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viernes, mayo 27, 2022

El Caobo el apocalipsis (Viruela de mono)

 



El  rio Las Delicias va fluyendo engañosamente transparente, todos los habitantes de aquella zona ven con cierta tristeza la falsa limpieza del agua que corre desde las montañas solo para fundirse con la inmensa cloaca del lago de Valencia, eso exactamente va pensando Juan mientras bebe unos tercios muy fríos para celebrar que había terminado su última novela, un drama interdimensional cuyo único aporte al género fue la invención de una máquina que generaba campos vibratorios de cualidad específica, sus personajes no viajaban a la misma velocidad de la luz, la cabalgaban haciendo que solo necesitase de esa energía libre y al alcance para explorar la galaxia sin el incordio de la necedad técnica necesaria para poder hacer un relato creíble, inventada esa máquina el trabajo de la necesaria tragedia era cuestión de oficio, había revolucionado el campo de la narrativa contemporánea al adicionar la respuesta perfecta para ampliar el horizonte de todo ejercicio narrativo permitiendo que los personajes sean de cualquier parte, poniendo al alcance de la imaginación todo el macro universo siempre en expansión.

Esa tarde celebraba que su novela por fin había encontrado editor, un triunfo dado todo el esfuerzo empleado en su escritura , rara vez se consigue gente dispuesta a invertir tiempo y conocimiento en la obra de un tercero, por lo general era un gasto imposible, sin embargo aquella mañana había enviado el email que estaba seguro cambiaría su vida, brindis iban y venían al igual que los asistentes al improvisado festejo, entre una cerveza y otra iban desfilando todos los amigos que en igual  andaban dando vueltas por ahí buscando alguna fiesta de la cual colgarse , compraban su cerveza y al comprobar que la cosa no les agradaba se despedían, así pasaron las horas diurnas, cierran la licorería y Juan se va caminando a  casa, con la casa a solo seis cuadras podía despejaba un poco la alegría etílica sobrante , cada amigo toma un rumbo distinto, a pesar de la soledad de las calles Juan tenía tantos años viviendo en aquella zona que los malandros ya no  molestaban, razón por la cual va tranquilo y sin sobresaltos pensando en el sanduche que  comerá antes de dormir, soñaba con una hogaza de pan italiano relleno de milanesa de pollo frita previamente rehogada en una pasta de mostaza , ajo y sal , pensaba como iba a picar el pan, calentarlo ligeramente y mientras el pollo se freía  cortaría finas rodajas de tomate y hojas de lechuga para acompañar el plato, de repente y sin venir a cuento del otro lado del rio , en la orilla derecha, entre el follaje que lo cubre, salta una chispa amarilla que enciende una esfera incandescente que sin causar incendio deja un redondel de ceniza en todo el perímetro de su circunferencia, como si Terminator mismo hubiese llegado del futuro.


 

Por costumbre todos los venezolanos saben distinguir las posibles causas de cualquier sonido en la calle, tanto más cuando se trata de explosiones pues en eso te puede ir la vida, si confundes petardos con disparos mal la puedes pasar si atraviesas una balacera, cosa no muy complicada en cualquier barriada y (el barrio) La Cooperativa no es la excepción, en el caso de Juan también está entre su catálogo el de las explosiones eléctricas, cualquier zumbido, cable caído, chisporroteo o las tan normales explosiones por sobrecarga de los transformadores eléctricos lo mantienen en alerta constante, su electro fobia así lo dictamina, precisamente aquel destello con la consecuente pirotecnia lo dejó de piedra, las fobias son cosas difíciles, ante explosiones de balas lo único que se puede hacer es correr en dirección inversa a todo lo que tus piernas den y si por casualidad no queda de otra tirarse al piso, pero en aquel caso (aunque la lógica decía que debía correr) era incierto el protocolo así que se quedó petrificado, de la humareda salió una mujer joven que más tarde aclaró era su bisnieta , venía del año 2143, decía provenir de la luna de Marte donde reside su familia desde el 2050 cuando su abuela, la famoso Físico Miranda Briceño hizo su última migración, en la Luna se hizo con esposo, hijos y nietas con las que años más tarde volvió a mudarse para otro planeta donde la cosa fuese menos complicada, aunque en pleno 2022 ya nada lo sorprendía tuvo que sentarse en la acera para no desmayarse, no todos los días pasaban cosas de ese tenor, de hecho hasta el instante en que aparece la autoproclamada bisnieta, una mujer de aproximadamente metro ochenta, ojos negros, tez blanca, cabello castaño claro y una eterna expresión huraña que le recordaba a sí mismo , hasta ese instante pensó que alguien lo había drogado para robarle el teléfono, pero no, la presencia era muy real.

Sin dar tiempo a que Juan se repusiera, la mujer coloca un brazalete en la muñeca derecha del su bisabuelo, sin perder tiempo lo toma por las sienes y mirándolo a los ojos le pide que respire profundo, cuenta cinco inspiraciones y a la sexta el mundo desparece, en el mismo tiempo en que espabilaba de la sorpresa ya se encontraba en una habitación, fría y sin muebles, era un cuarto pequeño, alfombrado de arriba abajo, casi parecía una celda de manicomio, más tarde supo que se llamaba “cuarto de reentrada” una habitación acolchada que recibía a los viajeros novatos (él lo era)  que volvían tele transportados para evitar que  se lastimasen. Con el susto a medio camino entre perder el control del esfínter y asumir que la droga era tan potente que estaba en medio de una alucinación (o brote psicótico, no importa) por lo que haciendo acopio de todo el aprendizaje, recordó a su abuela que le decía que las pesadillas dejaban de serlo en lo que asumías que era un sueño, con ese recuerdo se restableció la “cordura”, al final en los sueños nunca pasa nada, horas más tarde se despertaría en algún hospital cuando el efecto de la burundanga pase.

Haciendo gran esfuerzo se levantó del piso, quedando sentado en medio de aquella minúscula sala forrada en espuma gris, al momento se encendió una luz y se abre la puerta, vuelve la misma mujer que decía ser su bisnieta, esta vez traía una taza donde humeaba algo cuyo aroma denunciaba como café. Sin levantarse recibió su brebaje que anunciaba un oasis de paz en medio de aquel barullo, mientras sorbía tragos medidos de la infusión, se sorprendió de lo bien que sabía, la mujer sonriendo decía que así le gustaba a ella también, herencia de la abuela Miranda que todos los días se regalaba con una taza extra grande mientras invariablemente hablaba de su papá hacía rato muerto en el olvido de la vejez, Juan, aparentemente concentrado en su café comienza a llorar quedo, para aquel momento tenía seis años que no sabía nada de su hija quien se había ido al exilio junto a su madre , por alguna razón aquella niña se había negado a seguir hablándole tan siquiera por teléfono, esta aventura extraña que estaba viviendo le estaba sacando cosas del subconsciente, para dejarse llevar por su fantasía psicótica se largo a llorar, su hija lo recordaba , eso era lo importante.

El llanto quedo de los adultos que no pueden llorar en público quedó asordinado por el abrazo de la muchacha, bisabuelo y bisnieta quedaron abrazados por lo que pareció mucho tiempo, hasta que Juan pudo guardar la compostura y se deshizo del abrazo para levantarse, aun gimoteando por la emoción mantuvo el tipo mientras era escoltado hacia otra dependencia, resultó estar en una sala cualquiera con dos butacas, una mesa con tres sillas, un mueble con muchas puertas para guardar cosas y una pequeña cocina terrestre, cero tecnología de punta, apenas una computadora portátil que asemejaba un Mac book del año 2008 que reposaba junto a algo que parecía ser la cocina, por las ventanas se veía el paisaje de la selva del Henry Pittier con el mar de fondo, como si se hubiese abierto la tierra para permitir ver la costa desde la carretera a Choroní, Juan ve a la muchacha quien enseguida explica que las ventanas son en realidad monitores desde donde se maneja la nave, acercándose a la computadora ordena en voz alta a Siri dejar que se vea el exterior de la nave, estaban en alguna parte más allá de la luna, la tierra se veía minúscula en comparación a la luna, como Juan andaba en modo psicótico (pretendido) solo se limitó a sonreírse lamentando además su falta de imaginación, la tal nave espacial parecía la casa de su abuela Marina en las montañas de los altos mirandinos, el detalle de la carretera y la selva húmeda inexistente no parecía convencerlo, total estaban en un sueño y ahí todo es problema del subconsciente, así que no había complicación , todo es efecto de una muy grotesca traba causada por el malintencionado que seguro ya le ha robado el teléfono y la billetera, ojala deje la cedula para poder ser reconocido por las autoridades que lo lleven al hospital, se ríe sin motivo mientras la mujer lo ve atónita, ella pensaba que aquel hombre de la antigüedad se burlaba de su realidad pensando que estaba en un mal viaje alucinógeno causado por un hipotético ladrón que le untó burundanga en la piel antes de robarlo.

Mientras el hombre murmuraba protestas quejándose de su poca imaginación la mujer habla fuerte, exige atención, Juan comenzó a sentirse extrañamente feliz, sonrió a la mujer y poco a poco fue hablando en murmullos hasta quedarse en silencio mirando fijamente a la muchacha que tenía al frente.

Ahora hablaremos en serio, puse unas gotas de ArepaWeed® en el café con lo que ya te relajaras lo suficiente como para asumir que nuestra conversación es algo absolutamente normal, me llamo Maya soy tu bisnieta que ha vuelto del futuro para darte una mano con mi abuela que hasta su muerte estuvo llorando la falta que le hacías, aunque sabía de tu situación económica ella pensaba que tú simplemente la habías abandonado, te preguntarás por qué razón volví , es simple, tenía la tecnología para hacerlo y a decir verdad todo se hizo por tu culpa, el razonamiento que dejaste en un cuento olvidado en tu blog fue el que inspiró a una serie de físicos para inventar la maquina ondulante o light surfer porque ahora navegamos sobre la luz a velocidades que nadie se puede imaginar, Marte está a dos segundos de cualquier parte del universo por lo que viajamos, comerciamos y vivimos en infinidad de mundos , sin embargo no hubo reconocimiento temprano, te hiciste famoso después de muerto y he venido para remediarlo.


 

Imagino que ya sabes con que te hiciste famoso, esta nave está construida con la misma tecnología que declaraste en tu cuento sobre la gran emigración a Marte del 2032, como por ensalmo empezaron a salir maquinas que imprimían carne y la matanza de reses bajo en un ochenta por ciento, dejando una estela de pobreza entre los millones de matarifes entre sagrados y paganos que quedaron sin empleo gracias a la impresora celular, debo admitir que el otro invento de las bacterias convertidas en proteínas que luego patentó Mac. Donalds y por la cual mi abuela Miranda demandó a la empresa causando un grave daño a su existencia, el motín no fue a mayores porque su marketing invirtió en impresoras celulares y terminaron siendo un antro de parrillas baratas, los saltos espacio tiempo tardaron un poco en hacerse accesibles, hasta que amenazaba con terminar la economía global y se patentó una versión civil que abarató todo el proceso de colonización y posterior comercio de materias primas por todo el sistema solar, eso trajo además contacto pleno con cien galaxias que pronto hicieron negocios , todo pagado con criptomonedas que se volvieron la única forma de comercio en nuestra realidad al menos, el asunto en todo caso es que vengo a salvarte, en este punto de tu existencia si mueres o vives no me afecta en lo más mínimo, solo quiero que puedas visitar a tu hija cuando reciba el título de bachiller ahorrándonos a mama y a mí una cantidad gigante de dinero invertido en drogas y psiquiatras gracias a los malos recuerdos que tuvo mi abuela, luego nos ocupamos de los créditos y las patentes para que nunca jamás otro miembro de nuestra familia vuelva a preocuparse por dinero.

Juan no salía de su asombro, de no ser un brote psicótico en evolución, es que algo terrible pasará en breve, presta atención a la bisnieta, ella lo mira con duda y susto desde el otro lado de la pequeña mesa que funge de sala de estar en la nave espacial, a ver abuelo, según nuestros registros el martes de 24 de mayo del año 2022 a las tres de la madrugada el  nano fragmento radiactivo que suponemos caído de la colisión de una nave alienígena con un zamuro a las faldas del Ávila, una fracción mínima de la aleación protoplásmica del camuflaje con el que se recubren para moverse en la tierra sin ser detectados se incrustó en el tronco de un centenario Caobo en San Bernardino, el árbol sufrió una mutación haciéndolo consciente de su existencia, se sabía árbol y odiaba no poder comunicarse con los humanos que tanto le molestaban, nadie sabe por cual mecanismo biológico el árbol comenzó a producir esporas en vez de sus duras semillas, estas esporas parecían dientes de león gigantes que se esparcían con el viento,  cada espora gigante que tropezaba con un mamífero lo infectaba con un hongo que convertía al humano en receptáculo de la conciencia del caobo de San Bernardino, cada ser infectado  desarrollaba un contacto inmediato con la conciencia del caobo por lo que en cuestión de días había un gran número de humanos, perros, gatos, monos, rabipelados, ratas , Chigüires y otros mamíferos que transmitían sus sensaciones directamente al árbol quien se multiplicaba a sí mismo en cada contagio, pero los humanos fueron los únicos que ofrecieron al árbol un catálogo de posibilidades sensoriales , sobre todo el sexo era lo que más le gustaba, pero pronto descubrió que necesitaba más congéneres con quienes cruzar información y placeres, se sentía muy solo en el jardín del edén particular, tuvo algunos problemas como la desnutrición, la enfermedad y la pobreza, tres cosas que se entrecruzaban cuando el receptáculo perdía poder adquisitivo pues no comía jamás, tenía demasiado sexo, bebía mucho, se drogaba o estaba muy anciano, a estos últimos los obligaba a suicidarse para no sentir los dramas naturales de quien sufre achaques.

 


Con el tiempo, de los fornicios fortuitos nacían niños que tenían en su ADN parte del árbol que colonizaba a alguno de sus padres, siendo por lo general hombres infectados quienes engendraban , al Caobo descubrió que las mujeres no la tenían fácil, además nunca las entendió, todo su conocimiento humano previo fue el de aprender de las conversaciones de los policías que pasaban bajo su fronda las veinticuatro horas del día ya que fue sembrado en ese sitio para dar cobijo a las generaciones futuras de la policía antidrogas, en cincuenta años ya había visto al menos a tres nietos cuyos abuelos eran recién graduados para el momento de su siembra, por tanto su aprendizaje aunque incompleto por lo limitado de sus modelos al menos era bastante aproximado por la cantidad de individuos a quienes escuchó por esos cuarenta años, en todo caso logró resolver el problema, esos niños nacidos de sus esporas crecieron exageradamente pronto, en cinco años ya eran prodigios por lo que recolectaban semillas del Caobo y con ellas infectaban a otros humanos, que a su vez engendraban niños y niñas cuyo único fin en la vida era aparearse, el único placer real para el Caobo era el de drogarse y aparearse, no hacía nada más, lo único que necesitaba él para vivir era agua y sol , eso era gratis en esa montaña así que el tiempo se le iba en un orgasmo eterno, en pocos años hubo millones de fornicantes, el sexo se volvió algo “normal”, la infancia desatendida se multiplico por millones , al cabo de quince años en la tierra se desató una epidemia peor que el SIDA, una suerte de ebola (Viruela de mono le decían algunos) de transmisión sexual que acabó con el 95% de la humanidad , precisamente los que estaban fuera del planeta se salvaron del desastre, en pocos años el mundo volvió a ser de los animales, en enero del 2045 se bombardeó Caracas, una bomba de neutrones pulverizó el Ávila y esperamos que con él el Cobo maldito, mueres en marzo del año 2028 víctima de un infarto cuando tienes sexo desatado con tu novia del momento , ella a su vez muere poco después por lo que no sabemos nada más, mi abuela estaba de campamento espacial en la Luna pagado como regalo de graduación cuando todo se desató, nadie volvió a la tierra que se consideró desde ese instante zona de cuarentena global .

Mi misión es matar a los zamuros de Caracas para que ninguno choque con la nave, el árbol no muta y nosotros tendremos tiempo de evitar una tragedia mayor te voy a regalar los bitcoins prometidos, tranquilo que en mi tiempo valen muy poco pero acá valen un montón de plata para que pagues los servicios de una editora, un equipo de marketing y te encuentres con tu hija en el acto de graduación, lo demás corre de tu cuenta.

Maya se levanta de la silla, camina hasta el mueble de la cocina y manipula la computadora, enseguida se abre el navegador y en la pantalla aparece mi cuenta Binance con un saldo a mi favor de 6 BTC de los cuales convierto uno en USDT y dejo el resto a la providencia para que gane o pierda, igual habrá como irse de viaje pronto, al terminar la transacción la muchacha dice que el encriptado del 2022 es nada para lo que habrá en cincuenta años. Mi abuela se quedó en la Luna, estudió física cuántica para no perder el tiempo pues allá no era necesario dedicarse a los libros, bastaba con hacer un enlace neuronal con la computadora y el conocimiento fluia con tranquilidad hasta depositarse en las neuronas como archivos de PC se tratase, simple, luego sucedió lo de tu cuento y ella hizo la reclamación por los derechos de autos razón por la cual pudo mudarse a Marte con todas las condiciones de comodidad del caso, cuando mi mamá me dejaba con ella bromeábamos mientras ella hacia panquecas o una rara mezcla de espagueti con huevos fritos, jamón y queso fundido que decía tú le hacías de niña, así supe la historia de la fortuna familiar y no pocas veces lloramos tu suerte en el planeta de los simios en que se convirtió la Tierra.

 No te preocupes, hay mil cuatrocientos nano drones matando a todos los zamuros del área capital y sus alrededores, la nave no tendrá problemas y (si quieres me acompañas) más tarde voy al comando intergaláctico y pongo la novedad para que ellos hagan los correctivos necesarios, bisabuelo y bisnieta se abrazaron de nuevo, Juan decide volver a su casa en el barrio Las Delicias de Maracay, la mujer a su tiempo y que el mundo siga como va. El brazalete vuelve a brillar y ambos aparecen de nuevo en el puente de Santa Eduviges a unas cuadras de casa, se vuelven a abrazar y le dice que se volverán a ver en el futuro que acaba de cambiar.

José Ramón Briceño

23/05/2022

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lunes, mayo 09, 2022

Gregorio Maldonado, el inicio de la leyenda (Una historia de ArepaWeed)

Gregorio Maldonado, el inicio de la leyenda

(Una historia de ArepaWeed)

 

El chofer del autobús numero 47 de la linea Los Samanes recuerda en voz alta toda la prosapia familiar de sus colegas mientras maniobra para estacionar su unidad en un mediodía nada estival, el Terminal de Maracay es una paila infernal cualquier mediodía del año y aquel lunes no era la excepción, tres mentadas de madre y un par de carajos después logra estacionarse para dejar subir la mayor cantidad posible de peatones, procurando llenar al menos tres veces su capacidad, total si alguien quiere irse colgando en el estribo no es su culpa, por lo general quienes lo hacen tienen entrenamiento de sobra  en eso de irse de cualquier manera a su casa.

 

Mientras el atribulado chofer está entretenido cobrando se arma una pelea al fondo de la unidad, por supuesto nadie sabe muy bien que sucede, el asunto es evitar ser golpeado y eso en aquel espacio reducido era casi como intentar apagar el fuego vaciando gasolina sobre las brasas, entre el natural pánico a los pleitos callejeros que en el trópico jamás son de buenos augurios para nadie, acá el puñal siendo la más vil de las armas es cosas de niños, los malandros serios andan armados con su pistola, aunque en esta historia no hay balas, los viajantes de aquella unidad no sabían eso así que como buenos caribes saltaron dientes, zapatos, lentes de lectura, bastones, mentadas de madre, gritos , todos al mismo tiempo, como una masa cohesionada en eterna agonía los pasajeros fueron maniobrando hasta poder salir en una pieza por la única puerta de la unidad, tres minutos más tarde solo quedaba un joven con la camisa hecha girones quien repartía patadas a diestra y siniestra alegando que en apenas unos meses se acabaría el mundo defendía su biblia, gritaba que el apocalipsis llegaría en etapas, como si la fuerza de jehová se cerniera sobre la tierra con más fuerza, lo único que sobraría es la desolación, una plaga se desataría sobre el mundo en marzo del 2020, teniendo en cuenta que corría el año 99 es natural que se armase la pelea y de paso saliera perdiendo ante la lógica pelea entre lo que pensaba el infeliz chofer así como el resto de los viajantes cuerdos.

 

El joven fue detenido por la policía de Aragua que esperaba tranquilamente que el barullo de golpes, patadas, gritos y mentadas de madre acabase en el autobús , a 38º no es para nada agradable sudar por lo que es mejor espera4r para hacer el mínimo esfuerzo posible, si no hay disparos no pasa nada, peor aún , cuando los agentes vieron por las ventanas de la unidad que era solo un muchacho en contra de cinco o seis cuarentones con ánimo de pelea esperando que alguno de los señores que quedaban en la refriega se sacase el cinturón para darle un par de correazos al malcriado joven , pero no pasó, ya hartos de esperar gritaron un par de advertencias y a golpe de porra se abrieron camino hasta rescatar al muchacho, los hombres que peleaban se retiraron sin problemas al ver a los uniformados quienes esperaron que el joven recogiese sus cosas para trasladarlo hasta el cuartel, si por casualidad nadie prestaba denuncia lo dejarían en libertad, confiando en que nadie haría denuncia los oficiales escucharon a los pasajeros quienes al darse cuenta que el autobús se iría dejaron al detenido sin denuncia y a los policías pensando si lo llevaban a prestar declaración o simplemente lo dejarían detenido hasta que alguien le llevase ropa porque la camisa quedó hecha una lástima, por otra parte podrían sacarle el cuerpo a la ronda con la excusa de resguardar a un detenido, entre una oficina fea pero con aire acondicionado y esta calle a 38º la oficina gana.

 

La unidad 47 de la linea Los Samanes abandonó el terminal con la misma cantidad de pasajeros menos el que quedó detenido, la conversación en la unidad fue por supuesto la pelea, el chofer iba silencioso, mientras esperaba en el último gran semáforo de su ruta se enteró que la pelea había comenzado cuando un evangélico acusó al joven de mundano, infiel y anticristo, solo los profetas tenían el don de la sabiduría los otros (como el joven) eran unos estafadores, el muchacho quien al parecer comentaba para sí mismo una letanía de profecías que hablaban de una cuarentena, muertos ficticios, encierros , vacunas venenosas, pestes imaginarias, guerras, tumultos, escasez y lo peor, el Petróleo valdría nada porque ya nadie lo querría, los demás pasajeros solo creían que sufría del natural encojonamiento vespertino de las tardes aragüeñas como les pasa a todos cuando llevan cuarenta minutos bajo el sol del mediodía a 38º cuando cualquiera maldice hasta la hora del nacimiento, entre el calor y la única opción es subirse en un autobús donde hay al menos 6 grados más que bajo el sol y con el triple de humedad de origen humano, setenta personas sudando copiosamente , sin espacio para moverte y compartiendo humores con tanto desconocido es un asunto tan desag4radable que todos ven normal algo de locura, pero cuando el evangélico , pastor de la iglesia octogonal del santísimo sacramento ubicada en la manzana C, casa numero 40 de la urbanización José Gregorio Hernández justo después de la Urbanización Los Samanes por lo que muchos de los pasajeros conocían al hombre quien fuese agredido por el neurótico que sin más razón lo pateó por inmoral, según el ofendido muchacho todo era verdad, el marzo del 2020 se decretaría una cuarentena que duraría dos años, un periodo de tristeza que evolucionó hasta provocar guerras en otros continentes , si empezaban a trabajar desde ese momento en concientizar a la humanidad , dentro de veinte años las cosas no estarían tan feas, a lo que el pastor respondió con un gancho de izquierdea que por mala suer5te acertó a otro pasajero que respondió la agresión de modo automático acertando de fr4ente en la nariz de una señora que intentaba bajar de la unidad, mientras esa dama lloraba por el inmerecido castigo recibido, un caballero arremetió contra el golpeador de su esposa y así, comenzó una trifulca ilógica donde los únicos que tenían "razón" para golpearse eran el pastor y su oponente pero se volvió una gallera donde todos se golpeaban bien defendiéndose o buscando como bajar del carro, mientras todos los demás peleaban entre sí por razones equivocadas, los contendientes se fajaron en un toma y dame de puñetazos sin que ninguno aparentemente estuviese hiriéndose de gravedad, visto desde lejos solo parecía un trámite para no quedar tan mal, aparentemente ambos contendientes comprendieron la inutilidad de la pelea pero igualmente sabían que su reputación estaba en juego, afortunadamente la policía interrumpió la refriega sin mayores daños.

 

En el cuartelillo de policía ubicado en el andén número tres del Terminal de Maracay, los agentes han hecho sentar al detenido y antes de pedir los datos anuncian que si a la seis de la tarde nadie hacia denuncia formal lo enviarían a su casa pero antes de eso debía llamar a alguien que le trajese ropa porque de otra manera tampoco lo dejarían. El joven recién arrestado mira con asombro como al parecer nadie se entera de que tiene la razón, jamás tendrá escapatoria del apocalipsis que se aproxima, ese Pastor con quien se acaba de dar un par de puñetazos lo dejó bien claro, así levanta la mirada y detalla el fulano cuartelillo donde a decir verdad lo único agradable es el clima hasta que en su estupor se da cuenta de estar sentado tras unos barrotes en una celda oscura y con aire acondicionado, la estancia de cincuenta metros cuadrados donde convivían una oficina que compartía espacio con una celda cuyas dimensiones son cercanas a un closet de oficina  donde no había más mueble que un par de sillas plásticas, de pronto los agentes lo llaman desde el otro lado de la estancia, le dicen que debe llamar a alguien para que le traiga al menos una camisa decente para dejarlo ir, en vista de que no hay denuncia ni mayores daños podrá irse al cambio de guardia.

 

Ambos agentes de la PA (policía de Aragua) exigen los datos del joven, se enteran que se llama Gregorio Maldonado, natural de Los Teques Estado Miranda y residente accidental de la casa Nº 122-A , manzana P, Urb. Mata Redonda , diecisiete años , bachiller en Ciencias y futuro historiador premio Nobel por salvar al mundo, los agentes se ríen y dicen, !no chico¡, ! tú estás es loco de bola¡ y se ríen a carcajadas ambos. Los policías representaban la genética local, fueron compañeros en la academia y a petición de ambos habían sido destacados a las mismas guardias por lo que su trabajo era casi que la extensión del ocio juvenil pero con chapa y admiradores,  Juan Carlos Pirela y Mariano Nieves se veían dos veces a la semana y la guardia se convertía en una eterna joda porque al final si la cosa se ponía seria debían llamar a los refuerzos, la verdad es que rara vez llegaban a tiempo los compañeros y cuando las balas silbaban tenían orden de no salir sin apoyo y dos no bastan contra cuatro malandros aragüeños armados y/o drogados quien sabe con qué, sus esposas e hijos erabn amigos, se habían apadrinado sendos hijos mayores para reforzar la amistad por tanto se consideraban casi hermanos, Juan es del Sur, habitante de un urbanismo cuyo nombre lo hace sospechoso de ser imaginario, sin embargo la urbanización Macondo está justo tras La Punta, al extremo Sur de Maracay, Mariano por el contrario habitaba en Las Delicias, habitante desde siempre de la calle Camoruco, vecino del Zoológico y hasta experto en cosas del más allá por tener cuarenta años viviendo en una casa embrujada, los amigos estaban acostumbrados a las historias alocadas de la ciudad, tanto de su lado luminoso como el otro, Maracay es una ciudad tan oscura como luminoso su cielo.

 

Mariano le dice al preso,  ¡Mira catire!, cuéntame eso de la verdad, estamos aburridos acá, mi pana el cabo Pirela es vecino tuyo, aunque no se conocen quizás sabrás que es el sensei del Dojo La Punta yo por el contrario solo soy policía, en mi casa hay un patio gigante lleno de mangos de donde no me saca ni mi mujer cuando no estoy de guardia , así que siéntete en confianza de contarnos como un sifrinito bonito como tú, de ojos verdes, papeaito y bien vestido, loco no pareces, ¿cómo terminaste peleando en un bus? ¿en serio estás jodido de la cabeza?. Gregorio ve (y escucha) al agente Nieves mientras este le habla, responde que no hay tal embuste ni locura, el viernes trece de marzo del 2020 Venezuela será víctima de una epidemia que cambiará al mundo para siempre, el petróleo valdrá nada, la gente morirá de hambre, en las cárceles, los hospitales, las calles, el bolívar desaparecerá tragado por el dólar y este a su vez por una moneda digital, una locura difícil de imaginar donde todos estaremos espiados con nuestros teléfonos celulares con los que haremos de todo, hasta conseguir novia en una App llamada Tinder, Nieves ve con ojos como platos e interrumpe al muchacho, con tono conciliador , casi paternal le pide una explicación más profunda, soñaba con estudiar Psicología en la Universidad Bicentenaria y un relato como el de ese muchacho bien valdría un trabajo de investigación o al menos uno amateur.

 

No importa mucho quien soy ni de dónde vengo, como me ven no soy de por estas tierras y el problema que me trajo acá fue haber partido en dos la nariz de un profesor de educación física que se equivocó, pero eso no interesa, sé algunas cosas y como mi tío no va a poder venir hasta la cinco tenemos tiempo para contarles una historia. Hace un año (1998) estaba yo muy tranquilo en casa de mis padres en Los Teques, una noche que estaba solo, mientras veia televisión suena el rumor de algo que se quebraba, como es natural salí corriendo a ver y exactamente en medio de la sala se abría una grieta en la pared, encerrado porque la pared que se está cayendo está precisamente junto a la puerta de salida, no me queda más que apretar los dientes rogando que no me caiga ninguna viga en la cabeza, de repente la grieta se abre, mientras estaba tirado en el piso gritando a la espera de que se cayese la pared lo que apareció fue un brillo intenso, como el del mediodía maracayero, todo quedó en silencio, tanto que en un primer momento pensé que estaba muerto y las luces eran la puerta del cielo, más me hubiese valido estar muerto, ante lo que me tocaba.

 

Al otro lado de lo que debía ser el jardín de la casa se abría una plaza desierta donde un señor calvo y de larga barba canosa hacia señales de que me acercara, estábamos en Plaza Venezuela, el señor resultó ser un vecino cualquiera, absolutamente desconocido ya entrado en la cincuentena y con marcas de tener al menos quince años más de los que confiesa su cedula, vestía jean azul, sandalias de cuero, guayabera de lino y gorra de beisbol, como pensé que de seguro estaba en coma y ese un delirio cerebral salí tranquilo por la abertura de la pared y llegué hasta donde el hombre que llamaba, este, por señas me invitó a sentarme en el banco de enfrente, solo habló para pedir que si veía policías o guardias nacionales le avisara para irse a su casa, dijo además que seguiría cuando terminase su cigarrillo rubio, eran muy caros para dejarlos quemarse sin ser fumados.

 

 

Mientras el señor está disfrutando con placer goloso un largo cigarrillo de tabaco rubio importado Gregorio mira a su alrededor, estaba en la Plaza Girardot , en pleno centro de Maracay, no tenía rejas, le habían robado las placas conmemorativas a las heroicas estatuas, sin embargo lo alarmó (más) el silencio y la soledad de los contornos, a pesar de ser temprano las calles y los negocios estaban cerrados, ni siquiera los mendigos pasaban el día bajo la sombra de algunos árboles como han hecho desde que la conoce, en plena concentración lo sobresalta la voz del hombre quien a pesar de haber encendido un segundo cigarrillo (al parecer) decidió hablar , según él, porque había que adelantar antes que los ladrones salgan de sus escondrijos. No te asustes, digamos que soy un amigo tuyo al que todavía no conoces, faltan veinte años para eso, el asunto es que como no puedes reunirte con tu yo actual, en virtud de la amistad que nos une decidí venir en persona para alertarte, son las tres de la tarde del lunes cuatro de Julio del 2022 sin embargo como ves ya nadie está en la calle, los negocios cierran a las tres y a las cuatro ya no hay transporte público, solo taxis y moto taxis puedes aspirar, viendo la cara de sorpresa de Gregorio, el señor dice que ahora es mejor pero      que tranquilo , solo hay soledad, ya no hay epidemia, de hecho jamás hubo más que una gripe mal tratada que mató a un gentío mientras por otra parte alguien quería vacunar a todo el mundo con algo, que en el peor de los casos te podía matar, en el mejor; dejar secuelas físicas incapacitantes.

 

Todo empezó el viernes 13 de Marzo del año 2020, en cadena nacional fue decretada una cuarentena absoluta en todo el territorio nacional, pasaron dos años antes que llamasen a las oficinas de nuevo, miles de negocios quebraron, hubo dos devaluaciones , el dólar desapareció de las fantasías para derrotar al bolívar sin hacer un solo disparo, ya para el año 2022 Rusia declara una guerra con toda la catadura de ser la repetición de la segunda incluyendo el catalogo de atrocidades correspondientes, en China hay un embotellamiento de barcos que no despacharan encareciendo el costo del mayor proveedor de productos terminados del mundo, el petróleo que llegó a valer -30 dólares el barril a costar más de cien, Venezuela importará gasolina,  el sueldo llegará a ser de 0,5 dólares al mes, las carreteras serán territorio de balas, piedras y personas para detener los carros, la guerrilla tomará el estado Apure, desaparecerá por completo el dinero en efectivo que solo hasta hace un mes comenzó a circular libremente, la diáspora llevará a seis millones de compatriotas por el mundo, un largo catalogo de atrocidades que comenzaran en el año 2001 pero que veinte años más tarde será tan espantosa que es complicado explicar con detalle todo lo que pasará.

 

Gregorio, al borde del llanto pregunta si sueña o es que así pinta el cielo porque hasta donde sabe bien podía haberle caído una viga en la cabeza y todo eso es parte del delirio de agonía que debe estar sufriendo en la sala de su casa, menos mal que esta noche llegará alguien, me encontrará ya muerto y todo seguirá su rumbo, pensándolo bien. El señor se reía a carcajadas y se acercó a entregarle un fajo de hojas impresas donde estaba un largo detalle de tiempos de la pandemia , una copia pirata de un libro llamado memorias de la pandemia (escrito por un tal José BRiceño) , Gregorio no tenía idea de que era el Kindle ni cómo funcionaba, el asunto es que tenía la prueba definitiva que necesitaba para evitar la debacle de su país.

Gregorio Maldonado la mañana de su arresto

 

El hombre sacó del bolsillo inferior derecho de su guayabera blanca  un aparato que dijo ser un teléfono celular , un Iphone 5S (según el dueño del teléfono es un modelo viejo porque ya venden el Iphone 13 en 1600$) del que solo puedo decir que es un aparato que no se parece en nada a lo que hoy conocemos, el hombre explicó que los celulares del 2022 son más cercanos a un asistente que a el aparato de esta época donde como mucho podemos mandar mensajes de texto, el asunto es que en esa pantalla me fueron mostradas muchas noticias que confirmaban todo lo dicho por el hombre quien luego de comentar las noticias como un adelanto bastante por encima de lo que él está viviendo en ese momento histórico a veintidós años de esta época, cuando le pregunté cómo sabía que pasaría por aquella pared en ese preciso instante , respondió, no sé, eso fueron vainas tuyas, tú me mandaste a esto, antes que lo olvide, compra Bitcoin, en 2018 lo agradecerás .

 

Volví a la pared por la que salí, desde lejos no se veía nada, solo al acercarme vi la grieta y cerrando los ojos salté y aparecí en mi casa, estaba en Los Teques en el año 1998, en la mano tenía un sobre de manila con un paquete de hojas impresas donde estaban las noticias junto a los relatos del supuesto libro que yo mismo me mandé desde el futuro, no tengo idea de que sucedió, solo sé que es verdad, los signos están ahí solo resta verlo. Juan Carlos Pírela, el agente dice ; Coño chamo, no tengo idea de que te pasó pero en realidad es muy raro, yo no creo que nada se aloque así, el otro agente, Mariano Nieves, con la boca abierta y sin pestañear dice que buscará que es eso del bitcoin , en cualquier caso algo así leyó en la revista del domingo, esa que viene con El Nacional , Todo en Domingo , hablaban del concepto de una moneda virtual que por el momento apenas vale 0,00001 dólares y es solamente para los jugadores de juegos virtuales, solo eso le daba certidumbre a la historia del muchacho y acto seguido pidió el documento.

 

El muchacho casi al borde de las lagrimas dice que perdió el manuscrito gracias a una inundación que se llevó todo en su casa materna, por eso estaba en Maracay una temporada hasta que sus padres lograsen reparar el daño y reconstruir la casa, es solo cuestión de tiempo para irse de este infierno tropical, en  El Paso nunca jamás hace tanto calor pero puedo jurar sobre siete cruces que todo es cierto, el mundo se va a acabar el viernes 13 de marzo del año 2020, todo se irá a la mierda, el chavismo será una peste que pondrá el país en una guerra no declarada donde malandros, policías, políticos y ejércitos compartirán bandos puertas adentro pero de cara a la galería serán enemigos acérrimos. Nieves, el más sensible al tema pregunta as Gregorio que hace además de proclamar su profecía, el muchacho responde que apenas acaba de terminar el bachillerato y busca que hacer , el agente le pide que se ponga de pie para ver su físico porque al parecer la inteligencia la lleva intacta , sin pensarlo mucho le cuenta de su compadre que trabaja en el CICPC donde están buscando aspirantes a agentes, en todo caso eso le serviría como plataforma para encontrar sentido, en este país con placa todo fluye con menos problema.

 

El joven abre los ojos con sorpresa, ¿en serio? ¿me encontrará cupo en el instituto?, presenté el año pasado pero no quedé seleccionado, el agente Nieves levanta su Nokia 6120 desde donde llama a alguien, mientras habla dicta los datos ya cedidos por el joven detenido , al colgar le dice que debe presentarse el lunes que viene a las nueve de la mañana y solicitar al detective Cedeño, él le dirá que más debe hacer, el asunto es que había sido seleccionado pero le dieron eso al sobrino de un tío del ministro pero por su intercesión (la de Nieves) quedará en las filas de la institución y lo único que deberá hacer para merecer ese trato era prometer dar su ayuda cuando le sea requerida, sin preguntas ni dudas, tal cual si recibiera un pedido de Don Corleone en persona, el asunto del Bitcoin le llama la atención. Mientras tanto el otro agente mira con los brazos cruzados toda la escena, en tantos años de amistad ya sabía que Nieves andaba tras un plan elaborado, lo había visto hacer eso en muchas otras ocasiones , ya debe tener al menos cien apadrinados en todas las fuerzas armadas del país.

 

El agente Nieves había decidido ir haciendo aliados imposibles, en un país como este, con larga data de corrupción hacia factible reunir una cantidad increíble de aliados si sabias escoger con tino a los futuros cómplices, el muchacho era bravo, inteligente y sincero, lo último es un defecto que se le quitará luego de convivir entre policías, las otras dos son ventajas que casi nadie posee, un talento especial no debe ser desperdiciado en otra cosa. El cuartelillo policial quedó en silencio, al puerta cerrada y el aire acondicionado a todo dar, hace demasiado calor para patrullar, ni los malandros salen a robar a las dos de la tarde, por eso la ronda se haría a la cinco a menos que apareciera el tío del detenido con la ropa para irse o el improbable de que un oficial superior se apareciese.

 

Una semana después de aquella pelea en pleno terminal de Maracay y con un inmenso agradecimiento familiar por poder deshacerse del muchacho, entró a formar parte de las filas del cuerpo policial donde tuvo una carrera tan brillante como peligrosa, Nieves tuvo razón, Gregorio Maldonado poseía una inteligencia mal entendida por sus iguales, lo que parecía locura no era más que agudeza casi profética, esa habilidad tendría dos posibles desenlaces o terminaba de súper villano con quinta en el Country club, helicópteros, ejércitos y toda la perversión de los negocios oscuros donde la inteligencia es un valor más importante que la violencia que reparten, de policía y guiado por sus consejos podrá ser lo que quiera, siempre y cuando fuese correctamente supervisado, lo que no midió fue que siempre el alumno supera al maestro, pero esa es otra historia, veinte años después, cuando vio su profecía cumplida, aunque ya con muchas pruebas de que la realidad, en el mundo y adelantarse a ello  solo es cuestión de imaginación, lo demás son malos adornos de la necedad humana.

 

Ninguno de los involucrados tenia modo de saber que el 13 de Marzo del 2020 efectivamente se desataría la pandemia y se acabaría el mundo tal como lo conocíamos, el Bitcoin que compraron el año 2000 a  menos de un centavo de dólar valdría sesenta mil, en pleno apogeo y con lo que compraron diez mil en su momento, hoy día ni un almuerzo decente en Mac Donald´s , todas las profecías eran ciertas, Maldonado llegó a ser el comisario más brillante de toda la historia venezolana logrando incluso derrotar al criminal más peligroso del universo (Matías Pascal) ,el ArepaWeed* le otorgaría poderes que nadie podía imaginar, pero esa es otra historia.

José Ramón Briceño

22/04/2022

 

*ArepaWeed es un libro de aventuras pronto a aparecer en Amazon donde Gregorio Maldonado es el Heroe.

 

 

Gregorio Maldonado en su acto de grado (año 2002)



 


viernes, abril 22, 2022

Primer domingo sin cuarentena

 

Amanecía como si fuese un sábado cualquiera en Ocumare de la Costa, en realidad estaba amaneciendo el primer fin de semana sin cuarentena, comenzaba el segundo año de la peste, Mayker Pacheco, si ganas, se levanta al filo de la madrugada para preparar los aperos del oficio, este día no sería de pesca por lo que salir al mar de madrugada no tenía sentido, el día integro era para llevar turistas desde la Boca hasta  La Cienaga, asunto que los mantendrá ocupados el resto del día, el viernes fue quincena así que quizás tengan tráfico extraordinario de pasajeros, por suerte pudieron conseguir gasolina suficiente pagándola al doble del precio oficial, estaban entre dejarse robar por los vendedores del mercado negro o quedarse en casa comiendo pescado con yuca como ha sucedido durante los últimos meses, sin pasajeros ni combustible. Johnny Pacheco contaba con cuarenta años, mientras se desesperezaba escuchando el trasteo de su hijo en la sala, aprovechaba a ver si su mujer se condolía y le regalaba un mañanero para salir contento a la faena,  la señora, luego de dar dos sonoras mentadas de madre y un empujón botó al señor de la cama porque esas no eran horas de andar molestando a una señora decente luego de un largo sábado de trabajo vendiendo empanadas , si bien no era tarde tampoco era tan temprano, el esposo estaba claro en que la señora debía estar antes de las siete en el puesto para tener empanadas que vender a los turistas tempraneros, nadie se quejaba porque así es la vida en la costa, todo mundo trabaja , quien no aprovecha el turismo es candidato a pasar hambre el resto de la semana,  esto a nadie  agrada .

Ocumare de la Costa, estado Aragua

Jhonny quería cariño, aunque nunca lo aceptaría, una intensa pesadilla lo mantenía aterrado, había tenido malos sueños toda la noche, esa madrugada una nave espacial que salía del fondo del mar y volcaba la lancha, en su pesadilla iba pasando justo por el Paso de la Virgen , un sitio donde por el que todos los navegantes pasan asustados, el mar siempre está embravecido, aunque a fuerza de costumbre ya tienen el peligro medido, soñaba que al entrar en la rada, mientras pasaba una ola grande del fondo del mar salió un aparato plateado, cuyos flancos poseía un exótico fulgor rojo , el mundo pareció detenerse en esa fracción de segundo donde el aparato surge del agua y la ola vuelca su embarcación, vio claramente a su hijo aterrorizado en la proa y una pareja desconocida gritando como si eso pudiese solucionar nada, luego solo sentía el agua bullendo a su alrededor, luego solo silencio. Se despertó espantado, pero incapaz de asumir que tenía miedo, ningún pescador por  mas aterrorizado que esté, se puede permitir el lujo de que su mujer lo vea con pánico, así que el impulso de buscar un abrazo terminó siendo disimulado por toscas caricias que desencadenaron su expulsión del lecho matrimonial.

Se levantó de la cama y antes de cualquier cosa montó un café cerrero con el que padre e hijo desayunarían acompañándolo con sendos sanduches de mortadela con queso y mayonesa para comenzar enérgicos el día, mientras este trasteaba en la cocina preparando el café, Mayker buscaba mentalmente excusas para no salir hoy a la faena, había dormido mal, sin embargo del sueño solo recordaba una sensación de pánico sin que pudiera recordar la razón, solo pensaba en cómo evitar el día de trabajo, hasta ayudar a su abuela en el conuco allá en La Trilla se le hacía más agradable que salir hoy al mar, lo que no entendía porque por lo general este era el día de ver mujeres bonitas en traje de baño, turistas que pensaban que nadie las miraba y se quitaban el bikini para no tener marcas, la ocasional cerveza invitada por los alegres viajeros, poder manejar la lancha cuando su padre lo permitía , sentirse adulto era algo que le agradaba y la sensación de maniobrar el peñero familiar era su mayor orgullo.

Mientras la familia Pacheco preparaba lo necesario para salir al trabajo, en Maracay, Héctor y Luna estaban remoloneando en la cama, él estudiaba derecho y ella, Comunicación Social en la misma universidad, cursaban el noveno semestre, ambos trabajaban en la misma empresa, él como asistente del asesor legal y ella como coordinadora de relaciones públicas, un eufemismo para encubrir que hacía de community manager, el asunto es que si bien trabajaban la vida se les iba en pagar deudas y hacer malabares para completar la cuota de la universidad, por eso habían reunido desde hacía algunos meses para aquel viaje, la noche antes, el padre de Héctor , ofreció prestar el carro como premio por lo mucho que se esfuerza el muchacho, el señor tiene un orgullo inmenso por lo bien que se comporta el hijo, tanto como para permitirle llevar su precioso Mercedez Benz hasta la playa, el muchacho se lo merece (se decía el señor), no solo por ser buen estudiante también trabaja y ayuda a sus padres, además, está casi seguro que ese viaje volverá con la noticia que Luna le dará el sí, ya están por graduarse y tienen un año juntos, es hora que formalicen la relación.

Esa noche Luna se había quedado en casa de Héctor, cena con los suegros y sexo desenfrenado desde media noche hasta que les tocase comenzar su viaje al mar, tenían casi un año que no salían de la ciudad, entre las cuarentenas y la escases ir a la playa era un capricho que no podían darse, demasiado costoso como para gastar el sueldo, sin embargo a estas alturas todo había salido de perlas, sin embargo muy en su interior sentía recelo del viaje, un miedo inexplicable que asumió  como flojera, horas más tarde comprobaría que siempre es mejor tener en cuenta los pálpitos , si algo no nos agrada, sin importar el problema que se genere , siempre es mejor dejarlo pasar. El despertar fue normal, café en la cama, más besos y una leve excusa para no salir, sin embargo ambos terminaron colocándose ropa de playa , llenaron la maleta con cuanta chuchería encontraron, hicieron un alto en la carretera para comprar hielo (llevaban cuatro botellas de Cabernet Sauvignony eso del vino a temperatura ambiente en pleno trópico es un despropósito) debían refrigerar las bebidas y algunos embutidos que ya acompañarían con pan cuando el hambre apretase, tampoco había tanto dinero como para gastarlo todo en comida.

La carretera estaba esplendorosa, el abandono por las cuarentenas la dotó de un sentido más agreste, el monte más tupido, los animales más insolentes, así vieron una manada de araguatos comiendo mango a la orilla de la carretera, más adelante, casi en la Trilla vieron a dos venados correteando por la carretera hasta perderse en el monte, ciertamente todo estaba desolado, los mil kioscos de la carretera seguían allí como recordatorio de que alguna vez hubo humanos, todo tenía una capa de musgo que denunciaba un abandono total, a pesar de la belleza del paisaje natural pues la carretera atraviesa al menos cuarenta kilómetros de selvas húmedas , donde atraviesas las nubes para atravesar la montaña hasta el mar, la salida de la montaña los saludó con un sol deslumbrante, demasiado azul había en aquel cielo para ser tan temprano (aun no eran la siete) , a pesar de todo, ambos jóvenes sonrieron aliviados cuando el sol de la mañana los deslumbró, aquella carretera desierta que antes de la peste bullía de turistas y sin embargo ahora parece que todos salieron en desbandada que incluía a los dueños para nunca más volver, en algún punto parecían estar atravesando una suerte de Chernóbil tropical , algo así vieron en internet recientemente, tan triste en este caso que ni la selva lo salvaba.



Héctor iba absolutamente feliz, no tuvo que ir en autobús, estaba acompañado por la mujer más despampanante y sexy que pudo haber tenido la suerte de conquistar, tenía algunos dólares de más e iban al mar, algo por lo que seguramente sería ampliamente recompensado por Luna  con una noche de sexo memorable. En ese preciso instante se da cuenta que su novia no va todo lo contenta que debería, en principio le atribuyó el asunto a lo siniestro de la carretera, estuvieron en silencio casi media hora donde el vacío se iba llenando con los acordes de  Pearl Jam a todo volumen, en realidad esto lo perturbó pero nadie lo iba a obligar a perderse este maravilloso viaje por alguna necedad femenina, pensaba que luego de dos botellas de vino a la orilla de aquella maravillosa playa, cualquier resquemor quedaría olvidado, con ese fin, Héctor aceleró todo lo que pudo para llegar pronto a la playa y así pagar el primer viaje a la Ciénaga , llegar temprano sería un plus pues les permitiría adueñarse de alguna de las muy escasas sombras gratuitas de aquella laguna de mar.


A la siete de la mañana Mayker y el señor Jhonny Pacheco ya habían sacado su bote al mar, el muchacho voceaba a los posibles clientes las tarifas, con tanta suerte que la primera pareja del día serian precisamente Héctor y Luna, quienes discutían amablemente por su negativa a comprar empanadas de cazón, el alegato básico era que debían llegar temprano a la playa y aún tenían que contratar transporte, solo tenían el día hasta las tres de la tarde pues ambos estaban de acuerdo en que no atravesarían esa carretera de noche bajo ningún concepto, si llegaban tarde dormirían en el carro pero ni de casualidad atravesarían las ruinas de lo que alguna vez fue una suerte de centro social donde todos los viajeros hacían parada más para ver y dejarse ver que para comer, al final ni las empanadas eran tan buenas ni el ambiente tan agradable, con esos mil carros con sus respectivos equipos de sonido compitiendo a ver cuál regetón era más vulgar o la salsa más escandalosa, pero ver y dejarse ver era un vicio que ambos compartían, constatar que las cosas han cambiado gracias a una peste global, los entristecía.

Mayker los llamó y ofreció el servicio por cuarenta dólares para llevarlos e irlos a buscar a la hora que quisieran, Héctor no lo pensó mucho y cancelo la mitad del viaje a fin de obligarlos a estar a la hora convenida, el muchacho, raudo los llevó hasta el bote, donde Jhonny los recibió y les entrego sendos chalecos como condición absoluta para poder hacer el viaje, ambos jóvenes , convencidos de sus habilidades natatorias se colocaron bajo protesta los salvavidas y salieron desde la Boca con rumbo a la Ciénaga, a cuarenta minutos de navegación los esperaba el paraíso al alcance de la mano, el mar estaba calmo como si de una laguna se tratase y no el normalmente encrespado mar caribe de aquella zona, iban mirando alelados toda la costa de aquella playa, sus rompeolas, las montañas , el cielo azul que se fundía en una variedad de tonos que iban desde el casi blanco al borde del horizonte hasta el profundo del alto cielo, pero sobre todo la atípica soledad de la orilla, en los balnearios que siempre estaban a reventar todos los fines de semana, esta vez habrían si acaso treinta bañistas en los cuatro kilómetros de costa, algo extraño que sin embargo achacaron a la temprana hora, nadie va a la playa antes de las nueve de la mañana, excepto ellos que por el entusiasmo de poder salir andaban desde la madrugada viajando solo para volver al mar luego del primer año de la peste.

Mientras el viento salpicado de gotas le mojaba la cara a Héctor este iba soñando en que parte de la playa harían sitio, a qué hora descorcharían el primer vino, cuales selfies se inventarían para que los primos y amigos de la diáspora tuviesen al menos algo que envidiarles a ellos que no quisieron irse a ser obreros por aquello de sus muy justas pretensiones burguesas , en principio estaban tan enamorados que no se separarían para un futuro incierto, al menos acá estarían en su tierra, no habrían redes sociales hasta el lunes, tampoco llamadas de ningún jefe necio, estarán fuera de cobertura, aunque igualmente llevan los móviles para las fotos o videos, solo lo usaran en caso de emergencia, de resto quedarían en los bolsos. Luna por el contrario fingía una calma que no sentía, entre el sentimiento premonitorio y la natural neura  ante el mar que se acrecienta con el incómodo, sucio y espantoso chaleco que el dueño de la embarcación les ha hecho usar, como si la ausencia de guardias nacionales en el muelle pudiera sancionar al patrón , aunque en su fuero interno aplaudía la medida de seguridad por parte del señor cejijunto que manejaba la lancha con cara de patibulario, si no hubiese tenido aquel tono de piel tan oscuro seguramente se notaría lo pálido que estaba, el señor Jhonny sudaba frio pues toda la escena se desarrollaba tal cual su pesadilla, al extremo de que , justo cuando pasaban frente al gran rompeolas del Playón, ordenó a Mayker colocarse el salvavidas reglamentario, el muchacho protestó pero al final la autoridad del capitán de la embarcación no se discute, menos si este es tu papá y fácil puede darte tres correazos al final de la tarde, el muchacho sabía que por muy grandote, muchos 17 años igual no serían problema para que su padre lo castigase.

En aquel peñero el único que iba con alegría genuina era Héctor, amaba el mar y un año sin ir se le antojaba una tortura, sobre todo viviendo a escasos sesenta minutos de aquellos paraísos tropicales, al pasar la costa de Maya vieron a los delfines, parecían saludar a la concurrencia pues viajaban por decenas entre la ensenada de la Ciénaga y aquel litoral despoblado frente al que iban navegando, Jhonny comenzó a respirar tranquilo porque los delfines no aparecían en su sueño y la aparición de estos supuso un cambio en aquella pesadilla que se estaba volviendo realidad, Mayker refunfuñaba en la proa por no haber tenido el valor de negarse a ir a trabajar aquel domingo, en vez de estar retozando con María Gabriela (su novia del liceo) en los pozos de la montaña, estaba sentado achicharrándose al sol y con aquel chaleco que sería la burla de los compañeros de clase el lunes siguiente, aunque las clases estaba suspendidas por la pandemia y la sempiterna falta de profesores negados a trabajar por sueldo mínimo siendo licenciados, ya llevaba casi dos años escolares perdidos que ha invertido en divertirse entre las montañas con más de una amiga.

Pasaron a los delfines , y en el instante en que Jhonny se da cuenta que la proa está enfilando hacia el Paso de La Virgen , cae en cuenta que los delfines no están jugando, parecieran avisarles que algo va a suceder, y pasa, tal cual el sueño todo fue un caos, vio a Mayker volando por la borda desde la proa, la pareja aterrorizada luego de un largo grito cayeron al mar y Jhonny , cuyo instinto de conservación fue más fuerte que su amor al peñero se lanzaba de clavado en el mar, todo fue confusión, el viejo pescador agradeció haber tenido el carácter para obligar a Mayker a usar el chaleco, al menos no tendrá chance de ahogarse , lástima que él no hizo lo propio, no estaría tan cansado y el agua fría no le lastimaría tanto, se hubiese dedicado a flotar , la lancha se podría rescatar, quizás el motor pero la vida jamás, todo esto iba pensando mientras al frente, el monstruo que los había catapultado al mar, estaba flotando sin hacer ruido, luego todo fue silencio y oscuridad.

Nadie supo cuánto tiempo estuvieron inconscientes, tampoco porque quedaron en aquel estado, Héctor y Luna estaban tan secos como cuando subieron a bordo, tenían puesto el mismo vestuario que tenían en la lancha, pero no había rastro de mar o de cualquier cosa conocida, estaban en una habitación totalmente blanca, solo había una cama (donde despertaron) , una pantalla como de televisión reinaba en la pared frente a la cama, a su izquierda estaba un cuarto más pequeño que supusieron era el baño y una puerta que daba a otro salón, al levantarse y verse a la cara aun con el pánico dibujad en sus rostros, ambos jóvenes decidieron que al menos no estaban muertos, lo que ya era una ventaja, ahora les tocaba explorar a ver si entendían dónde estaban o que les había sucedido.

La pareja encontró a los pescadores sentados en lo que suponían era una suerte de sala, igual decoración a excepción de una mesa  redonda con cuatro sillas, paredes blancas, sin marcas, bordes ni puertas, al fondo otra habitación que supusieron era la de los pescadores, todos con la misma cara de desamparo, el señor (que luego se enteraron que se llamaba Jhonny Pacheco, como el de la Fania) tenía la mirada desencajada y el cabello en desorden total, su hijo por el contrario parecía estar impávido, solo estaba sentado con la espalda recta y la mirada perdida, mascullaba oraciones católicas que alternaba con el gesto de persignarse, ambos subieron la mirada al mismo tiempo, veían la pareja como si de una aparición se tratase, comenzó el despelote de gritos, todos estaban intentando convencerse de no estar muertos, el joven seguía como catatónico , Héctor gritaba que no podían estar muertos, que ese era el primer día que iban al mar en un año, aun le quedaban muchos polvos por delante, la universidad, el trabajo, sus padres, carajo ¡SUS PADRES! , lo dijo como un lamento tan desgarrador que Luna y Jhonny se quedaron de piedra al ver a tal hombretón , Héctor media metro noventa junto con noventa kilos de pura fibra ganada a fuerza de pesas y carreras, usaba barba poblada y larga con la cabeza rapada, exudaba reciedumbre, en cambio luego de aquel lamento se largó a llorar como si tuviese cinco años, los únicos sonidos en aquella habitación eran las letanías de Mayker y el llanto de Héctor.

Mientras la mujer abrazaba a su novio para tranquilizarlo, el señor solo mascullaba insultos sobre la hombría del joven que lloraba abrazado a la mujer , él si era un macho, los machos no lloran, sin embargo por dentro estaba peor que todos, sentía que el mundo se hacía muy chiquito, no se podía mover, por eso tampoco había hecho gesto alguno cuando el muchacho se quebró ni podía tranquilizar a su hijo, luego de despertar en aquella habitación y respirar feliz por tener a su hijo vivo, el ánimo solo le llegó hasta que se pudo sentar en aquella silla, no había poder humano ni divino que le hiciera levantar, sabía que si lo hacía se desmayaba y su hijo necesitaba un ejemplo de fuerza, todo era muy raro y en Venezuela lo raro jamás es buena señal de nada, él lo sabía , por eso se había casado tan joven, entregado por completo a la labor monótona de pescar y llevar pasajeros los fines de semana, su mayor sueño era que Mayker se fuese a la universidad, se graduara de doctor y cuando fuesen viejos vivir de la mejor manera posible pero sin la estrechez que los agobia a diario, hasta que llego la puta pandemia y nos obligó a vivir casi como animales porque todo desapareció, para colmo, el primer fin de semana de alto movimiento, donde hasta el precio de la gasolina resultó insignificante ante la cantidad de trabajo que hubo el sábado, y justo cuando el domingo prometía vino y pasó esto, el pobre hombre no sabía si maldecir o bendecir la situación, estaba vivo pero la extraña sensación de estar a medio camino entre un susto digno de perder control de todos los esfínteres y querer matar al responsable con sus manos, lo tenía pagado a la silla, apretando los dientes, peleando consigo mismo para evitar que nadie se enterase de que si se para no solo se desmayaba, seguramente terminaría como cualquier bebé al que nadie le ha cambiado el pañal en tres horas, a su edad pensaba que la dignidad ocupaba mucho espacio como para permitírsela perderla de gratis y a la vista de su hijo mayor, al final los extraños desaparecen pero los hijos te acompañan hasta la muerte.

Mientras la demencial escena se desarrollaba, todas las pantallas se encendieron con ensordecedor ruido estático, los cuatro voltearon a ver lo que hacía tanto ruido, apareció un hombre en pantalla , apareció  Gilberto Correa hablando de una tal distancia y categoría desde la sala de ventas de una tienda de trajes en rebaja, el sobresalto fue mayúsculo , mientras los espectadores no salían de su asombro, el locutor miró al frente y les dio un saludo acompañado de sus sinceras disculpas por el accidente , la verdad no esperaban que nadie anduviese por esa zona a esas horas, con la emisión de ondas beta se suponía que a nadie le provocase ir al mar pero seguramente ellos tres estaban genéticamente predispuestos para que la lógica , en realidad la absurda lógica humana pesara más que el desencanto inexplicable por aplazar los planes, disculpen otra vez (dijo el locutor desde la misma tienda de trajes feos), no piensen que Gilberto Correa resucitó y está ahora haciendo comerciales desde el cielo, la verdad es que revisamos sus archivos neurológicos y encontramos este como el único referente que todos mantienen en común, pensamos que una cara conocida sería más amable para con el susto que han de estar pasando, mi nombre no importa porque si les dijese tampoco lo podrían pronunciar en su idioma.

No están muertos ni nada parecido, solo están en shock por el accidente, claro, que los hallamos traído a la nave debe tenerlos aterrorizados, pero tranquilos, en realidad están en animación suspendida , todo esto es una proyección digital pues enlazamos sus cerebros a nuestra computadora principal, somos una delegación científica enviada desde lo que ustedes conocen como AlphaCentauri desgraciadamente no existe traducción para el nombre de nuestro paneta en su lengua, aunque hay un par de tesis de sendos astro antropólogos especializados en la lingüística estelar de nuestro mundo que tratan el tema con bastante seriedad , pero todavía no encuentran consenso. Aunque nuestra raza hace presencia por acá desde hace unos cuantos años terrestres, nosotros estamos recién graduados de la academia de ciencias y nos han enviado como parte de una red de observadores , en este caso estamos examinando el comportamiento humano ante una situación anómala, según todos nuestros historiadores ustedes están a tres pasos de destruir el planeta, si es que antes el planeta mismo no los destruye antes, tal como tiene por costumbre desde sus inicios, por cierto los humanos están en la tierra hace más de cincuenta millones, solo que la tierra los barre cuando su tecnología se pone necia, cada tanto hay expediciones científicas para re habitar el planeta , todo se hace acá mismo con el mismo material genético de los animales locales , no tendría sentido hacer una forma de vida que no tenga similitud con su entorno.

Los náufragos veían petrificados la pantalla, Héctor había dejado de llorar, Mayker se había puesto de pie; Luna había quedado de rodillas, Jhonny tuvo que sostenerse a la mesa para no terminar de caer, nadie hablaba, todos miraban el televisor con expresión entres asombro y espanto. Gilberto Correa se sonrió , pidió calma para que escuchen el relato, más tarde los dejarían otra vez en la playa con algunos regalos por la molestia, en ese instante se abrió una compuerta en la pared derecha de la habitación, por ahí salieron bebidas , varias coca colas frías, una hielera acompañada de vasos, una botella de Wisky escoces , una de Anís El Mono y en otro contenedor con hielo  par de botellas de champan cuya marca habla de una tal viuda en francés , el hombre de la pantalla los conminó a tomar lo que quisieran , eran las bebidas preferidas por los náufragos, aunque todo fuese una construcción digital a partir de sus recuerdos, el sabor y efecto de cada una seria exactamente el mismo de cuando tuvieron su mejor experiencia, el muchacho se desvivía por una Coca-Cola helada cuyo precio les era prohibitivo a todos en casa, su padre bebía solamente el licor de anís de aquella marca, era lo que tomaba su viejo en las largas expediciones de pesca, como la más celebre del viejo ya muy anciano a quien Jhonny lo llevó de pesca solo para que disfrutase del mar y la sal, aquella noche no pescaron, solamente tomaron y conversaron , aquella fue la última expedición de pesca, seis meses más tarde su padre moría con una sonrisa mientras recordaban aquella noche estrellada en medio del mar, la champaña era el recordatorio de la seguridad para Luna, las fiestas familiares donde sus abuelos, eran el epitome de la felicidad, allí los adultos terminaban tomando champaña para celebrar cualquier cosa, sus abuelos eran una pareja de sobrevivientes de alguna guerra de la que nunca hablaron, decían que cualquier excusa era buena para la alegría y la celebración pues nunca sabemos cuándo se termina, así, cuando cumplió quince años tomó casi dos botellas con los aplausos de la familia en pleno, desde ese momento asoció la bebida con felicidad y aunque este no fuese el caso igual valía para espantar este terror que la tenía petrificada, en cuanto a Héctor, toda su vida quiso ser como su padre, por eso el whisky era su bebida predilecta, según Luna era una mezcla de necedad pues al final ella jamás entenderá como alguien pudiese tomar eso como si fuese una exquisitez.

Mientras tanto Gilberto Correa se había congelado, así como toda la imagen, tres tragos más tarde reapareció y los náufragos, un poco achispados por la ingesta alcohólica (excepto Mayker , aunque este más por pudor con su padre que otra cosa, moría por un trago de anís o de whisky, la champaña solo le causaba curiosidad pero tomar seria delatarse), seguían asustados pero el alcohol los había relajado algo, mientras Gilberto seguía mirándolos ahora con una sonrisa , en la misma compuerta de antes aparecieron tres porros, a los que Héctor, Luna y Mayker se apuraron a encender y calar, ante el espectáculo de ver a su hijo fumando drogas, Jhonny hizo un amago de reprender al muchacho sin embargo este se defendió alegando que era el mejor estudiante de su clase, trabajaba cada vez que lo requería alguien de la familia, no se metía en líos y hasta había dejado de tratar a unos supuestos amigos que querían ponerlo a traficar con los turistas, pero ese era otro cuento el asunto es que estaban en una nave espacial, secuestrados por alienígenas, es más, todo era en realidad algo que sucedía en sus mentes por lo que si acaso estaban rememorando recuerdos aunque pareciera muy real, al final todo es una proyección de nuestras mentes, hasta la realidad era eso, un simple invento así que le agradecía a su padre que lo dejase en paz, él tenía licor (su padre) al joven solo le había tocado Coca-Cola, la marihuana era preferible a hacer espectáculos de borrachos.

La pareja presenció la pelea a distancia, no era su asunto, por su parte, el licor de su preferencia más un porro los dejaba en posición de que les importase nada todo lo demás, lo que por cierto era lo mejor que les podía pasar en tales circunstancias, que el mundo no importase mayor cosa era preferible a esta zozobra de ni siquiera saber qué hora es ni adonde están. En la pantalla su anfitrión cobró vida, aun con el mismo traje horrendo pero ahora el fondo de la imagen había una etiqueta que tenía el ideograma de un león ante las letras HRH todo debajo de un subtítulo que rezaba “Distancia y categoría”, como la concurrencia se debatía entre estar drogados  o ebrios, se reían del comercial. Gilberto se largó con un discurso algo más oscuro.

El asunto señores es que nosotros estamos acá para salvar a una minoría , solo los justos e inteligentes sobrevivirán para que en la próxima edición hubiesen al menos mejores bases en las cuales construir la nueva civilización, la vez pasada pensaban que la memoria genética haría su trabajo pero pasaron cinco mil años y aún seguían gruñendo, matándose por boberas religiosas (si, el nuevo testamento fue un cuento romano) , negándose a las evidencias de su pequeñez intelectual y empeñados con ahínco en hacer de su planeta un estercolero, en el siglo XX, un equipo multidimensional hizo una petición al supremo consejo científico de las galaxias unidas que hicieran algo por los humanos, comenzaron a enviar misiones para instaurar en las mentes más brillantes las ideas que revolucionaron la ciencia y una vez que descubrieron que al final todo es posible, se callaron la información y continuaron en el mismo plan, solo que ahora tenían internet y en vez de hacerse más inteligentes pasó lo contrario. A mediados de su año 2015, el informe de avances fue desolador, el mismo consejo interdimensional decretó que se les suministrara alguna vía de escape, se debía reducir la población de manera natural, sin guerras ni invasiones, las misiones diplomáticas encargadas de empujar ciertos eventos, esos mismos que los paranoicos llaman “el gobierno a la sombra” se encargó de producir un virus mutageno que funcione como una gripe pero que solo se lleve a un número reducido, que junto a la campaña de incitación a la guerra pronto daría los resultados esperados.

No se aterroricen, la muerte en realidad no existe, todos los que acá estamos en realidad estamos de viaje, hay una cantidad pasmosa de universos adonde la energía se dirige cuando le toca, eso según su nivel de vibraciones, el equivalente al Karma budista, por eso la confederación se ha mostrado tan entusiasmada con la idea de diezmar a la humanidad de modo que sea por su propia mano y no por otro evento cataclismico, menos ahora que hay oportunidades reales de establecer lazos comerciales con la Tierra. Los avances científicos han traído la posibilidad de que los terrícolas manufacturen cosas que nos puedan servir, por cierto el cannabis es algo muy preciado en AlphaCentauri , gracias a ello hace veinte años, un compatriota “inventó” el Bitcoin, lo pongo entre comillas porque el modo digital de economía es algo que llevamos milenios practicando, así tenemos relaciones comerciales con infinidad de sistemas estelares, ustedes serán nuestra nueva camada de clientes , por eso necesitábamos que salieran un poco de esa necedad de los bancos centrales y entrasen de lleno en la actualidad económica estelar.

Luna, enfurecida y envalentonada por dos botellas de Champan con marihuana, se levanta furiosa y reclama al televisor por esa mirada tan acida sobre la humanidad, preguntaba a gritos mientras caminaba por la habitación como leona enjaulada, quien carajos se creían estos marcianos de mierda para venir a jodernos la vida a los humanos, aunque debía admitir que había demasiada estupidez suelta también tenía que hablar por todos sus seres queridos, los conocidos , ¿en verdad se necesitaba tanta muerte y destrucción? , ¿en serio ustedes tienen que ver con todas las miserias de la humanidad? , si en realidad son tan poderosos ¿Por qué razón no ayudan con tanta iniquidad? ¿Qué era eso de que nos cuidan? Pero permiten genocidios, sida, cáncer y ahora, con su sonrisa cínica robada a un presentador televisivo de los años ochenta, que se necesita una reducción drástica por medio de un virus que han soltado ex profeso , con la excusa de la reencarnación, váyanse derecho al carajo.

Héctor, totalmente noqueado por la mezcla de licor, drogas y realidad, babeaba sentado en una silla, bebiendo directo de la botella, había terminado el porro pero quedaba suficiente licor como para desmayarse, lo que en realidad era su plan, no podía con tanto, sin embargo la perorata de Luna lo hizo intentar reaccionar, pero no pasó del amago enseguida cayó sin sentido. El golpe de la cabeza del hombre al caer hizo que el resto de la concurrencia desviase su atención hacia el cuerpo que gemía en medio de la habitación, del hombre grande y fuerte solo quedaba la estampa, Héctor gemía quedo, como los niños que de tanto llorar se duermen entre sollozos, esto logró enfurecer más a su novia quien comenzó a gritar insultos de gran calibre al Gilberto Correo que seguía con su espantoso traje y su sonrisa de dentífrico viendo todo desde la pantalla.

Mientras la muchacha gritaba incoherencias salpicadas  de carajos y mentadas de madre, padre e hijo se habían puesto de pie, eran la estampa de la desolación, ninguno entendía lo que sucedía, solamente estaban ahí de pie con la boca abierta, el señor solo atinaba a ver y su hijo, con la misma expresión, solo que este último tenía un río de lágrimas bajando por sus mejillas.

En la pantalla, el locutor volvió a la vida, a pesar de los gritos de Luna, se hizo escuchar, explicaba que en realidad todo no era más que una proyección de su subconsciente manipulado por su computadora, se dignaba a explicar pues al final nadie les creería a ninguno porque además , ellos como raza superior igual manejaban las coordenadas tiempo/espacio así que serían devueltos apenas segundos luego del accidente, si hablaban de eso como mucho los tomarían por locos así que tocaba calmarse porque lo mejor que les había pasado en su vida era este accidente, no podrían evitar (si les tocaba) morir a causa de la peste, pero sí podrían mejorar sus vidas ostensiblemente, como muestra de su buena intención estarían dispuestos a repartir una centena de Bitcoin para cada uno, eso significaría un poco más de cinco millones de dólares en ese preciso instante que si los guardaban seguramente podrían cuadriplicar su fortuna, lo que les permitiría en todo caso abandonar ese país hasta tierras menos convulsas sin pasar el trabajo que pasan todos los emigrantes. Ante la oferta, la muchacha bajó el nivel de sus reclamos, igual se veía furiosa pero al menos ya no gritaba, como mujer inteligente sabía que la oferta (de ser cierta) significaba al menos evitar el problema de la supervivencia en plena pandemia, tenía bastante tiempo estudiando el fenómeno de esas criptomonedas como para reconocer una oportunidad cuando la escuchaba, en todo caso Héctor seria tratado por unos cuantos psiquiatras hasta mejorar, el muchacho podría salir de aquella playa olvidada de dios  para estudiar en cualquier universidad del mundo, además con el plus de conocer a verdad, algo que les alivianaría un poco la natural necedad de los humanos por planificar el futuro, en el peor de los casos igual podría tener su vida resuelta así que se sentó y escuchó no sin antes preguntar como era eso de que ello manejaban los fulanos Bitcoin.

Gilberto volvió a sonreír y explicó que los Bitcoin en realidad fueron un invento de ellos, Satoshi Nakamoto fue el alias de uno de los analistas económicos de la federación, el plan es generar la necesidad de instaurar la economía digital en pos de poder engranar las de otros sistemas planetarios a fin de establecer intercambios económicos entre la tierra y ellos, era cuestión de tiempo, otros analistas que se plantean distintos escenarios generaron la necesidad de inyectar una forma de economía que permitiese poder pagar por los insumos que les comprarían, el plan está en camino, dentro de quince años, luego de que las distintas hecatombes se sucedan, entre la peste, el calentamiento global y un par de guerras por sucederse, la cuarta parte de la humanidad desaparecerá, todo comenzará por los menos inteligentes, los que no pudieran adaptarse morirán tarde o temprano, los que no pues serán esclavos de su propia necedad así que la clase dominante dejará de ser quienes manejen la fuerza de las armas para pasar a ser  a aquellos cuya inteligencia pueda ser adaptada en función de su supervivencia, a la gente inteligente no le da por vivir mal así que estarán dispuestos a aprender , con lo que terminaran haciendo negocios interestelares, a cambio de todo, nosotros les entregaremos la forma de construir naves intergalácticas realmente eficientes y les ayudaremos a colonizar otros planetas donde la vida tal cual como la conocen podrá florecer.



Mayker, sin querer, preguntó si ellos podían hacer algo para cambiar, Gilberto lo miró desde su pantalla (mostrando una sonrisa cuyo significado nada tenía que ver con el humor) para decir que no, ciertamente el planeta, o al menos buena parte de él no tendría salvación , pero al final no había final, de todas maneras todos acabarían muertos así que si acaso sería apresurar el inevitable momento que a todos toca, además , como había dicho hace rato, la muerte no existe, solamente es parte de un tránsito hacia otros espacios donde podrían seguir haciendo méritos hasta lograr eso que los Budistas llaman iluminación que en el fondo no es más que parte del ciclo infinito de la energía. Mirando a todos esta vez, el falso Gilberto dice; al final todas las veleidades humanas no son más que imperfecciones necesarias, esas son problema de otra naturaleza pero ya llevaban millones de años acabándose y renaciendo como bacterias por lo que de alguna manera sobrevivirán a este momento, bueno, los próximos veinte años, ustedes serán los afortunados porque ya saben lo que les toca.

Mientras Héctor yace desmayado en el piso, los restantes miran a Jhonny que estando petrificado se está orinando en sus bermudas sin poder evitarlo, desde la aparición del alienígena en pantalla no hace más que mirar con los ojos desencajados toda la escena. El hombre de la pantalla les dice que toda la información sobre el uso de los Bitcoins y de cómo encontrarlos les será depositado en su memoria , cuando enciendan sus móviles los asistentes de abordo les incorporaran las billeteras, solo deben tener cuidado de no andar hablando sobre esta escena, es de muy mal gusto que los tomen por locos y en el peor de los casos hay otros humanos cuyo instinto primario será encarcelarlos solo por nombrar lo que está sucediendo, hay negociaciones con las grandes potencias quienes están muy interesadas en poseer a tecnología necesaria para que los planes del alto consejo interestelar se hagan realidad, aunque es poco probable que la CIA , el MI6, el G2 o la KGB se interesen en ustedes, el internet supra vigilado de sus teléfonos hará el resto, así que les recomiendo discreción, al terminar de hablar todo fue oscuridad para los cuatro sorprendidos náufragos , despertaron unos minutos más tarde flotando a escasos metros de la orilla, mientras un par de peñeroshacían maniobras para  rescatarlos, todos se veían con estupor que los rescatadores pensaban era simple terror por haber volcado tan cerca de la orilla.

Luna preguntó la hora, eran apenas las ocho y media de la mañana de domingo, en teoría no habían transcurrido más que veinte minutos entre el zarpe desde Ocumare hasta el dichoso Paso de La Virgen, mientras navegaban de vuelta al punto de partida pues el accidente había dado fin al plan de aquel primer fin de semana sin cuarentena del segundo año de la peste , los náufragos solo se dedicaban a escuchar las teorías de sus “salvadores” en cuanto a las razones del volcamiento el consenso hablaba de una mala entrada a la rada en un descuido inaceptable del Patrón de la lancha, iban a exceso de velocidad por lo que al salir de una ola clavó la proa en el agua causando el accidente, algo raro pero usual en esos casos, les parecía un milagro altamente factible, el peñero seria rescatado un poco más tarde, está volteado pero intacto aunque todo el contenido fue a parar al fondo del mar, incluyendo motor y herramientas de trabajo, todos veían con lástima a Johnny y a su hijo pues sabían que la perdida de los aperos haría un daño grave al patrimonio, otro motor fuera de borda lucia imposible en estas condiciones económicas donde hasta los mendigos sufrían la escasez de latas para vender, los bancos no daban créditos y la cuarentena se podía extender por mucho tiempo más, sin contar que la pérdida del prestigio por este estúpido accidente le impediría a Jhonny  tan siquiera pedir prestada otra embarcación para trabajar, nadie en su sano juicio pondría en riesgo su equipo luego de que  este demostrase tan poca pericia.

Epilogo

Desde aquel sábado nada fue igual, al llegar a puerto fueron atendidos por los médicos rurales, hubo declaraciones a los organismos de seguridad, una mera formalidad, ninguno de los cuatro pudo hablar sobre lo que les había sucedido, efectivamente por alguna razón desconocida hasta jhonny cuya habilidad digital apenas alcanzaba para utilizar la tarjeta de débito resultó conocer a fondo el funcionamiento de la criptoeconomía como si la hubiese estudiado en la universidad, así mismo todos emergieron expertos en una ciencia que hasta  hacia pocas horas era apenas un tema para la conversa. Luego de cumplidos los tramites Jhonny invitó a los turistas a tomar unas cervezas en casa, fueron en el carro del padre de Héctor, ya era mediodía y de los nervios iniciales poco quedaba en el sistema, pocas cuadras antes de llegar a casa de los pescadores, Héctor estacionó a un lado de la carretera, tenían que conversar sobre lo que harían a partir de aquel día, se sabían millonarios ya que cuando la chica encendido el móvil que había dejado guardado en la guantera del carro apareció el aviso de Binance, ella sabía que nunca había abierto cuenta alguna, el saldo de esa billetera era de exactamente cien bitcoins por lo que su cuenta era VIP, los pescadores debían llegar a casa pues nunca sacaban los smartphones cuando tocaba salir a trabajar, para ello Jhonny tenía uno analógico que servía para enviar SMS y llamar, que al final era eso lo que necesitaban.

Al fin todos hablaron confirmando que no había sido alucinación y la prueba estaba en la cantidad de fondos que estaban a su disposición, esa mañana había cambiado totalmente la vida de ellos cuatro, como tenían conocimiento de sobra, los pescadores aseguraron que  pronto se irían de aquella playa para algún país donde nadie los conociera, la ventaja de tener aquellos fondos era que no dependerían de ninguna cuenta bancaria y por tanto podrían irse adonde quisieran sin necesidad de malabar alguno más allá de pagar abogados que hicieran por ellos los tramites de emigración, los jóvenes aseguraron que terminarían los estudios, harían como si no hubiese pasado nada y al culminar la carrera se irían del país para nunca más volver ni de paseo, se dedicarían a viajar por el mundo y conocerlo antes que se acabe, tal y como aquel alien encarnado en Gilberto Correa les había asegurado.

Una semana más tarde la familia de Jhonny y Mayker se mudaron a Miami, allá el muchacho hizo carrera de economista mientras sus hermanos hacían lo propio con el bachillerato, Jhonny se dedicó a pasear con su esposa y a atender un restaurante a la orilla del mar, ya el muchacho hacía de trader ganando aún mucho más. Héctor y Luna terminaron meses más tarde, no por falta de amor si no por la profunda depresión en la que cayó el hombre quien terminó mudándose a Uruguay donde compró una finca para producir marihuana de alta calidad, Luna no le agradaba eso de andar drogado 24/7 y luego de terminar la universidad se dedicó a viajar por el mundo disfrutando todo lo posible, aunque seguían en contacto por las distintas plataformas digitales nunca más volvieron a juntarse.

Aún esperan el fin del mundo solo que ya no les interesa nada más que vivir lo que les toque.

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José Ramón Briceño

12/05/2021