Estar
deprimido es un asunto bastante serio, la gente, en su mayoría, hace guasa con
el asunto pues confunden la depresión con alguna tristeza pasajera, cuando en
realidad es algo mucho más que eso. Los tecnicismos alrededor del tema son
muchos, la verdad es que andar deprimido es una sensación muy incómoda por
decir lo menos, donde casi se termina anhedonico , es decir, sin posibilidad de
sentir placer ni alegría por nada, si no se le pone la atención debida pues las
consecuencias pueden ser desastrosas ya que quien sufre eso puede terminar en
cualquiera de los extremos, bien sea con algún daño psicológico perenne o
tomando decisiones irreversibles, como el suicidio.
Las
razones para terminar deprimido son muchas, las causas solo las puede teorizar
un psicólogo o un psiquiatra, solo quienes hemos sufrido los embates de tal
condición. La solución no es fácil, por lo general el avance de la depresión de
da por la no atención pronta por personal especializado, incluye terapia con psicólogo
y hasta medicación psiquiátrica según sea el caso.
En
mi país ambas cosas son difíciles, primero por la idiosincrasia del venezolano
que prefiere esconderse en el alcohol, si es hombre, se considera débil si
asiste a terapia pues no es de hombreas eso de andar contando las intimidades a
nadie, además los hombres no lloran carajo, si es mujer entonces andar triste
es parte de su condición y le toca apretar los dientes. Quizás estoy equivocado
en mi percepción pero así lo veo, casi ninguna de las personas que me rodean y
mire que eso es bastante gente, asume como normal eso de las terapias
psicológicas, lo ven como pérdida de tiempo y dinero, la mayoría cree que con
un par de libros de autoayuda se resuelve el asunto.
Nadie
sabe a ciencia cierta cuanta gente anda por ahí con la tristeza a cuestas sin
ver solución posible, puede ser que en vista de que todo acá siempre es cuesta
arriba y apretar los dientes, aguantar el chaparron sin cejar en el esfuerzo
diario, todos asumamos que estar triste o “deprimido” por la razón que sea es
parte integral del vivir, pues no es así.
El
otro factor para que nadie o muy poca gente se trate la depresión es el factor
económico, una sesión de terapia con un psicólogo no baja de los 800 Bs.,
imagino que mismo costo tendrá una consulta con un psiquiatra y por lo menos el
paciente necesita una sesión semanal, haciendo que el “tratamiento” a base de
terapias cuesta al mes más que un sueldo mínimo.
En
el caso del psiquiatra la cosa es aún más cara pues ese profesional, al ser su enfoque
de origen medico, necesita ir apoyado de varios exámenes especializados que
como sabemos cuestan un ojo de la cara, si le sumamos la medicación el costo
mensual de tal asunto es mucho más de un sueldo básico y de paso no lo
reconocen los seguros médicos. Para colmo no hay posibilidad de tratamiento por
parte de la salud pública, ciertamente los hospitales tienen ala psiquiátrica pero
acceder a sus servicios requiere un tiempo más que largo para esperar cita y
los exámenes especializados deben ser hechos en sitios privados donde los
costos para quienes se decantan por la salud pública son más que prohibitivos. Como
colofón, no contentos con que la medicación para los pacientes es carísima, hay
escasez.
Total
, en este país donde estar jodido es algo muy común, las historias de terror
son cosa diaria, la falta de dinero bien sea por que no tienes empleo o porque
el sueldo no te alcanza más que para mal comer, la impotencia es cosa de todos
los días debido a las injusticias, la pobreza es algo para todos pues no
importa cuánto ganes siempre serás algo cercano a un mendigo pues difícilmente ganas
más de 500 dólares mensuales (cuando no estos cien que ganamos muchos, por
ejemplo los profesores), estar deprimido es algo tan común como ignorado pues
ponerle atención cuesta más que sufrirlo, ni el estado te protege ni ayuda en
el asunto de superar esa condición que siempre amenaza con transformarse en
patología.
Aunque
la cosa no pareciera política tiene sus aristas que la tocan pues la salud
publica ignora que la depresión campea, si por casualidad tienen un familiar o
un amigo con esa condición, ayúdenlo, hagan una vaca entre todos para aunque
sea obligado obligarlo a ir al psicólogo para que lo diagnostique, el primer
paso para superarla es aceptarla después de allí hay opciones pero mientras no
se reconozca el daño no hay manera de solucionarlo.
Hoy
escribo sobre ella debido a que un conocido, buen amigo de unos excelentes amigos decidió irse
tempranamente a preparar la parranda al otro lado, sin esperar a nadie, se
adelantó. No me atrevo a opinar nada, nadie sabe por cual razón tomó esa
decisión, solo se me ocurre la depresión como primer detonante de ciertas
decisiones, la conozco de frente, la depresión y yo somos compañeros desde hace
rato, con sus altos y sus bajos, la he sobrevivido y espero que todos lo hagan,
por eso hoy he decidido dejar en paz la política para dedicar estas líneas a
ver si ayudan a que algunos cuando menos tomen conciencia.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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