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martes, agosto 30, 2016

Camino al primero de septiembre



Vivir en Venezuela con sueldo de maestro debilita la psique de cualquiera, peor aun cuando eres maestro dependiente de alguna gobernación pues son los peores sueldos de todo el país , para quienes no saben la tragedia de los profesores de liceos y escuelas dependientes de las gobernaciones puedo decirles que aún no nos han hecho ninguno de los aumentos decretados por el gobernó nacional en este año (y van tres) por tanto, a pesar de ser tan licenciados como cualquiera ganamos menos que el más humilde de los obreros. Como es normal en algún momento mis emociones ganaron la pelea y terminé deprimido, clínicamente diagnosticado y hasta medicado, cosa que he intentado evitar probando terapias alternativas sin embargo esto de comer si acaso un par de veces al día para estirar la despensa no es cosa fácil para mantener el equilibrio emocional de nadie.
 
Había prometido evitar los temas políticos para buscar la paz mental ya que entre otras cosas tengo proyectos que necesitan cierta frialdad para ser logrados, sobre todo si contamos con esta burocracia gubernamental que más que ayudar, entorpece todos los tramites a fin de evitar de todas formas que logres tu cometido a menos claro que cuentes con una buena cantidad de dinero que sumado a algún buen contacto dentro de los espacios adecuados lograrías acelerar  ese proceso hasta la velocidad luz, pero no es mi caso.
En un par de días hay anunciada una marcha o toma de la capital, todos los estados han confirmado asistencia, según las redes sociales hasta las barriadas más pobres de la capital están sumándose a la convocatoria, personalmente no pensaba ir pues creo que soy muy viejo para andar en esos trotes de carreras, bombas lacrimógenas y guardias nacionales en el mejor de los casos, en el peor no creo que exista una edad en la que la cárcel pueda ser buena para nadie. Pero esta mañana he decidido ir a pesar de todo ¿las razones? En verdad son muchas y tengo la esperanza que todos salgan así el terrorífico aparato represivo del estado no podrá hacer mucho, más allá de las bravuconadas de costumbre y alguna que otra pelea , debo admitir que sería muy liberador patear algunos traseros “revolucionarios” por el gusto de liberar parte de la bronca.

Aunque sé que al final la idea del progreso es algo muy personal, que en Suiza a pesar de ser un país de potentados (comparado con Venezuela)  deben existir inconformes que crean merecer más de lo que tienen, acá no tenemos nada, el mejor sueldo al que puedes acceder es si acaso de ochenta dólares mensuales y eso no alcanza para nada en ninguna parte del mundo, si ganas sueldo básico , sumando los beneficios no llegas a los 40$ mensuales y si por casualidad trabajas para alguna dependencia estatal donde no han sido actualizados los beneficios no pasas de los 14$ mensuales lo que constituye más que un sueldo una limosna groseramente poca pues es la única que recibirás en el mes, cuando menos los mendigos tienen la posibilidad de pedir a mucha gente e ir sumando de a poco.

En ese panorama desolador de los sueldos te encuentras con otro no menos desolador como es el de pagar comida , ropa y servicios, simplemente no se puede con todo, en muchos casos la gente ha optado por bajar la frecuencia de las comidas de las tres naturales a dos o una según el rango de pobreza, si hablamos de los estratos más pobres ellos a veces ninguna en varios días, para constatar tal tragedia solo resta ir a algún mercado al aire libre y ver como muchos van revisando la basura para salvar las verduras no muy podridas que constituirán su comida del día. He visto gente apostada a las puertas de las carnicerías para pedir los huesos o el pellejo sobrante a fin de hacer algo de comer, la situación es trágica, ya hay muchos reportes de muertos por desnutrición en varias partes del país, cosa inaudita hasta hace unos años.

En el caso de las medicinas es peor aún, los enfermos crónicos que no tienen familiares en el extranjero ni pueden encontrar sus medicinas han recurrido a la “medicina naturista” , en la mayoría de los casos fallecen por una dolencia que con la medicación adecuada les hubiese alargado la vida, por supuesto el mal comer, la depresión, el miedo (que todos tenemos) pues los disparos son parte del sonido ambiental gracias al alza desmedida del hampa que se ha multiplicado, en algunos casos gracias a las asociaciones con los organismos del estado, en otros como respuesta a una economía donde trabajar no es sinónimo de satisfacer necesidades perentorias y las calles son un atajo válido para encontrar los fondos con los cuales mantener a una familia pero más allá de cualquier justificación el asunto es que hay más muertos al mes que en la franje de gaza , si le sumamos esto último a alguna enfermedad crónica no es raro que los pacientes mueran, tampoco es raro que la hasta hace unos años casi inexistente tasa de suicidios se haya disparado. 

Las historias de la miseria venezolana se multiplican, son muchas como para irlas contando en tan poco espacio, más allá de simpatías políticas sobre con cual partido opositor debemos estar para lograr el fin, creo que el fin es lograr que de alguna manera la gentuza que gobierna tanto en público como tras bastidores debe irse, organizar redes de resistencia, hacer presencia masiva para que el presidente y sus acólitos sepan que ya no es un asunto contrarrevolucionario, ni intromisión imperial, mucho menos una conspiración internacional, la verdad es que el país entero está jodido mientras el estado no da pie con bola en ninguna de las medidas que toman para intentar salvar lo salvable.

Por eso le pido a todos mis lectores que por favor promuevan este texto, todos los que vivimos acá tenemos parte en las culpas, los dejamos quedarse, engordar y hacerse con todo el poder sin que nadie pudiera hacerles frente, ahora al parecer eso va a cambiar, no sé si esta concentración cambiará algo pero el miedo que traslucen las declaraciones de todos los jerarcas del régimen indican que si tendrá repercusiones, somos millones, ellos apenas unos cientos, si por casualidad no puede asistir cuando menos no abra el negocio y párese frente a su calle, que todos sepan que usted no comparte la miseria como forma de vida y que desde ahora el reloj va contando los segundos antes de comenzar a rodar hacia el punto que nos merecemos como país, la calma de que quien trabaja, estudia, se esfuerza y no hace mal a nadie se verá correspondido en la medida de sus posibilidades sin sacrificar comidas ni nada de lo esencial , volvamos a ser el país que tuvimos y no supimos valorar en su justa medida.
José Ramón Briceño 2016
@jbdiwancomeback




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