miércoles, mayo 27, 2015

Resentimiento obrerista

Acabo de leer en alguna parte que un fulano ministro dijo que un MEDICO y un BARRENDERO debían ganar lo mismo, casi me da un ataque e iba a cobrar sin tener culpa alguna mi computadora, es una portátil cualquiera que tengo hace dos años, la cuido casi tanto como a mi cámara pues pensar en comprar otra es un asunto tan complicado como salir con una modelo internacional teniendo sueldo de profesor, así que otra vez se ha salvado el aparato de cobrar por culpas ajenas, debo confesar que entre mis sueños está el de poder botar la computadora por el balcón sin que me dé remordimiento alguno.

En fin, el ministro acaba de aclarar un misterio, el de los sueldos gubernamentales. Como he dicho en reiteradas ocasiones no tengo nada en contra de los obreros, la verdad tengo por costumbre tratar a todo el mundo con la misma cortesía más no con la misma deferencia, no creo eso de ser amigo de muchos, con los que tengo me sobra aunque también debo admitir que siempre tengo espacio para nuevos amigos, la única condición es que sean inteligentes. Lo de los obreros me indigna pues para pasar una escoba o hacer cualquier trabajo manual no hace falta estudiar mucho, es más quizás con solamente el tercer grado que te enseñe a leer y a escribir algunas cosas basta, lo otro son florituras de la inteligencia, en cambio para ser médico, ingeniero, arquitecto, físico, químico, matemático, filósofo y hasta profesor de cualquier nivel con pretensiones de seriedad, toca estudiar bastante, hacer acopio de fuerzas más allá de lo normal y aguantarse muchas lunas sin fiesta para lograr su cometido, la cosa empeora cuando el mentado decide seguir el curso natural de la inteligencia, sigue estudiando, se pos gradúa, se doctora y algunos hasta se pos doctoran, eso si sumamos todos los años desde el kínder es algo así como 25 años estudiando y preparándote, para barrer basta un cursillo de unas horas bajo la vigilancia materna, la esposa, la novia, el padre o en el último de los casos del jefe.

Ser obrero necesita cero preparación, además si no lo haces bien como mucho te sale reprimenda, el medico que no hace bien su trabajo, mata gente y en el “mejor” de los casos deja secuelas espantosas. Imagínense el caos si un contador o un administrador hacen mal su trabajo (a menos que trabaje para el gobierno, en cuyo caso es una obligación hacerlo mal), un profesor ciertamente tampoco matará a nadie pero si el conocimiento real no se hace con el debido cuidado tendremos generaciones de imbéciles que no sirven más que para ser empleados estatales, así sucesivamente, las profesiones serias tienen impacto serio, los obreros pues su impacto no va más allá del horario de trabajo y la reunión a la puerta de la licorería, el patio de bolas o el traspatio de alguna casa de algún amigote, mucha música a volumen inaudible y una pasión desmedida por demostrar cada fin de semana que tienen un aparato de sonido más grande y ruidoso que el de su vecino más cercano.

No siempre fui profesor, en verdad he trabajado de todo lo que he podido en esta vida, muy temprano, cuando era estudiante de bachillerato trabajaba como obrero en un depósito de pinturas, cargando cajas y haciendo cuanta cosa me pidieran hacer, en horario especial para poder asistir por las tardes al liceo, fui camillero en un hospital, también trabajé como obrero para una fábrica de pilas donde mi trabajo consistía en descargar conteiner de mercancía a los depósitos, he hecho de buhonero y lo último fue de mesero en un restaurante en otro país, es decir que puedo saber con exactitud que es el trabajo.

Como la gentuza comunistoide esa que maneja el país no hace nada sin medir las consecuencias, creo realmente que lo que están haciendo es equilibrar el país hacia abajo, mucho idiota feliz de su ignorancia ha de estar celebrando la “ocurrencia” del ministro, pero su ignorancia no les permite ver que el daño se lo hacen también a los suyos, mucho estudiante ha de leer eso y decepcionarse enseguida, sobre todo si el estado se abroga por motivos absolutamente egoístas dar los cupos universitarios sin contar con los méritos académicos, aunque en ese punto tengo la impresión que el ministerio correspondiente ha de estar salvando su responsabilidad en la caterva de bachilleres cuyas capacidades están por debajo de cualquier exigencia por culpa de una  ley de educación básica que promueve la vagancia.

Los médicos por lo menos tienen el consuelo de la consulta privada, en el caso de otras profesiones el sector privado es más feroz en la miseria de sus pagos, a excepción de los científicos que tienen la suerte de ser bastante inteligentes como para que las grandes empresas los contraten. Soy de los que piensa que ser obrero es algo que todos deberíamos hacer alguna vez en la vida, pero sin dejar de lado las miras a superarse desde todo punto de vista, si el mundo fuese así, les aseguro que este país fuese otra cosa.

Lástima estar rodeados de gente cuyas miras van a lo inmediato, que no piensan en el futuro y se escudan en su pobreza para ni siquiera dignarse a hacer el esfuerzo de estudiar para, cuando tengan más de 40 (como yo) el esfuerzo del trabajo sea más mental que físico y con ello además tener más beneficios que tristezas, por esa razón muchos estudiamos, quienes no lo han hecho pues se solazan en supurar su envidia, ojalá alguna mañana escuche o lea algún ministro o diputado exigiendo que los ellos ganen lo mismo que los obreros, claro eso si los indignaría, al igual que las sanciones aquellas.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback



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