domingo, octubre 26, 2014

Alí babá y su ministerio


Revisando las redes sociales uno se entera de muchas cosas, aunque la verdad igual toca leer bastante y bucear entre líneas para más o menos adivinar como va realmente el asunto, total, en este estado de indefensión ciudadana donde la violencia soterrada o evidente está justificada desde las altas esferas del poder cualquier cosa puede pasar y pasa.

Hace un par de días, con la poca elegancia que los caracteriza despidieron en cadena nacional a el ministro de “Interior y Justicia” quien de verdad y sin ánimo de  ser excesivamente duro parece que cuidaba los interiores de sus jefes sin tener muy en cuenta la parte de la justicia, dejando un reguero de muertos y presos a su paso, con el agravante de hacer pública y notoria la relación entre los fulanos “colectivos” y quienes deberían perseguirlos. Desde hace varios años vienen formándose “colectivos” de todo tipo, desde grupos de fotógrafos, unas cosas espantosas llamadas redes de arte popular y cientos de otras denominaciones, tengo la impresión de que a la sombra de aquellos grupos organizados, los jefesotes que más parecen pranes que gente, que siempre fueron partidarios de organizar unas fulanas milicias populares para “defender” la revolución.

Aunque mirándolo desde un punto de vista lógico (la lógica de ellos claro) tener un cuerpo armado, con gente que poco le importan las formas, que matar es divertido y además están siempre a la orden para cualquier eventualidad, con iniciativa, conocimiento de las calles junto a una movilidad difícil de detener, son unas cuantas cualidades interesantes para cualquier cuerpo armado que se pretenda formar, sobre todo barato pues no genera sueldos ni ningún otro desembolso más allá de las balas, las armas y esas motos baratas que usan todos.

Lo que nadie pareció ver con antelación es que esos fulanos no son nada de fiar, mientras están felices con su poder, colaboran en todo, cuando se ven amenazados  responden con violencia, aun cuando esto presuponga ponerse en contra de sus amos naturales, además arma y moto que es la dupla de la defensa de la revolución también son herramientas de trabajo  con las que cometen sus crímenes al amparo de sus jefes, cosa que los hace intocables hasta la semana antepasada, cuando mataron a un diputado.

No quiero hacer conjeturas que ya son de voz publica, la verdad eso ya ni interesa, sin embargo llama la atención como mataron a varios de los integrantes de algunas de esas asociaciones delictivas que llaman “colectivos”, al poco tiempo botan al fulano ministro, en cadena nacional y de la manera más grosera posible, como para que no quede duda de que la orden ha sido dada, según varios conocidos eso realmente fue un “mensaje a garcia” para con los colectivos capitalinos y así bajar un poco la intensidad de las posibles represalias.

Tengo casi que la certeza de que ya se les fue el monstruo de las manos y ahora (como siempre) buscaran a quien culpar, lo más “gracioso” es que conocen la forma de evitar que sucedan más tragedias pero eso a su vez les restará piso político que los sostenga, sobre todo a nivel internacional pues quienes los sostienen son los fanáticos de los más bajos estratos socioculturales, esos que ya perdieron la esperanza y de tanto pasar hambre y miseria cualquier migaja les sabe a banquete palaciego, además de que su capacidad de olvido es algo realmente pasmoso llegando a creer cualquier patraña como letra santa.

Sabemos hacia dónde vamos, la verdad con golpes a las rejas, marchas, bailes y otras sandeces no vamos a llegar a ningún lado, tampoco es que uno esté dispuesto a batirse contra el plomo, pero si como grupo nos defendemos, que de por si es defender el derecho a la vida que está escrito en la constitución de papel higiénico que siguen desde Miraflores, no vamos a tener ningún avance cuantitativo, sobre todo con gente que se asocia a matones, narcotraficantes, ladrones y gentuza de toda calaña, nunca jamás jugará limpio.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback




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