Ayer
por la tarde, mi cedula se arrastró por el lodazal de la nostalgia, eso de
hacer comparaciones entre hoy y el ayer es un asunto rudo, no solo por la
natural añoranza de la juventud y sus maravillas, también está este otro feo
asunto de la pobreza generalizada. Cada tarde, al llegar a casa se hace
complicado no desesperarse pensando cuanto toca estirar la quincena, esa eterna
duda entre comer o pagar las obligaciones ineludibles, asunto que nos hace
perder el sueño a muchos compatriotas. Mientras buscaba entretenerme un poco me
dio por escuchar la música de cuando era un fulano más del montón, no es que
ahora no lo sea, es que ahora ser adulto trae consigo cuestiones a las que no
se les puede sacar el cuerpo, además de un cumulo de frustraciones normales de
quien aspira y no puede.
Desde
la adolescencia soy fan de “Desorden público”, ya olvide a cuantos conciertos
fui, bailé, conocí gente, conquiste novias, unas fugaces y muy pocas que aún
recuerdo, tenía cabello, kilos menos y lo mejor, ninguna preocupación por el
futuro que me parecía una cosa lejana que se iría resolviendo con el tiempo. Esta
tarde me dado de frente con la realidad de que ya llegó y la verdad no se
parece mucho al que me imaginaba en aquellos tiempos, la mayoría de las cosas
que no han pasado, seguramente fueron por culpa mía, las otras escapan al
control pero quizás lo que más molesta es que ahora estamos en manos de la
providencia sobre eso del futuro pues depende de una economía cuya lógica
ilógica no entiendo, de unos factores difíciles de prever y mucho menos de
evitar sin cometer el pecado y la pendejada de hacerse matar mientras los
responsables son felices con cerros de dólares a sus pies.
Por
fortuna jamás milité en la izquierda ni caí en el lugar común de las baladas
melosas de los cubanos aquellos que mentaban “nueva trova”, siempre fui un
rebelde con causa, seguramente por eso terminé con un repertorio de gustos
bastante exótico para la época, la parte mala es que la verdad nunca supe muy
bien lo que estaba de moda .Desorden público hacía (o hace pues ya le perdí la
pista) música de protesta, con buen ritmo y letras que desnudaban lo que por
aquellos años ochenta y principios de los noventa pasaba en las calles de mi
país, llegado el nuevo milenio por un rato hicieron sonrisas con el gobierno y
los saque de mi play list por asunto de mi avanzada intolerancia política a
todo lo que apeste a chavismo lo que sea que tenga algo de la izquierda
estúpida de estos tiempos. En el caso de hoy, oír las letras de aquellos años
parece que las hubiesen escrito hace una semana y no hace más de veinte años,
lo que me hace pensar con tristeza que el gran problema del país no es el país
en sí, ni los gobernantes, es la gente misma que no ha cambiado sus hábitos
desde siempre.
Se
puede escuchar unos versos “Y los niños infelices, con la barriga llena de
lombrices, se preguntan dónde escondieron el vaso de leche que nos
prometieron”, “manipulan la información y mantienen atrasada la educación por
eso es que reprimen a los estudiantes”, en fin toda la canción parece sacada
del acontecer de este momento histórico y no de los años noventa.
También
me hacen pensar en tanto idiota de izquierda que habla de la cuarta república
como el reinado del terror de las persecuciones políticas, hoy día no me
imagino a ningún cantante ni grupo que exhiba real rebeldía cantando cosas así
sin sufrir la censura automática del gobierno y sus esbirros, acusaciones de ser
de la CIA, apátridas o cualquier basura del libreto sociópata/suciolista del
repertorio roboilusionario. Los adultos cuarentones que anduvimos de farra por
aquellos años en que éramos felices y nos quejábamos, que ahora somos felices
solo por algunos minutos cada quince días, que soñamos con hacer maletas para
nunca más volver o quizás hasta un holocausto de balas, plomo y sangre para
encontrar lo que queremos como futuro para nuestros hijos, harán un gesto de
asentimiento con este post, los que no los conocen les recomiendo buscar en
youtube esa música, escuchen sus letras y revivamos el espíritu de aquellos
años, por aquello de la rebeldía que al parecer ha desaparecido en estos
tiempos.
Por
lo pronto seguiré “Buscando algo en el caribe”, la diferencia es que en
aquellos años no lo sabía, ahora lo sé.
José
Ramón Briceño 2016
@jbdiwancomeback
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