Propaganda, mentiras y política

Hoy estuve en casa de una gente a quienes aprecio, mientras duró la corta visita escuché en estéreo un “micro” interminable que describía a voz en cuello los avances supuestos de la revolución, quizás entre la barahúnda de necedades que oí, me sorprendió la voz de un supuesto estudiante agradeciendo al presidente la supuesta mejoría en las condiciones de los estudiantes, la no persecución de las ideas políticas, el avance de futuro para todos, en fin, agradeció la revolución.

Desde que salí de esa casa estoy pensando en la voz del muchacho ese de la propaganda oficial y aun no encuentro explicación alguna para que un joven supuestamente informado, que hace vida universitaria, que compra igual que yo, que sabe cómo está la vida, que pretende comprar libros, que piensa en futuro, se preste para tal acto de mutismo intelectual, imagino que le prometieron el cielo mismo, no sé, a lo mejor es un actor de esos que prometió enseñar el gringo aquel amigo del galáctico, la verdad estoy impresionado como algunos se prestan para boberas como esas. Seguramente entendí mal y lo que quiso decir es que yo los que no persiguen es a los malandros y matones que le encantan a la izquierda, esos que se encapuchan, se hacen escoltas, usan armas, motos, uniformes militares, hacen cursos en Cuba, queman autobuses, asaltan las universidades con todo y balas pero protegidos con la GN , seguro es eso, son los sueños cumplidos de tanto maleante disfrazado de gente que alguna vez hizo vida en las universidades, aquellos que hicieron pasantías en todas las cárceles, secuestraron , robaron bancos, mataron y hoy día son muy respetados funcionarios de alto nivel con su propio ejercito pretoriano que “defiende” la roboilusión que los mantiene ganándose la vida a costa de las vidas ajenas, seguramente es eso.

En otro orden de ideas nunca señalaron los genios de la propaganda oficial avance alguno en materia de salud, economía, seguridad personal ni jurídica, nuevos empleos ni siquiera una biblioteca, puro bulto de promesas inútiles, un campamento internacional, unos paseos para los más altos índices de las escuelas, un dotación de “canaimitas” para las escuelas, wifi gratis en los institutos educativos. Nada de eso es malo, ciertamente suena hasta bonita la osa, pero no resuelve nada ni de forma ni de fondo, todo sigue siendo el mismo pantano pestilente que nos ha tocado chapalear a diario.

Siguen los presos a diario, la gente indiferente, los partidos asustados, la MUD negociando mientras la calle apesta a pólvora, hoy los policías en Maracay no usaban balas, usan resorteras con plomo o metras para no dejar huella de su criminalidad, los motorizados siguen protegidos por quienes deberían tenerlos bajo supervisión y proteger a los ciudadanos de bien, la moneda vale menos que ayer, sigo sin ver café, sin ver leche en polvo, ligando que mi hija no se enferme pues no hay para las medicinas, preocupado por mi viejo, por los amigos que no tienen empleo, rezando para que el casero no me desaloje para darle mi anexo a alguno de sus hijos o familiares en desgracia, que mi viejo siga siendo un hombre sano y que el mercado de guerra que hice la quincena pasada me alcance hasta el jueves, mientras, al otro lado, en la dimensión desconocida el presidente promete espejismos inútiles a los pendejos creyentes.

Pienso y repienso en esta situación y de no ser trágica sería graciosa, los llorones de antaño, esos que decían que la derecha lo odiaba, ahora son los odiadores, piden paz pero entregan balas, lo subversivos de ayer gritan con los que hoy los adversan, la izquierda soñadora se gorilizó , la inteligencia se batió en fuga y el país cada día es más pobre y triste, pero la revolución “avanza” , mientras cada hora soy más pobre, los gorilas son más ricos, los aduladores descubren que la ruindad es premiada y la virtud castigada, es decir, hay democracia siempre y cuando aceptemos sus estupideces con una sonrisa y dialoguemos para discutir decisiones ya tomadas que ejecutaran sin importar la opinión de todos, mala cosa esa de que los resentidos ahora sean poderosos.

José Ramón Briceño Diwan, 2014

@jbdiwancomeback