lunes, septiembre 08, 2014

Articulo atípico


Siempre me ha disgustado quejarme , pero en estos últimos tres años es muy complicado no hacerlo, es verdad que nada parece funcionar, no hay sitio adonde esté que no escuche alguna cosa terrorífica, las calles hablan solas no hace falta volver la mirada a los periódicos ni a los noticieros para saber que realmente algo apesta en Venezuela y que al parecer a nadie le importa, mucho menos a los que teóricamente debería importarles más pues hacen lo posible por poner al país más en desgracia que otra cosa, lo peor es que esa tarea la sacan con sobresalientes méritos siempre.

Mientras me decidía por cual tema abordar hoy para escribir en el blog, he decidido hacer un acto extraño, intentaré escribir sobre las cosas buenas que me han pasado para ver si con la buena vibra atrae algo bueno, como dicen los santones, tarotistas y astrólogos que al parecer son los empresarios más exitosos en este país de locos.

La verdad en cosas materiales no tengo mucho, jamás he tenido vehículo desde que un hampón se robó mi bicicleta del patio de una casa donde viví, además toca confesar que no me agrada en lo absoluto manejar aunque se hacerlo y cuando exista una emergencia pues lo haré, mientras soy bastante feliz sin las angustias promedio de la gente que tiene un carro pero su sueldo no le alcanza para mantenerlo como debe ser. En contraste he descubierto que tengo amigos brillantes, gente con la que reunirse es un placer, que tiene conversas interesantes y que anda más pendiente de trabajar y progresar que de otra cosa menos productiva (o más según el cristal con que se mire). Tengo miles de lectores en todo el mundo, aun me sorprendo cuando estoy en una reunión y alguien que no conozco me da la mano para felicitarme por el blog, desde las redes me llegan aún más comentarios halagadores por algo que a decir verdad no me da más provecho y que comenzó más por abrirle una espita a mi depresión que por hacerme “famoso” sin embargo la tarea al parecer no se me da tan mal y he acumulado conocimientos sobre la escritura periodística que ni sabía que poseía, tanto así que muchos no me creen que no soy más que un profesor de castellano como muchos, cuya profesión fue el resultado de muchos años de ocio nocturno y dominical donde los libros fueron los principales instigadores para pasar horas en la cama sin atender a nada más, en algunos casos ni al sueño si la lectura era muy buena, eso demuestra que hay vicios realmente productivos como este de la lectura.
Tengo un empleo cuyo único mal asunto es el sueldo, la verdad ya casi nadie habla maravillas de su empleo, trabajan por obligación como el médico que está obstinado de ir a no hacer nada al hospital pero se niega a renunciar para dedicarse a la práctica privada pues siente que falta a su deber como especialista, el otro amigo fotógrafo que ha renunciado a su empleo pues gana más alquilando inflables a los niños o vendiendo jugos en la esquina de su casa, el otro artista plástico con varios galardones nacionales que ante la inviabilidad de las ventea se decidió por montar una tienda junto a su esposa para vender adornitos y vinilos decorativos, así un bastante largo etcétera de gente que odia lo que hace para vivir, yo soy tan afortunado que hasta me gusta mi empleo, el detalle del sueldo pues se resuelve con cosas adicionales que uno se inventa en el camino, el dinero la verdad no da felicidad pero si da calma que ya bastante ayuda.

Tengo una hermosísima hija que ya va para diez años y quien se ha vuelto una niña bastante inteligente, despierta y curiosa, cosa que desespera a las maestras y a la gente de corto entendimiento, me he trazado la labor de tenerla cerca mientras crece para ayudarla a pasar el mal trago de la incomprensión de los adultos promedio que son tantos que hasta la torpeza intelectual es considerado como algo normal. No es fácil pero tampoco imposible, creo que si uno tiene un hijo la obligación es velar por todo lo que le suceda, así nos curamos en salud cuando crezca, evitando que termine como un bobo más de Smartphone y regeton de esos cuya única lectura fue la gaceta hípica o la revista Cosmopolitan.

He tenido conversaciones con mucha gente sobre diversos temas pero ese de las parejas me espanta cada día más, hay tantos tan infelices con sus parejas, historias muchas como para llenar un libro, gente aprisionada en relaciones que más amargan que otra cosa solo para no sentirse solos que me parecen en su mayoría casos clínicos de demencia por aquello de someterse a la tortura diaria solo para “mantener la relación”, en mi caso soy tan afortunado que tengo una bella mujer que no me estresa con sus cosas, que comparte una copa de vez en cuando conmigo, no me molesta por que fumo o tomo café, que me deja ser y de paso no me estresa con las cosas que a otros si.

En resumen, a pesar de las arbitrariedades de vivir por acá y mi escasísimo bolsillo, tengo cosas invaluables que muy pocos afortunados tienen, desde lectores formidables, amigos (virtuales y reales) que merecen absolutamente todo mi respeto y admiración, una hija hermosa, un padre que obstina de tan atento y preocupado que es,  unos lectores fieles que se toman el tiempo de leer mi visión de país , unos contactos excepcionales en redes como LinkedIn con cargos que dan hasta vértigo y cuando gente así voltea la mirada para que un mortal como yo los tenga entre sus contactos toca agradecer, una hija excepcional y una mujer cuyos méritos propios pasan muy por encima de los míos y para cerrar un empleo que me pone contento pues dar clases en una escuela de artes te libera del yugo de las escuelas de Comunicación social o de cualquier otro programa universitario, tengo la certeza de que el empleo es como las mujeres, en lo que te da flojera ir a trabajar toca cambiarlo igual con las parejas, cuando ya no quieres salir con ellas es el momento de pensar seriamente en criar gatos, no dan besitos pero tampoco te estresan y son de bajo mantenimiento.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback
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1 comentario:

  1. jajajaja me encantó el artículo, que mas se puede pedir, una mujer que no molesta, que te deja ser, una nina preciosa, inquieta como el padre, lo único el sueldo, bueno espero de corazon que mejore, pero yo tú le doy gracias a Dios por tener esas cosas que son las quenos da felicidad y estabilidad emocional, y la última parte de éste artículo esta buenísimo, lo de ponerse a criar gatos sino va mas lo otro, jajaja lo pensaré, gracias por tan buenos artículos carino!

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