miércoles, abril 16, 2014

Relato de la normalidad anormal

Relato de esta normalidad anormal
Ayer discutía con unos buenos amigos las posibilidades de dictar unas clases de fotografía de manera privada, en un sector del área fotográfica no muy en boga para las masas pero interesante para un grupo bastante selecto del país, el asunto es que quedamos en trabajar con las clases una vez por mes, eso incluye trabajar dos fines de semana, sábado y domingo, cuando le comenté a mi novia al respecto ella levantó la ceja derecha indicándome que por que iba a trabajar los fines de semana si en los días laborables no paro hasta caer cansado , bien sea dando clases, escribiendo, haciendo otras actividades conducentes a lo que quiero hacer , la respuesta es simple, mi sueldo no alcanza más que para pagar la renta y si acaso un mercado de guerra, nada de pensar en ropa, zapatos, artículos personales ni manutención para mi hija, mucho menos cena, cine, tragos o algún fin de semana en la playa.

Muchos amigos que viven en el extranjero ven  normal tener màs de un empleo, de hecho conozco gente que tiene hasta tres, que no tienen vida fuera del horario laboral y que envejecen prematuramente, sin embargo se de unos pocos que tienen un solo empleo fijo, sin mayores lujos pero que comparándolos con los venezolanos viven como potentados, tal es el caso de los profesores con cargo fijo y los beneficios propios de la profesión docente, sin embargo acá en Venezuela muchos profesionales universitarios con posgrados, doctorados y pos doctorados tienen por obligación màs de dos empleos para medio palear la crisis y darle una vida sin (tantas) limitaciones a su familia, pero en ningún caso se pueden planificar por ejemplo la compra de un vehículo sin pensar en la posibilidad de ser taxistas de fin de semana para poder pagar las cuotas al banco, menos aun pensar en una casa, cena, cine, trago ni vacaciones frente al mar así sea en carpa, en ese caso no es la economía si no el hampa quien no colabora.

Con cierta sorna muchos colegas me preguntan cuánto gano y al comentarles me dicen con preocupación “que lástima”, acà nadie gana 700 Dolares mensuales que debería ser un sueldo mínimo “decente”, eso equivaldría a ganar 56.000 bolívares mensuales, la verdad es que un sueldo docente equivale a poco menos del 10% de esa cifra. No me mal interpreten, me gusta mi trabajo, me encanta trabajar, sin embargo me da bronca dejar de lado un tiempo valioso para pasar con mi hija, obtener las posibilidades que teóricamente te pudiere dar el ser profesional universitario.

Me amarga en demasía pensar en un puesto de comida ambulante para engrosar mí siempre escuálida cuenta bancaria, mientras, al otro lado de la realidad hay políticos engrosando cuentas en euros, haciendo malabares legales para justificar su ilegalidad sin parar mientes a lo que sucede con todos, acà no es asunto de clases desposeídas pues todos somos desposeídos en mayor o menor grado. El gran deseo de muchos es emigrar, asì eso signifique olvidarse de  lo aprendido en la universidad, para terminar sin futuro pero con calma en tierra ajena, algunos (los menos) tienen posibilidades de futuro, emigran con todo en regla y hasta con empleo y se dan cuenta de lo miserable que es todo en Venezuela en comparación con lo que viven en otras naciones, hasta se de un músico de buena fama en este país, que ha preferido tocar a las puertas del metro en Alemania cuan indigente que vivir al filo del temor en su paìs donde es respetado.

Mientras en “MI” realidad, nada parce funcionar, el futuro sigue siendo gris, hasta la ciudad está oscura, desprolija y triste, los muchachos, mis alumnos, no hablan si no de como hacer par emigrar con cierto éxito, nombran a fulano, sutano, perencejo o menganejo que “les va del carajo” siendo poco más que limosneros en tierra extraña, nadie piensa en función de futuro y los menos que hacen algo asì se enrolan en la `política a esperar “que algo caiga”.

Hace rato por esta vía un joven director de una publicación colombiana me preguntaba datos sobre lo que acá pasa, luego me comenta que solo estaba constatando la información alarmante que allá tienen, es decir, ya somos famosos por la violencia, la pobreza y el desamparo de todos los venezolanos, nadie se salva, mientras, si algún lector quiere probar con la Lomografìa lo invito a inscribirse, por aquí doy la información así colaboramos, ustedes aprenden y yo pues gano dinero, para sobrevivir en esta guerra innecesaria por la estupidez congénita de los rojos y la imbecilidad inoculada por sus acólitos.
Josè Ramòn Briceño, 2014

@jbdiwancomeback


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