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miércoles, diciembre 26, 2018

Santeros


Santeros
A riesgo de ofender a algunos de mis lectores (muy agradecido por tener lectores por cierto) pretendo dejar constancia de un pensamiento que tiene muchos años dando vueltas por mi razonamiento. Cierta noche, mientras miraba los comerciales de una película de terror en algún canal de cable, pensé en lo graciosas que me parecen todas las películas de ese género espiritual-maléfico, quizás es porque vivo en Venezuela donde a cada instante te enteras de alguna cosa más espeluznante que la anterior. Dándome cuenta  que ya de tan “normal” miro esos eventos como algo cotidiano, sin mayor trascendencia, me espanto pues significa que terminé por acostumbrarme al horror como cosa natural y lo contrario es muy escaso, con ese pensamiento fui a dormir.

A la mañana siguiente, mientras tomaba un rutinario desayuno le seguí dando vueltas al tema por aquello de evitar pensar en el también rutinario viaje en el metro, como autómata matutino salí a la calle y mientras caminaba las diez cuadras que  separan el sitio donde vivo de la parada de autobús seguía pensando en los horrores naturales de por acá, sobre todo porque vivo en una barriada espeluznante donde ni los taxis se atreven a llevar pasajeros, razón por la que es difícil no pensar en los horrores nacionales con solo asomarse a la calle, como en todo espacio de este tipo hay gente de toda estampa, desde arrieros que a caballo, muy temprano bajan a sus conucos, malandros, mendigos, familias muy pobres y las menos que por algún misterio viven aquí, mucho motorizado, ranchos de lata, otras de cemento pero con techo de hojalata, en fin, todas las expresiones de la miseria.

Llegando a la parada vi una pareja vestida íntegramente de blanco cuyo cuello resplandecía de collares multicolores, eran los que por acá llamamos Santeros, algo bastante común en zonas populares donde hay una mezcla algo sórdida de religión católica  mezclada con la África y hasta el new age por aquello de la búsqueda del provenir protegidos por un ente sobrenatural más accesible que Jesucristo, esa mezcla va también salpicada por grados de perversión y maldad pues si bien la religión es usada por gentes sin mayor deseo que ganar la lotería o tener siempre un empleo, hay otros menos inofensivos que la usan para intentar estar protegidos ante la bala del enemigo buscado, la ley o la mala suerte lo que vuelve bastante perversos a los feligreses de esa ala, en medio de todo existe una serie de “sacerdotes” que ofician los rituales que incluyen sacrificios animales (hay quien dice que humanos también) estos además tienen poder sobre los espíritus, canales directos para obligar a su dios a conceder favores pero nada de eso es gratuito, los feligreses deben pagar con una tarifa no estandarizada al brujo por cada ritual, lo que genera una industria de millones, que casualmente está asentada en las zonas más pobres que ilógicamente es donde se gasta más en cualquier charlatanería.

Vi a la pareja, nos ignoramos como se ignoran los extraños civilizados en  sitios públicos y solo pude imaginar el inmenso caudal de la ignorancia de tales seres, es más, al exigirme mentalmente una razón menos visceral para calificarlos de esa manera apareció un argumento interesante, ellos convocan espíritus con quienes conversan, basándome en la idea de que son poderosos sobre toda la pléyade espiritual de su mundo también significa que todas las almas que no han resucitado debido a que aún falta para el apocalipsis (espero) , según eso pueden convocar a quien sea, lo que significa a su vez que con tanto muerto brillante que se pudiera convocar fácilmente quien pudiere hacer eso debería convertirse en el asesor corporativo con más éxito del mundo, imaginemos por un momento poder establecer una conversación con un premio nobel en literatura, un historiador, un periodista, científicos, médicos y hasta militares para solicitar asesoría sobre algún tema que de paso pudieron ser protagonistas y están enterados de detalles ignorados por la historia lo que daría bastante ventajas extras, si además el alma convocada puede ver el futuro pues tanto mejor, de ahí a generar el negocio de asesoría más rentable no habría más distancia que la inteligencia del poderoso médium  , el mundo no estaría tan a la deriva y ellos mismos serian una alta casta sacerdotal que no tendría que florecer en los escombros de los barrios bajos. Pero de manera ilógica solo se ocupan de algunas deidades comunitarias, es decir que quizás no han pensado que si a veces no se atienden las plegarias es porque los santos están ocupados con miles de pedigüeños humanos, y si se buscaran otros menos solicitados pues quizás las peticiones puedan tener más aceptación, todo eso hace que los piense menos inteligentes dentro de lo poco inteligentes que me parecen los fanáticos religiosos de cualquier fé.

Aunque en teoría la religión es algo inseparable de la naturaleza humana pues ello es una forma natural e inocua de llevar el peso inmenso de las cientos de miserias que sufrimos, genera profundas dudas cuando miras de cerca algunas expresiones de ella, como esa de la santería. Dudo mucho que pueda ser benéfico nada que apoye o prometa inmunidad a quien deliberadamente  haga daño a terceros, robe o cometa cualquier clase de fechoría, quizás tengamos que agradecer que todavía no les ha dado por querer establecer el estado independiente de la republica de Yemayá como hacen algunos extremistas con sus propios dioses y mártires , pero ya el hecho de que hagan negocios tan descarados para que los malvados hagan su fiesta es suficiente para repudiarlos, además claro de la forma tan desgraciada con la que manejan su supuestos poderes. Creo que ellos son muestra palpable del terrible flagelo del hirsutismo cerebral que asola a la población venezolana y que unos cuantos (bastantes por cierto) hacen pingues ganancias con los pobres seres cuyo cerebro sufre por estar ocupado en su mayoría por folículos plenos de hebras de vellos púbicos que ahogan sus neuronas hasta dejar solo las justas para que el organismo pueda seguir alimentando esa flora parasitaria , aunque la plaga ha infectado a la gran mayoría de la población nacional al parecer los barrios bajos son los afectados con más virulencia debido a la deficiente alimentación, quizás sea por eso que allí florezcan los santeros, a lo mejor también es la causa de que estén tan presentes en estos tiempos a pesar de lo eminentemente ilógico de su proceder.
José Ramón Briceño, 2018



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