martes, abril 28, 2015

La (media) revolución


Acabo de leer que PDVSA está quebrada, la verdad el primer impulso es ver de dónde sale la noticia, es complicado creer que una empresa petrolera, que representaba la única cosa que se exportaba en el país está quebrada, luego, ese impulso se desvanece al recordar que gracias a eso yo gano menos que un obrero del aseo urbano en el sur de México para no ponerme exquisito y pensar que cualquier muchachito en algún McDonald’s gringo hace el equivalente de mi sueldo cualquier medio día de trabajo limpiando mesas y vaciando basuras, sin tener que ser licenciado ni mucho menos hacer ninguna maestría en literatura, solo necesita leer y escribir para poder recoger basura. Ahí la verdad no importa, necesariamente tiene que ser verdad, la pobreza generalizada da fe del asunto.

El país da para cualquier cosa, eso de quebrar una empresa petrolera que en su momento fue de las más eficientes del mundo da bastante que pensar y corrobora mi tesis que esos izquierdosos son una manga de fariseos disfrazados de gente, es que no pegan una, nada funciona como debería ser. Hace quince años prometieron que no íbamos a ser como Cuba, también que seriamos potencia en todo, que tendríamos el mejor estatus de vida en toda Latinoamérica, que el hampa desaparecería, que no habría niños de la calle, ni ancianos mendigos, nos dijeron que iban a hacerlo mejor que adecos y copeyanos, esa si la cumplieron, se empeñaron a fondo e ser más brutos y lo han logrado.

En la república anterior los presidentes tenían profesión, habían leído los clásicos, estudiaban, se formaban, hasta placer da leer algunos de los discursos por su manejo del lenguaje, hasta que llegó CAP y en vista de sus necesidades se comenzó a volver el oficio del político en un asunto de habilidad casi criminal (en muchos casos así fue), las intrigas se pusieron a la orden del día, mientras el país se quejaba por una inflación que si bien era fea, al lado de estos días eso apenas fue un mal tropiezo de recuperación lenta pero posible.

Hoy día la administración pública está plena de gente que ha logrado cargos gracias a las intrigas y lisonjas, además claro del potencial repetidor de propaganda gratuita para el estado, defendiendo su cargo claro. Todos con la mirada en las posibilidades de un verdadero cargo que les permita robar impunemente a través de martingalas administrativas que jamás serán auditadas, pura porquería.
Solo así podemos justificar que el patrimonio nacional esté tan en estado de menestral, aquí hasta los ricos son míseros empleados pequeños burgueses de cualquier otra parte del planeta, tenemos menor sueldo que Haití y acá los zombis son “espontáneos” nada de bebedizos. Haga su cola para comprar, vaya a los mítines del jefe, láncele mangos con sus datos para que tenga una casa nueva, lea el periódico gratuito del gobierno, sea agradecido con el partido, cómprese su afichito de Chávez y jamás tenga opinión sobre lo que pasa, le auguro éxito total, sobre todo si se hace amigo del jefe y lo ayuda a robar descaradamente, jamás diga ni haga un feo ante la posibilidad de un negocio, de otra no surgirá, si acaso no termina preso.

Hay muchas teorías conspirativas, ninguna parece seria pero todas son creíbles de tan loca que es la cosa con la crisis de imbecilidad crónica de los “gerentes” del estado, al final los que pagamos somos el pueblo, quienes por cierto estamos atrapados en una lluvia de balas protegida por “Zonas de Paz” que no son más que zonas desmilitarizadas para uso, disfrute y disposición de ciertos espacios de las ciudades donde ningún cuerpo de seguridad del estado puede hacer presencia, una suerte de escondite a lo personaje de comic, nadie sabe dónde está la guarida pero todos la conocen, solo falta el anuncio con luces de neón para saber dónde se resguardan los criminales comunes, lo peor es que el estado lo sabe y lo apadrina, quien sabe por qué.

Quebrar PDVSA es como si algún afortunado heredase los millones de Bill Gates y lo gaste integro en prostitutas, ron barato, discos de regeton, de vallenato, una vida de rico y famoso de pacotilla para despues terminar de mendigo pero acusando a los vecinos de ser los culpables, imagino que ahora con el nuevo horario de las instituciones públicas que trabajaran hasta la una de la tarde para ahorrar energía se consolidará el estado, total las fuentes de empleo que quedan son de la administración publica por tanto el país irá lento, ya íbamos a paso de tortuga, ahora iremos a paso de “estrella de Mar” que quizás sea la constatación de que vivimos en el mar de la felicidad, solo que por necesidades de la “revolución” se parece más a una cloaca cenagosa que a este mar caribe lleno de azules.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




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