El
contraste entre las declaraciones de los ministros, al ser comparadas con la realidad
de las calles es bastante fuerte. Mientras hay ruedas de prensa, declaraciones,
mítines y cientos de pasquines que hablan de un fulano universo de paz y
concordia, que acusan a una tal oposición de ser una suerte de malos hados de
las noticias que exageran todo en su indetenible ansia de poder, las colas se
reproducen casi que como por arte de magia.
Hoy
caí por inocente, fui a un supermercado de mi ciudad con la esperanza de ubicar
algo de detergente para lavar ropa, la verdad no tengo ni un gramo de eso y en
algunas casas de gente muy cercana tampoco, así que toca compartir, cuando
llegué al sitio me encontré con no menos de 600 personas en una descomunal
cola, todos apelotonados bajo el sol de 42° de la ciudad, eso sin contar la
cola de la tercera edad y una muy particular de empleados del hospital militar.
Mi
primer pensamiento fue retirarme, sin embargo hice acopio de fuerza (para no
comenzar a insultarlos a todos) y me di una vuelta, simulando tener intenciones
de meterme en la fulana fila para el jabón, la verdad vi de todo, desde señoras
mayores con colchonetas, otras más jóvenes con niños en brazos y un bolso con
las cosas que este bebé necesitase, hombres jóvenes trasegando cargamentos del
fulano producto, gente variopinta con montones de bolsas con jabón, lo que
denunciaba el destino que tendría y su impacto para la economía de esas
personas que se dedican a revender. Cosa curiosa, no había molestia alguna,
quizás algo de incomodidad por el sol, sin embargo las caras no eran de gente
con rabia ni nada por el estilo, tampoco aceptación, el gesto en la mayoría era
más cercano a la alegría por la cercanía de algo que de bronca por la
indignidad de hacer no menos de tres horas de cola para encontrar una cosa
vulgar y silvestre como es eso del jabón para lavar ropa.
La
cosa me dio una extraña sensación entre asco y rabia, uno puede quizás pensar
que como está escaso, la gente se aguanta su cola para poder comprar y tener en
casa, pero cuando te tropiezas con cientos de personas cuyo animo está más
cercano a la gula por la pronta ganancia que a la necesidad dan ganas de
quemarlos vivos en una pira publica, a todos, bachaqueros, policías, militares
y funcionarios de distinta calaña que hacen de esa rosca un negocio altamente
rentable.
Si
los ministros pusieran cara seria, a lo mejor no me molestaría tanto, pero,
caramba, mientras el país se cae a pedazos un fulano grita que hay que sacar a
todo el mundo al campo, como si esa vaina fuera como sembrar caraotas en
frascos de compota, aquello que hacen todos en los primeros años de escuela
para entender eso de la germinación, otro imbécil dice que las colas son
gracias al gran ingreso del venezolano, el presidente que el 70% de los
venezolanos son felices con las medidas y la escasez, ahí le doy la razón al
fulano presidente, por supuesto que ese porcentaje está felíz, ellos son los
que hacen sus colas y revenden en más del mil porciento cualquiera de los
productos, además también tienen sus “Zonas de paz”, esos guetos donde el hampa
es tan feliz que los cuerpos de seguridad se olvidan de esos sitios, mientras
los ciudadanos de bien pues no les queda más que rezar para que ningún hampón se
enamore de sus cuatro cosas, además el costo de la canasta alimentaria está por
sobre los treinta mil bolívares débiles que es algo así como seis sueldos
básicos solo para comer, eso sin incluir todas las otras cosas del vivir.
En
ese razonamiento podríamos inferir que una familia come una semana con la venta
de seis paquetes de 60 unidades de pañales desechables ya que en el mercado
negro se venden hasta en dos mil bolívares, tres kilos de café que ya están por
los 450 (150 el kilo), unos cuatro de jabón en polvo que a 300 la presentación
de 900 gramos son 1200 bolívares débiles , lo que suma un total de 10.200 bolívares,
aproximadamente dos veces el sueldo de un licenciado en educación que trabaja a
tiempo completo en cualquier escuela del país (de las públicas pues de los
privados no llega ni a la mitad) y la inversión de esa gente es en tiempo de
cola y aproximadamente el 8% del valor total de todo eso vendido en el mercado
negro, pero seguimos en la patria revolucionaria.
Mientras
todo eso sucede las autoridades están mezcladas en negocios raros como el
narcotráfico, ya hay un alto militar declarando en Washington al respecto, eso
incluye al presidente de la asamblea general, total, un país gobernado por vándalos
y supeditado a la anarquía del más fuerte.
Por
cierto, una abuela necesita urgentemente conseguir Adalat oros de 60 miligramos
o un similar, si saben de algo por favor comuníquense conmigo, tampoco hay
medicinas y existe gente muriéndose por eso mientras los vándalos disfrutan su paraíso
de miseria y balas.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
Excelente su apreciación, de la triste realidad la que nos encontramos todos los Venezolanos exceptuando los gobernantes de este país que dudo mucho que la padezcan ya que ellos no se enferman ni compren aquí!!!. Ojala que tomemos conciencia a la hora de elegir en un futuro quienes gobernarán y a donde nos conducirán su manera de manejar la economía y el amor que le tengan a su país no solo llenarse unos cuantos .... trabajar en función de tenr un país digno y para todos!!
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