con una espada, de esas que parecen de samurái, muy filosa y me decía que si alguna cosa pasaba que la podía utilizar , pues ella no sabía cómo usarla, que se la habían dado para defenderse pero temía  el utilizar tal arma, recuerdo haber tocado la espada, sacarla de su vaina y demostrarle a la dueña como de utilizaba la espada y la vaina como arma defensiva, aun no sabía por que viajaba o por que iba por ese camino, simplemente caminaba , era una ruta de montaña, con mucha gente alrededor, me preguntaba que hacia allí pero como nadie me hablaba, nunca decía en voz alta nada, simplemente me limitaba a caminar viendo hacia el frente. En un momento dado una voz hablaba de mi país y mostraba en una suerte de pantalla una imagen de una caída de agua con un pequeño rio al fondo, no sé por qué esa voz decía algo sobre la muerte de todos los peces y que esos eran muy especiales pues a pesar de ser agua dulce parecían peces del mar, yo corrí hasta un recodo a buscar un pez que había (pensaba) visto morir en el agua, lo saqué con las manos y vi que aun respiraba, inmediatamente lo lancé al agua y la corriente se lo llevaba rio abajo, pero decía que estaba atontado y que en algún momento volvería a nadar normalmente. Luego me fui de allí y seguí caminando.
En una encrucijada donde convergían varios caminos de montaña, cuyo tráfico era intenso, habían caballos, carretas, gente de a pie y hasta ganado, allí había una señora vendiendo café, esta señora resulto ser alguien conocido, cuando me escuche preguntarle que hacia allí, si ella también había muerto, me comentó muy sonreída que en ese mundo muertos y vivos se confundirán y hasta hablaban, en ese momento entendí que estaba caminando hacia mi último viaje, que estaba muerto en mi sueño.
Lo recuerdo con mucho detalle pues fue el primero de una serie de sueños raros, sobre todo porque a la víspera no había pasado nada diferente, no tenía resaca, no había peleado con mi hoy ex esposa, mi cena era de lo más ligera, total, todo entre los parámetros, claro, ya había comenzado mi trafago de dudas en torno a la cosa esta de la religión, creo que era una suerte de aviso para lo que se me venía encima.
Por esos días había entrado a la universidad una mujer, de mediana edad, muy bella, con porte y nombre inglés, se llama Jena Cockhold o algo similar, la verdad no dejaba de verla, su caminar casi felino hacía que, a pesar de su traje sastre, tipo maestra de internado inglés se le viera sexi, junto con su rubia cabellera siempre aprisionada en una larga cola de caballo o un moño muy señorial y apretado, al verla pasar casi que uno pensaba en pedirle que le diera a uno azotes por haber sido un niño malo, en fin, la verdad es que si me diera las nalgadas se las habría devuelto, eso de la violencia no me gusta pero la imaginación es una tramposa.
No era el único en eso, también estaba el doctor Prada, académico, con varios libros publicados, uno de los poquísimos expertos en semiótica del discurso en este país, el pobre sudaba cada vez que la mujer se le acercaba, a ella parecía gustarle la cosa pues se le insinuaba de maneras casi imperceptibles, roces con su cuerpo, sonrisas a media boca, besos de saludo nada fraternales, apretones indisimulados y así un largo etcétera a los que no me consta el pobre hombre haya podido escapar.
El caso es que luego de unos meses conseguí verla como una compañera más, no me volví a insinuar, ella lo agradeció haciéndose más cercana, casi una amiga, hasta que descubrió la religión evangélica de manos de un doctorante con el que comenzó a salir, terminó siendo fanática militante, de esas que nunca deja de dar sermones e incluye al final de sus frases, “alabado sea el señor” así esté hablando de su estreñimiento crónico o de la crisis económica, nuestra amistad llegó hasta una tarde en la que particularmente no andaba de humor y la “joven” me dijo , casi una orden, que orase por los caídos y que la sangre de cristo nos bañase a todos para lavarnos del peligro mortal de la política y el hampa, yo muy amablemente la mandé al carajo, le dije que jamás propondría una cosa tan poco higiénica como un baño de sangre por muy santa que fuera, ella entornó los ojos, bajó los brazos como derrotada, levantó la ceja izquierda y desde su mirada fría de ojos azules, me dijo muy seria, con toda la violencia contenida en su hablar bajo y pausado, que dios mediante me iba a ir al infierno por hereje, que hasta ese momento me consideraba tan siquiera conocido pues no podía soportar la herejía de mi pensamiento y mi constante burla solapada en mi hablar, alabado sea dios, me podía ir derechito a la misma mierda, me acusó con el jefe, este me llamó y me pidió mesura, que no le siguiera faltando el respeto, que por mi culpa había renunciado y me iba a tocar , en penitencia quedarme con sus clases por el resto del semestre, que no me angustiara por lo que ha dado de clases pues él me iba a dar todas las instrucciones necesarias, ella se iba para no volver.
 Me contaron, tiempo después que se había venido a Italia como misionera, ojalá no me la tropiece pues ahora menos que nunca estoy de humor, como voy de salida en pocos días tampoco me importará mucho incordiar a la fulana, acá  no tienen mucha paciencia con los fanáticos religiosos que no sean católicos, eso es bueno, lo malo es que seguro me hablará en español y nadie entenderá nada.
Caminando hacia San Pedro iba pensando, el hotel no estaba tan cerca pero la posibilidad de caminar para pensar ya era un hábito arraigado desde joven, desde que descubrí la posibilidad de hacerlo, me gustó la idea de ir masticando pensamientos por el trecho que me tocase caminar, en una época de gente que no lo hace más que por deporte, que se viste de manera específica, se gasta miles en envases de agua, franelas de última tecnología, aparatos portátiles para oír música fijados al brazo cuan brazalete político y eso sí, ha de ser muy caro para poder figurar entre los otros caminantes que necesitan estar a la moda, pavonearse entre iguales, imagino que para correrle a la vejez que está siempre a la vera esperando que te canses para tomar ventaja, en mi caso no me importa mucho, a veces salgo con mis audífonos solo para no oír las idioteces de la gente, la estridencia de la calle, las cornetas y hasta la música espantosa que escupen las cornetas de los autobuses que se creen discotecas andantes pero de mala muerte, solo faltan ahí las ficheras y la oscuridad, en cambio les sobran ladrones, carteristas, pedidores de todo, vendedores de cuanta cosa se puedan imaginar, lo peor, todos se parecen, todos dan miedo, entonces , entre otras cosas preferí caminar, un bolso con una gorra para el sol, un libro para las esperas y un bolígrafo por si las moscas, me armo para  salir a la calle mientras camino con mis pensamientos.
Acá en Roma, no hacen falta audífonos, esta gente es muy educada, no hay escándalos gratuitos, es más, toca caminar con cuidado no vaya a ser que uno pise un pedacito de historia por andar entretenido.
Miro a mi alrededor y veo historia, mientras eso pasa, no sé por qué, pero me acuerdo de un texto de Miguel Otero Silva donde contaba de un viejito oriental , de Güiria, quien aseguraba que Hitler realmente era el mesías pues sus métodos se parecían mucho a los de Jehová, matando al por mayor a los “infieles” , sin formula de juicio, en cambio Jesús no parecía ni prójimo de su supuesto padre pues predicaba el amor al prójimo, la aceptación antes que la tolerancia, la división entre el estado y la iglesia, recordemos aquello de “Lo que es del Cesar para el Cesar y los que es de Dios para Dios”, en cambio su padre ahogó a toda la tierra con un diluvio universal donde solo los elegidos se salvaron y ahora que lo pienso fue un grandísimo desastre incestuoso, pues solo fueron tres familias las que se salvaron, necesariamente tuvo que haber un desnalgue de primos, primas y quien quita si hasta de hermanos, después hablan de moral, que horror. Otra cosa, Jehová también hizo cenizas una población entera solamente porque había sobrepoblación de homosexuales, muestra total de un espíritu para nada amplio, que demuestra su intolerancia hacia las criaturas vivas, tal cual un Nazi común y silvestre.
Tonterías que uno piensa, veo la hora, faltan veinte para las tres de la tarde, a las cuatro debo encontrarme con mis amigos Venezolanos, ellos se fueron al exilio hace varios años, luego que en un asalto los golpearan para robarles hasta la cedula de identidad, comenzaron los preparativos, al año ya tenían casa y empleo fijo a una hora en avión de la capital de mi país, ahora son paisas de adopción, al parecer los ha tratado bien, no los he vuelto a ver desde que nos despedimos entre vapores de alcohol en una casa ajena, donde por hombría no lloramos pero la verdad nos ha quedado un huequito en el corazón, es que los amigos de tantos años terminan por ser hermanos por adopción, quedamos en vernos al pie del “David” de Miguel Ángel, cosa de no perdernos con explicaciones complicadas en tierra extraña, ellos no hablan Italiano, yo tampoco, acá el otro idioma es el latín pero no creo que a nadie le interese traducir “Cachicamus pro lapas laborum” que es lo único que se decir en ese idioma.
La última vez que hablamos vía skype me ofrecieron alojamiento en caso de que tuviese que emigrar por el gobierno que dejé allá en Venezuela, al final nunca me fui por mucho tiempo, de hecho, ahora que podría quedarme viviendo de lo que dan mis libros, que nadie sabe que tengo ese dinero, nadie me espera más que las víboras que fueron mis esposas alguna vez, a mis hijos no pienso dejarlos solos, loco y todo como la mayoría de la gente piensa, soy su padre, el único que les puede dar protección real, aparte del soporte económico para que tengan una adultez feliz, claro, nadie sabe lo del dinero.
Todos piensan que soy un profesor que gana menos que los vendedores ambulantes como mis colegas, sin embargo ya he dejado todo claro, un par de tipos me compran anualmente unos dólares por transferencia que se traducen en una buena cantidad, lo que me procura cierta holgura allá en mi hogar sin gastar mucho en realidad, gracias a los malos oficios de una política económica manejada por gorilas.
Mi hija mayor va para la universidad, ya veré que me invento para que estudie arquitectura acá en Italia, haga vida bohemia, sea una artista con privilegios ya que brillo mental le sobra, ojalá que la bruja lo permita y la niña no caiga en los juegos de manipulación de la señora, en fin, ya podemos hacerlo así tenga que confesarles que soy casi rico, según los parámetros Venezolanos lo soy, según el mundo entero no paso de ser una suerte de clase media acomodado, sin apuros pero sin lujos, ya veremos.


jueves, febrero 23, 2017

En busca de un mundo perfecto (Capitulo 13)

12




 Me soñaba con veinte años menos, cabello y apostura típica de veinteañero en forma. Estaba de parranda en Cuyagua, andaba con unos supuestos amigos y amigas, digo supuestos porque a nadie conocía, todos parecían salidos de un comercial de cervezas, claro, la chica que me había tocado en suerte era todo un sueño erótico y la cosa iba bien, como era costumbre en aquellos años me pasé de tragos, me puse a inventar cosas con la hermosísima flaca que me daba besos, nos fuimos a una caleta donde pues describir lo que hicimos no tiene sentido, mejor lo dejo a la imaginación. En ese sueño había quedado rendido entre los brazos de la chica, pero unos ruidos extraños me despertaron al filo de la madrugada.

A cien metros más o menos de donde estábamos (la chica y yo), había una especie de fiesta, nada raro a decir verdad, lo extraño es que en ese sueño era la madrugada de un lunes, por lo general pocos son los que andan de fiesta en este país esos días, me levanté, por curiosidad me acerque al sitio donde salían los ruidos, menos mal que en los sueños todo es posible pues de otra les juro que del susto me da un infarto, en la fiesta estaban algunos personajes históricos, fumando yerba,  tomando unas  cervezas que se adivinaban muy frías y hasta apetitosas, también tenían mesas llenas de manjares del mar, hasta una corte de bailarinas árabes haciendo la danza de los siete velos.

Cuando estuve más cerca, vi que estaban unos tipos con estampas estrafalarias, en mi sueño yo sabía quiénes eran pero juro nunca haber visto ninguna fotografía ni pintura a excepción de las de algunos personajes,  estaban Odín, Shiva, Vishnú, Baal, Mahoma, Zeus y otros cuyo nombre no recuerdo, felicitaban a un catire muy alto y peli largo, que usaba una gran barba rubia pero que extrañamente estaba vestido con una túnica larga y blanca, al parecer era Jesús,  la fiesta era para celebrar que por fin se deshizo de la angustia de los humanos y se dejó de la pendejera esa de sufrir por ellos, que debió haberlo hecho hace dos mil años, cuando nadie le creyó y lo crucificaron sin oír nada en su defensa, sin tan siquiera hacer un juicio justo ya que si el cargo era de herejía cuando menos debían tener al tal Lázaro como testigo estrella, eso de revivir gente al parecer no fue tomado en cuenta para establecer su calidad divina y zas, lo mataron como si de un zelota cualquiera se tratase, resulta que me descubrieron, a pesar de la resistencia de algunos de los presentes, otros hicieron coro para terminar  como testigo de excepción, allí no pude más que revivir mi borrachera entre los más extraños compañeros de farra, compartí un porro con Shiva y hasta abracé al barbudo, me harté de muchos manjares que no sabría describir pues mi pobreza jamás me ha permitido tales lujos, hasta que se me acercó el Dr. José Gregorio Hernández quien estaba como invitado local, él me recomendó que no siguiera con los excesos, pues a pesar de los amigotes celestiales igual me podía dar un infarto con tanto , al  amanecer se despidieron de mí y volví, más intoxicado que antes al lado de la amiga de esa noche.

De más está decir que me levanté apenas finalizado el sueño, era muy real, la verdad estaba en mi cama matrimonial de soltero, solo y todavía en Italia, a miles de kilómetros de mi casa, con cierta resaca por el abuso continuado de alcohol y pastillas para calmar la ansiedad, siguen los sueños místicos, debe ser el influjo de esta ciudad que ya no me quiere dejar quieto, veremos que se puede hacer para bajar el estrés, para terminar de sobrevivir.
Estoy en el tercer piso del hotel “Albergo del Senato” en Roma, muy cerca de la fontana di Trevi, claro, no es que al lado pero acá puedo caminar las quince cuadras sin mayor problema, siempre y cuando ande muy atento, no porque me vayan a robar como en mi país, es que la mayoría de los italianos son cualquier vaina menos simpáticos, cuando menos a los ojos de los que como yo piensan en la educación al estilo caribe, ellos son muy secos al hablar, pareciera que ladran  cuando realmente quieren ser amables, menos mal que mi estampa de árabe por aquello de los abuelos perdidos y jamás conocidos me aseguran de preguntas incómodas sobre el infierno loco que se presenta en Venezuela, claro, eso funciona siempre y cuando no abra la boca, mi acento maracayero- asesina-el-idioma de los italianos y me identifica claramente con la barahúnda de compatriotas que se están asilando donde sea, no importa el grado académico, se mudan así sea a limpiar mesas, dicen (y con razón) que prefieren lavar platos con calma que ser doctores con  terror.

Lo mejor de esta suerte de aislamiento en público es que acá me da tiempo de pensar, este país es perfecto para la contemplación, toda la historia concentrada en tan poco espacio permite descubrir cosas nuevas todos los días, me vine a investigar, sin embargo desde hoy he decidido no hacer nada, los documentos interesantes están sepultados en montañas de libros antiguos y para acceder a ellos hace falta una montaña similar de trámites burocráticos a los cuales no pienso recurrir, mejor me quedo paseando, conociendo gente, pensando en mis cosas, escribiendo mis sueños que cada vez se ponen más oscuros y extraños, como ese de hace tres meses, antes de mi crisis. 

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martes, enero 31, 2017

Un cuento de Horror

Otra historia de amor
Cuarenta y cinco grados a la sombra, la calle vacía a las dos de la tarde, pero la resaca pide a gritos una dosis extra grande de lo que sea aunque por el calor es preferible mucha cerveza. Hasta hace doce horas era un fulano normal, tres palabras destrozaron todo, ella  dijo, tenemos que terminar, tomó su cartera y salió para nunca más volver. El hombre no supo nada más, sus palabras rebotaron de manera intensa desde ese momento, no hubo sosiego, destapó una botella del licor más barato y abundante que encontró a mano, lloró hasta deshidratarse y bebió hasta caer de la silla, sin soltar el teléfono, ahí lo encontró la mañana, tirado en medio de la sala, adolorido gracias duro piso de granito sin pulir, la cabeza amenazando con explotar y la tristeza reventando las costuras de la cordura, encendió el primer cigarrillo, desayunó con el fondo de la botella.

Se duchó, intentó la centésima llamada al celular que tampoco respondió, llamó a su trabajo para decir que tenía la tripa revuelta y no asistiría ese día, se vistió y salió hasta el cajero automático más cercano luego desandó el camino hasta la licorería más cercana y barata donde le pidió al vendedor que le diese cervezas hasta que se acabara el dinero, si faltaba no importa que usaría la tarjeta de crédito, los amigos extrañados por el silencio llamaron por horas hasta que contestó y entre sollozos explicó que ella lo había dejado, alguno lo intentó rescatar pero le pidió más alcohol, entre hombres es normal emborracharse hasta perder la conciencia, quizás por eso nadie prestó mayor atención al asunto del despecho.

Así pasaron los días, una interminable sucesión de borracheras y resacas, muy poca comida, no volvió al trabajo, otra vez algún amigo preocupado hizo llegar un reposo psiquiátrico por depresión severa para evitar que perdiese también el empleo, sin embargo al pobre hombre no le importaba nada más que su dolor, pensaba que nadie más lo volvería a querer, la licorería se transformó en parte de su rutina diaria, los borrachitos miserables sus nuevos compañeros de farra, el licor el aderezo de sus pocas comidas. Una tarde cualquiera entre los lamentos que decía entre la nube de cigarro y alcohol alguien le hizo llegar una extraña pipa con yerba, olvido automático dijo el espontaneo, él aceptó porque ya no pensaba que nada sería peor, tenía razón el extraño, el sosiego  llegó pero no el olvido.

Se hizo adicto a la yerba, ya sumaban tres vicios capitales en su nueva vida de indigente emocional; alcohol, cigarro y yerba, su mezcla perfecta para pasar el día, adelgazó más de cuarenta kilos en ese mes, resulta que no comía pues el sueldo de reposante psiquiátrico lo gastaba integro en su nuevo harén de vicios placenteros y tristeza autocomplaciente.

 La familia intervino, perdió la casa para terminar en la de su padre, allí no le fue mejor, se escapaba a beber escondido, como buen adicto encontró otro distribuidor que pronto le hizo llegar más yerba, ahora supuestamente modificada genéticamente por lo que no solo era más cara, también más potente, comenzó a mezclar el peor licor, los peores cigarrillos con la supuesta yerba que ya no le hacía nada de lo prometido, no sentía la misma paz de los primeros intentos, vendió hasta los zapatos.
En una tarde de lucidez forzada por la falta de dinero se enteró que ella se había ido del país y ahora vivía con un español que decía ser su amigo del alma pero que termino de amante de turno, la depresión volvió, el distribuidor le prometió calma instantánea, empezó a mezclar la extraña yerba con unos cristales que les dicen piedras, mezcla fatal para cualquier novato pero perfecta para un organismo acostumbrado a los excesos de drogas, y a veces hasta algunas pastillas robadas a la madrastra mezcladas con ron pusieron su aporte.

Cuentan que una mañana, seis meses después de comenzado el despecho, despertó gritando el nombre de ella, eran alaridos plenos de agonía mezclada con rabia profunda, salió  en pijama gritando de manera ininteligible mientras lanzaba piedras a la pared del fondo de la casa, salieron los vecinos entre  alarmados y curiosos a escuchar el escándalo del loco de al lado.

Llegó el dueño de  casa  intentando imponer algo de su autoridad filial pero no hubo forma de hacerlo entrar en razón, hizo un amago de rezo y lanzó piedras ahora a los presentes, gritaba que la mujer había muerto y ahora lo perseguía su fantasma, dijo además que el diablo en persona le había dicho que estaba castigado por haber pateado al cristo y a su madre el día que lo bajaron de la cruz mil vidas atrás, que por eso ella lo perseguiría hasta el día de su muerte cuando satanás lo recibiría como al hijo prodigo, al grito de ¡vade retro satanás! Salió a la calle a gritar su buena nueva, con tan mala suerte que un autobús lo atropelló, cuentan que mientras agonizaba en medio del pavimento, decía en voz muy baja el nombre de ella, todo acabó aquel domingo de madrugada, agonizaba rodeado de cemento sangre y moscas, rogando que la próxima vida también fuese en los brazos de ella.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback




lunes, enero 23, 2017

En busca de un mundo perfecto (capitulo 11)

11




(La novela integra la pueden comprar Haciendo click acá)
Años después, antes de mi primer matrimonio, vivía en casa con mi abuela, pues la estrechez de un sueldo pírrico no permitía darme ciertos lujos como ese de vivir solo, era una casa muy grande, realmente fea, pero como me sentía muy cómodo la verdad nunca quise irme, los amigos y familiares que venían de visita alguna vez se negaban en redondo a dormir allá, decían oír pasos, sillas que se movían y en una ocasión mi abuela tomó por asalto mi habitación pues decía haber visto a una mujer rubia con una vela tras de mí, ella naturalmente pensó que alguna “amiga” se había quedado a dormir sin permiso, cuando constató que no era así, me bendijo y se fue a dormir, la cosa se puso más rara cuando tuve un perro, se llamaba David, era el niño de la casa, cuando aún era cachorro ladraba con furia hacia una esquina vacía.
 Algunas noches alguien pateaba la lavadora con inusitada fuerza, más si en la casa no había nadie más que mi abuela y yo, otras veces se oía un llanto en la habitación de mi abuela, una de esas veces corría yo hacia su cuarto para ver si estaba accidentada, escuché el llanto y me moví rápido, no sería la primera vez que mi vieja se accidentaba, cuando entré a la habitación la encontré sonreída, leía el periódico, solo apartó el papel de su cara,  y dijo, ¿te das cuenta que no estoy loca?, me fui a dormir.
La verdad después que mi abuela por razones de salud se fue de esa casa,  me quedé un tiempo más allí,  era perfecto, no pagaba renta, tenía calma para estudiar y no había nadie más que interrumpiese mis pensamientos, siempre me ha gustado la soledad, no se vivir acompañado por mucho rato, la noche antes de mudarme definitivamente, me iba para la capital, a una habitación que era lo único que podía pagar con el sueldo de profesor asistente, tomé muchas fotos de mi casa para llevármelas de recuerdo, al mirarlas en mi computadora casi me da un infarto, flotando en medio de un closet, una mancha gris, amorfa, fea en su definición e inexistente a mis ojos, hoy creo que es algo que agradezco haber perdido, esa foto no la quería ver nunca más.
Amigo Ramiro, como te habrás dado cuenta con la conversa, tengo alguna experiencia en eso que llaman paranormal, hay muchos más eventos pero narrarlos todos se te va a hacer incómodo, incluso en el apartamento donde ahora vivo, realmente un anexo han pasado eventos extraños, sin embargo ya ni caso les hago.
Me cuentas que tu padre te patrocina este sabático, el mío me lo pago yo, aunque pedí un crédito al banco, te confieso que lo hice para despistar a las arpías que tengo por ex mujeres, si se enteran que tengo cuenta en un banco de Panamá, tarjeta de crédito en dólares y un flujo constante de efectivo gracias a mis textos académicos,  terminan de quitarme hasta el aire,  prefiero pagar algunos intereses allá en mi país, que aguantarme el incordio de confesar que viajo con cierta comodidad, eso sí, a mis hijos no les falta nada y he comprado una póliza de seguro en euros por si la muerte me sorprende en cualquier parte, como suele hacerle a todo el mundo.
  Caramba ,  dice Ramiro, no sé qué pensar, me debato entre opinar que estás loco de bola, andas en drogas o eres sincero hasta ofender, sin embargo me voy por la última opción, la verdad no creo que alguien con tanto título, con formación científica, ande por ahí diciendo disparates por el gusto de figurar, según entiendo no le entras mucho a los digital, de otra ya tuvieras millones de seguidores en tuiter , estampa de santón multiétnico, modales equívocos de señora y programa matutino para la suerte, no eres famoso más que por el escándalo de orinar a su eminencia, el arzobispo de Caracas, cosa que no te adorna en lo más mínimo por cierto.
 Creo ver por donde va tu idea, cual ha sido el génesis de tu teoría, aunque no lo había pensado nunca de esa manera, he podido haber tenido algunas experiencias pero en comparación con las tuyas, no es nada, quizás esa vez que mis primos, allá en las minas, contrataron un Chamán, él no sabía quién era yo, nos reunió en el jardín de la casa de los primos, hizo unos cantos rituales y nos dio una bebida amarga, muy mala, dormía la lengua y quemaba la garganta, después puso una música exótica, cerré los ojos y comencé a tener unas visiones, muy agradables por cierto, la grabación me muestra hablando con alguien, según el Chamán era mi guía espiritual, por cierto me vi por estos lados, eso fue hace un año más o menos, hasta hoy no lo había contado, menos aún pensar que quizás nada fue alucinación, al parecer, pudo ser cierto, que cosa más rara.
Por cierto Hugo, ¿Cuándo te vuelves a Venezuela?, en unos días, contesté. Entonces veámonos mañana si no tienes nada importante que hacer, te voy a presentar unos amigos de acá, quizás te interese saber su postura, seguro te ayudan con tu tesis. Nos vemos a las cuatro –propuse- en la entrada de San Pedro, voy a salir de tour por algunas iglesias, tomaré unas fotos de todo lo que creo me va a ayudar con algunos puntos ciegos de mi investigación y creo estar desocupado a esa hora.
Cuando nos despedíamos, Ramiro preguntó, ¿Qué opinas de la figura del diablo?, si existe un dios ha de existir lo otro, una celada retórica, a lo que contesté.
 Sobre eso hay muchas cosas escritas , la biblia asoma varias de sus historias, sin embargo pareciera que a nadie le interesa mucho la cosa de estudiar ese fenómeno con seriedad, parece que solo existe en la imaginación, me explico, hasta donde sé, la única descripción del infierno la hizo Dante en su “Divina Comedia”, después de eso cuanto cura o evangélico le provoca, se arma una historia diferente, existe toda una mitología alrededor del tema, lo tienen “prohibido”, claro que ha de existir un ser negativo, ahora, que tenga cuernos, una corte de demonios en eterna pelea por esta piedra que llamamos planeta me parece traída de los pelos, sobre todo cuando la historia ha demostrado que la humanidad en conjunto no es la gran cosa, se matan por estupideces, se odian por nimiedades, su mayor triunfo ha sido masificar las maneras de matar.
De paso a los pocos que se pueden sacar, el vulgo y la política los odian con saña, cuando no es que solo los ignoran, prefieren a un “Héroe” de cualquier película de bajo presupuesto, qua a los de verdad, los poetas, los escritores, dramaturgos, pintores, filósofos, se empeñan en hacer que unas tipas sin mayor atributo que estar buenas se vuelvan millonarias con su vacío discurso, prefieren ser un bulto informe de bestialidad en vez de buscar otros caminos, contaminan el ambiente, matan los ríos, en vez de ver lo bonito de estar vivo, matan niños por gusto, en fin todo un cáncer y me van a venir a contar cuentos de camino de que un tal quiere sus almas, no me jodas.
Eso es como el cuento aquel de los nuevos profetas de la televisión, no tienen religión definida, todos son un pastiche místico, leen el futuro en unos papelitos, jamás aciertan muchas predicciones, pero casi todos los siguen con ansiedad, los hacen estrellas mediáticas, son profundamente religiosas las señoras que los adoran, pero tienen artilugios del feng shui, estampitas de un tal vestido de faldita con alas y un gladius (espada romana), el uniforme de los que teóricamente mataron a Jesús y a miles más, pero resulta que son arcángeles, tienen oraciones para ellos, rituales para la prosperidad cuando la religión promueve la pobreza como un valor y vaya usted a saber cuánta superchería más, cada quien le da el color y la forma de su preferencia, la verdad no me sorprende, es más, me agrada pues denota que hay una búsqueda, la multiplicidad de rituales, sincretismo que llaman ahora.
Bueno, mejor dejamos la conversa hasta acá, me queda poco tiempo y hoy quiero dormir temprano para, salir temprano a dar unas vueltas, quiero pasar por la biblioteca local del vaticano a ver con qué cosa interesante  tropiezo para continuar mi investigación y de paso visitar a unos muy buenos amigos que actualmente residen en Colombia, pero que por asuntos de trabajo andan en Roma, casualmente de la misma patota juvenil y uno de los pocos que ha logrado emigrar con cierta holgura. Hasta mañana mi pana.
Al terminar el día y volver al hotel, abrí mi laptop para revisar los correos electrónicos , escribí un rato algunos tópicos que se me ocurrieron mientras conversaba y que me parecen importantes para  la  investigación, otra vez tomé dos pastillas mágicas para no pensar mucho .
Al despertarme, mi primer impulso fue escribir en el blog el absurdo sueño de esa noche.
 José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback

miércoles, enero 18, 2017

Reflexión obligada

Morir es un acto natural, por mucho que nos disguste o entristezca la idea igual todos terminaremos algún día muertos, el ciclo de la naturaleza no se detiene. Al final el problema no es morir pues todos legaremos a eso, el asunto es como, cuando y de que manera toca irse de este mundo, Venezuela al parecer se ha vuelto una suerte de sucursal menor de la muerte.

Digo menor pues hay zonas como Siria donde la guerra hace estragos más fuertes y  morirse es la cosa más factible del mundo, en Venezuela también sin embargo a diferencia de Siria, aún no hay bombardeos masivos ni intereses encontrados entre potencias que tranquen el juego, pero ante la miseria los intereses se hacen más ambiciosos, el hampa se une en sindicatos y hasta los entes gubernamentales son parte activa en todo ese entarimado de maldades que terminan con la vida de 28 mil compatriotas al año, una suma barbárica solo imaginable en tiempos de guerra y que nadie más que los que hemos vivido allá entendemos a cabalidad ya que conocemos de cerca el miedo, las balas, los hospitales y hasta el hambre muy de cerca, sabemos que toca a veces como una vez al día para estirar lo poco que tenemos de comer, sabemos lo que es pasear por el centro de alguna ciudad buscando ofertas para organizar cuando menos una comida fuerte al día y saber que tu sueldo no te va a alcanzar para mucho más que eso, rogando que nadie se enferme para no terminar más estresados de lo común, sabiendo además que cualquier cosa que hagas debe ser resuelto antes que caiga la noche ya que al amparo de la oscuridad se multiplican las posibilidades de que te conviertas en un número más de las estadísticas, bien sea por que tienes o porque no tienes y al malviviente le da bronca que no tengas nada que quitarte.

Todas las mañanas enciendo mi computadora para testear que ninguno de mis seres queridos ha sido tocado por la maldad imperante en aquella tierra, en la búsqueda me tropiezo con cosas espantosas, desde linchamientos, decapitaciones, amenazas públicas de grupos armados que piden un dinero a cambio de no secuestrar a alguien si acaso no matar a algún familiar, muertos por falta de medicinas, peticiones desesperadas de tal o cual fármaco importante para vivir, una inflación que en verdad supera toda mi capacidad de asombro y lo peor es un gobierno que se empeña en mentiras que solo ellos creen mientras los demás están muriendo por varias causas que van desde enfermedades, malnutrición, miedo y depresión pues nadie que viva de esa manera puede salir indemne de tal catástrofe .
Pensando el asunto me preocupa que al parecer a nadie interesa nada en Venezuela pues la capacidad de asombro pasó hace rato el umbral del espanto logrando que la gente vea de lo más normal tropezarse un muerto en la acera, como si de un bulto de basura se tratase. Hace algunos años, el gobierno tan sabido en artimañas para librarse de responsabilidades eliminó del código orgánico procesal penal el artículo que se refiere a la “notitia criminis” que no es más que la obligación por parte de la fiscalía de investigar cualquier delito denunciado por los medios, he ahí la razón por la cual la prensa se desgañita denunciando y nunca pasa nada.

Ahora bien, la queja en nada ayuda, toca comenzar a buscar soluciones, la más simple seria proponer un holocausto de balas y muertos por doquier, desde bombardear las cárceles con todo y presos hasta pasar por el paredón al tren ministerial junto con el poder judicial, sin embargo ya sabemos que no se puede a menos claro que recibamos ayuda con armas, tropas y municiones para quemar el país por los cuatro costados sin que se salve nadie para luego reconstruirlo todo como nos merecemos. La otra opción menos cruenta sería la de separar el país en dos partes, una república del sur donde la democracia y la honestidad sean los valores que se propugnen desde todas las palestras, donde el futuro sea lo que queremos y la otra mitad se la regalamos a los animalejos rojos para que hagan con ella lo que les de la gana.

Ejemplos sobran en el mundo, sería una medida salomónica que nos ahorraría horrores , hambre y el desespero de todos los días, sé que muchos exiliados volveríamos a trabajar por una nueva república donde nuestras familias puedan volver a tener futuro, seria duro , pero les cuento que luego de irme de mi país cualquier cosa me parece menos ruda pues antes de huir conocí de cerca todas las miserias de ser un mendigo con sueldo profesional y en el exterior he conocido la cara fea del miedo, ese mismo de no tener más que lo que cargo en mi maleta y confiar en que mi único capital (mi cerebro) acá me dé lo suficiente para salvar a mi familia que quedó allá.

Sería interesante conocer las opiniones de quienes también andan hartos como yo, organizar un movimiento secesionista que nos permita lograr el futuro que la peste roja nos niega y que a pesar de lo duro que pueda parecer, comenzar de cero no siempre es tan malo, quizás así nos quitemos el estigma de vivir pensando que vivir es un ejercicio de supervivencia.
José Ramón Briceño, 2017
@jbdiwancomeback



lunes, enero 16, 2017

Resumen curricular del autor de este blog

Situaciones desesperadas requieren soluciones en consonancia, la verdad tengo poco tiempo andando en tierras del sur , específicamente en Uruguay, como es normal he inundado cuanto sitio web hay de esos que ofrecen empleo pero nada, tengo un mes postulando hasta como obrero pero nada aparece, he decidido publicar el resumen que tiene mi sitio de Linkedin a ver si tengo más suerte, si alguno de mis lectores sabe algo o puede darme una mano le estaré muy agradecido,el buen Karma jamás sobre. 

Jose Briceño 
Fotografo, escritor, blogger, profesor de literatura y Excelentisimo Embajador de la Palabra en Venezuela
Extracto Profesor de Lengua y Literatura ejerciendo como docente de Fotografía (mi oficio desde hace 20 años), fotógrafo documentalista con ciertas aptitudes artísticas, lector voraz, escritor aficionado, periodista por vocación y blogero por gusto, en búsqueda de nuevas oportunidades donde quiera que se presenten Experiencia Editor en jefe en Blogs varios enero de 2012 - Actualidad (5 años 1 mes) Generar contenidos, ubicar anunciantes y promocionar mis blogs por todos los medios posibles Jefe en Jbdiwan octubre de 2012 - Actualidad (4 años 4 meses) Fotos, clases, corrección de textos, freelancer, escribidor Profesor titular de la cátedra de fotografía en Escuela de artes visuales "Rafael Monasterios" marzo de 2014 - noviembre de 2016 (2 años 9 meses) Dicto la cátedra de fotografía de una escuela de artes visuales Coordinador de prensa y medios en Aragua en Red marzo de 2014 - septiembre de 2014 (7 meses) Coordinar las ruedas de prensa, escribir las notas de prensa, realizar las convocatorias a los medios, establecer parametros para establecer los canales de comunicación entre la institución y los medios de comunicación impresos, televisivos y electrónicos Columnista de opinión en Diario El Este abril de 2013 - febrero de 2014 (11 meses) Publicar una columna semanal donde el tema gire alrededor de el acontecer político de Venezuela Profesor de Periodismo Fotográfico y Fotografía Publicitaria en Universidad Bicentenaria de Aragua septiembre de 2012 - junio de 2013 (10 meses) Docente por horas dictando la cátedra de Periodismo Fotográfico y Fotografía publicitaria en la escuela de Comunicación Social de la UBA Jefe de la Gerencia de Relaciones Interinstitucionales de OCSA en Oficina de coordinacion ysupervision agricola OCSA Página2 febrero de 2011 - enero de 2012 (1 año) Direccion de las coordinaciones de prensa, relaciones públicas y educación fotógrafo/Profesor de Lengua y Literatura en jbdiwan julio de 1996 - marzo de 2011 (14 años 9 meses) Mi propia firma, la cual manejo a titulo personal, aqui me ocupo de hacer fotografias para distintos medios web e impresos, asì como algunos encargos menos notorios de clientes particulares.
Como profesor no hay mucho que contar excepto que disfruto de la literatura y me ofende lo poco que pagan. Fotógrafo e investigador del área cultural en Instituto de integración social Aragua mayo de 2005 - enero de 2009 (3 años 9 meses) Realización de registro fotográfico documental de las tradiciones sagradas y paganas del estado, así como el levantamiento de información para la producción y posterior edición de un calendario. Experiencia de voluntariado Coordinador de prensa en Aragua en Red marzo de 2014 - Actualidad Coordinación y organización de las ruedas de prensa con miembros activos de la sociedad civil organizada Idiomas Español (Competencia bilingüe o nativa) Inglés (Competencia básica profesional) Organizaciones Aragua en Red Coordinador de prensa marzo de 2014 a Actualidad Proyectos Manual de fotografía febrero de 2011 a Actualidad Miembros:Jose Briceño Un corpus teórico práctico sobre técnicas fotográficas, así como un espacio para la reflexión sobre temas relativos al oficio de la imagen

Opiniones desde esta esquina del tercer mundo enero de 2005 a Actualidad Miembros: Jose Briceño Un espacio donde combino mis opiniones personales sobre el acontecer político y económico de mi país en conjunto con mis ejercicios narrativos, al final toca hacer algo.

Gabriel García Marquez. Muchos libros, una obra noviembre de 2016 a Actualidad Miembros:Jose Briceño Texto que analiza desde varios angulos la relación entre ficción y realidad contenida en la obra del Nobel colombiano Publicaciones Administrador-escritor Opiniones de esta esquina del tercer mundo 1 de enero de 2005 Autores: Jose Briceño Esapacio personal para mis opiniones sobre el acontecer nacional, además de vitrina para algunos de mis trabajos fotográficos y ejercicios narrativos.

  • Un deicidio transformado en parricidio Interference Channel 23 de julio de 2015 Autores: Jose Briceño Articulo crítico sobre el origen del coronel Aureliano Buendía que intenta desmontar la teoría de Don Mario Vargas llosa en su tesis doctoral


  • La muerte del Camarada Lenin Interference Channel 8 de febrero de 2015 Autores: Jose Briceño Cuento de ficción basado en una realidad latinoamericana


  • La Ley Correo cultural 23 de julio de 2015 Autores: Jose Briceño Relato de ficción


  • La fotografía venezolana está más cerca de la propaganda que del arte Diario de Caracas 20 de julio de 2015 Autores: Jose Briceño Articulo periodístico que critica la vaciedad de los grupos fotográficos patrocinados por el gobierno Creadores visuales de Venezuela


  • IARTES 9 de septiembre de 2012 Entrevista realizada por el equipo de investigación del Ministerio de cultura de Venezuela sobre mi obra como artista visual


  • Legalización, primer paso para la evolución Junta Nacional de Drogas del Gobierno de Uruguay 27 de agosto de 2013 Autores: Jose Briceño Página4 Disertación alrededor de los pros y los contras de la legalización de la Marihuana


  • Crónica de los días difíciles Diario El Universal, Venezuela 9 de marzo de 2014 Autores: Jose Briceño Articulo dedicado a mi trabajo, publicado por el periodista Juan Antonio Gonzalez en el mencionado diario nacional, luego de los sucesos violentos en el país durante las manifestaciones en contra del gobierno


  • Relatos detrás del espejo Lulu.com 6 de septiembre de 2015


  • Cursos Magister en Literatura Latinoamericana, Literatura UPEL Literatura Latinoamericana Inglés instrumental fotografo/Profesor de Lengua y Literatura jbdiwan Fotografía, corporativa, retrato, modas 15 Aptitudes y conocimientos Blogs Escritura Blogging Fotografia Fotografía Retoque digital Spanish Photoshop Periodismo Travel Photography Español Social Media Página5 Public Relations Redes sociales Online Advertising SEO Web 2.0 PowerPoint Microsoft Office AL Marketing Strategy Edición Escritura creativa Optimización en buscadores Mercadotecnia en medios sociales Inglés Publicidad Editorial periodístico Fotografía digital Comunicaciones de marketing Literatura Fotos Arte Multimedia Marketing digital Liderazgo de equipos Editoriales Docencia universitaria Revistas Edición de textos Negociación Investigación y desarrollo Docencia Administración y dirección de empresas Comunicaciones empresariales Marketing en Internet Journalism Art Relaciones públicas Advertising.

Reconocimientos y premios Bienal Nacional de Fotógrafía Alcaldía de Girardot diciembre de 2006 Galardon Bienal donde se muestra y se premia el trabajo de los artistas de la fotografía de todo el país.  Premio Regional de fotografía de la Universidad de Carabobo Dirección de cultura de la facultad de ciencias de la salud de la Universidad de Carabobo agosto de 2002 Salón Regional de carácter temático donde los fotógrafos de los estados centrales mostraban y competían con un trabajo fotográfico. Premío de periodismo educativo UPEL Universidad Pedagógica Experimental Libertador noviembre de 2010 Premio de carácter investigativo donde se compite con un portafolio documental cuyo giro temático se centre en el campus universitario y cuya premiación consiste en una beca de maestría o de doctorado en la institución Embajador de la palabra Fundación César Egido Serrano diciembre de 2014 Distinción otorgada a quienes escriben y difunden las letras por su labor y calidad escritural. 2da Bienal Fundación "Héctor García" marzo de 2015 Participante en la Bienal internacional de fotografía.

Educación UPEL Magister en Literatura Latinoamericana, Literatura, 2011 - 2013 Nota: 9.6
Universidad Pedagógica Experimental Libertador profesor de Lengua y Literatura castellana, lengua y Literatura, 2005 - 2010.

Actividades y grupos: Organización de eventos relacionados con fotografía además de participar como ponente en foros y conferencias dentro del claustro universitario, tambien fuì como representante de la universidad a dictar conferencias en dos simposios nacionales de literatura venezolana. Intereses Fotografía y literatura.


domingo, enero 15, 2017

En busca de un mundo perfecto (capitulo 10)

Siguen las aventuras de Hugo en Roma, el noveno capitulo que espero les guste lo suficiente como para comprarlo en Amazon con este link
10
Mi familia paterna se mudó de la capital a principio de los años cincuenta, terminó en mi ciudad natal casi que por accidente, el abuelo, un calavera a todas luces, no pagaba los alquileres y se desentendía de los caseros, haciendo que un día cualquiera mi abuela se quedara en la calle con siete hijos menores, gracias a los favores de algunos familiares del abuelo localizó una casa que podían pagar, organizó la mudanza y se vinieron cuan gitanos, nadie sabía a ciencia cierta de que vivirían, pero mi abuela, acostumbrada a las penurias organizó la cosa de tal manera que todos estaban seguros que sobrevivirían, claro, por el presupuesto inicial primero estuvieron en una casa terriblemente fea, con techo de zinc y habitaciones colectivas, una para las niñas, otra para los niños y la de la abuela, el abuelo aun no aparecía, allí vivieron por un año, al tiempo ubicaron otra casa, a tres cuadras de distancia, con cuatro habitaciones, dos baños, un patio enorme, por un poco menos de la mitad del alquiler que ya pagaban, se mudaron sin preguntar mucho, la supervivencia mandaba.
Esa casa aún existe, está detrás del zoológico de la ciudad, ese mismo que fue construido como patio de juegos del dictador andino quien escogió esa zona como su residencia, por cierto mi bisabuelo paterno bajó de las montañas gracias a algunos tíos y primos que pelearon en la guerra  junto a aquel andino.
Llegó el día de la mudanza, mi padre que para esa época contaba diez años junto con un primo de igual edad, fue el primero que llegó a la casa, llevaba en una carretilla  los  enseres menos voluminosos de la familia, cuenta mi viejo, que al llegar a la casa, escucharon a través de la puerta el ruido de niños jugando adentro, les sorprendió la cosa pero por ser una época donde los muchachos andaban de su cuenta, pensaron que eran algunos vecinos jugando, cuando acercaron la oreja a la puerta para oír mejor a ver si reconocían alguna voz, golpearon desde adentro dejando sordos a ambos, acto seguido llegó mi abuela, quien  era de carácter muy fuerte, dio gritos, impartió ordenes terminantes y no quiso escuchar nada de muertos ni aparecidos, eso era superficial, lo importante era la mudanza.
Así se instalaron en esa nueva casa, se organizaron de manera similar, la diferencia más marcada entre la casa anterior y esta era que la habitación sobrante le tocaba al hijo mayor, que para ese tiempo estudiaba agronomía en la universidad, mientras esperaba la posibilidad de ingresar a medicina en otra facultad de esa misma institución pues no había encontrado cupo.
Esa semana comenzaron a escuchar cosas extrañas, sin embargo con los estragos de toda mudanza, la abuela los dejaba extenuados entre remodelaciones, amateur como diríamos hoy día, los que pudieron trabajar pronto se lanzaron a la calle para aportar algo a la economía precaria de la casa, los otros pues colaboraban en la titánica labor de volver habitable un espacio que llevaba no menos de quince años abandonado, pronto descubrieron la razón de lo barato del alquiler y del abandono de esa casa.
Para no hacer tan largo el cuento, te puedo decir que por las noches habían tres fenómenos más o menos fijos, al filo de la madrugada, un caballo se oía caminar por la calle, se detenía frente a la casa y acto seguido, se podía escuchar a un jinete desmontar, este parecía tener una prótesis pues el paso era irregular, sus pisadas se escuchaban como si tuviese una pata de palo como la de los piratas de la televisión, llegaba hasta la puerta del jardín, sonaba como si la abriese y pasara adentro, las primeras veces se alarmaron, encendieron luces, sacaron las escobas como si de armas se tratase, pero no había nada, todo estaba igual, la puerta trancada con un candado gigante seguía fijada por las cadenas que la abuela le había puesto, cuentan que al final se acostumbraron  al fenómeno, aunque parezca sorprendente mi abuela decía que lo mejor era que nadie los visitaba pues tenían miedo de la casa embrujada, eso lo consideraba bueno porque en tiempos de crisis económica extrema tener invitados era todo un lujo complicado.  Allí vivieron algunos años más, hasta que la economía familiar permitió una nueva mudanza.
Algunas noches se veía un resplandor en el patio, como de fogatas encendidas, ese resplandor venía acompañado del sonido de tropa, bufidos de hombres, ordenes de mando, carreras, como de un ejercicio de castigo, esos tan comunes en los cuarteles, ilógicos como todos los inventos de los militares, hace pocos años unos estudiantes desenterraron armas y municiones del siglo XIX en esos terrenos.
La familia estaba aterrorizada con eso, pero igual había cosas más importantes a las que hacerle frente,  comer era prioridad, los fantasmas, según palabras de mi muy piadosa abuelita, se podían ir a la mierda, decía a quien quisiera escucharla.
Al final cayeron en cuenta que era el traspatio de su casa formaba pate del cuartel donde la guardia personal del general Gómez hacia vida, algunos vecinos viejos les contaron de muchos crímenes cometidos a la sombra del poder a principios del siglo pasado.
Una mañana hasta los vecinos amanecieron en la calle, durante  la madrugada se oyeron los lamentos de una mujer, intercalados por gritos en otro idioma, cuya intensidad denotaban un alto nivel  de dolor y de rabia, el fenómeno duró cuatro horas más o menos,  los vecinos salieron  a la calle, solo para darse cuenta que el tal sonido al parecer no tenía ninguna fuente visible, las señoras sin que nadie los organizase se arrodillaron a rezar por las almas en pena,  los más valientes hombres de la zona salieron armados con machetes, dispuestos a brincar la cerca del zoológico y buscar el origen de los gritos que  tenían los nervios de punta a todos en la cuadra.
Con el alboroto salió  el guardián del zoológico, con su uniforme de policía sin insignias, sus deslustradas botas altas y barba por lo menos  de dos días, tranquilizó a todos, la explicación que dio era que ese día se cumplían treinta años de la muerte de Eva, una señora alemana que vino junto con su esposo, un oficial que hacía de instructor en la escuela de aviación militar, lo trajo el general en persona para que adiestrase a los nuevos pilotos, una noche como esta treinta años atrás, el hombre  encontró a su esposa en la cama con otro, el amante huyó por una ventana y el cornudo, en medio de su natural rabia, mató a su esposa a patadas.
Cuando los otros militares llegaron alarmados por los gritos nada se pudo hacer, el general ordenó que devolvieran al asesino a su país de origen, del militar no se supo más, pero en cada aniversario, el alma de la mujer aun pena por los jardines del zoológico, imagino que la mudanza de los nuevos logró que los gritos se intensificaran esta noche.
 El guardia pidió a los vecinos volver a sus casas que nada se podía hacer ya, hoy, más de cincuenta años después todavía los viejos hablan de esa madrugada, en que un espanto los despertó a todos.
Ese día la familia en pleno comenzó a hacer planes de mudanza.
Ese fue el último año en que vivieron allí, una noche, sintieron un pájaro caminar por el techo, lo espantaron, cuentan que las alas hacían un alboroto inmenso, como si el pájaro en cuestión fuese un gigante que graznaba, mi abuelo, que había logrado en virtud de su posición como padre de los niños, que la abuela le permitiese pasar la noche en el sofá, le daba con la escoba al techo, el ¿animal? Se molestaba, alzaba vuelo solo para caer unos metros más allá, en eso estuvieron un rato, hasta que mi abuela se hartó, gritó una sarta de palabrotas que no sorprendieron a nadie, le ofreció sal a los que estuviese en el techo, eso alzó vuelo, graznó un par de veces como aceptando el trato  para no volver, cuenta mi padre que al día siguiente pusieron un kilo de sal en el techo y jamás se supo más del fenómeno. El abuelo no volvió a dormir allí, pero nunca reconoció que le daba miedo la casa, él era un hombre de su tiempo, el valor no se discutía, su escepticismo ya era reconocido por todos lo que lo conocieron, sin embargo creo que esa noche descubrió que no era tan escéptico, tampoco volvió a recriminar a sus hijos cuando le contaban las historias, había sido protagonista de una y esperaba no volver a serlo jamás.
Uno de los eventos insolitos sucedió una semana de abril, antes de las vacaciones escolares, mi tío, el hermano mayor de mi papá, estaba estudiando en la acera de la casa, eran otros tiempos y los estudiantes para no molestar se reunían bajo los postes de luz a estudiar, el hampa era casi inexistente, para esos años Las Delicias eran un campo, no el caos de hoy día.
 Bien, el tipo cuenta que a media noche vio una hermosa mujer paseándose por la calle, supuestamente muy bella y él, soltero siempre a la caza de un par de bonitas piernas , le soltó un piropo, ella le sonrió, él se levantó de su silla, soltó el libro, y la persiguió como en trance -cuenta-  , cuando volvió en sí, estaba en medio del patio de la escuela cercana, la mujer desapareció por un puerta cerrada, el volvió corriendo, recogió todo para terminar en la habitación materna contando el evento.
 Mi abuela que lo conocía le prestó una colchoneta y el joven amaneció allí, nunca más estudió de noche, cuando menos no en su casa, buscó la manera y se mudó a la capital donde hizo hasta de buhonero para graduarse de médico, nunca volvió a esa ciudad más que de vacaciones, con toda la familia y en plan de fiesta.
Una semana después, en plenas vacaciones por el asueto de semana santa, estaban primos, amigos y tíos en el patio haciendo una parrilla, cuando se acabaron los cigarrillos, reclutaron a los más jóvenes de la casa para ir a comprarlos, eran apenas las ocho de la noche pero las luces de la calle estaban apagadas, por lo menos los primeros postes antes de llegar a la avenida, justo los del perímetro del parque zoológico, los niños que para la época eran mi padre y su hermano menor, montaron sendas bicicletas y fueron por el recado, el camino de ida fue normal, ambos niños asustados, fueron lo más rápido que le permitieron sus piernas, así se evitaban el paso lento por la oscuridad del sitio que ellos pensaban era el origen de los horrores.
Compraron lo encargado en una fuente de soda que estaba frente a la jaula del elefante pero al otro lado de la calle, se devolvieron.
Mi papá dijo estar cansado, así que bajaron de las bicicletas para ir caminando, cuentan que cuando pasaron junto a la cerca, pero del lado de la calle, escucharon como si alguien pasara un palo por entre los barrotes, pensaron que era algún amigo jugándoles una broma y se acercaron a investigar, no vieron a nadie, pero igual pensaron que se había ido corriendo quien hiciera tal cosa, seguidamente oyeron unos ladridos, levantaron la mirada y se encontraron con  unas sombras bajo lo que quedaba de un árbol quemado,  eran de un perro muy grande, con las fauces abiertas, como en actitud de espera, a su lado o sobre él, la sombra figuraba a un hombre colgado del cuello que se mecía al viento, ambos  corrieron, dejando las bicicletas tiradas en la calle, cuentan quienes los vieron llegar, que los niños llegaron con el miedo dibujado en sus rostros, el más pequeño lloraba abrazando a su mamá y el otro pues se conformaba con su silencio hasta que el susto le permitió hablar, mi abuela  pidió a los más grandes ir a recoger las bicicletas, no se habló más del asunto, pero tampoco volvieron a salir por las noches a menos que alguien los llevase en carro.
Mientras pensaba en algunos argumentos más convincentes pedí al camarero otro té frio, Rodrigo dice que los relatos le parecen bastante interesantes, pero son cuentos de terceros que bien pueden ser historias para asustar  a los niños, sonreí  y le dije que solo es el prólogo antes de pasar a contar lo otro, mis experiencias, la verdad son muchas las historias de las casas embrujadas adonde he vivido.
Mientras voy desgranando los cuentos me ataca una certeza que comparto con Ramiro, ahora que lo pienso en frio pareciera todo un guion como si el destino fue el que organizó todo para que en la adultez rozara la locura, como un largo prefacio que confirme mi tesis de que el mundo es un circo y los humanos sus payasos.
Trae el camarero la bebida, Ramiro que ha pedido un trago también es servido. Enciendo un cigarrillo y vuelvo a mi conversa.
Cuando tenía quince años nos mudamos a una urbanización al sur de la ciudad, muy clase media, alejada de todo el circuito citadino, después de la siete de la noche encontrar un taxi era un milagro, por tanto los jóvenes se trataban entre si y se conocían por lo menos de vista, eran años buenos, todavía el hampa no era tan pavorosa como hoy día, tuve la suerte de poder salir a mi antojo, la verdad no lo hacía mucho, mi pre adolescencia estuvo signada por un sobrepeso excesivo del cual todos se burlaban, lo que me volvió un tipo algo retraído, solo pendiente de  mis libros, recién mudado, una tarde en que volvía del liceo, mi abuela paterna, quien hizo las veces de mi mamá,  pide que vaya a comprar algunas cosas que faltaban para la cena, dejé sobre mi cama la camisa del uniforme, salí a hacer el encargo y al volver a mi habitación estaban los lápices flotando a la mitad del cuarto, me asustó la cosa pero pensé que era el cansancio que me hizo ver cosas extrañas donde no había nada, hasta allí el asunto.
Una noche en que llovía a cantaros estábamos todos viendo televisión en la sala, no recuerdo muy bien que mirábamos, no había cable en esa época, de repente sonó un escándalo en la cocina, todos nos miramos y nos levantamos a ver, uno de los gabinetes se había rodado solo, estaba pegado a la pared pero cuando vimos se había separado como cuarenta y cinco centímetros, las puertas y gavetas abiertas, su contenido regado por la cocina, hasta la cesta de papas y cebollas se vació cayendo algunas en la sempiterna jarra de café, mi abuela tomó cartas en el asunto, recogió todo y recomendó a los habitantes retirarse a dormir, no había más nada que hacer, otra vez lo que fuera estaba entre nosotros, un tío que dice ser una especie de médium dijo que habían duendes en la casa, los demás que somos escépticos lo tildamos de loco y nos forjamos una teoría igual de loca pero más terrenal que otra cosa, no explicó nada pero nos calmó el ánimo a todos.
Eran los tiempos de la primera gran devaluación, el negocio familiar comenzó a hacer aguas, todos tuvimos que trabajar, a mí solamente me lo permitían en vacaciones, mi mamá se empeñó en que fuese un universitario divorciado de las cosas de la familia, decía que era muy inteligente, aunque la verdad pienso que ella estaba clara en que era diferente a todos, ellos también me rechazaban un poco, nadie podía entender por qué odiaba los deportes, no seguía ni el béisbol local, al contrario de ellos que se desvivían por los juegos, no me agradaban los burdeles, tampoco la música popular, nunca pude mantener una conversa decente con nadie de mi familia, solo con mi viejo que aceptaba mis excentricidades como cosa natural y hoy día somos muy cercanos.
Habían unos vecinos, ambos hermanos son hijos de una antigua amiga de mi padre, por esa razón yo frecuentaba esa casa con  regularidad, la señora de la casa trabajaba bastante, lo que permitió a esos dos hermanos hacer lo que les viniera en gana, la hermana menor tenía para ese tiempo unos trece años, el mayor, catorce, yo tenía quince, también estaba un vecino hoy militar al que le perdí la pista hace un rato, el noviecito de la muchachita, también para la época ese tenia quince años y otro aspirante a novio de la muchacha que terminó por hacerse amigo de la casa .
La curiosidad infantil es una cosa muy seria, cuando les conté lo que había pasado en mi casa, me propusieron jugar a la ouija pero una variante más artesanal y al alcance de quienes solo tienen para la merienda escolar, como buen descreído les tomé la palabra, nos hicimos de una biblia vieja, robada de alguna biblioteca familiar, un listón rojo y una tijera grande, se supone que si pones la tijera abierta en medio de la biblia, lo atas todo con el listón rojo, entre dos  toman los extremos de la tijera con la yema de los dedos índices de ambas manos, le puedes preguntas cosas, si gira a la derecha la respuesta es afirmativa, a la izquierda, negativa.
Así preguntábamos tonterías típicas de adolescentes, una tarde en que yo estaba en clases, al volver me encontré con la joven, estaba acompañada de algunos vecinos con cara de susto, me contaron que se pusieron a practicar con el nuevo descubrimiento hasta que la biblia se les soltó de las manos, dando vueltas en el aire, todos salieron corriendo hasta la acera en espera de que llegase algún adulto ya que el miedo no los dejaba entrar.
Aunque no era adulto, mi descreimiento pesaba más, así que pasé a la casa, efectivamente estaba el libro con la tijera y el listón en el piso, lo recogí, deshice el nudo, desarmé eso y no pasó más nada, me fui, tenía hambre.
Era un lunes, el viernes siguiente nos juntamos de nuevo, hablamos del tema, estábamos, los hermanos con sus respectivas parejas, el vecino del frente y yo, conversábamos sobre boberas , sentados en la mesa del comedor, yo estaba justo frente a la ventana, al filo de la media noche comenzó un ruido muy raro en la calle, todos pensamos que era el padre del vecino quien, hacia dos semanas, volviendo de una fiesta explotó los cauchos de su carro al estrellarse contra una acera, no existían teléfonos celulares en aquellos años , así que el señor volvió a su casa rodando en los rines sin cauchos, al día siguiente una grúa le cobró cara la gracia, así que el primer pensamiento lógico era que el señor había vuelto a tener otro accidente.
Al asomarme no vi nada, solo el ruido, cuando el ruido se hizo muy fuerte, mis contertulios gritaron para asustar a las mujeres (dijeron luego, aunque sospecho que tenían tanto o más miedo que ellas) , mientras eso pasaba, vi flotar por la calle una gran mancha, parecía un mantel, de tono anacarado con destellos de colores, como las conchas de las almejas por su cara interna, esa cosa flotó un segundo al frente de la casa, subió al mismo nivel de la puerta de madera, entre la casa y la calle habían como dos metros de diferencia pues la casa estaba construida como en una terraza, lo que haya sido flotó y se metió a la casa, la calle volvió al silencio normal de las primeras horas de la madrugada de un lunes.
El hermano mayor de esa casa, llevó a su novia a dormir, ella vivía en una casa vecina, los demás nos quedamos esperando que volviera por que la hermana menor no se quería quedar sola, ambos hermanos me dieron el encargo de cerrar la casa, al noviecito de la niña le prestaron una bicicleta pues él vivía a unas diez cuadras de distancia, en una urbanización vecina, yo pues me iba caminando ya que estaba viviendo a una manzana de distancia, los habitantes de la casa se encerraron a dormir con su mamá, tranqué las puertas, lance la llave por una ventana, grite lo que hacía para que supieran donde buscar la llave cuando se levantasen  al día siguiente, tranqué la reja y nos pusimos en camino, entre el susto y la sorpresa, cuando habíamos caminado unos diez metros, tras un árbol, en el jardín delantero de la casa, salieron unas voces de burla, se adivinaban unas sombras, me devolví para reclamarles ya que pensaba que los dueños de esa casa nos jugaban una broma, no había nadie, las sombras se reían, nosotros corrimos, el muchacho en bicicleta debe haber pesado como cuarenta kilos, era muy flaco, yo por el contrario pesaba más de cien, el muchacho al no verme correr tras él me gritaba, hasta que se dio cuenta que iba al frente, desaforado, hasta llegar a mi casa donde entré sin despedirme y fui directo a la habitación de mi abuela, ella me vio, se levantó, hizo un té de manzanilla para bajar mis nervios, escucho mi historia y asintió, para luego confirmar que esa casa estaba encantada.
La casa de mis amigos era originalmente de una familia que mi abuela conocía, de hecho el negocio se concretó gracias a sus diligencias, ahí caí en cuenta de que entre mi madre y mi abuela había una guerra silenciosa, no es normal que la suegra le consiga casa a una ex amante de tu esposo, ella (imagino) lo tenía como una batalla ganada.
La abuela, esa noche me contó que en esa casa antes vivía una señora amiga de ella, era muy viejita, seguro ya ha de estar muerta, me dijo que la señora en cuestión le tenía pánico a la casa y se negaba en redondo a quedarse sola allí, de hecho esa fue la razón de la mudanza de la familia en pleno, el hijo que vivía con su familia y la viejita tuvieron un susto mayúsculo cuando encontraron a la señora desmayada en la puerta de su habitación, decía haber visto una joven rubia de vestido azul paseándose por el pasillo, a las ocho de la mañana, no era ni de madrugada, esa misma semana mandaron a la señora de viaje y gestionaron la mudanza, le alquilaron la casa a la familia que en esos días la habitaba.
 Ahora entendía que lo visto y oído esa noche no era parte de mi imaginación y me fui a dormir.
Ahora que lo pensó, lo más raro de todo es que nadie más oyó ni vio nada esa noche, todavía recuerdo el estruendo como de cien cadenas que se arrastraban, la cosa blanca que flotó, los susurros y risas de las sombras en el jardín, pero ni la señora que dormía se despertó con el alboroto, ningún vecino metiche comentó nada, eso pone la experiencia en otra perspectiva, más pavorosa aun.
 Esos hermanos aun los frecuento vía redes sociales, la joven es hoy día, más de veinte años después, una excelente diseñadora gráfica, el hermano mayor, quien por esos días, a los 14 años tuvo su primer hijo, hoy es abuelo reticente ahora es tarotista, espiritista, mentalista y hasta adivino, con línea 800 y cuatro divorcios en su historial, creo que a partir de vivir en esa casa todos se llevaron una parte de esa aura sobrenatural, cada vez que paso frente a ella me provoca detenerme y tocar la puerta, pero no me atrevo ya que uno no sabe con qué se puede encontrar.



sábado, enero 14, 2017

Cuando la ficción es superada por la realidad

Cuando era niño la televisión en Venezuela estaba circunscrita a cuatro canales, por tanto las opciones de entretenimiento estaban limitadas a lo que esas televisoras pusieran al aire. En mi casa había un solo televisor cuyos horarios de uso estaban definidos por la programación, así los niños teníamos tres horas de caricaturas al día, los adultos tenían las telenovelas y los noticieros, la familia en pleno veía la tele, por tanto recuerdo haber sido “obligado” a ver más de una telenovela junto a mi abuela quien prefería tenerme cerca a no saber qué estaba haciendo pues era un niño bastante intranquilo, sobre todo porque era un niño que vivía entre adultos sin más amigos que los de la escuela.

Entre tantas telenovelas de aquellos años (principios de los ochenta creo) hubo una en especial que nos mantuvo en vilo, se llamaba “Estefanía” y narraba las desventuras de una mujer inmersa en la resistencia contra una dictadura, era un drama con ribetes históricos pues estaba encuadrada en la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez cuya caída había tenido lugar varias decenas de años atrás y de la cual muchos cercanos tenían aun recuerdos frescos de haber sufrido alguno de los rigores de la temida Seguridad Nacional que no estaba con muchos detalles para apresar a nadie y muchos menos para torturar a sus presos a fin de obtener información sobre enemigos reales o imaginarios.
Por supuesto eso para mi imaginación infantil era un shock total cuyo resultado fue el de automáticamente tenerle grima a los militares y policías a quienes asociaba inmediatamente con aquellas escenas de dolor e injusticia que proyectaba nuestro televisor de blanco y negro cuya presencia regentaba la sala familiar.

Ahora más de treinta años después puedo asegurar que cualquier cosa que viere en aquella telenovela se queda corta,  Venezuela no solo es víctima de las torturas más crueles, la policía, los militares y los políticos son delincuentes de alto vuelo, los presos conforman un sindicato del crimen que deja pálido a cualquier personaje de la TV que a usted se le pueda ocurrir ya que además de malos son socios de todos los niveles del poder gubernamental. Volviendo a la telenovela aquella, había un personaje cuya maldad se le salía por los poros, era un tipo que siempre aparecía bien vestido, traje muy elegante, flor en el ojal, peinado con gomina, cigarrillo con boquilla que aparentaba ser de nacar, de habla modulada sin estridencias pero con un aura de maldad difícil de ocultar, el actor representaba al jefe de la policía política de la época, un tipo llamado Pedro Estrada quien llevó la tortura y la muerte en los presidios venezolanos a extremos de refinamiento tales que todos le temían , tengo la certeza de que hasta sus jefes le tenían miedo pues al final de aquel gobierno ese policía no solo dirigía en persona los interrogatorios, también era el principal censor de los medios de comunicación y mantenía una red de espionaje internacional digna de la CIA o la KGB.

Ahora entre los muchos males, no conformes con estar ligados a cuanta porquería nacional e internacional ligada al tráfico de drogas se pueda pensar, también tenemos a un emulo de Pedro Estrada pero con nombre árabe y dicen que nacionalidad también, a diferencia de aquel otro policía este es (como si fuese poco) vicepresidente cuyo poder va más allá de lo que cualquier bárbaro de esos pueda haber soñado, con el mal sino de que es parte de las mafias carcelarias, el tráfico de drogas y hasta del terrorismo internacional pero con inmunidad parlamentaria y todas las ventajas de la tecnología para tener dominados a los habitantes de mi país.

Si no fuese tan trágico podría ser motivo de chiste, lo que siempre pensamos que era una exageración típica de la mente calenturienta de los guionistas  y que jamás se repetiría en un país cuyas instituciones democráticas a pesar de todos los defectos , estaban sólidamente cimentadas en un entarimado legal que no permitía  que tales desafueros se repitiesen en la historia, ahora, en pleno siglo XXI no solo se repiten si no que se magnifican por intermedio de un estado de terror que abarca todos los estratos socio económicos con una virulencia que hasta este momento solo pensaba posible en el terreno de la ficción pero que la realidad ha traído con más fuerza de la que nunca pudimos imaginar.

Solo resta rezar para que al igual que en aquella telenovela, exista un nucleo armado de resistencia que acabe con todos los culpables de tales desgracias pero que al igual que esa realidad tenga el coraje de ejercer sin culpabilidad todas las acciones necesarias a fin de que mi país vuelva a ser un hogar para todos los venezolanos, no esa cárcel tropical que ahora es.
José Ramón Briceño, 2017
@jbdiwancomeback