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viernes, enero 06, 2017

En Busca de un mundo perfecto (capitulo 8)

8

Cuando se fueron los ex alumnos, nos ocupamos de seguir bebiendo y conversando de la lejana Maracay, los conocidos, los amigos comunes, las playas, ríos, selvas y hasta mujeres de su tierra, fue una noche de nostalgias, plena de recuerdo, de tiempos idos, evitamos adrede el tema de la reunión , se hizo de madrugada, un apretón de manos y otra cita, esta vez en un café del centro, apuntes en mano, de día, para poder conversar debidamente sobrios sobre la crisis compartida, Ramiro no olvidó recordarme que todavía tenía preguntas pendientes ,a ver si lo terminaban de convencer para abandonar el tan incómodo yugo en el que  vivía con los hábitos. Cuando llegué al hotel, encendí la computadora, googleé al nuevo amigo, así confirmé lo que  había contado sobre su historia de vida, revisé las redes sociales para constatar que el país estaba igual que hace tres meses, le escribí a mis  hijos, ignoré los correos de las ex esposas,  por ultimo vi algo de porno, que solo sirvió para terminar recordando a Susana. La secretaria del departamento de física de la universidad donde laboraba
Una joven señora de unos treinta y tantos, de mirada inteligente, cuerpo lascivo, que después confirmé tenía cama incendiaria, ella me acompañó por el lago trecho que precede al divorcio, me mostró que entre el porno y la cama no existían más limites que los autoimpuestos, sin palabras me llevó odiar un poco más a mi esposa, esa frígida,  sosa mujer en que se transformó la otrora hada de los bosques de cuerpo cálido sumado al abrazo amoroso, con quien terminé teniendo sexo por obligación, hasta que esta secretaria se atravesó para estrenarme en eso de los amores secretos, fue en el laboratorio de física, sobre los exámenes finales, ese día por primera vez fui consciente de que no estaba viejo, era la herrumbre de un matrimonio fósil lo que me avejentaba.
La panza se fue, el cabello comenzó a salir de nuevo, la mirada brillaba y la paciencia se acortaba, los fines de semana sin Susana, se transformaron en fiestas privadas  con mis hijos mayores, la bruja de mi esposa se resintió un poco más, al final se refugiaba entre la sacristía, las viejas de la cuadra, la casa materna, los rosarios de tres, el bordado de punto y el chisme insidioso de todas las beatas envidiosas.

 Nunca más volví al lecho matrimonial más que en contadas ocasiones en que el envalentonamiento del alcohol me invitaba a estrellarme en esa cama fría bajo la mirada impertérrita de un cristo de madera que parecía vernos  con cierta envidia desde su tarima de dolor.

El divorcio era un proyecto que quería y rechazaba al mismo tiempo, la idea de separarme de mi hijo más pequeño y volver otra vez a pasar por el carrusel de tribunales, abogados para volver a quedar arruinado no me permitían tomar la decisión,  aunque de mi esposa ya lo estaba de hecho, hacía más de un año atrás cuando me mudé a la habitación de la planta baja, territorio liberado de la mano férrea de la esposa maniática del orden monacal, Susana acabó con los últimos resquicios de la resistencia de la costumbre,  inyectó una vitalidad que creía perdida, nunca más compré Sildenafil, al final, era la frialdad de la cama matrimonial lo que  daba impotencia, la sensualidad de esta otra  hizo que recordara los años mozos de sexo descontrolado.

Con esta secretaria, licenciada en educación , a la sazón becaria de posgrado ya que ganaba más en ese cargo que como maestra, volví a la vida, olvidé  todo solo para lanzarme al vacío de su cuerpo, probé cientos de cosas, incluida una amiga cercana que una tarde de domingo, en que ambos reposábamos de una sesión de sexo,  apareció en el apartamento de Susana con un par de botellas de vino más un porro de yerba fresca, fumamos, bebimos, nos reímos, filosofamos y terminamos en una madeja de cuerpos donde nadie sabía a quién tocaba o besaba, esa fue la primera vez que no fui a dormir a casa, mi esposa constató que afuera había otra, el lunes, cuando por fin volví , mi mujer me recibió como de costumbre, acosté a dormir al niño hasta que la señora me llamó a su cuarto,  dijo que sabía muy bien que existía otra, sin embargo que ni soñara con el divorcio, ella no se separaría jamás, para eso había prometido en el altar que solo los separaría la muerte, pero nunca jamás iba a ser bienvenido en el lecho conyugal, desde ese momento solo serían los esposos amorosos puertas afuera, en casa, volverían a ser extraños, buenas noches y ojalá te mueras mientras duermes para poder ser tu viuda, así evitar  el mal gusto de saberte feliz con otra,  dijo a modo de despedida.

Ese lunes en la tarde comenzó una batalla se silencios en la casa, el inicio del fin, no hubo lágrimas (no que yo presenciara cuando menos) , lamentos ni preguntas, todos sabíamos nuestras culpas y se asumían sin problemas, fue el desenlace natural para dos seres que no crecieron intelectualmente juntos, mientras  andaba tras un libro, una investigación, un curso, estudios nuevos, congresos, clases y conferencias, ella se recluyó en casa, haciendo el papel de esposa devota, limpieza, cocina, rezo, cotilleo, misa y cama desangelada, guardó su título de profesora bajo el anaquel de la ropa interior para dedicarse a olvidar sus sueños de juventud, imagino que para equilibrar eso se volvió ciudadana ejemplar, pertenecía a la cofradía de la iglesia parroquial e hizo algunos estudios de teología tan serios como la política nacional.

En fin, hubo divorció mucho antes de la separación legal, la dinámica del hogar fue asesinando la vida marital de a poco, no fue algo premeditado, ella en su simpleza pensó en que algo tan “sucio” como el intercambio de fluidos no destinado a la procreación tenía que ser pecado, así se lo hizo saber al padre Cesar, un joven con maneras sospechosamente femeninas, el cual se había transformado en confesor y confidente de las señoras, quien las aconsejaba rodeado de unos monaguillos de mirada lánguida cuyas cejas pulcramente sacadas dejaban poco espacio para la duda, en cuanto su preferencia sexual cuando menos, no es que fuese un crimen, es que a todas luces atenta en contra de eso mismo que profesan, la imagen de un monaguillo homosexual es tan correcta como la de una prostituta dando clases de ética y formación moral.

Ese cura confirmó su tesis, ella interpretó eso como una señal divina, entorpeció los preliminares del amor de sábado en la noche con excusas de menstruación, hijo dormido en la cama, dolores de cabeza y hasta la exigencia de rosario nocturno para santificar el acto, que, en los pocos casos en que la urgencia de las hormonas me obligaban  a claudicar, era un acto mecánico, sin pasión, besos, rasguños ni quejidos de placer,  como estar con una almohadón tibio, grande, pues la señora, había engordado veinte kilos por culpa de las galletas, tortas y dulces que fabricaba para colaborar con la economía del padre Cesar y sus monaguillos exóticos, todo se terminó de desbarrancar cuando, en un arranque de frustración, le grité ballena verde, beata de mierda y me fui a la habitación de abajo con los libros, la conexión a Internet, donde constaté que a veces las mujeres de vidrio y la mano derecha son más satisfactorias que la ballena encallada en que se transformó ella.

Antes que la rabia me alcanzara a través de los recuerdos, tragué una pastilla mágica que logró hacerme dormir hasta que la alarma del teléfono sonó con la falsa urgencia de todas, tenía una cita en el café, apenas eran las nueve de la mañana, la resaca hizo de las suyas otra vez,  jugo de naranja con dos pastillas para la jaqueca que pidió a la habitación,  una ducha, el abrigo y a la calle para cumplir con lo pautado.
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domingo, junio 26, 2016

En busca de un mundo perfecto (capítulos 5 y 6)

5

Se llama Elena, mide un metro setenta, medidas perfectas y sexo deslumbrante, me volví a casar antes de un año, pero una vez instalados en mi apartamento de Caracas, la mujer no se pudo acostumbrar a la rutina de fines de semana con mis hijos pequeños, una vez la sorprendí intentando castigar a la niña, a los tres días ya estaba en un avión con destino a la casa de sus padres, nunca más la volví a ver, aunque debo admitir que aun sueño con ella, creo que se volvió a casar con un jugador de polo, ojalá sea feliz.
Anduve al garete por un tiempo, salí con varias estudiantes y algunas profesoras, sexo sin compromiso, fines de semana con los hijos, hasta que me tropecé con Inés, mi última esposa, la dejé hace apenas unos meses, cuando constaté el asunto este de la inexistencia de Dios tal y como lo conocemos.
 Lo de Inés no fue amor a primera vista, me fastidiaban un poco algunas de sus manías, como esa de misa dominical, casa familiar con altar en la sala, capilla en el jardín, conversa piadosa y prohibición de alcohol, sin embargo, era para ese momento una hermosa veinteañera, brillante, con notas excelentes en la facultad de educación, donde se había graduado con los máximos honores, inteligente, bella, le caía bien a mis hijos, se querían, aunque el sexo no era muy bueno, me dije que una vez lejos de padres y viejas de la iglesia quizás mejoraría, ya necesitaba sentar cabeza, para lo demás estaban los amigotes de la infancia, quienes aún  frecuentaba, eso cubría sobradamente la cuota de parranda necesaria para el equilibrio mental.
La cosa empezó bien, ella muy enamorada hacia un real esfuerzo, se tragaba a los amigotes, ellos, no se sorprendieron pues parte de la amistad es ver a las novias sin preguntar mucho,  la trataban con la sutileza plena de desinterés, propia de quienes perciben el desastre pero no quieren herir al amigo.
Tuvimos un hijo, ahí comenzamos a distanciarnos, yo le peleaba pues lo pretendía transformar en un beatito y eso mi amigo es síntoma de mariconería en mi pueblo, al final, a mis primeros cuarenta años dormíamos en habitaciones separadas por la excusa de mi ronquido, mi tufo a cigarrillo y mi mal humor, ¡de bolas!, ¿cómo no iba a estar malhumorado con tal arpía  en mi casa?, así vivimos unos años hasta mi crisis existencial, donde oriné la sotana al arzobispo, en misa de ocho, fui preso y ¡por fin!, me abandonó, le di el divorcio, pensión para el niño, me quedé con mi casa, ella se fue con la otra bruja de la suegra y el maricón del suegro, habíase visto tal viejo pendejo carajo, perdón Ramiro, es que me molesto cada vez que me acuerdo de ellos, ha de ser, esta nueva vida que me tiene intolerante.
 6
Antes de la universidad la verdad me había convertido en una espina en el costado de mis pobres viejos, bebía, fumaba y me perdía entre faldas, no respetaba ni a las primas, como tenía excelentes notas me lo podía permitir, aunque mi mamá lloraba por las noches cuando me sentía llegar borracho a los 16 años, mi viejo aunque asustado estaba orgulloso de que su retoño fuese un calavera con inteligencia, quizás algunas peleas, disparos, puñaladas que jamás me acertaron, un par de fracturas y algunos deslices de faldas, pero nada serio, por cierto, ahora que lo pienso, ¿dices ser del Moján no?, si –dice Ramiro- ¿por?, es que los padres de dos de mis grandes amigos son de allá, uno es médico especialista, el otro artista plástico con varios premios en su haber, ambos se llaman Luis y fueron compañeros de tragos y excesos en mí ya lejana adolescencia.
Ramiro dice que son primos de él, que pequeño es el mundo, que cosa tan graciosa, descubrir un amigo de mis queridos primos orinando la Fontana di Trevi, muy gracioso, hasta increíble, deja que les escriba, seguro se reirán mucho.
Pedí por favor que les dijera a sus primos que nos conocimos, de seguro les parecerá muy graciosa la cosa, Ramiro me mira fijamente  y dice que cuando era niño recuerda que sus primos andaban de farra y que un tipo flaco de cabello largo que se parecía a él, debe haber tenido unos ocho años en esa época, a lo que le respondo que es factible y repetimos a coro mientras bridamos, ¡Que pequeño es el mundo carajo!.
Ramiro cuenta que para él la cosa fue complicada, precisamente por esos primos calaveras, su mamá les tenía mucho miedo, la verdad no eran primos de sangre, pero su padre y el de ellos eran amigotes desde el kínder, que a pesar de las distancias aún se veían para beber hasta olvidar sus nombres, su madre (la de Ramiro), llevaba el matrimonio como si de una penitencia le tocase, su padre al final ya lo sabía pero lo toleraba, al final pasaba más tiempo en la finca entre sus hermanos mayores, peones, vacas, toros, compradores, guerrilla, autodefensas, cervezas, rones y quien sabe que más, así que el viejo le daba dinero a borbotones a mi mamá, ella simplemente vivía para mí, me llevaba a misa, me metió en la pastoral y ya cuando tocaba escoger profesión me dejé convencer y aquí me ves, con treinta años , prontuario de faldas, crisis de fe, en un bar venezolano donde lo único venezolano es el ron y el idioma, hablando con otro de los calaveras odiados por mi vieja.
El seminario fue un tormento, muchos de mis compañeros tenían una tendencia marcadamente homosexual que todos veían e ignoraban, las noches de los primeros meses fueron de golpes para defender mi hombría, creo que le fracturé la cabeza a uno muy insistente, mi madre habló con el obispo que a la sazón era primo tercero de su abuela y resolvió la cosa, al joven lo trasladaron a otro seminario, en cambio a mí me salió reprimenda de avemarías, padrenuestros, sin fines de semana ni vacaciones, haciendo de catequista de la parroquia, allí , en plena sacristía, una señora joven y bella pues la parroquia era al este de la ciudad capital, satisfizo su curiosidad regalandome el mayor de los presentes que un joven podía aspirar, tenía una piel de porcelana solamente profanada por unas pecas que demostraban su afición al mar, unas curvas de infarto producto de horas de gimnasio, cremas y cirugías, me volvió loco, quería colgar la sotana, nunca jamás volver, pero mi vieja tenía aun poder sobre mí, era muy joven y no me permitió dejar los hábitos, so pena de maldecirme,  hizo especial hincapié en no decirle a mi viejo pues sabía que me apoyaría.
Ahora sé que esta imposición del sacerdocio no era más que una manera de castigar a mi padre, pero en fin, una vez que aquella hermosa señora me ayudó a conocer el cielo, aparecieron otras, la noticia se regó como un buen chisme, me comenzaron a llover invitaciones, señoras y señoritas en flor se me ofrecían sin pudor, hasta que la cosa llegó a oídos del padre de la parroquia quien, para defender su feudo, me devolvió al seminario a terminar mis estudios, ya calmado el escándalo, los terminé e hice una maestría en derecho canónico.
Al terminar los estudios hice trabajo social en una escuela que estaba ubicada en una barriada muy pobre al sur del estado, allí la cosa se puso peor, otra joven me sedujo, lo que no sabía es que la tal era novia del peor malhechor de la zona, una noche le llovieron tiros a la iglesia, al amanecer descubrimos que habían fusilado al cristo de la pared, la imagen estaba en el piso con los ojos vendados y casi destruido a disparos que parecían hechos a quemarropa , el padre entendió el mensaje.
El padre hizo algunas llamadas que lograron encontrarme una parroquia en  la selva, muy lejos de los disparos citadinos, el aislamiento me calmó, aunque las hormonas me volvían loco, al final logré contar con la complicidad de unos primos cercanos que tenían una mina, ellos contrataba prostitutas de lujo, gracias a una cuenta bancaria, alimentada por mi padre, que ya estaba en conocimiento de mi debilidad por la carne, pues en un momento de crisis le pedí ayuda, me  permitía hacer frente a esos gastos sin que se resintiera la caja de mi parroquia.
Al año en la selva y habiendo ido de incognito a la mina de mis primos  instintos a buscar lo que no se me había perdido, me harté, sin decirle a mi madre, fui a la finca, hablé con el viejo, quien por cierto descorchó un whisky que tenía guardado para una ocasión especial, mató un toro y montó fiesta, la excusa era la visita de su hijo, el cura, pero ambos sabíamos que la parranda era por comprobar que su benjamín es todo un hombre, a pesar de los deseos maternos, jamás lo había visto tan feliz.
Mi padre invitó a mucha gente, además de todos mis hermanos en pleno, los tíos carnales y por afinidad, los notables del pueblo cercano, hasta  de la capital del estado, llegaron atraídos por el alboroto, las caravanas, los fuegos artificiales a la fiesta patronal del feudo personal de mi familia.
Al terminar todo e irse los invitados, en una encerrona con mis hermanos mayores y mi viejo, donde nos decidiríamos que hacer, al final decidimos mover las influencias para que me licenciasen por un año en el cual debo buscar la manera de que mi vieja no muera de un infarto cuando deje este presidio sin barrotes de la sotana.
Es que a sus años está enferma, seguro le da algo a la pobre, no de la tristeza, si no al constatar que mi viejo tenía razón, este oficio no es para mí; tú, amigo Hugo, has aparecido con la excusa perfecta, te voy a ayudar a lograr demostrar tu tesis, así lo de yo dejar la sotana será un acto natural y no el resultado de un desastre hormonal, por lo menos para mi conciencia de hijo menor.
Mientras conversábamos, se armó un alboroto en el restaurante, un par de venezolanos gritaban algo sobre que yo era su  profesor.  el ruido de los gritos llamó mi atención y  los invité a  la mesa, eran una pareja de caraqueños, de menos de treinta, ex alumnos aventajados de la época en que fui mentor y posterior tutor de posgrado, hubo saludos y abrazos, los recién llegados invitaron una ronda de tequeños de jamón serrano con queso manchego, una exquisitez impensable en Venezuela pero en Europa eran casi normales, a pesar de que los tequeños no son naturales de allá, pero entre la efusión del momento, las presentaciones de rigor, la alegría de oír otro acento familiar en tierra ajena, comentaron  la razón de su presencia, de paso dijeron que la alegría era mucha pues hace unos días, otro compañero, vía email, les dijo que yo estaba recluido en un sanatorio por haber orinado el altar mayor de la catedral, según, en estado de locura temporal producto de una crisis nerviosa causada por mi reciente divorcio.
 Les aclaré que es una verdad a medias, pero fue al contrario, primero cometí la fechoría y luego mi mujer me dejó, lo de la crisis nerviosa fue por otra cosa, les expliqué que andaba enredado pues me había tropezado con la verdad tras la gran mentira occidental de la religión cristiana y sus derivados.
Los recién llegados, se miraron y sonrieron como muestra de incredulidad, al notar el sarcasmo en la mirada de los exalumnos, les solté a quemarropa una reflexión. Jóvenes, piensen por un momento, si la religión fuese un asunto original, tal como nos lo enseñan desde la más tierna infancia, ¿Cuál es la razón para que todas, las pre cristianas y la sarta de seguidores de las cristianas, incluyan en algún punto del ritual el pasaje del sacrificio?
 Aprovechando la ocasión, de nuevo a la carga, ¿Cuál será el motivo para que todas las religiones de los últimos cinco mil años se parezcan tanto?, ahí se las dejo, ahora, cuando tengan alguna respuesta más o menos coherente, me la envían a mi email para no leerla jamás, disculpen mi franqueza queridos amigos, es que la mayoría de los seres humanos se niegan a aceptar que hemos sido timados, no es que no exista un mundo espiritual, es que el asunto de dioses, santos, vírgenes, altares y rituales al final no es más que la constatación de que la humanidad sigue entre dinosaurios y cuevas, la caverna, la de platón, aún pervive en el inconsciente colectivo, mejor brindamos por la vida y nos dejamos de pendejadas que esta Roma eterna, sin malandros ni el caos tropical debe agradecerse a pesar de los italianos con su nula simpatía.

Los otros asistentes al restaurante también alzaron sus copas por el brindis, pues este fue invocado en voz alta, todos allí eran refugiados de la misma guerra que se quedó a miles de kilómetros, entre sol, tierra, playas, ríos, montañas y sabánas, luego del brindis, un silencio pesado cayó sobre el local, hasta la cocina quedó suspendida en su silencio de nostalgia, allí también la violencia y el recuerdo había dejado huella, pasado un minuto o menos, todo volvió a la normalidad.
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domingo, mayo 01, 2016

Un mundo perfecto , capitulo 3 (novela)

Hoy , como cada domingo que tengo oportunidad les estoy trayendo el tercer capitulo de mi novela , los dos primeros tambien los pueden leer en este blog (Capitulo uno y capitulo dos ) recuerden además que la novela está en venta en Amazon Un mundo perfecto (novela completa para descargar) 
3
De vuelta en el hotel, hablé vía skype con mis hijos  para luego caer dominado por la resaca. Dormí catorce horas de un tirón, tuve una pesadilla, en ella estaba sentado al pie del salto Ángel admirando el paisaje cuando salió de la selva un tipo como de dos metros de estatura, vestido cuan explorador inglés del siglo XIX, con estampa más bien nórdica, tenía acento zuliano, se acercó tranquilo y sin aspavientos, como si fuese casualidad, al verse de frente  invitó un porro que acepté sin vacilación , recuerdo que dije a mi extraño interlocutor que la había probado unos años atrás, cuando hacía  posgrado de  física nuclear y por ocio entraba de oyente al doctorado de biología molecular en la Universidad de Oxford, fue con unos  canadienses, también maestrantes , al recordar las sensaciones de aquellos años, esa de la ingravidez me fumé lo que ofrecía sin pensar mucho, en seguida sentí una paz difícil de explicar, de pronto desapareció todo y solo se escuchaba la voz del gigante maracucho que  decía, entre risas que se dejara de esa vaina de negar a Dios, que no importaba que supiera la verdad, pero que la gente lo iba a rechazar y que terminaría  loco.
En el sueño intentaba una discusión teológica  ya que creía firmemente en la verdad científica, el gigante se burló espléndidamente, comentó que (yo) era famoso en la otra dimensión, ya habían hecho apuestas en el bar sobre si terminaba loco o era aceptado,  le dijo que se había metido en sus sueños sólo para obligarlo a reflexionar por ese tema, también me dio la razón, ciertamente la iglesia era un parapeto y todas las religiones una farsa, pero que los humanos normales eran felices en su mediocridad, no tenía sentido sacarlos de su error, que hace más de dos mil años se intentó hacer cambiar a la gente y cada tanto algún enviado bajaba a intentar hacer su parte, pero nada, la gente prefería matarse por pendejadas, crearon sus religiones, las convirtieron en guetos, se inventaron libros sagrados, los usaron para matarse y hasta allí la cosa, se decidió, desde este siglo XXI, dejar la vaina a los humanos, en algún momento todos se morirían o se matarían, allí comenzaría una nueva tarea.
Mientras tanto en la otra dimensión, decidieron dejarse de peleas entre “buenos y malos” satanás hizo una apuesta con Jesús, el Dios padre dio su aprobación y ahora pues ustedes (los humanos) son una versión macro del juego ese de Sim City, cada uno es un personaje y lo manejan según el estado anímico de su controlador, esa es la razón para tanta locura, por eso ahora Cuba  es miembro del comité de derechos humanos, los chinos ya no son comunistas además quien quita si las carmelitas descalzas terminen siendo una transnacional del sexo con todo y canal porno, todo depende de la creatividad de los apostadores.
Desperté sobresaltado a media mañana, sudaba como poseso y agradecí tener todavía lexotanil que no me había tomado desde que, en el aeropuerto de Venezuela hace apenas  unas semanas, estuve a punto de batirle por la cabeza a un guardia la computadora cuando este pretendió que la encendiera para poder ver el contenido de los documentos que portaba, igual le grite, lo insulté y hasta lo amenacé, pero gracias al hijo de un amigo de la familia, quien por su envestidura de oficial en servicio me sacó del apuro, y  como regaló  dos pastillas para bajar la presión.
Este sueño me dejó demasiado ansioso, así que me voy a tomar las pastillas, no importa que sean de  seis miligramos cada una, cuando por fin hicieron efecto me sentí relajado, como en el sueño, tomé nota mental, toca visitar Uruguay apenas pueda para probar ese milagro sin quebrantar las leyes, me di una ducha caliente y salí al encuentro pautado el día anterior con  el cura.
Llegué puntual a la cita, aunque el desgraciado  taxi me cobró el equivalente a tres meses de sueldo en Venezuela,  por el momento eso no importa, total, tengo un préstamo, además, mientras le pagaba al taxista pensé con cierta satisfacción en la cuenta corriente que tengo en Panamá, donde me depositan las ganancias de los libros, si bien  la verdad no es tanto,  si es lo suficiente para estas vueltas de locos en las que ando.
 El cura ya  esperaba en una mesa, sonaba en el aire la música de un ensamble criollo, mezcla de virtuosismo académico con bandola llanera e instrumentos ajenos a esa tierra del sur, pero agradable, habían unos estudiantes italianos acompañados de otros tantos venezolanos que pedían a gritos Ron y tequeños de chocolate suizo a falta del de Chuao, hablaban todos a gritos, excitados entre tanta catira ojiverde con ganas de marcha latina. Continuación











jueves, abril 17, 2014

Adiós a ese señor que ahora debe tener unas alas enormes

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Quizás nadie más que unos cuantos lean estas líneas, a pesar de la costumbre no me puedo contener y aprovecho este jueves de ocio para escribir mi más que notoria admiración por el escritor que pobló mi infancias con una abuela malvada que prostituía a su nieta por haberle quemado a casa, un señor muy anciano con unas alas enormes que me causaba pesadillas exóticas, un par de magos malvados cuyo nombre era igual al de un señor, que según mi abuela hipnotizaba gallinas y caimanes en la televisión cada domingo. Ya entrado en la adolescencia me sorprendió con una familia tan dispar como la mía, cuya vida parecía gemela a lo que mi abuela contaba en las noches antes de dormir sobre los aparecidos, fantasmas y locuras que han perseguido a ese reducto que yo llamaba familia, pero que vivió cien años en soledad acompañada, esa familia de apellido con sabor a mediodía de vacaciones que se apañaba de las tristezas tal como lo hacía con las alegrías, muy al estilo latinoamericano que nos es tan familiar por estas tierras.

Deslumbrado por Macondo me tropecé en la habitación de la abuela mítica un libro que me dio las primeras lecciones de amor, esas que solo hoy, a los cuarenta todavía me conmueven, a pesar de su asociación a eso tan eso como lo es el cólera, las decenas de relecturas me muestran un universo nuevo cuando le sumo las vivencias y  me esfuerzo en recrear el mítico rio magdalena tan diferente a los ríos de mi estado natal, tan lejos de los mares interiores  de los estados del extremo sur de mi país. Terminando el bachillerato me enseño sobre el laberinto que fue el periplo de un general que va de salida y que años después es parte de una tesis de grado que urge escribir a pesar de las turbulencias de la política y el sobresalto de vivir estos tiempos, que por cierto me recuerdan muchísimo a aquel patriarca cuyo otoño pleno de locuras parece revivir en cada tirano tropical.

En fin, con estas letras me despido del genio Colombiano que nos engañaba con sus letras desde donde disfrazaba tan bien el aspecto autobiográfico de quien creyó en la magia del sol del sur, el verdor de la selva, el ocre fresco de los ríos tropicales, las ciénagas espantosas que no parecen perder su encanto a pesar de las plagas, las locuras del poder omnímodo, los desaciertos de los vericuetos del corazón latinoamericano, espero de verdad que cuando me toque me lo tropiece junto a otros tantos, que en su cielo existan bares para conversar durante toda la eternidad sin que tenga que vivir sus cien años de soledad en ningún limbo no laberinto, no amores extraviados, que sea un anciano con unas alas enormes para  atenuar con las letras de su prosa la aburridísima soledad del cielo.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback


viernes, noviembre 29, 2013

Pensando en Don Andrés y su cumpleaños

El mundo es un misterio perenne, todos los días aparece alguna noticia nueva sobre alguna cosa que no sabemos, siempre, en alguna parte habrá alguien pensando en mejorar las cosas, los avances en casi todas las materias van avanzando, quien quita y en algún momento algún grupo de científicos descubra como viajar al espacio y fundar en otro planeta vida terrestre, será un avance cualitativo en la tierra, quizás algún grupo de científicos descubran que al final todo ese lio entre musulmanes y cristianos ha sido una total pérdida de tiempo pues al final resulta que tanto el Corán como la Biblia fueron la misma cosa hasta que por algún lio político se divorciaron ambas religiones, de paso el símbolo de la cruz fue en su momento una señal de resistencia ante los romanos, solo que estos, más pilas que nadie, se apropian de la cosa religiosa y se inventan toda la historia de Jesús, la crucifixión, los milagros, la natividad o hasta el mal poner al imperio (recordemos que fue una administración “anterior” la que mataba cristianos) , lo peor, el odio inoculado por siglos y todo el río de sangre ha sido por razones políticas donde la religión, al fondo solo ha sido una burda manipulación histórica .

Todo cambia con el tiempo, menos la manía de la mayoría de los políticos y de muchos “ciudadanos” a imponer su visión, cada quien se cree un mesías todopoderoso cuyo mayor sueño es administrar vidas y haciendas como si aún existiese la sociedad feudal, eso habla muy mal de la especie humana, si fuésemos realmente una especie benéfica para el planeta tierra la cosa tendría otro cariz, la historia nos muestra una extensa lista de muertes, locura y pobreza a cuento de la política, tanto así que por ahí existe mucho imbécil justificador o fanático diciendo que “la violencia es la partera de la historia”, no niego que tenga algo de cierto, pero eso debería ser algo así como un secreto a voces con tintes de lamento árabe, no una cita de orgullo o de sabiduría.

Del telégrafo del humo hasta el celular 4G la cosa en este país sigue más o menos igual, desde los tiranuelos y los caudillos que todavía son venerados por las mayorías, siempre el mundillo militar ha sido quien gobierna o por lo menos la expectativa de mejorar para muchas familias, esos sí que no han cambiado nada en los últimos 100 años, para no ponernos muy atrás en el tiempo, en todo el mundo, los militares son la misma especie rara y maléfica cuyo pensamiento  no va más allá de las balas y el provecho económico que puedan sacarle a cualquier situación, donde primero va la obediencia absoluta y si queda espacio, el pensamiento, tanto así que en estos últimos años lo que tocan lo vuelven materia coprológica, así les den a administrar un pozo petrolero lo quiebran en seis meses pero son caca pues si se destapa la corrupción, no se puede decir nada so pena de mancillar el sagrado estatus de la sacrosanta institución.
Venezuela jamás ha sido un paraíso para el ejercicio intelectual, sobre todo ese ejercicio de pensamiento que se revela en contra de “lo establecido”, que realmente es el norte de toda forma de pensamiento, si realmente es serio ha de ser en función de encontrar cosas nuevas, no de recrear lo ya establecido pues de otra se corre el riesgo de terminar siendo u justificador. Hoy es el aniversario del natalicio de Don Andrés Bello (1781-1865), fue tan grande que aun hoy se usa su forma de conjugación verbal en toda Latinoamérica, su primer acto de rebeldía fue ese de pensar y dar vida a una gramática propia de los latinoamericanos que marcase distancia de la Real Academia de la lengua, ese fue un primer paso formal a la emancipación y la independencia, lástima que por acá no fue ni entendido ni querido, le tocó dejar su gloria en otro país donde todavía existe la universidad que él fundó y se le rinde todo el culto que se merece por su intelecto singular.

Andrés Bello, fue la primera luminaria intelectual de nuestro país y tengo la sensación de que también fue el primer exiliado por sus ideas, todos los días me acuerdo de el no solo por la gramática que aún me causa pesadillas, también porque lo veo como el origen de la fuga de cerebros, en esta nación donde lo más cómodo y benéfico es no poseer cerebro más que para lo que los caudillos ordenan, en el que ser “rebelde” es acatar las órdenes del partido, que todo pensamiento independiente automáticamente tiene el tufo a herejía y por tanto ha de ser apedreado y donde, en los últimos años se ha radicalizado el fin del pensamiento y se gratifica la fidelidad perruna, donde el estudio y el esfuerzo intelectual es menos que despreciado por los “lideres”, valiente homenaje le damos a Don Andrés en este erial intelectual que llamamos Venezuela.

Si por casualidad me censura algún lector o se siente ofendido, nada más vean los índices académicos actuales, pregunten cuantos libros se venden, mejor, pregunten a sus amigos y vecinos cuantos de los jóvenes que se gradúan en nuestras universidades se van del país o quieren irse y el porqué de esa situación para contratar que no digo mentiras.
Ciertamente el pensamiento es libre, lo que no, es expresarlo en público.
José Ramón Briceño, 2013

@jbdiwancomeback  


sábado, mayo 18, 2013

Freud, el humor, el chiste desde el psicoanálisis a la praxis de la vida




El humor varia de país en país, lo que por acá es aceptado como gracioso, en Suiza no los es, desde donde se mire es un asunto de costumbres, sin embargo existe una manera más o menos universal de asumir el humor, esto de “lo gracioso” es un asunto tan serio que pocos han sido los etudio9s publicados, no porque realmente no se haga, existen cientos o miles de tesis sobre ese asunto, lo que sucede es que todas son variaciones del mismo tema y están asentadas en las mismas teorías del humor, las de Pirandello y las de Freud.
Esas dos teorías ven el mismo asunto desde diferentes ópticas, mientras Luigi Pirandello hace el abordaje desde la literatura, Freud lo hace desde el psicoanálisis, sin embargo ambos autores tocan el mismo punto sobre el origen y las causas de ese fenómeno llamado humor. Acá en este breve ensayo intentaré solamente explicar grosso modo el asunto humorístico para Freud, el psicoanalista.
Para el psicoanálisis el humor es una suerte de rebelión en contra de la realidad, recordemos que esta disciplina contempla la realidad como una posibilidad más no como una certeza, pues acepta que los humanos captamos la realidad según un sin número de variables lo que hace que la significación de la misma sea diferente según el esquema mental en que se desenvuelva quien sea observador (como todos) de eso que pretendemos sea “lo real”.
Freud hace una diferenciación bastante marcada sobre lo que es el humor y lo que es el chiste, aunque puedan parecer la misma cosa no lo es, mientras el humor es una especie de sarcasmo continuado, donde lo irreverente, o absurdo, lo grotesco y hasta lo escatológico pueden darse la mano haciendo un fuerte contraste entre la prosa respetuosa de las formas además de los modos de trato para con algún tema o situación especifico y la forma humorística que abarca muchas expresiones, algunas veces disimuladas entre un cumulo de palabras y oraciones aparentemente inocuas pero que en conjunto hacen la gran burla del tema tratado, tal es el caso del Venezolano Miguel Otero Silva quien hace un catálogo del santoral criollo, bajo un seudónimo pues la carga de burla es tan profunda que aun el, siendo un autor de reconocida trayectoria quiso darle una vuelta de tuerca achacando la autoría del libro a un monje vasco, es e libro se llama “Las celestiales”, muchos versos profanos acompañados de una explicación igual de profana pero que pretende convencer que es un sociólogo quien lo hace, con palabras técnicas y una retórica muy parecida a lo científico, sin embargo se sabe desde el inicio que todo no es más que una manera de hacer humor a costa de algo tan seria para el Latinoamericano como lo es la religión.
Cosa diferente, como medio hermano tenemos al chiste, en este caso ha de ser corto y concentrado, puede estar basado en el sarcasmo, la ironía o lo absurdo, pero tienen necesariamente que ser corto, el chiste por su cualidad oral no ha de ser ni muy largo ni muy elaborado pues en el camino pierde la gracia y su efecto gracioso se pierde. Aparte la otra cualidad que no puede ser soslayada es que en el chiste debe haber alguien agraviado, es decir debe pasar algo malo a algún protagonista para que el chiste tenga el efecto deseado, según Freud , el chiste es la prueba perfecta de la maldad del ser humano pues si no hay daño tampoco hay chiste.
Durante muchos años la risa fue un misterio y es m pensar que aún lo es, podemos asumir, como Freud , que el humor es un escape de la cotidianidad, una forma de rebelarse en contra el sistema, una manera de expresión política y hasta una válvula por donde fluyan los deseos mal sanos y así poder sobrevivir a tanta maldad de la realidad. Pero aun con los argumentos anteriores valdría investigar entonces por que los bebes se ríen si ellos están más allá del bien y del mal , pues su inocencia no da para saber todas esas cosas que por lo general nos hacen infelices a los humanos.
Después de haber leído un poco sobre Freud y su visión del humor desde el psicoanálisis, y en descargo como agradezco que ese señor no fuese venezolano, seguramente se le caería o le potenciaría toda su teoría, para nosotros el humor es un artículo de primera necesidad, ese que nos permite burlarnos de la autoridad, de las calamidades, de la fortuna y de la mala suerte, resulta que si no tuviésemos humor seguramente Venezuela seria como Suiza, muy bonito, muy organizado pero con una tasa de suicidio muy superior al promedio, pues la calma en exceso y la ausencia de herramientas mentales para supervivencia quiebran el espíritu de los menos afortunados, haciendo de su salida del mundo un asunto de gusto y no de consecuencia de vida, al final la vida sin la risa no tienen sentido, Freud lo sabía e intentó darle forma, ahora si acertó o no, no importa, el humor es una terapia de vida bastante acertada y la teoría se hace accesoria ante la certeza de que la risa salva vidas y su ausencia la acorta.
José Ramón Briceño 2013


miércoles, marzo 13, 2013

RERUM NOVARUM o la nueva iglesia Ateo-marxista- chavista del siglo XXI



La religión es un asunto aparentemente serio, aunque nunca entendí muy bien ese asunto del sufrimiento, el pecado original y los otros que se dividen entre mayores y menores, además de que unos señores fuesen vírgenes por siempre , usen batas , nunca se casen y hablen de amor, sigo creyendo a mis 41 años que es un asunto serio pues si tantísima gente se cree el cuento algo habrá de cierto.
En estos últimos días mi país anda convulsionado, claro, se murió el presidente y los herederos andan cuan jauría de perros rabiosos, pero lo particular y de alguna manera inesperado ha sido la forma en que se ha desarrollado el asunto este del sepelio eterno que ya va para dos semanas entre música, llantos y romerías. El país está en un limbo, me explico, no hay ningún avance en ninguna materia, la inexplicable enfermedad del expresidente aun sigue sin ser explicada, es más, cada día aparece un detalle más en la trama y no por la oposición y los otros “voceros voluntarios”, lo es por los que teóricamente están resguardando el coroto, los amos de las leyes, cada día parecen más alucinados, con versiones contradictorias. Por ejemplo, después de tanto anunciar que lo van a meter en una urna de cristal para que todos lo vean hasta le eternidad (sic), hoy anuncian que no lo van a embalsamar, no se pero hasta donde Wikipedia y google hab facilitado información, ningún embalsamamiento básico de esos que nos harán a todos cuando muramos para que los malos olores no atosiguen a los deudos en la funeraria, no aguantan el poco de días que lleva la fiesta y según el cuento oficial eso fue apenas lo que se pudo hacer, seguro piensan pagar algunas conciencias para declararlo beato.
No sorprendería nada eso, fíjense que ya el discurso oficial y de los aduladores de oficio está en el sentido místico, desde embajadores que aseguran haber hablado con el de manera astral, estatuas de Bolívar que lloran aceite , rosarios con su cara que se reparten gratuitamente y hasta el señor Maduro en plena cadena nacional asegura que la mano de Chávez debió ayudar para que escogieran un Papa latino "En cualquier momento convoca a una constituyente en la Iglesia en el mundo y que sea el pueblo, el puro pueblo el que gobierne el mundo", dijo Maduro en la inauguración de la FILVEN 2013. , no me jodan, vale el mito y la jaladera de bolas pero de allí a santificarlo ya la locura se salió de sitio.
Tenemos al frente la construcción de un dios con todo el apoyo del estado, que sabiendo de la ignorancia del pueblo se aprovechan de eso, la verdad no creo en ese cuento de que el pueblo mismo lo ha ido santificando, los voceros han dado la orden (no me queda ninguna duda) de que la línea de opinión debe ir en función de volver a un santo esa figura, de bolas , así saben que muchos votaran por su espíritu, pues resulta que está muerto, tieso y seguramente relleno de formol y algodón, si tiene la inteligencia que dicen que tenía ni de vaina se va a volver a meter en ese peo de querer dirigir el manicomio que dejo , a menos que tengan una ouija de alta tecnología dudo mucho que se aparezca.
Mañana se aparece otro coño y asegura que en trances habló con Chávez  y con Bolívar, que desde la ultratumba han decidido reunir a todos los muertos ilustres incluyendo a Miranda claro y han logrado formar un gabinete astral que dirigirá los destinos de la nación, Maduro y compañía lo sacarían en todos los noticieros, le harían mítines a  el solito, lo pondrían a bailar con la familia y hasta le fabricarían un Aló de ultratumba con bombos y platillos y lo peor es que otros “expertos” validaran la locura y el TSJ emitirá alguna vaina para aprobar ese gobierno paralelo de manera que “la memoria pura y santa del comandante siga viva” y los fanáticos de siempre, votaran, defenderán y apoyaran tal pazguatada, lo único gracioso es que todos estaremos jodidos menos los payasos de traje y corbata, los de uniforme y algunos de franelita y boina estén del carajo con cuentas en el extranjero y cargos arrechísimos , de esos que si hubiese ley no estarían capacitados ni para barrenderos de esas oficinas.
Y todos pobres, perseguidos, hackeados, espiados ofendidos en nombre de la paz y el avance sideral de Cuba.
@jbdiwancomeback
José Ramón Briceño,2013


viernes, enero 28, 2011

Del General Bolivar al Coronel Aureliano Buendia

Cuando veinte años de guerra pesan tanto como cien de soledad
Como García Márquez insufla los vientos macondianos en los últimos días de un Simón Bolívar que busca salir de su laberinto

José Ramón Briceño




Alguien dijo alguna vez que los artistas no tienen el consuelo de poder esconderse detrás de la verdad, eso, en otras palabras, podría resumirse en que los artistas no pueden, por razones estéticas, ampararse bajo la excusa de la siempre árida verdad que por su naturaleza terrenal, y gobernada por las inmutables leyes de la cronología espacio-tiempo que anulan todo intento de penetrar en la psiquis de los personajes.
Ahora nos preguntaremos qué pasa, si por el contrario, el artista decide esconderse tras la verdad para conformar su obra y con este subterfugio realizar el sueño de intervenir en la historia de algún personaje real sin tener que recurrir a los estrechos pasajes de la historia, donde la seriedad de los postulados no soportarían ninguna de las artimañas propias del oficio. Desde esta atalaya que presupone el jugar a ser un dios, mezclando en papel de imprenta realidades probables junto con ficciones edificantes o por lo menos más agradables que la realidad siempre estática y en la mayoría de los casos carece por completo de los matices poéticos del discurso literario.
Nos referimos a Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia 1928) quien, a diferencia de otros autores que han incursionado en el tema de la historia novelada pareciera haber evitado el tema histórico en casi toda su obra literaria, siendo esta novela una suerte de hito dentro de la prolífica producción literaria de este autor, y es en esta novela donde comienza a darse respuesta a la interrogante planteada en el párrafo anterior. Desde sus paginas este poeta de la prosa se atreve a relatar los últimos meses de vida de Simón Bolívar con su novela “El general en su laberinto”(1989), este caso es bien curioso ya que al leer la pieza no solo nos encontramos ante un Bolívar de carne y hueso, si no que aquí este autor se atreve no solamente a fabular, también se toma la licencia de convertir al “Libertador” en un personaje literario del cual, -y tomándonos una licencia- podríamos decir que es un personaje nuevo al que se le adaptó el nombre de Bolívar por casualidad y fue esta casualidad la que lo obligo a adoptar la identidad del otro personaje histórico al cual se parece mucho, pero que por obra y gracia de la literatura este autor nos hace creer que se trata del hombre de las mil batallas.
Para hacer esta aseveración tan aparentemente alocada nos basaremos en algunos rasgos que nos hacen pensar en la historia de “otro” militar, el Coronel Aureliano Buendía, solo que a este la muerte lo azota desde hace años y no lo fulmina en un pueblo imaginario y encantado llamado Macondo sino en una plantación de caña llamada San Pedro Alejandrino a mil leguas de su casa y soñando con recuperar una gloria ya muerta desde el comienzo.
Todas estas consideraciones pierden valor al terminar tan abrumado de datos históricos cuya fidelidad es difícilmente cuestionable. Más bien nos lleva a pensar en un escritor que a pesar de su indiscutible destreza narrativa no puede desligarse de toda la carga literaria cuya carga tiene a cuestas y en especial al Macondo el cual lo lanza a la fama o de alguien tan diestro que osa mezclar su obra narrativa exclusivamente imaginaria con elementos “reales” a fin de redondear un texto para dejar de ser un documento histórico y terminar siendo un sentido homenaje a un hombre que mas allá de las distancias y de los errores propios de su naturaleza y de su tiempo tuvo tal importancia cuando, a más de ciento setenta años de su muerte da que hablar y sigue influyendo en la vida y pensamientos de no pocos acólitos, cosa sorprendente en estas tierras donde el olvido pareciera ser reglamentario.
Esta similitud entre el Coronel Buendía y el General Bolívar podría entenderse como la lógica influencia del entorno geográfico y los vientos ideológicos que hacen de estos héroes casi míticos victimas de sus propias victorias, y que ya para el final de sus días, la lucidez que les otorga el saber que todo esta perdido para ellos les permite entrever las grandes perdidas que les han ocasionado las mil batallas. Por ejemplo podríamos afirmar que el tratado de Neerlandia con el que el militar imaginario termina una guerra civil igualmente inventada, se parece mucho al resultado de la convención de Ocaña (10 de abril de 1828) la cual representó el principio del fin de Bolívar como único en la conducción de la ya debilitada Gran Colombia, pues esta origina una profunda división entre Santanderistas y Bolivaristas (“aquí no habrá mas guerras que las de unos contra otros y ésas son como para matar a la madre” Pág. 255), tal como para el Buendía causa su retiro de la guerra. En ambos casos, tratado y la convención, causaron el cese definitivo de las guerras ni la implantación de ningún régimen de paz para ninguna de las partes terminando todo en un embrollo político, que en el caso de macondo termina con un viento, el cual arrasa desde los cimientos y hasta allí la historia, pero en el caso de la Colombia de Bolívar aun hoy la guerra persiste y la fulana unión de los pueblos que pretendió no existe y no es mas que bandera de demagogia , tal como el Bolívar ficcionado intuyó desde su lecho de muerte.

Nietzche definía la tragedia como todo aquel texto narrativo o no donde los protagonistas no tuviesen posibilidad de salvación alguna y cuyo destino fatal fuese necesariamente, la muerte. En los casos estudiados, y según la definición antes mencionada podremos argüir que tanto en las novelas, El general en su laberinto y Cien años de soledad son tragedias, pues en ambos textos los protagonistas tienen finales para nada felices y específicamente entre el coronel Buendía y en general Bolívar, ambos concientes de lo que ha significado su vida entre guerras, solo esperan la muerte, aunque negándose concientemente a recibirla pero con la calma de quien ya no tiene nada que perder.
Bolívar viaja por todo el río Magdalena enfermo, débil y sin animo conciente de cualquier otra cosa (“ya lo que me falta es morirme”, Pág.251) y aunque planifique y casi grite voz en cuello la necesidad de comenzar otra guerra para continuar su obra, jamás hace real gesto para encabezar movimiento alguno, sin embargo sus acólitos lo animan a seguir, el en cambio, da largas hasta que la muerte esperada (¿lo sorprende?) lo alcanza en Santa Marta y el coronel Buendía cubierto en una cobija por el frío en los huesos (igual al Bolívar del laberinto) se recluye en su casa donde a fuerza de hacer pescaditos de oro se deshace de toda la pestilencia de la guerra y espera con parsimonia a que la muerte se lo lleve. Llama también la atención que la muerte del Buendía que funda la estirpe haya sido en un laberinto de habitaciones y este mismo laberinto (imaginario o no) haya dado titulo al ultimo periplo del héroe.
En cualquier caso “El general en su laberinto” es una pieza literaria sólida que a diferencia de otras obras del mismo género (la historia novelada) que mantienen un tono ajeno al autor o por lo menos éste toma distancias ideológicas con el fin de insuflar cierto rigor histórico dentro de su fabulación.
García Márquez se presiente y hasta podemos sentir la voz de alguien que nos cuenta la historia triste de un hombre conciente de su peso histórico viaja camino a su muerte y , sin pudor alguno se precia de fabular los resquicios de una historia fragmentada y nunca escrita entremezclando los personajes y paisajes reales con todos los elementos propios de su literatura, poblándola de espectros, recuerdos galantes, y hasta se toma la libertad de colocar a su personaje en el preciso momento donde otra de su obras comienza, (Del amor y otros demonios), en una Cartagena de indias asolada por el mal de rabia (“Aún quedaban rastros de pánico por un perro con mal de rabia que había mordido en la mañana a varias personas de diversas edades, entre ellas a una blanca de castilla que andaba merodeando por donde no debía” Pág. 233) pasajes como estos sorprenden al lector atento y pareciera, con esta “coincidencia” condicionar a este lector a hacerse una imagen precisa del escenario geográfico donde se encuentra su personaje, casi como una muleta impuesta desde sus letras, y lo más interesante del asunto es que quien no ha leído esa otra obra no hace mella al relato.
Aunque la distancia tiempo-espacio entre Cien años de soledad y El General en su laberinto, pueda parecer que borra cualquier duda de que la similitud entre el personaje central de esta última y aquel coronel Aureliano Buendía sea pura casualidad y nos aclara de alguna manera cuál fue el personaje que pudo haber inspirado a García Márquez, dejándonos con la sorpresa de que este personaje pudo haber tenido su génesis en los libros de historia y no en la imaginación calenturienta de un genio literario.
Entre los ejemplos que nos hacen pensar que el Coronel Aureliano Buendía es una suerte de alter ego de Bolívar esta el del frío que atenaza al Libertador y que lo obliga a estar abrigado aun en las horas de calor tal como le sucede al coronel de ficción en su retorno a la casa familiar viejo y derrotado con el único anhelo de hacer y deshacer pescaditos de oro hasta que la muerte lo alcance, pero que, además mantiene el mismo aire de ruina y desolación del Bolívar “real” que viaja camino de la muerte. Es decir que ambos personajes realizan un último viaje cuyo destino final solo es la muerte tanto histórica como física.
El general…, como obra literaria tiene características que la definen como una pieza única, tal y como sucede con una pieza artística ya que como tal no aceptaría la posibilidad de ser clon de ninguna otra, pero además, su conformación de novela histórica le confiere otras cualidades especificas como el hecho de entremezclar realidad con fantasía, como si fuese un ejercicio para comprobar aquella teoría de Don Mario Vargas Llosa (Historia de un deicidio) al establecer dos figuras para diferenciar los niveles de ficción dentro de la obra literaria, aunque estos niveles están enmarcados dentro de un estudio sobre Cien años de soledad igual cabe dentro de este análisis , en líneas generales Vargas Llosa nos dice que existen dos “realidades” dentro de la ficción “la realidad verdadera” y “realidad ficticia” , por supuesto estando claros que al pasar la “realidad” por el tamiz de la imaginación ya esta pasa a ser mas fabula que otra cosa, solo que la mala costumbre de creer casi todo lo que este en letra de imprenta es cierto. En la novela histórica de García Márquez estas categorías de Vargas Llosa se mezclan hasta casi fundir éstas en un todo que confunde al lector común, quien termina aceptando este conglomerado de verdades y mentiras (tal como cualquier novela) como un documento histórico de valor absoluto, aunque, sin embargo, describe muchos hechos que bien pudieron haber sucedido en ese viaje; también pudieron ser únicamente obra de la imaginación del escritor( “¡Que cara nos ha costado esta mierda de independencia!” Pág.235) , quien a pesar de todo intercala ciertas referencias en apariencia comprobables sobre el futuro de todos los allegados a Bolívar, pero todo esto no importa más que a la crítica ya que el lector solo se rinde ante el placer de leer una historia que lo acerca al hombre y no al monumento ecuestre de las plazas.
Este Bolívar humanizado es un retrato del romántico latinoamericano clásico, que detesta Europa y sus cortes pero mantiene modales propios de ésta y los combina (según la ocasión con las costumbres caribes), que se permite la sátira, el lenguaje procaz con el afectamiento propio de un caballero de la época. Por ejemplo en un pasaje del libro donde Bolívar conversa con uno de los generales que lo acompañan y que exhibe sus heridas de guerra como trofeos, proclamándose como el más viejo combatiente ya que cada herida de lanza, fusil o espada cuenta como años vividos y al contrastar con Bolívar expresa que siendo este el mas viejo en años es el mas joven en realidad por que no tiene ni un rasguño en veinte años de guerra, una infidencia de este calibre a un personaje de esta categoría causaría alguna consecuencia grave, en cambio solamente produce cierta hilaridad a los personajes que dialogan, otro pasaje de la narración nos cuenta de un hombre supersticioso (“ …tendremos que irnos sin conocer a los amigos de las patas de gallo” Pág.135) lo que contradice su condición de ilustrado pero que también esta en consonancia con su cualidad de hombre nacido en esta parte del mundo, pero, además le confiere al texto esa aura de realismo mágico que forma parte de la literatura garciamarquina.
Todo el texto está lleno de anécdotas que desdibujan al militar para convertirlo en una suerte de don Juan que antepone batallas de cama a las de sangre y fuego, retrasa asuntos de estado por seducir a alguna dama sin importar las convenciones sociales o si esta era casada o no, lo que también nos lleva a sentir que, o era de un poder tan grande que los maridos cornudos preferían hacer la vista gorda, o tenia tal tacto y tal delicadeza para realizar sus fechorías que nadie se enteraba jamás de sus aventuras galantes, pero esta ultima consideración deja de ser valida al pensar que si nosotros que nacimos mas de ciento cincuenta años después lo sabemos, no hay razón alguna para no pensar que en aquellos tiempos de rumores esto no era noticia publica, lo que de alguna manera lo pinta como un caligula caribe manchando la imagen de caballero que todos tenemos de ese hombre, pero también dibuja muy bien el espíritu masculino de la época donde al contrario de estos tiempos era alentado y hasta respetado por todos, dejando en claro que de otra manera no hubiera sido un hombre tan respetado por su poder y por su espada.
En toda la novela nos encontramos referencias más de tono discursivo que de otra naturaleza a Cien años de soledad , aunque la presencia del río magdalena y los buques a vapor nos traiga algunos aromas de otra novela del autor, “El amor en los tiempos del cólera” , sin embargo, el paralelismo más evidente lo encontramos en “Cien años…” , por ejemplo este autor es quien nos dice que luego de la disolución de la gran Colombia, a la nueva granada le quedan cuarenta y siete guerras civiles antes de encontrar la paz, tal y como las que tuvo Coronel Buendía lucho hasta decidir que la guerra no valía de nada, lo que nunca sabremos si este guiño del autor lo hizo para extender un pasaje del libro, para lanzar otra línea entre cien años de soledad o simplemente para exponernos su ideario pacifista, pero en cualquier caso nos transporta mentalmente hasta la otra novela de la que hablamos.
Otra de las particularidades de “El general…” es el tono de clarividencia con que el autor dota a su personaje desde donde el autor hace gala no solo de su ideario político y humano cual licencia literaria poniendo en boca de sus personajes ideas que podrían tranquilamente ser parte del mismo ideario bolivariano “En cambio yo me he perdido en un sueño buscando algo que no existe” Pág. 303, pero que es preciso acotar pues tras las líneas se siente la mano del autor, quien quizás por esas mismas licencias se permite este lujo de jugar con las contradicciones de un hombre que por razones históricas, sociales y hasta de formación fue una contradicción en si mismo, ya que encarnaba lo mejor y lo peor del hombre con todas las crueldades y las bondades propias de los estadistas que vivieron toda una época de barbarie tal como lo fueron esos primeros treinta años de una guerra donde la mitad del continente mato a la otra mitad y al final tuvieron que convivir con sus muertos y su dolor para construir algo desde las cenizas de la desolación que tal devastación dejo sembrado en el corazón mismo de quienes habitaron esta parte del continente americano y que aparece en un pasaje de la novela donde alguien pregunta al general “ahora tenemos la independencia, díganos que hacer con ella”, estas y otras licencias permiten al lector establecer de alguna manera algunos hechos que todavía persisten dentro del ideario latinoamericano y que le otorgan un aura mesiánica que se contradice con la configuración del hombre de carne y hueso mas no con la de semidiós de la guerra con que todos los nacidos en los países “Bolivarianos” hemos sido inoculados desde los libros de texto escolares y hasta en los bandos políticos que se han escudado en algún punto de la historia para fabricar su panteón de hombres de guerra en un continente donde, al parecer, es mas importante la espada a la pluma.

Podremos afirmar que nos encontramos ante una novela con tintes históricos y no ante una historia con ribetes de novela, ya que el autor desdeña el marcar los pasajes “reales” de los imaginarios, a diferencia de otros (Herrera Luque por ejemplo) quienes son puntillosos a ese respecto, bien sea por obra y gracia de los pies de pagina o por un apéndice al final del libro de forma tal que el lector no se deje “engañar” por el autor, sin embargo García Márquez hace gala de una caballerosidad insólita al agradecer a Álvaro Mutis el permitirle robarse la idea y me imagino que cediendo a la presión hace una cronología de los hechos históricos en ese ultimo viaje de Bolívar por el río Magdalena pero obvia los personajes que aparecen en su historia lo que apunta a poder afirmar que esta novela tomada como histórica es un documento de ficción con algunos elementos de la realidad sobre el ultimo año de soledad del hombre que inspiró a un personaje que vivió y sigue viviendo desde las paginas de una novela otros cien años de soledad .