Hoy
es un día complicado, aún estamos muchos digiriendo la resaca de la felicidad
por haberle dado paliza electoral a un gobierno de gorilas que manejó la
campaña como si de un coto privado se tratase, con todo el ventajismo del mundo
que ni así pudo ganar más curules que la oposición. La cosa es para alegrarse,
pero como me tildó alguien de “nube negra”, con esa gente hay que andar de ojo
avizor, estar pendiente pues no creo que la pelea por respetar los resultados
haya sido sencilla, tan complicada es que hoy, a más de 24 horas del cierre de
mesas todavía hay diputaciones en pelea.
Para
más espanto escuché (involuntariamente ) el discurso de Maduro hablando de cómo
y por qué perdieron las elecciones, lamentándose de una guerra económica que
solo él se cree y “ordenando” a los candidatos perdedores que se atrincheraran
en los consejos comunales para “contrarrestar” el peso de la oposición
contrarevolucionaria, en fin todo un discurso de resentimiento que expedía
culpa a todos lados menos a los verdaderos culpables que nos son más que ellos
mismos. Ahora leo artículos laudatorios sobre la acción de las fuerzas armadas
en las elecciones y quien sabe por cual motivo hay hasta agradecimientos de
algunos medios digitales, la verdad yo no agradecería nada pues en principio
fue la primera vez que hicieron su trabajo correctamente, además tienen tantos
años cometiendo estupideces y maldades, arropados por su poder omnímodo, y haciendo
su trabajo de matarifes tarifados por el estado, sin contar su complicidad
manifiesta en cuanto delito se comete en el país, a lo mejor no en todos pero
de que son parte activa en muchas de las mafias, de eso no hay discusión
posible.
No
importa cuánto se hable del discurso del perdón y las pajas navideñas, la
verdad deberían organizarse unos juicios tipo Núremberg para pasar por el filo
de la ley a tanta maldad parlante con chapa, uniforme o corbata que ha
desfilado en estos 16 años por las distintas dependencias gubernamentales.
Ahora
el camino que queda es duro y con más escombros que antes, ya los diputados no
tienen la excusa de ser minoría, decirles que tienen que hacer ya me parece
llover sobre mojado pues tenemos años en el mismo cuento, solo con mi blog hay
cientos de hojas con escritos de posibilidades, no caigan en la tentación de la
talanquera como los políticamente difuntos que ya conocemos, la gente está muy
molesta, estas navidades en especial son de lo más tristes porque hay mucho
billete pero poco dinero, sin hablar de que hay muy poco que comprar, sabemos
que las medidas a tomar para frenar el cataclismo en que vivimos serán duras,
no hay anestésico posible para evitar lo inevitable, sobre todo porque la
gentuza hizo mal el trabajo y ahora todos pagaremos al contado y con interés compuesto
las meteduras de pata de los imbéciles rojos.
Estamos
esperanzados, hay trabajo pero también futuro tengo la esperanza de que esta
elección sea una artera puñalada a la revolución que nos retrotrajo a ser el
país más pobre de Latinoamérica, hay mucho que enmendar, en mi caso me pongo a
la orden, sé que hay muchos que también lo estarán, sin embargo espero que no
cometan el pecado de soberbia que han sufrido desde el gobierno siempre, sé que
el poder es un virus que ciega la razón pero como van avisados ya sabrán
inocularse algún antídoto para la idiotez del poder.
Esperemos
el 5 de enero y después hablamos con más calma, no nos ceguemos con
triunfalismos, amanecerá y veremos que los criminales con poder deben estar
espantados pues saben que les queda poco, apúrense con lo de solicitar un referéndum
revocatorio que es el momento, cambien las autoridades y sienten las bases para que la pluralidad política
vuelva a nuestra vida republicana, que las oposiciones hacen el equilibrio.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback