Estoy
espantado, horrorizado, asqueado y preocupado, resulta que al final todos los esbirros
son iguales sin pararle mucho al lado ideológico, leyendo las historias de
espanto, viendo las fotografías de rostros casi irreconocibles por los golpes
recibidos, cuentos de violaciones, imágenes y videos de golpes, patadas, jalones
de cabello y todo un catálogo de barbaridades que a diario alimentan las
noticias extraoficiales pues las oficiales lo ignoran y la prensa está
amordazada, por cierto, vaya mi repulsa más grande a los medios que se ha
doblegado ante la censura de la jauría miraflorina.
Hoy
domingo estoy con mi hija, por tanto estaba desconectado la mayor parte del día,
a esta hora logré zafarme de los abrazos de mi hija y me acomodé frente al
computador para ver lo que está pasando en mi patria. Es irreconocible, me gustaría
sentarme a hablar con los que predicaban la imposibilidad de estos horrores,
los que decían que solo a la ultra derecha se le puede ocurrir hacer
barbaridades de este tipo , esos que repetían como un mantra que si supiéramos como
ellos fueron perseguidos por los adecos sabríamos lo que es ser disidente, a
todos esos les pregunto desde mi esquina, ¿es muy revolucionario ese accionar
de los cuerpos de (in)seguridad del estado?, ¿muy de valientes patear señores,
señoras, abuelitos y muchachos solo porque les da bronca que no comulguen con
su pensar?, ¿es de demócratas no aceptar la disidencia ni la protesta?, ¿la
gente racional combate protestas a bala?, ¿violar a un joven con un fusil los
hace más hombres? Y para no hacer más grande la cadena de preguntas pues la
verdad se me ocurren miles ¿y cuando esto se acabe que vamos a hacer con tanto
odio?.
Si,
lo dije, odio carajo, no creo que las madres, los amigos, los familiares y toda
persona que se precie de ser gente pueda quedarse quieta con todo este carnaval
de espanto, desataron unos demonios que se alimentan de sangre, esos no se
sacian con poco y cada vez que se comete un acto de esa naturaleza el efecto
rebote decuplica el odio hasta cotas difíciles de imaginar y el hombre por muy
piadoso, inteligente, decente y hasta humanitario, cuando lo obligan se vuelve
el animal sangriento que la historia nos ha mostrado infinidad de veces.
Cuando
pienso en esto vienen a mi mente nombres como Papa Doc, Videla, Stroessner,
Stalin, Pinochet, Pol Pot, la funesta Digepol, la Seguridad Nacional, Pedro
Estrada, Adolf Hittler, Fidel, la CIA y hasta los pranes de cualquier penal
criollo, no puedo dejar de pensar en todos esos bárbaros sueltos, esos que usan
uniformes, los de las boinas, el odio campante en la calle con protección y
balas oficiales que se parecen tanto a los esbirros de la breve lista que
encabeza este párrafo. Todas las acciones de estos últimos días han eclipsado
los muertos por el hampa, que según leí en alguna parte la cuenta en lo que va
de año sobrepasa con creces los mil, sin hablar de los heridos, mutilados,
hospitalizados y demás que el hampa ha dejado como bajas en las calles y
hogares de mi país.
Volviendo
al tema, a pesar de todas las pestes que puedo hablar y despotricar sobre los
militares, debo llamarles la atención, ustedes tienen familias, amigos, hijos,
esposas y gente querida, ¿Qué tal si a ellos una noche los sacan en volandas
por ser sospechosos y de paso desaparecen?, seguro usted estará confiado en su
uniforme, los panas de la fuerza, el poder emanado de la parafernalia militar
pero ¿y si la orden está tan arriba que usted no puede hacer nada?, ¿ no le
remuerde la conciencia dejar que destrocen el país o a su ser querido porque
usted ignoró todo? ¿No se supone que ustedes los militares son los tipos más
valientes de la nación? ¿Qué son la primera línea de defensa ante el invasor
extranjero?, de responder afirmativamente alguna de estas preguntas o todas
mejor, creo que le toca hacerse terapia pues creo que no está haciendo nada de
eso que se supone le pagan por hacer, es más, su papel se ha reducido a
rebajarle la hombría por orden superior hasta hacerse lacayos o cómplices, eso
va también con los cuerpos de (in) seguridad del estado, los volvieron eunucos
y aun no se han dado cuenta, de ahí su ensañamiento con los muchachos presos. Por
cierto, los considero a todos culpables bien sea por acción o por omisión, si
no alzan su voz son tan culpables como los ejecutores.
La
cosa ahora no es de chavistas contra opositores, es un asunto de supervivencia,
entre esbirros cubanos, los criollos, el hampa, la represión y la pobreza
estamos flotando en una pestilencia complicada de ignorar, ojalá todos abran
los ojos, este momento debe ser de unión, ya ni paz provoca hablar, todos
hacemos un esfuerzo que los animales de chapa, los de boina, los de las motos
patean a bala sin que nadie se le mueva el más mínimo interés de solucionar
nada, la fuerza señores no sirve para reprimir pues provoca esto que está
pasando, muchos ya están hartos de tanta mierda y quieren un cambio, los productores
de esa materia fecal son los promotores de este desastre pues se sienten tan a
gusto que no se imaginan otro mundo, este que si queremos todos, de paz,
justicia, progreso y felicidad, pero la de verdad, no esa dictada por decretos
blindados de esbirros, saludos desde mi esquina a todos los valientes que están
pateando las calles y a los caídos mi más grande respeto, a los otros, mi
repulsa con mayúsculas y con luces de neón.
José
Ramón Briceño Diwan, 2014
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@neurocaotico