martes, noviembre 04, 2014

Cifras esclarecedoras

Siempre he tenido la idea de que cada ladrón juzga por su condición, es decir, uno hace conjeturas basado en lo que está pasando o por las situaciones que tiene a su alrededor, cosa que usualmente vicia cualquier intento de ser más o menos objetivo en las opiniones personales. Hoy he descubierto (muy a mi pesar) que la cosa es realmente como la veo, he visto unas estadísticas que la verdad hace que mi ánimo, sumado a la decepción y la desilusión vaya en caída libre.

Tal y como expresé hace un par de días en mi blog he decidido solo tratar a gente seria, esta tarde un amigo de esos excesivamente serios me ha mostrado una investigación que llevó a cabo una empresa para la cual trabaja, son unas estadísticas que fungen de observatorio político/social en el país, pero mi amigo, quien por cierto es uno de los lectores más constantes del blog me mostró solo las que se refieren a mi estado de residencia, antes de seguir hablando mejor les cuento algunas de esas cifras y ustedes saquen sus conclusiones:

24% de deserción escolar (solo en la educación básica), 19% de embarazo precoz, 53% de empleo no estable (a destajo), 52% desilusionados con la situación del país, 43% piensa que trabajar honradamente para hacerse un futuro no es posible, 77% no cree en el futuro del país, 57% de los encuestados asegura vivir del gobierno, 75% no cree en sí mismo, 56% quiere irse del país, 71% no votará en elecciones parlamentarias, 60% cree que la cultura no es importante, 80% teme salir a la calle.

Si leen entre líneas, la interpretación de tales cifras aproxima a mi estado a una epidemia depresiva de dimensiones extraordinarias donde nadie está libre de sentirse mal en su propia ciudad, si lo pensamos mejor, podríamos hasta asegurar que es un panorama desolador del país.

Si observamos en detalle ese 75% de gente que no cree en sí mismos, es una cifra que a todas luces parece sacada de alguna película de zombis ¿Qué vaina es esa de no tener autoestima? ¿Qué clase de vida te hace llevar a pensar que nada tiene sentido? ¿Con que valor la gente que no cree en si misma echa para adelante? , si fuesen pocos, un 6% por ejemplo, uno dice que son candidatos a tomar litio por un rato, hasta normal sería en estos tiempos de globalización e hiperespecialización, ¿pero 71%?, no soy psicólogo ni nada que se le parezca pero esa cifra pareciera cuadrar con un campo de concentración más que con un país tropical que hasta hace pocos años era un sitio para que la gente trabajadora y estudiosa echara adelante cualquier proyecto, nunca ha sido fácil en realidad pero nunca ha sido tan cuesta arriba hacer nada como hasta ahora, es más, al parecer es más sensato no hacer nada y esperar a que alguien te de una mano o te regale algo, tal como parece hacer el estado con sus acólitos.
77% no cree en el futuro, ya con eso estamos al borde si no de una guerra civil cuando menos de un apocalipsis zombi, con gente peleándose por una lata de sardinas, millonarios de quinientos dólares al año y dignos funcionarios con aviones privados, cuentas en Suiza mientras prometen lo que jamás cumplirán, como tienen 15 años haciendo.

Ahora entiendo la razón de tanto fanatismo, si tenemos a más de la población deprimida e ignorante, pendientes más de una fiesta, un negocio turbio, unos dólares del mercado negro, algún enchufe gubernamental, sin estudios ni básicos siquiera, con un embarazo precoz superior al 10% de la matrícula escolar, es decir que por lo menos 10 (para dar el otro 9% a posibles ganadoras) niñas de cada cien seguramente no culminan el bachillerato, por tanto no tendrán acceso a la universidad y ellas siempre tendrán sueldo básico que por cierto está un 80% por debajo del costo real de la cesta básica, cuyos hijos a su vez tampoco tendrán las grandes oportunidades y quién sabe si llegaran a grandes viviendo entre la miseria y la violencia de los barrios pobres de las ciudades y pueblos de este país, nada alentadora la cosa.

Fuimos una nación rica, con gente pobre de mente, cuyos “lideres” naturales han logrado el fin máximo del comunismo, regar la desesperanza y matar la iniciativa, pocos escapamos a eso, espero que estos pocos hagamos algo, sin embargo creo que mejor me busco el psiquiatra que me recete pastillas pues en cualquier momento termino igual que muchos de mis compatriotas, aunque conociéndome como creo hacerlo dudo que termine de mendigo estatal, preferiré pasar (más) trabajo antes que rebajarme a mendigar las sobras de la mesa de los energúmenos de rojo.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback



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