martes, junio 09, 2015

El humor y la política del siglo XXI

Tengo años en una campaña personal en contra de la idiotez, no es que me crea más que los demás pero creo que uno debe llegar a la madurez con cierta solidez intelectual, eso no tiene nada que ver con libros ni con eso de ser intelectual, es un asunto de comenzar a pensar con seriedad sobre asuntos igualmente serios, sobre todo en un país donde todo es tan cuesta arriba que cualquier cosa es difícil, hasta hacer mercado y rendir las compras hasta fin de quincena es una cuestión de pensar, en la mayoría de los casos hasta inventarse recetas para llenar el estómago de la familia.

Sin embargo uno ve en la calle, en las redes sociales y hasta en el trabajo que la seriedad no llega con igual contundencia a todos por igual, hablemos solo de los mayores de cuarenta que son los que me tocan pues es el rango etario en el que vivo. No puede ser que la gente a estas alturas ande gastándose lo que no tiene en un celular que le cuesta más de seis meses de sueldo, tampoco creo que si todo es tan complicado muchos anden gastando su tiempo en averiguar cómo Lady gaga tiene amantes por todo el mundo.

Así llegamos al asunto político, veo mucha gente adulta, con nietos que por fanatismo anda diciendo pendejadas de lo especuladores que son todos en Venezuela, aunque sea cierto creo que les toca preguntarse más bien el origen de tanto desastre económico, así la cosa los deprima pues necesariamente se deben sentir cómplices pues por asuntos absolutamente egoístas apoyaron esta barbarie que hoy vivimos, me disculpan pero esa paja de “yo jamás creí que terminaríamos así” “eso no fue lo que me prometieron” “yo creí en el comandante”  o peor “si el comandante estuviese vivo no estriamos así de mal”.

Caramba si yo, apenas un profesor de castellano, que nunca se ha metido en la política y a quien la matemática se le da tan mal que precisamente estudio cosas de letras y libros para no verme metido entre cifras que me atormentan la vida, lo vi venir desde hace años, muchos lo vieron, gritaron por los cuatro puntos cardinales y TODOS dijeron “yo no creo, eso nunca pasaría acá” y pasó carajo, pasó.
Desde ayer andan con una joda sobre una fulana mata de “acetaminofen” que una fulana candidata a diputada dijo en cadena nacional, lo peor es que el público presente en la alocución de la mujer aplaudió como si hubiese notificado que alguien ganó un Nobel, la ignorancia es un asunto colectivo entre esa gentuza. No sé si el asunto de burlarse sea lo correcto, aunque es complicado no hacerlo, todas las incongruencias terminan en humor, desdibujando la seriedad del asunto hasta que sea aceptado y digerido como algo más para sobrevivir en este caos nacional.

Tengo la impresión de que parte de esos memes y burlas provienen del mismo aparato de propaganda gubernamental a fin de minimizar los daños con vistas al exterior pues allá, en otras fronteras, la propaganda es tan efectiva que hasta los periodistas de izquierda, esos que no de vaina se mudan a los países comunistas, escriben loas al gobierno venezolano, yo me he dado a la tarea de escribirle a algunos, unos me responden y terminan asombrados pues no sabían de la tragedia nacional, otros me ignoran, los menos me insultan a lo que les respondo de igual manera para ver cómo se comportan, es una forma de hacer contrapeso a esa propaganda que tan buen hace quedar a un gobierno empeñado en negar no solo su incapacidad, también su maldad pues hacerse el ciego ante tanta complicidad entre malhechores y los que teóricamente deberían adversarlos es una bajeza increíble.

Este proceder me ha traído hasta la pérdida de oportunidades, familiares que me borraron hasta de sus listas de teléfonos y a quienes yo mismo evito pues me molesta su presencia, amigos que no lo son tanto desde el momento en que oí su pensar sobre las cosas de sus jefes y quienes de paso disfrutaron su momento de gloria cometiendo cualquier delito con la excusa de la revolución, haciendo de paso sus bolsillos más grandes de tan llenos de dólares que los tienen.
Creo que debemos medir el uso del “sentido del humor”, ya basta de banalizar la tragedia, dejemos eso para nosotros, de consumo interno pues, si no ponemos seriedad en el país terminaremos peor de lo que ya estamos, el asunto del cambio de sistema político no es si estaremos mejor, es por cuanto tiempo estaremos jodidos, con estos animales estaremos muchos años, si cambiamos quizás sean unos pocos, veámonos al espejo y decidamos que hacer, no solo por nosotros, también por nuestros hijos y posibles nietos, si es que nuestros hijos o nosotros mismos llegamos a una edad en que podamos tenerlos, recordemos que acá es más segura una bala que ganarnos la lotería, 25 mil muertos al año así lo confirman.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback


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