lunes, septiembre 14, 2015

El “pueblo” unido que no ha sido vencido

La semana pasada dictaron sentencia a Leopoldo López, con unos cargos que si a ver vamos son absurdos, si la ley fuese igual para todos, esos mismos cargos endilgados al joven Lòpez podrían fácilmente serle imputados a todos los de la camarilla presidencial, los empleados y locutores de VTV, los de Tves, toda la caterva de haladores de oficio, màs de las dos terceras partes de los gobernadores, el 98% de los alcaldes gobierneros y hasta los voceros del partido de gobierno, total, allí todos llaman a la paz invocando la violencia como forma de “lucha”, un juego bobo de hacerse los adalides de la paz pero impulsando el rencor como influencia política.

Un ejemplo claro es esa campaña de discriminación que tiene muchos años en uso, es altamente funcional en un país donde el 98% de sus habitantes está pendiente de hacerse el vivo, de tener acceso a cosas sin ganárselas y de odiar a quien tiene más sin pensar en un instante si ese ser que ha sido más afortunada ha trabajado, estudiado, esforzado y hasta dejado de comer para tener, muchos años después lo que disfruta. El gobierno y los imbéciles que se dicen marxistas, leninistas, patriotas pero que al final solo pueden ser definidos como disfuncionales intelectuales cuyas carencias elementales de lógica no los dejan ver más allá de sus peroratas sin sentido, que obedecen a un guion predefinido, que los hace creerse gentes por el solo hecho de recitar de memoria los malos libros de peores pensadores, cuyo pensamiento ha sido superado por el peso de la realidad desde hace muchos años.

Esa política gubernamental ha matado no solo el aparato productivo, también la industria publica, así vemos bachilleres presidentes de empresas quebradas, en algunos casos gente sin bachillerato aprobado con cargos que distan años luz de sus capacidades, abogados presidentes de empresas eléctricas, TSU en publicidad directores de departamentos de la petrolera estatal, enfermeras directoras de hospitales, maestros de castellano jefes de policías, alcaldes analfabetos y hasta pasquines donde hablan mal del preso insigne pues ridiculizan su formación académica como si haber estudiado fuese un insulto al gentilicio y no hacerlo te acerca al “pueblo”.

Esos discursos han convertido el vocablo “pueblo” en una ofensa màs pues, se supone (según entiendo) que pueblo es todo aquel que los aúpe, los felicite y se haga el estúpido por las colas donde toca perder un día entero para comprar cosas tan básicas como un kilo de arroz o una afeitadora, si levantas la voz automáticamente caes en desgracia y dejas de ser “pueblo” como si la partida de nacimiento se anulase por el solo hecho de que no te agrade aplaudir la idiotez supina de los tantos defensores descerebrados del gobierno e idiotas comunistas asociados.

Hoy estoy escribiendo desde una computadora alquilada, con las incomodidades propias de redactar sin poder fumar ni tomar café, dos cosas que me estimulan el pensamiento y le dan vuelo a mi verbo, quizás mi prosa sea un poco más virulenta que de costumbre, pero al incordio de alquilar computadora se junta este otro de no poder reparar la propia pues es muy caro eso, comprar una nueva me costaría un año o dos sin comer ni hacer nada para que el sueldo alcance.

Mientras el mundo sigue girando, la gente haciendo colas, los estúpidos comunistas haciendo su evangelio de miserias con arrestos de sabiduría, los venezolanos seguimos impotentes, penitentes, molestos y neuróticos pues todo parece cambiar para mal sin que se vea futuro cercano, Leopoldo preso y los ciudadanos también, pero el “pueblo” está feliz pues por `primera vez siente que la flojera de no estudiar ni hacer nada màs que esperar los regalos pareciera ser parte de la política estatal, que asco.
Josè Ramòn Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




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