lunes, mayo 20, 2013

Estrés postraumatico, epidemia nacional



Venezuela es un país estresado, me explico, la semana pasada anduve de gira farmacéutica,  visité casi todas las farmacias de la ciudad donde vivo buscando comprar, récipe en mano, un medicamento llamado lexotanil, esa misma pastilla mágica que ayuda a conciliar el sueño y en muchos casos baja la ansiedad de andar por las calles, claro, todo bajo indicación médica, de uno de esos doctores serios y no de los que seguramente se graduaron entre las marchas convocadas por sus lideres políticos y laminitas del cuerpo humano, los que llaman médicos comunitarios.
El cuento con la fulana gira es que el medicamento en cuestión está agotado y toca dar bastantes vueltas por la ciudad para intentar comprarlo, no sé, quiero imaginas que está agotado por lo de costumbre, no hay divisas para su importación y no por que la demanda sobrepasa a la oferta, si es por la primera causa, no sería de extrañar pues al parecer la medicación está sujeta también a los altibajos de CADIVI o como se llame la cosa, seguramente también volvieron nada la producción de medicinas en el país, cosa que al final no sería de extrañar en su manía de que nada funcione, disfrazada de la búsqueda de hacer publica cuanta vaina ellos consideren importante y las medicinas lo son.
La otra posibilidad de esa escasez es por que realmente la demanda sobre pasa a la oferta, quien sabe cuanta gente normal, igual a uno, anda con los nervios hechos nada por multiples razones y la situación del país no ayuda, cuanta gente no necesitará una pastillita mágica de esas para sobreponerse al incordio del hampa, la inflación, el desabastecimiento, el alto costo hasta de los chicles, la escuela de los hijos, el futuro que cada día se pone menos interesante, la necesidad de emigrar para encontrar alguna posibilidad para el que se va y los que se quedan, cuantos toca tener que apretar los dientes y casi que tiran la toalla si no es por la ayuda química, coño cuanto estará al borde de la locura y no tiene dinero para terapias y si le sale la se electro shock está jodido pues con los apagones tendrán que hacer citas sorpresas. En fin cuantos de los vene4zolanos estaremos jodidos y dependen de4 una pastillita para no colapsar.
Esa es una reflexión interesante y que seguramente algún personero de esos que trabajan en los organismos que regulan y controlan la venta de esas medicaciones debería hacer una investigación, ya sé seguramente alguien se horrorizará por eso de las drogas, que bolas dirá cuando lea estas líneas, como es posible que exista tanto drogadicto legal suelto por mis calles, ciertamente la vaina preocupa, no por lo de las drogas, más bien por a cantidad de desequilibrados que caminan con aparente normalidad, además de aquello de tener una nación con un altísimo índice depresivo.
No es ni de culpar a la gente por esas cosa, si sales a la calle pero no sabes cuando vuelves, si ganas poquito y toca hacer malabares para encontrar lo básico, pero, además lo que encuentras está tan caro que toca escoger que comprar para medio alimentarse, ¿Cómo nos sentimos los padres por no poder dar una dieta balanceada a nuestros hijos?, ¿Cómo se sienten las madres y padres cuando el alimento tradicional para hacer el tetero de los niños no se ve por ningún lado?, ¿los desempleados o medio empleados?, ¿Quiénes tienen largas cargas familiares y ganan un poquito más del sueldo básico con todo y título universitario?, ¿Quiénes no tienen donde vivir y les sale buscar un alquiler a precio adecuado a su bolsillo?,mejor lo dejo hasta allí pues las preguntas serian demasiadas y las respuestas muy pocas y no satisfactorias cuando no productoras de más desesperanza.
Esa escasez es un reflejo directo de la desesperanza de un pueblo, que no tiene más escapatoria que recurrir a alguna ayudita química antes que quebrarse y terminar como tantos otros de recogelatas o de mendigos para llevar el pan a la casa (perdón el pan también escasea), al parecer el estrés postraumático acá existe y está presente en muchos solo que no todos están traumatizados por el mismo evento, sin embargo la tristeza y la desesperanza están allí escondidas tras una cara de aparente normalidad, pero reducida gracias a los adelantos de la química médica, ojalá reaparezca el fulano lexotanil o lo que sea que también los médicos receten pues de otra tendremos un país lleno de locos peligrosos, suicidas, depresivos y por tanto si vamos en reversa ahí si que nos detenemos totalmente.
Deberíamos hacer presión para que hallan cada día más consultas sicológicas o psiquiátricas a precios populares, que todos puedan pagar ya que aun entendiendo que también son especialistas cobran una tarifa bastante alta estos profesionales de la salud mental, esa entre otras razones hacen que en nuestro país haya tanto desequilibrado suelto y los problemas agobien cada día más al venezolano promedio siendo la única salida para muchos esa pastillita mágica que sin cambiar la realidad cuando menos la modera para hacerla soportable.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback



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