martes, noviembre 11, 2014

La muerte es una constante


La muerte es una constante en todos los seres vivos, todos sabemos que vamos en ese camino, no importa cuánto pelees, te cuides, hagas dieta o te atiborres de vitaminas, igual te mueres, tampoco importa mucho si fuiste un alma caritativa o un bárbaro más, en algun momento te vas para no volver, el asunto dramático es el cómo, el cuándo y la razón de esa muerte. Lo que pasa después, nadie puede dar fe, simplemente es especulación religiosa y un deseo intenso de todos los que por acá seguimos.

El asunto este de morirse debería ser algo totalmente normal, como totalmente normales deberían ser las causas, últimamente Latinoamérica se ha vuelto (aún más) violenta gracias a los grupos de poder cuyo único talento es el de hacer dinero por sobre las miserias ajenas, y si para ello recurren a la violencia siempre existirán imbéciles dispuestos a ejecutarla, así este imbécil se vista de uniforme y se excuse diciendo que sigue órdenes superiores, igual merecen absolutamente todo mi desprecio y el de la gente de bien que todavía debe de existir.

En mi país (Venezuela) la muerte es una constante que cuan espada de Damocles tiembla sobre las cabezas de todos, amenazándonos desde todas las esquinas, bien sea por ladrones, viciosos, policías, militares y una nueva clase los “colectivos”, las balas y puñales están todo el tiempo en actividad , matando, robando y metiendo presos (que es una suerte de muerte en vida) a todo aquel que tenga algo, que piense algo o que exprese algo que no esté en consonancia con las ideas de los capitostres de la revolución, también el hampa desatada pone su grano de arena. En las últimas manifestaciones hubo cuarenta muertos, todos por mano de afectos al gobierno, nadie ha resultado culpable, con todo y que existen fotos, videos, testimonios que muestran en todo su esplendor a los culpables de tales “excesos”.

El año pasado estuve una temporada en el sur Mexicano, visitando y buscando alguna cosa más interesante, me devolví por razones estrictamente personales, hasta el día de hoy hablo en público de la seguridad y la calma que viví en esos meses, además claro que la gente me trató muy bien a pesar de ser extranjero. Hace días miro con espanto como mataron a 43 personas por que el gobernador no estaba satisfecho con las demandas de los jóvenes, la prensa digital reseño algunas cosas que en verdad hablan de otro México que no conocí, ese de la crueldad extrema y de la brutalidad intensa que se corresponde con los gobiernos que matan para mantener el poder.

 Vaya para todos los implicados en el crimen y en todos los demás crímenes, no creo que nadie deba morir por pensar diferente, por exigir mejoras en la calidad de vida y hasta en expresar ideas diferentes, la muerte es una salida cobarde para quienes en vez de pensar con claridad en una solución se aprovechan de su poder para matar y silenciar.

Algún día van a pagar sus crímenes, en cuyo caso me parece que la muerte es muy poco castigo, muy al contrario los dejaría encerrados de por vida, obligándolos a mirar los relatos de su crimen hasta que la locura los alcance, en caso tal les daría medicación, los curaría y comenzaría de nuevo, gentuza como esa no debe andar suelta, los derechos humanos los perdieron en el momento justo en el que se prestaron para matar por sus jefes.

El caso venezolano ya sabemos todos quienes son los culpables, en el Mexicano la verdad no me atrevo a sacar conclusiones, estoy muy lejos para poder tener una visión clara del caso pero el asunto es que matar estudiantes es una de las cosas más atroces que se pueden hacer, en ambos países el hampa es bastante creativa, la diferencia es que en Venezuela le ganamos por asiduidad y ellos (los mexicanos del lado oscuro) por su crueldad.

 Quien calla otorga y en los dos casos los gobiernos han callado, la prensa se ha silenciado, los funcionarios encargados de hacer justicia han volteado la mirada mientras las familias lloran a sus deudos y los países se llenan de tumbas que en algún momento reclamaran a los causantes de tales desgracias, desde mi esquina reitero mi repulsa a TODOS los culpables por acción u omisión, a quienes no toman partido, quienes se quedan callados, los que no levantan la voz y a quienes bajo cualquier excusa se solidarizan con los verdugos, mi asco será eterno, aunque no haga mucho ruido ni sea de gran importancia cuando menos dejo constancia en este blog de lo que siento al respecto y de mi opinión sobre quienes por “defender” su parcela de poder mata, apresa y atropella a la gente pensante, en vez de cuidarlos pues cada día son menos.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
Foto: José Briceño


  

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