domingo, octubre 12, 2014

Reflexión del séptimo día


Los domingos son días de hacer nada, sin embargo existimos maniáticos de hacer algo, si no físicamente cuando menos mentalmente, total si no pensamos no existimos aunque la realidad pareciera desmentir eso. Hoy al levantarme he encendido mi computador y me he puesto a leer lo que las redes gritan, tengo que ser sincero, mi nivel de ansiedad esta mañana no es normal, por mucho que piense que toca apretar los dientes (y algo más) es complicado no angustiarse por lo que en las calles sucede, que por ende se mete en mi casa y afecta a TODOS mis seres queridos.
Desde hace días estoy pensando en lo importante que es estar informados, en esta censura que flota en el aire, donde hasta tienes que cuidarte de lo que dices pues no sabes si eso te valdrá un tiempo en la cárcel o el empleo. Uno lee lo que pasa en Corea del norte, donde todos ignoran la realidad del mundo y de paso son obligados hasta a cortarse el pelo como el magnánimo líder exige, la verdad me causa un espanto indecible y pensar que hace unos meses escuché y miré como un par de imbéciles de VTV hacían elogios para con el funcionamiento gubernamental de ese país.

La ansiedad deviene de la impotencia, la indignación, el miedo y la preocupación de que sucederá mañana, a veces me pregunto si el carro que está estacionado afuera de mi casa, ese que está esperando a alguien o enviando un mensaje de texto es el que lleva a los esbirros que me van a detener por mi blog o mis opiniones, si el motorizado que me pasa por un lado en la calle me va a disparar a quema ropa por no cargar ni dinero ni celulares caros encima, si al salir de mi trabajo e ir a buscar a mi hija algún malandro se subirá al autobús  para asaltarnos y quien puede saber que más, si el día de mañana algún jefe googlea mi nombre y se entera que soy opositor y me quedo sin empleo, si los colectivos declaran la guerra formal y se arma la gran guerra civil donde los civiles pasaremos aún más trabajo del que ya pasamos intentando sobrevivir con los 50 dólares mensuales que nos pagan por nuestro trabajo, lo más angustiante es que sin haber guerra tenemos una economía y una vida muy parecida a la de los países en conflicto ¿Cómo será si es declarada?.

Pensar en tan siquiera tener que portar un fusil o una pistola para defenderse o defender a la familia es algo que me neurotiza y me conflictua, cuando leo a muchos que lo piden a gritos me provoca amarrarlos en una silla y obligarlos a mirar los cientos de miles de horas de documentales que muestran los horrores de cualquier guerra para que sepan que el plomo real no es como en los video juegos, allí no hay vidas de más, ni fuentes de poder que te permitan revivir, ni reset que valga, una vez que la bala te mata no hay nada más, a pesar de lo que digan las religiones y los fantasmas que se supone andan entre nosotros, eso de la muerte me da escalofrío.

Mi angustia se basa sobre todo en la cierta imposibilidad de tomar un avión, meter a toda mi gente querida, mi gato y los animales de mi viejo para mudarnos a una isla perdida  donde no exista ningún animal que respire política, dedicarnos a ser felices y que si les da la gana quemen el puto país, quizás una vez quemado hasta sus cimientos pueda ser reconstruido pero es muy importante estar a miles de kilómetros de acá con todos los quereres cerca.

La imposibilidad de este sueño me hace pensar más en el futuro, mis grilletes emocionales no me dejarán partir, sin embargo acá, pensando que no se me ocurren ideas nuevas, no veo salidas posibles, casi que pienso en comenzar a gastar la mitad de mi quincena en latas y conservas para poder tener una mega despensa que me permita alimentar a mi familia en caso de que los animales que portan armas de fuego les dé por salir del closet y terminen de matarse de la manera que les dé la gana, sinceramente no me causará ni el menor dolor sus muertes, así los conozca me importan un carajo.

En vez de estar pensando boberas como un referéndum para reformar la constitución mejor pensemos en un referéndum consultivo para dividir el país en dos, le dejamos su tajada a los animalejos del PSUV y la gente nos vamos para el lado democrático a hacer lo que queremos, que es vivir en paz, con futuro y así lograr la felicidad que aunque no puede comprarse, tener paz con progreso tangible es bastante ayuda en  eso de vivir.
José Ramón Briceño 2014

@jbdiwancomeback


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