AREPA WEED , una novela basada en el tema cannabico
Lo que no sabía
Iván era que Karina tenía mucha familia en Venezuela, al parecer su padre se
había ido por alguna necedad de juventud y se quedó en aquel país de orden
mientras que el resto de la familia florecía a la sombra del régimen, el clan
familiar tenía desde generales hasta diputados en su seno, todos los que allá
quedaban vivían directa o indirectamente de las prebendas políticas, la
muchacha no hacía referencia jamás a esa familia pues el ambiente entre el que
se movía la pareja era absolutamente firme ante el rechazo de cualquier persona que directa o indirectamente
trabajase con el gobierno de aquel país, por esta razón jamás usaba su apellido
materno y su madre (a la usanza norteamericana) solamente utilizaba su apellido
de casada, así evitaba levantar suspicacias entre la pequeña comunidad de
migrantes venezolanos cuyo odio (más que fundado) por la nueva aristocracia
criolla podía explotar a la menor provocación.
Al final a
muchacha aceptó mudarse solo si se casaban, no había otra opción pues su
familia era católica y ya es bastante con que permitan que vivan juntos, si se
iban del estado debían casarse por la iglesia antes de concretar cualquier otro
plan, en eso fue inflexible, en tres meses resolvieron todos los detalles de la
boda, esta se realizó en la Iglesia del Sagrado Corazón y la recepción se hizo
en el club Venezolano, todo amenizado por cuatro conjuntos de música criolla y
una banda de merengue que se sabía todos los éxitos de Bonny Cepeda, mucho Ron,
Tabacos Cumaneses , tequeños hasta de jamón serrano, vino y champaña para los
invitados norteamericanos, hallacas , pan de jamón, asado negro, morcilla
carupanera y para cerrar quesillo con bienmesabe de postre. La fiesta salió
hasta en los periódicos debido a lo granado de la concurrencia, desde altos
ejecutivos de la industria química hasta un par de congresistas departieron
junto a los invitados criollos que resultaron ser dos clanes heterogéneos,
donde habían desde indios de los llanos hasta un par de catires andinos, todos
esgrimiendo títulos que al tercer trago ya sonaban a chiste negro , ante la
inminencia del festejo ambas familias colaboraron (en contra de la costumbre
gringa donde el padre del novio paga la fiesta) los parientes de Karina
hicieron envíos masivos de licores desde el terruño y los demás hicieron
batidas en todos los supermercados venezolanos, mexicanos y asiáticos de
aquella ciudad para los ingredientes de la cena, dos días antes de la boda una
tropa de cocineros contratados fueron capitaneado por una comisión mixta de
abuelas (o señoras que ya podían serlo) pertenecientes a ambos clanes quienes
trabajaron cocinando hallacas, asado negro en cuya preparación hubo casi un
homicidio cuando un despistado cocinero expresó que el asado negro parecía un
Borsh alemán, una de las abuelas que había bebido un poco de más le saltó
encima gritando improperios propios de cualquier bar de Catia, haber comparado
la excelsa cocina venezolana con alimento de los satánicos europeos , ante la
situación esta abuela fue relevada de sus obligaciones y luego de darle una
tizana con Valium durmió hasta tres horas antes del festejo , los postres
fueron menos complicados . Esos mismos cocineros serian quienes prepararían
toda la cena en la boda, los padres de Iván se ocuparon de la logística, pagar
el salón, los gastos de la iglesia y la vestimenta de los novios, el señor
Iván, previsivo, supo desde siempre que
era mejor gastar un poco más que desgastarse en aquel festejo pantagruélico que
planificaban para la boda, así que escogió el lado más caro de la operación que
fue dejar la logística en manos de gente
preparada para no tener sorpresas de último minuto.
Este fragmento forma parte de una nueva novela publicada en la App móvil Buenovelas. esto es solo el comienzo de una aventura que está basada en la posibilidad de que la pandemia del Covid no sea más que una cortina para ocultar otra epidemia de peores consecuencias y que el gobierno a la sombra ha decidido combatir con el invento de ArepaWeed, la creación de un ingeniero biomolecular venezolano, la globalización del uso del cannabis que trae como consecuencias situaciones hilarantes, solo posibles dentro del universo de esta novela.
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