lunes, mayo 18, 2015

Para los profesores y maestros de #Venezuela

Andando en bus mucho se oye, como tengo en suerte no usar uniforme y tampoco me gusta eso de tener el carnet del trabajo colgando del cuello, nadie sabe que intento ganarme la vida como profesor así que la gente habla a sus anchas. He oído muchas cosas desde madres quejándose porque fulano o mengano “la tiene cogida” con su hijo, para después reírse pues saben que de todas maneras el muchacho debe aprobar la materia pues así lo exige la ley de educación.

La semana pasada escuché a unas señoras quejándose de que su hijo no tuvo clases, acusaba a los maestros de flojos por ponerse en paro, ¡que bolas! Dijo una, seguramente tienen un sueldote y se quejan, estuve a dos segundos de intervenir pero ganó la cordura y mis ganas de no molestarme más de lo que ya vivo, además la verdad sea dicha, discutir con desconocidos es un asunto peligrosísimo en estos días pues uno nunca sabe qué clase de monstruos andan caminando por ahí disfrazados de gente.

Creo que todos los colegas deberíamos hacer una campaña informativa sobre lo que ganamos en nuestros respectivos empleos, las señoras y señores que representan a sus hijos o la filiación que tengan con los muchachos deberían saber que los profesores que le imparten clases a sus retoños ganan menos que un obrero cualquiera a pesar de tener títulos universitarios, además por un sueldo así, si acaso uno debería dar una hora de clase diaria y dejarlos de su cuenta, al final esos muchachos no son hijos de uno y si se desmandan allá ellos, eso verdaderamente es responsabilidad de sus familiares o tutores, no de uno que mal pagado y todo se preocupa por hacer más o menos bien el trabajo.

Las madres saben cuánto se gasta en un mercado, saben por ejemplo que un kilo de carne cuesta 600 bolívares , uno de café cuesta 300, un par de zapatos malosos no baja de siete mil , un pantalón de cinco mil, una camisa (de las muy baratas) dos mil quinientos , un par de medias mil, unos interiores de mediana calidad no bajan de los mil quinientos bolívares y un mercado completo no cuesta menos de veinte mil bolívares si por casualidad se encuentra todo en un mismo sitio y no toca buscar con los bachaqueros, pero tenemos una quincena de apenas tres mil y la otra con “beneficios” incluidos es de cinco mil (por lo menos a los estadales nos pasa así) , que además no somos solos, que tenemos familia e hijos que también pasan por la angustia de la miseria.

Creo que así se condolerían de nosotros y quizás hasta colaborarían con la lucha salarial, aunque para ser sincero a estas alturas del partido no creo en nadie ni en nada, toca hacer el esfuerzo, eso aplica también para los gremios en general.

Todo esto viene a colación pues he visto con espanto como los altos funcionarios del ministerio de educación dicen voz en cuello que cualquier intentona de paro es inconstitucional, hasta donde sé el derecho a huelga está en la constitución, si ellos quedan desnudos en su incapacidad no es mi problema, mi problema hoy es que cobré el viernes y ya no me queda sueldo, aún quedan 15 días y estoy rogando por un tigre que me ayude a equilibrar la quincena y eso que no me he tomado ni una cerveza, tampoco hice mercado, me cortaron el cable, todavía debo casa, escuela  y manutención de mi hija, mientras los desgraciados del ministerio estoy seguro que sus quincenas son adecuadas a su cargo, por lo menos seis de las mías, como son las cosas en este país seguramente apenas son bachilleres los jefes.

Sé que tener un cargo gubernamental es una carga grande, que tienen que ser consecuentes con las políticas absurdas que acataron apenas asumieron su trabajo pero no sean idiotas por favor, saben que la cosa va mal, que nadie está contento y siguen haciendo sus burradas.

Es una lucha de todos, profesores, maestros, directivos, padres y representantes, a los representantes tengan en cuenta que del buen ánimo de sus profesores dependerá en buena parte la formación de sus hijos o representados, a los directivos que son tan miserables como los profesores pues hasta donde se ganan lo mismo, a los colegas que no se dejen amedrentar y al gremio en total que nos unamos independientemente de nuestra posición política, nos pueden botar a algunos pero nunca a todos juntos. Así que sin miedo que esa es la única manera de obtener una compensación adecuada, no sigamos siendo las cenicientas de todo el sistema público.
José Ramón Briceño, 2015

@jbdiwancomeback

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