jueves, mayo 08, 2014

(in)Cultura como política estatal

El poder en este país siempre ha estado rodeado de un halo de ignorancia tan marcado que ya nadie lo nota pues es lo común, en estos tiempos al parecer no solo es común si no obligatorio, en todas partes hay resentidos que andan muy contentos pues les han dado la potestad de sentirse gente con eso de los consejos educativos, no importa que al final sean tanto o más payasos que los jefes, lo que les importa es figurar pues aun sin saber muy bien por qué ni cómo va el asunto, igual les están dando una oportunidad para pasar cuentas  a los que siempre los han ignorado, en esa lista de quienes ignoran a los demás usualmente me meten a mí, la verdad no los ignoro, simplemente tengo cosas más importantes en cuales pensar que en esa bobera politiquera que más tiene de chisme de peluquería que de política y discusión seria.

Trabajo en un complejo cultural, es una suerte de vitrina de las miserias donde todos los días vemos un rosario de “artistas” que no hacen arte, poetas que no leen, pintores que al final no hacen más que malas reproducciones cursilonas de su realidad, escritores cuyas letras se mueren al ser impresas por la fulana imprenta nacional y así un largo etcétera de gentes que hacen vida alrededor de la miseria gubernamental, todos con la mano extendida a ver que les salpica, mientras, a su alrededor la cultura se asienta entre una multitud de escombros intelectuales, por ejemplo, no hay teatros en mi ciudad, los únicos dos están en “remodelación” , el más grande tiene seis años vuelto escombros, solo muestran maquetas y teóricamente han dado el presupuesto no sé cuántas veces y como el éter se desaparece, el otro, va para dos años en las mismas condiciones, es más, en estas tardes hasta parrillas hacen los empleados en las instalaciones como si de un patio de bolas se tratase, sin pensar que es uno de los teatros más antiguos del país.

Mientras eso pasa, los fulanos “cultores populares” se creen la gran cosa y se han prestado muy gustosamente (la repartición de las miserias y las limosnas) a la pantomima de que el estado apoya la cultura, pero la “popular” y eso señores no es cultura, puede ser una costumbre pero jamás un ejercicio intelectual, la cultura es un proceso de pensamiento en eterna revisión, es una búsqueda de lo que no se nos ha perdido pero que casi nadie está interesado en ver, al estado por supuesto no le interesa que la gente piense mucho pues si piensan demasiado las costuras se le van a notar en extremo. No me malinterpreten, no es que deteste a la burriquita, los diablos danzantes de cualquier lado, el pájaro guarandol, la comparse del pescador, el desfile de carnaval, los tambores, San Juan, san cualquier excusa para el aguardiente y pare usted de contar cuantas expresiones populares existen en mi país, pero es claro que la cultura formal, esa que propone cosas para salir del atraso, el ejercicio intelectual de pensar y repensar el mundo para compartirlo por cualquier medio de expresión, no tiene ni la milésima parte del apoyo que debería tener y a nadie parece importarle eso.

Imagino claro que la situación de miseria tiene algo que ver, el mercado del arte y la cultura es rudo en todas partes del mundo, historias de artistas de cualquier género que se hacen famosos después de muertos van por miles, en este país son muchos también, sin embargo igualmente en todas partes del mundo si tienes verdadero talento terminas dando vueltas alrededor de tu arte así signifique pedir limosnas, la gente lo respeta y hasta colaboran para que tal o cual no sucumba al hambre o el frio. Acá no hay frio pero sobra el hambre, seguramente eso ultimo ha obligado a mucho disfraz de artista a cobijarse bajo el manto del estado, así sea para que les paguen un sueldo básico, le den su palmadita en la espalda, su cupito en la cola de mercal y la promesa eterna de regalarles una casa donde morirse de hambre en paz, siempre y cuando anden por la vía calladitos, con su franelita roja, la boina del che, con versos al “comandante galáctico” en los labios y el odio a flor de piel contra quienes pensamos y actuamos en consonancia a nuestras ideas.

Cuando en un país el estado no apoya el verdadero ejercicio intelectual o cuando menos no lo persigue mal estamos, mal vamos y mal terminaremos, no hablo de los artistuchos de silicón y maquillaje, esos de la televisión que ahora se rasgan las vestiduras y son felices siendo los fetiches de tanta miseria, hablo de los que deberían escribir, pintar, dibujar, actuar, fotografiar o dirigir el cine nacional con propuestas serias, criticas acres, extender el germen de la rebelión al poder pero que en cambio ahora son agentes de la propaganda y se creen la gran cosa con su nulidad intelectual y su gran apego a marx, lástima que desde mi esquina los vea pasar, aunque no me hablen la mayoría y saben que me importa poco que me ignoren (mejor aún) pues siempre tengo una pregunta incomoda, una reflexión anti poder y los acuso de ser cómplices de la anorexia de su intelecto, vaya con todos mi repulsa y que estas letras puedan ser leídas por muchos solo para que quede constancia de posición que aparte sé que es la posición de unos cuantos, el arte jamás debe ser complaciente, lo contrario es matarlo de a poco, lástima mi país y su gente feliz de ser ignorantes, ignorados e irrespetados por quienes deberían combatir la incultura y la ignorancia.
José Ramón Briceño 2014

@jbdiwancomeback


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