domingo, noviembre 30, 2014

Ignorancia + Poder = Revolución


Cada día entiendo menos la política nacional, sobre todo por el descaro con el que sus personeros hacen gala de una inmensa ignorancia, no estoy hablando de gente que se supone jamás ha estudiado más allá del bachillerato (que de esos hay por montón y en cargos alisimos) a quienes quizás se les puede perdonar algo de esa ignorancia pues su falta de formación así lo exige, hablo de los que se dicen licenciados, doctores, magister y hasta especialistas, esos la verdad dan muchísima lástima pues una cosa es la ignorancia “accidental” de quien le hace falta formación académica y otra la ignorancia “incidental” de quien sabiendo las cosas prefiere ignorarlas para agradar a los jefes o por no perder el trabajito que le regalaron por su filiación política.

Hace días discutía sobre mi incomodidad con este nuevo sistema educativo que premia la ignorancia y la flojera entre los estudiantes de bachillerato, quienes desde el primer día saben que van a pasar de año sin mayor problema pues así lo exige la ley, el tal me contestaba que no había problema pues la educación ha de ser libre y popular, es más, aseguraba que materias como matemática, física, química y biología debían desaparecer del pensum pues ¿Qué iba a hacer un joven en la vida real con saber la raíz cuadrada de nada?, ¿Qué de bueno traería para un ciudadano cualquiera saber química, física o biología?, que eso debía de estar enmarcado en su usa diario para que pudiera ser efectiva la educación, allí apreté los dientes para no decirle cuatro cosas ofensivas.

No me cabe en la cabeza ese razonamiento cuando hablamos de jóvenes de bachillerato, que de por si no es la gran cosa, ponerlo peor solo para satisfacer su ánimo idiota, imaginemos por un momento que un joven quiere estudiar medicina, arquitectura, química pura, ingeniería en cualquiera de sus variantes, cuando arranque el primer semestre no sepa ni hacer una regla de tres simple para calcular nada, tampoco en que consiste la osmosis ni pueda hacer algún cálculo de resistencia de materiales pues no sabe más allá de los rudimentos matemáticos, ¿Qué tipo de profesionales egresaran las universidades?, imagino que su plan está solo para las universidades de cartón piedra y títulos de papel higiénico como esa bolivariana (en minúsculas adrede) pues en las universidades decentes no pasaran ni el examen de admisión, he ahí la razón de que quieran “democratizar” el ingreso a las universidades. Si esa conversa se hubiese dado con un ciudadano común, uno dice mentalmente “el tipo es un imbécil, mejor lo ignoro y sigo pensando en la inmortalidad del cangrejo”, pero no, el fulano es subdirector de un liceo de mi ciudad, ahí sabemos que la cosa está mal pero va para peor gracias a las gracias de una camada de imbéciles que quiere dejar ignorante a todo un país donde, mientras las minorías se preocupan por la educación de sus hijos, las mayorías se disfrutan más la cola de mercal.

La lógica dice que si estudias, progresas, si un país está lleno de gente inteligente tiene más posibilidades de superar cualquier crisis, pero estos bichejos piensan otra cosa que dista de la lógica, sobre todo cuando el ministro en persona dice voz en cuello que van a “Eliminar la ciencia que no le interesa al pueblo, la elitesca”, uno piensa ¿Cuál ciencia es elitesca?, caramba, toda ciencia es importante, ahora que sus cerebros de pollo no les dé más que para pensar en eliminar lo que no entienden ni añoran, la verdad me provoca sentarme a llorar o salir a comprarme todo el licor baratísimo que me encuentre y meterme a alcohólico nada más que para no sabe nunca más quienes y que hacen los idiotas del gobierno.

Entre la conversa que tuve en la calle con el fulano ese que abogaba por eliminar las materias científicas y el idiota ministro no queda mucho espacio para n entender que el norte de la revolución está más cerca de sus cuentas bancarias que del real avance y progreso del país. Mejor no sigo escribiendo más pues mis deseos podrían fácilmente tentar a algún comando del sebin a pensar que con mis malas vibraciones mentales puedo cometer “magnicidio”.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback




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