Molestias productivas

Como ya he publicado antes soy profesor de castellano, se supone que somos académicos a ultranza, eso quiere decir que producimos documentos asépticos, sin atisbo de emociones, solamente nos reducimos a los hechos, sin más argumentos que los autores y somos felices, es más, en algún momento alguien me reclamó que mis artículo sestaban demasiado emocionales, que olía entre líneas mi molestia, que eso no se debía hacer, que todo lo que uno escribe debe salir del cerebro preferiblemente sin emociones para hacerlo creíble.

Cuando tuve la oportunidad de comentarlos los mandé al carajo, sin escalas ni dulces, no tenía sentido decirles nada más, la verdad no estar molesto por la situación nacional es un asunto irreal, todos necesitamos de todo, pero nada se fabrica en el país, lo poco que se importa, lo exportable desapareció. No molestarse porque tienes que hacer magia para tomarte un café en las mañanas, porque la leche en polvo ya no existe, porque  tu proyección anual si acaso te alcanza para no morir de mengua, porque comprar comida e invitar a la familia es un asunto grosero, porque comprarse una casa es una cuestión de suerte, porque un carro “0” kilómetros es un sueño para las mayorías, comprar todo el tratamiento médico del ser querido es casi imposible, pensar que la cosa va a cambiar es una entelequia, estudiar una pedida de tiempo pues los grandes jefes si acaso son bachilleres, si estudias comprar libros es un asunto de suerte, si quieres una computadora decente es un sueño lejano pues el precio de un PC normalito roza los diez sueldos básicos, hasta el amor es cosa complicada pues hay escasez de pastillas anticonceptivas.

Estar molesto solo por los asuntos pasivos es un detalle, aún no hemos hablado de la facilidad con la que el estado se hace forajido, con el apoyo de los fulanos colectivos que a lomo de moto disparan, agreden y matan protegidos por la guardia nacional, la protección de los malandros por parte de los organismos de seguridad, la inflación grotesca a la que estamos condenados, la devaluación constante, el quebrantamiento eterno de todas las leyes, la ausencia de “seguridad social”, las medicinas que están desaparecidas, la polarización de la población, las mentiras que la realidad desmiente, el care´tablismo (descaro) de los personeros del estado, la impunidad de los criminales, la velocidad con la que castigan (aparentemente) los crímenes famosos y los anónimos que son ya más de 3000 en lo que va de año no se resuelven, la intrusión de extranjeros en la cosa nacional, la imbecilidad publica , notoria e imitada desde el estado, la pobreza generalizada.

Esta mañana sin futuro, todo este cargamento de rabia, el odio que resulta de todo lo demás, las horas botadas pensando, en fin, todo el esfuerzo para no sucumbir ante el asco, todo se siente perdido, claro que he de escribir furioso, sobre todo cuando descubres que la solución es sencilla, pero son idiotas los ejecutores, además la “oposición” negocia y hace lo posible por una salida que a todas luces es imposible, sobre todo cuando la injusticia es ley, claro que mis escritos rezuman incomodidad, por supuesto que jamás soy ecuánime, estoy en el trópico del odio, una suerte de 19 dimensión de la estupidez, y lo peor es que me piden ser un hombre calmado, dígame usted si puede estar calmado con este desastre, por favor dígame si puede pero también si tiene chance consígame un empleo en el exterior y allá me espera, luego pues busquemos la calma y si el odio se disipa por la distancia quizás comience a ser feliz, mientras seguiré molesto y escribiré, solo para poder seguir vivo y un infarto me niegue la posibilidad de continuar molesto.

José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback