sábado, agosto 02, 2014

Depresión en tiempos de revolución


Estar deprimido es un asunto bastante serio, la gente, en su mayoría, hace guasa con el asunto pues confunden la depresión con alguna tristeza pasajera, cuando en realidad es algo mucho más que eso. Los tecnicismos alrededor del tema son muchos, la verdad es que andar deprimido es una sensación muy incómoda por decir lo menos, donde casi se termina anhedonico , es decir, sin posibilidad de sentir placer ni alegría por nada, si no se le pone la atención debida pues las consecuencias pueden ser desastrosas ya que quien sufre eso puede terminar en cualquiera de los extremos, bien sea con algún daño psicológico perenne o tomando decisiones irreversibles, como el suicidio.

Las razones para terminar deprimido son muchas, las causas solo las puede teorizar un psicólogo o un psiquiatra, solo quienes hemos sufrido los embates de tal condición. La solución no es fácil, por lo general el avance de la depresión de da por la no atención pronta por personal especializado, incluye terapia con psicólogo y hasta medicación psiquiátrica según sea el caso.

En mi país ambas cosas son difíciles, primero por la idiosincrasia del venezolano que prefiere esconderse en el alcohol, si es hombre, se considera débil si asiste a terapia pues no es de hombreas eso de andar contando las intimidades a nadie, además los hombres no lloran carajo, si es mujer entonces andar triste es parte de su condición y le toca apretar los dientes. Quizás estoy equivocado en mi percepción pero así lo veo, casi ninguna de las personas que me rodean y mire que eso es bastante gente, asume como normal eso de las terapias psicológicas, lo ven como pérdida de tiempo y dinero, la mayoría cree que con un par de libros de autoayuda se resuelve el asunto.

Nadie sabe a ciencia cierta cuanta gente anda por ahí con la tristeza a cuestas sin ver solución posible, puede ser que en vista de que todo acá siempre es cuesta arriba y apretar los dientes, aguantar el chaparron sin cejar en el esfuerzo diario, todos asumamos que estar triste o “deprimido” por la razón que sea es parte integral del vivir, pues no es así.

El otro factor para que nadie o muy poca gente se trate la depresión es el factor económico, una sesión de terapia con un psicólogo no baja de los 800 Bs., imagino que mismo costo tendrá una consulta con un psiquiatra y por lo menos el paciente necesita una sesión semanal, haciendo que el “tratamiento” a base de terapias cuesta al mes más que un sueldo mínimo.

En el caso del psiquiatra la cosa es aún más cara pues ese profesional, al ser su enfoque de origen medico, necesita ir apoyado de varios exámenes especializados que como sabemos cuestan un ojo de la cara, si le sumamos la medicación el costo mensual de tal asunto es mucho más de un sueldo básico y de paso no lo reconocen los seguros médicos. Para colmo no hay posibilidad de tratamiento por parte de la salud pública, ciertamente los hospitales tienen ala psiquiátrica pero acceder a sus servicios requiere un tiempo más que largo para esperar cita y los exámenes especializados deben ser hechos en sitios privados donde los costos para quienes se decantan por la salud pública son más que prohibitivos. Como colofón, no contentos con que la medicación para los pacientes es carísima, hay escasez.

Total , en este país donde estar jodido es algo muy común, las historias de terror son cosa diaria, la falta de dinero bien sea por que no tienes empleo o porque el sueldo no te alcanza más que para mal comer, la impotencia es cosa de todos los días debido a las injusticias, la pobreza es algo para todos pues no importa cuánto ganes siempre serás algo cercano a un mendigo pues difícilmente ganas más de 500 dólares mensuales (cuando no estos cien que ganamos muchos, por ejemplo los profesores), estar deprimido es algo tan común como ignorado pues ponerle atención cuesta más que sufrirlo, ni el estado te protege ni ayuda en el asunto de superar esa condición que siempre amenaza con transformarse en patología.

Aunque la cosa no pareciera política tiene sus aristas que la tocan pues la salud publica ignora que la depresión campea, si por casualidad tienen un familiar o un amigo con esa condición, ayúdenlo, hagan una vaca entre todos para aunque sea obligado obligarlo a ir al psicólogo para que lo diagnostique, el primer paso para superarla es aceptarla después de allí hay opciones pero mientras no se reconozca el daño no hay manera de solucionarlo.

Hoy escribo sobre ella debido a que un conocido, buen  amigo de unos excelentes amigos decidió irse tempranamente a preparar la parranda al otro lado, sin esperar a nadie, se adelantó. No me atrevo a opinar nada, nadie sabe por cual razón tomó esa decisión, solo se me ocurre la depresión como primer detonante de ciertas decisiones, la conozco de frente, la depresión y yo somos compañeros desde hace rato, con sus altos y sus bajos, la he sobrevivido y espero que todos lo hagan, por eso hoy he decidido dejar en paz la política para dedicar estas líneas a ver si ayudan a que algunos cuando menos tomen conciencia.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback


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