Soy
de esos que se niegan a discutir con idiotas cuyos argumentos no tengan lógica,
es muy difícil para mí pensar en molestarme (más) en pelear con gente que la
verdad no tiene el más mínimo sentido común, a pesar de que decidí no
enemistarme con nadie por sus ideas políticas pues creo que es más sensato
tratar a los contrarios si no para hacerlos entrar en razón cuando menos si
para intentar hacerlos avergonzarse de su idiotez, desnudando con argumentos
sensatos las estupideces de los jerarcas, es que de verdad es muy fácil
destrozar tanto argumento manido del discurso gubernamental y como acá no hay
quien no tenga por lo menos una deficiencia que no puedan cubrir, entonces
todos somos víctimas de una u otra manera.
Como
no siempre estuvo la política en la palestra, tengo amigos de muchos años que
por alguna misteriosa razón perdieron la integridad intelectual en el camino y
decidieron hacer vida activa dentro de esta porquería que se empeñan en llamar
revolución, a casi todos los he borrado de mis redes, sin embargo unos pocos
todavía los tengo agregados pues el cariño de muchos años de amistad es
complicado de eliminar por una rabieta, pero todo tiene un límite.
Una
amiga muy querida con quien tengo más de veinte años de amistad, cuyos hijos y
mi hija se dicen primos, es una de esas personas, el problema de mi amiga es
que su intelecto no le da para mucho y decidió hace unos años ser una absoluta
lacaya del sistema , más por necesidad que por otra cosa, nunca estudió más
allá del bachillerato y le toca estar en la cresta de la ola de la lisonja para
poder tener empleos que le aseguren más que el sueldo básico, además claro de
llenarle el ego. En una publicación que hizo en las redes sociales, gastó por
lo menos un par de cuartillas para intentar demostrar las razones por las que
no es válido reclamarle nada a la revolución, la piedra angular de su razonamiento
es que 16 años no son nada, explicaba con cierta pomposidad que el ser humano a
los 15 años no es la gran cosa y todavía necesita de la ayuda de sus padres
para poder concluir y llegar a feliz término con sus planes de vida, por tanto
la “revolución” es como una pobre quinceañera que necesita de la protección de
todos para florecer más allá de los desaciertos.
Tengo
que ser sincero, el primer impulso fue el de insultarla de manera personal,
nada de mensajitos ni de responder post de manera pública, sin embargo me
contuve y le contesté algo más o menos mesurado sin estridencias generadas por
esta visceral arrechera que me embarga ante su razonamiento.
Le
coloqué que si en 16 años estamos a nivel de recogelatas el año próximo nos comeríamos
perros y gatos, si es que alguno quedara
para comer después de tanta hambre. La amiga no respondió, pero una seguidora
me dijo que eso no podía verse así que no siempre dos más dos no eran cuatro,
en ese momento decidí escribir esto para dejar constancia de mi opinión,
tampoco es que valga mucho pero prefiero dejarlo por escrito y en las redes
solo para que nadie me venga con la tontería de que nunca se dijo.
En
vista de la opinión de mi amiga y de la respuesta de su seguidora, la cosa me
preocupa en grado sumo, cuando la gente se enceguece ante una realidad de
manera insostenible solo por el mendrugo de sueldo y la posibilidad de mantener
un cargo que en cualquier país decente jamás tendrían acceso pues su formación
no les da más que para empleos de muy bajo nivel, el futuro es peor de lo que
pensaba, si a eso le sumamos las alarmantes noticias de que van a solicitar una
“habilitante” para que el presidente decrete la eliminación de las bandas
paramilitares colombianas cuando aquí todos sabemos que las bandas armadas son
la suma de los mal vivientes que malviven del crimen junto a los otros que usan
uniforme o corbata pero que comparten las ganancias con los primeros, puedo
pensar con toda justicia que estamos al borde de una escabechina anunciada,
todos pasamos a ser sospechosos a pesar de no estar más cerca del
paramilitarismo que mi abuelita (que en paz descanse) , toda la palabrería hueca
de la paz solo estará asociada a la paz de los sepulcros para la gente critica,
los otros se harán oídos sordos y se escudaran en las “necesidades” de la
revolución.
Lástima
me da esa gente. Aunque me niego a insultarlos debo admitir que lo pienso de
las maneras más escandalosas, esas que uno aprende en los bares o con los
conductores maracuchos, no puedo adivinar el futuro, sin embargo ya se anuncia
para quien esté atento, es una lástima perder amigos por causa de la política,
pero peor es tener como amigos a gente que no piensa pero que se escuda en su ignorancia
disfrazándola de intelectualidad, esa que todavía no se ha dado cuenta que ser
intelectual es preguntarse cosas y buscar múltiples respuestas, no conformarse
con argumentos estúpidos para tranquilizar su conciencia y hacer felices a sus
jefes, de esa manera escapar a su destino. Son historias tan repetidas que
hasta ministros hay de esa condición, imagínense el resto de los funcionarios
de alto, medio y bajo nivel, amanecerá y veremos.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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