Venezuela es un país estresado, me explico, la semana pasada
anduve de gira farmacéutica, visité casi
todas las farmacias de la ciudad donde vivo buscando comprar, récipe en mano,
un medicamento llamado lexotanil, esa misma pastilla mágica que ayuda a
conciliar el sueño y en muchos casos baja la ansiedad de andar por las calles,
claro, todo bajo indicación médica, de uno de esos doctores serios y no de los
que seguramente se graduaron entre las marchas convocadas por sus lideres políticos
y laminitas del cuerpo humano, los que llaman médicos comunitarios.
El cuento con la fulana gira es que el medicamento en
cuestión está agotado y toca dar bastantes vueltas por la ciudad para intentar
comprarlo, no sé, quiero imaginas que está agotado por lo de costumbre, no hay
divisas para su importación y no por que la demanda sobrepasa a la oferta, si
es por la primera causa, no sería de extrañar pues al parecer la medicación
está sujeta también a los altibajos de CADIVI o como se llame la cosa,
seguramente también volvieron nada la producción de medicinas en el país, cosa
que al final no sería de extrañar en su manía de que nada funcione, disfrazada
de la búsqueda de hacer publica cuanta vaina ellos consideren importante y las
medicinas lo son.
La otra posibilidad de esa escasez es por que realmente la
demanda sobre pasa a la oferta, quien sabe cuanta gente normal, igual a uno,
anda con los nervios hechos nada por multiples razones y la situación del país
no ayuda, cuanta gente no necesitará una pastillita mágica de esas para
sobreponerse al incordio del hampa, la inflación, el desabastecimiento, el alto
costo hasta de los chicles, la escuela de los hijos, el futuro que cada día se
pone menos interesante, la necesidad de emigrar para encontrar alguna
posibilidad para el que se va y los que se quedan, cuantos toca tener que
apretar los dientes y casi que tiran la toalla si no es por la ayuda química,
coño cuanto estará al borde de la locura y no tiene dinero para terapias y si
le sale la se electro shock está jodido pues con los apagones tendrán que hacer
citas sorpresas. En fin cuantos de los vene4zolanos estaremos jodidos y
dependen de4 una pastillita para no colapsar.
Esa es una reflexión interesante y que seguramente algún personero
de esos que trabajan en los organismos que regulan y controlan la venta de esas
medicaciones debería hacer una investigación, ya sé seguramente alguien se horrorizará
por eso de las drogas, que bolas dirá cuando lea estas líneas, como es posible
que exista tanto drogadicto legal suelto por mis calles, ciertamente la vaina
preocupa, no por lo de las drogas, más bien por a cantidad de desequilibrados
que caminan con aparente normalidad, además de aquello de tener una nación con
un altísimo índice depresivo.
No es ni de culpar a la gente por esas cosa, si sales a la
calle pero no sabes cuando vuelves, si ganas poquito y toca hacer malabares
para encontrar lo básico, pero, además lo que encuentras está tan caro que toca
escoger que comprar para medio alimentarse, ¿Cómo nos sentimos los padres por
no poder dar una dieta balanceada a nuestros hijos?, ¿Cómo se sienten las
madres y padres cuando el alimento tradicional para hacer el tetero de los
niños no se ve por ningún lado?, ¿los desempleados o medio empleados?, ¿Quiénes
tienen largas cargas familiares y ganan un poquito más del sueldo básico con
todo y título universitario?, ¿Quiénes no tienen donde vivir y les sale buscar
un alquiler a precio adecuado a su bolsillo?,mejor lo dejo hasta allí pues las
preguntas serian demasiadas y las respuestas muy pocas y no satisfactorias
cuando no productoras de más desesperanza.
Esa escasez es un reflejo directo de la desesperanza de un
pueblo, que no tiene más escapatoria que recurrir a alguna ayudita química antes
que quebrarse y terminar como tantos otros de recogelatas o de mendigos para
llevar el pan a la casa (perdón el pan también escasea), al parecer el estrés postraumático
acá existe y está presente en muchos solo que no todos están traumatizados por
el mismo evento, sin embargo la tristeza y la desesperanza están allí
escondidas tras una cara de aparente normalidad, pero reducida gracias a los
adelantos de la química médica, ojalá reaparezca el fulano lexotanil o lo que
sea que también los médicos receten pues de otra tendremos un país lleno de
locos peligrosos, suicidas, depresivos y por tanto si vamos en reversa ahí si
que nos detenemos totalmente.
Deberíamos hacer presión para que hallan cada día más
consultas sicológicas o psiquiátricas a precios populares, que todos puedan
pagar ya que aun entendiendo que también son especialistas cobran una tarifa
bastante alta estos profesionales de la salud mental, esa entre otras razones
hacen que en nuestro país haya tanto desequilibrado suelto y los problemas
agobien cada día más al venezolano promedio siendo la única salida para muchos
esa pastillita mágica que sin cambiar la realidad cuando menos la modera para
hacerla soportable.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback
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