La izquierda y la derecha al final se dan la mano por la espalda, tirios y troyanos no son más que una jauría de animales pendientes de eliminar a quienes los adversan, sin embargo por algún misterio del universo la izquierda se ha ganado una suerte de halo de santidad , pero la verdad es que tiene tanta o más sangre que otros regímenes, eso de endilgarle a una serie de personajes propiedades de representantes del pueblo, de que ellos son el pueblo , nunca han sido sanas, sobre todo para ese Pueblo que se resiste a ser borrego, a continuación y en contra de mi costumbre repetiré un articulo sobre las barbaridades que se han cometido en nombre del Pueblo en varios países comunistas y que seguramente es lo que nos tocará si estos salvajes de traje y corbata, comandantes de muchos otros de franelita roja , boina y retrato del che toman por asalto el país y se salen con la suya en eso de las comunas.
RUSIA
La
Revolución Rusa supuso desde sus inicios la implantación de un sistema masivo
de exterminio de los “enemigos del pueblo”. Mientras que los movimientos
izquierdistas anteriores propiciaron el terrorismo (es decir el asesinato
esporádico) como una forma de conquistar del poder, una vez alcanzado éste por
los soviets se implantó un sistema científico de exterminio que se dirigió
contra todo aquel que no estuviera de acuerdo con el régimen (y aún contra
muchos que lo estaban, en un ejercicio del terror ciego perfectamente
planificado).
La NKVD, la
GPU, la CHEKA, fueron los diversos nombres del aparato represivo en la URSS,
que culminó con la creación del GULAG, la red de campos de exterminio más
gigantesca en la historia de la humanidad.
Millones de
personas fueron aniquiladas por el régimen soviético: pueblos enteros de pobres
campesinos a los que se robó sus tierras y se asesinó, intelectuales y
estudiantes, trabajadores, hombres, mujeres y niños; familias enteras fueron
eliminadas por el socialismo real. Unos lo fueron por hambre, otros por tortura
(las mujeres, niñas y niños pequeños eran, además, violados), otros por
trabajos forzados, y siempre sin importar la edad ni el motivo.
El número
de asesinados en la URSS se calcula oficialmente en algo más de setenta
millones (70.000.000) de personas. Hay varios millones más de desaparecidos de
los que no ha quedado constancia documental.
EUROPA DEL
ESTE
La
conquista de los países del Este de Europa por la URSS al final de la II Guerra
Mundial, supuso la caída de millones de personas en su órbita de terror. Las
depuraciones (desapariciones y asesinatos) como las fosas de KATYN en Polonia,
fueron la norma. Millones de personas cayeron asesinadas por los esbirros del
socialismo soviético; las revueltas populares (Alemania del Este en el 56,
Hungría, Primavera de Praga, Polonia…), fueron reprimidas a sangre y fuego y el
número de desaparecidos nunca se llegó a establecer con precisión.
Algunos
historiadores dan la muy conservadora cifra de diez millones (10.000.000) de
asesinados por los distintos regímenes izquierdistas europeos.
- HUNGRÍA
En octubre
del 56, el pueblo húngaro, en un increíble acto de valentía, sale a las calles
pidiendo libertad y la abolición de la dictadura socialista. La militarización
de la economía, el empobrecimiento generalizado, la falta de libertades, la
sumisión del país a los dictados soviéticos, la brutal represión policíaca...,
son el caldo de cultivo de una rebelión que se generalizaba por todo el orbe
soviético y que es reprimida al más puro estilo socialista: sangre y fuego.
La tensión
el 23 de octubre con una manifestación convocada por estudiantes de Budapest en
solidaridad con el levantamiento polaco en
Poznan. Sin consignas, los jóvenes recogen el testigo crítico de los
intelectuales (agrupados en el Círculo Petofi). La protesta crece y en pocas
horas son ya cientos de miles. Ente la masa aparecen las primeras banderas con
el escudo comunista recortado y los primeros gritos exigiendo independencia y
democracia.
Un primer
grupo de manifestantes, alrededor de 200.000, entonando marchas de la guerra de
1848 se reúnen en la Plaza Kossuth. Un segundo grupo acude a la plaza de los
Desfiles, a la estatua de Stalin –una imagen fundida a partir de otras de
antiguos reyen húngaros-, y la derriba ante la pasividad policial. Una tercera
marcha parte hacia la sede de la radio donde pretende leer un comunicado para
exigir la retirada soviética y elecciones libres; aquí, los avos (la sanguinaria
policía política del régimen), sin esperar órdenes, disparan contra los
manifestantes y causan numerosas víctimas. Ya de noche, los manifestantes se
hacen con armas y toman el edificio. Ha estallado la insurrección armada.
Al día
siguiente, los enfrentamientos se generalizan por la ciudad y 10.000 soldados
soviéticos refuerzan a los avos. Mientras los consejos obreros se hacen con el
poder poco a poco.
Hasta la
madrugada del 27 al 28, un indeciso Imre Nagy, primer ministro, navega entre
dos aguas: trata de calmar al Kremlin mientras alaba a los combatientes. Esa
noche, al fin, decreta un alto el fuero y los “contrarrevolucionarios” pasan a
ser un movimiento democrático nacional. Las tropas rusas son retiradas de
Budapest pero rodean la capital. Un día después, el primer ministro, consciente
de que la invasión es inminente, anuncia la retirada del Pacto de Varsovia y
pide ayuda a la ONU, que responde con el silencio. Radios clandestinas informan
de la llegada de 200.000 soldados y 6.000 tanques rusos.
Las tropas
entran en Budapest a sangre y fuego el día 4. Los milicianos y el Ejército
húngaro resisten casi sin armas casa por casa. Nagy se refugia en la embajada
de Yugoslavia y tras el final de los combates, saldrá con un salvoconducto
ruso, pero es detenido y tras un juicio de dos años, ejecutado en Rumania.
A pesar de
la valentía de los sublevados, y de su ingenio para poner fuera de combate los
blindados, con todo tipo de artefactos de fabricación casera, la represión
soviética es brutal. El último foco de la capital es borrado del mapa el día
10. Las cifras hablan por sí solas: 3.000 muertos en combate, 350 ejecutados y
200.000 refugiados. Al más puro estilo estalinista, 26.000 húngaros serán
procesados, 22.000 condenados y 13.000 enviados a campos de concentración.
Desde el
cobarde Occidente, ni una sola protesta. Auxiliarles habría alterado el difícil
equilibrio de la Guerra Fría. De hecho, la Revolución de 1956 en Hungría les
“incomodó” por la distensión iniciada en 1953 tras la muerte de Stalin.
CHINA
La
implantación del régimen socialista en China siguió las pautas del resto del
mundo. Millones de muertos de hambre por un sistema económico proyectado por
dementes; millones de deportados que murieron en los traslados masivos y
forzosos de población; millones de encarcelados, violados, torturados y luego
fusilados, todos sin motivos, sin garantías, sin juicios…, en nombre de la
“construcción del hombre nuevo socialista”.
La
Revolución Cultural, desatada por Mao poco antes de su muerte, con su vuelta al
“purismo” socialista (es decir al asesinato como arma política) volvió a
extender una pesadilla de terror sobre todo el país, que originó casi diez
millones más de muertos (10.000.000) y destrozó lo poco que económicamente se
mantenía en pie.
Las cifras
más optimistas, es decir las plenamente constatables, nos hablan de una masacre
socialista en China de setenta y cinco millones de muertos (75.000.000); eso
sin hablar del Tibet, invadido en los años 50 y cuya población está siendo
exterminada lenta y sistemáticamente por Pekín. Cárceles y campos de exterminio
levantaron el régimen socialista y lo mantienen en pie.
CAMBOYA
Ejemplo
típico de país asiático asolado por la izquierda. Los jemeres rojos (apoyados
al principio por Viet-Nam) asesinaron a
dos millones de habitantes (2.000.000) de un país de cinco millones, en una de
las masacres más absurdas y terroríficas de la historia de la humanidad, donde
cientos de miles de cadáveres quedaron esparcidos por los campos de arroz del
país. La película “The killing fields” reflejó con bastante aproximación este
salvaje horror.
Distintos
países de Asia siguen sufriendo regímenes socialistas, guerras civiles o
guerrillas izquierdistas que los asolan con sus terror planificado. Viet-Nam y
Corea del Norte, siguen en estos momentos la tradición socialista del
asesinato, tortura y violación sistemática de todos los derechos ciudadanos,
además de exportarlo a sus vecinos.
CUBA
El único
país Iberoamericano que sucumbió de manera completa al socialismo real ha sido
Cuba. Desde la llegada de la banda de Fidel al poder, cientos de miles de
personas han perdido la vida a manos de estos criminales izquierdistas, las
cárceles están llenas de presos de conciencia, sin juicios y sin cargos, y los
que pierden la vida en su intento de escapar de la dictadura se cuentan por
miles. Toda la isla es una cárcel. Dar una cifra de asesinados por el
socialismo cubano es imposible, pues ésta se incrementa día a día. Además Cuba
se ha convertido desde hace años en lanzadera de las guerrillas y del
narcotráfico hacia toda América.
Son muchos,
además, los países americanos que llevan sufriendo el acoso de la guerrilla de
izquierdas que, si bien está en franco retroceso, ha originado en el el cono
sur de América otro rosario de cientos de miles de muertos, la mayoría población
civil inocente (un ejemplo: el heroico “Che Guevara” tiene en su haber
–documentado con certeza- la muy meritoria cifra de 179 muertos, torturados y
asesinados directamente por sus manos en la prisión cubana del Morro).
ESPAÑA
La historia
de la izquierda en España es similar a la del resto del mundo: terrorismo,
golpes de estado, guerras civiles, muertes, violaciones, saqueos…, todo en
nombre de un supuesto mundo mejor, de una nueva sociedad (¿cuándo los asesinos
han creado algo nuevo o mejor?). Sucintamente y dejando mucho en el tintero:
-
Sublevación de Jaca: el 12 de diciembre de 1930 se produce en Jaca un
levantamiento militar contra el gobierno legítimo de la nación. Muere un número
indeterminado (aunque afortunadamente pequeño) de militares y civiles en su
sofocación. Fue planeada y dirigida por
el PSOE.
- II
República: 14 de abril de 1931 se proclama la II República, después de una
elecciones municipales perdidas por la izquierda (tres concejales a uno).
Inmediatamente comienza el asesinato de personas no izquierdistas, violaciones,
robos, quema de iglesias, destrozo de monumentos, saqueo de tesoros artísticos…
Se aprueba la Constitución en el Parlamento, sin ser votada por la ciudadanía.
La Ley de Defensa de la República suspende arbitrariamente el derecho de
expresión, instaurando la censura de prensa, cerrando cien periódicos y
castigando con multas a los que se manifiesten no republicanos. En la
sublevación de Asturias en octubre 1934, la izquierda liderada por el PSOE se
levanta en armas contra el mismo régimen que ellos trajeron para implantar una
“república socialista soviética”, mueren 1.500 personas en toda España en los
enfrentamientos; se destroza y se saquea el patrimonio artístico. “Honorables”
izquierdistas se forran con la república (Negrín robando y evadiendo divisas
amasó una fortuna de 370 millones de francos). Calvo Sotelo es amenazado de
muerte por Casares Quiroga (socialista) en el Parlamento y después asesinado
por los Guardias de Asalto del gobierno de la República, como muchos otros
centenares de los que no se ha vuelto a saber y que habían sido “paseados”
anteriormente.
- Durante
la Guerra Civil, la República, eficazmente auxiliada por comisarios políticos
rusos, instaura un régimen de terror basado en centros de tortura llamados
checas. Paracuellos, Aravaca, Torrejón, Usera…, son los nombres de las fosas
donde más de 12.000 personas fueron asesinadas por orden de Santiago Carrillo,
siendo de ellas casi mil niños. Cientos de miles de personas en el resto de
España desaparecieron en la zona roja -muchos izquierdistas entre ellos- y aún
hoy no se sabe su lugar de enterramiento.
- Ya en la
“democracia”, la izquierda española vuelve a matar (ETA -mil muertos-, GRAPO
-casi cien-) y sus correligionarios ideológicos justifican siempre esos
asesinatos. En este momento el PSOE negocia para dar la victoria a los asesinos
etarras, es decir, a los suyos
Fuente
http://usuarios.multimania.es/falangesgallegas/genocidios.htm