lunes, marzo 03, 2014

Carta para la izquierda



Con estos sucesos he leído cientos de opiniones, unas bastante sensatas, otras exudan toda la gama emocional propia de las pasiones políticas. Ciertamente cuando esto pase, si es que pasa, ya nada será igual, por un tiempo viviremos en estado de alerta, la división se hizo más profunda de lo que había sido hasta ahora, muchos funcionarios que se quitaron su careta vivirán en carne propia el escarnio de pertenecer al grupo de los intocables, los parias, tal y como sucedió después de aquella infame “lista tascón”, todo el rosario de cosas que nos imaginamos y otras que nos negamos a imaginar, hay demasiadas cuentas pendientes en el aire, cada día suman más.

Entre las pocas cosas en que el estado ha sido efectivo es en la propaganda, puertas afuera hay gente dedicada a el oficio propagandístico, no es raro escuchar en alguna parte a militantes de izquierda pidiendo que sus países sigan el ejemplo de Venezuela, pienso que ese empeño es parte ignorancia y parte fanatismo. Ciertamente acá tenemos algunas cosas que bien llevadas harían de este país una referencia internacional de bienestar social donde todos tendríamos espacio para el crecimiento personal y colectivo sin tener que estar pendientes más que de estudiar, trabajar y producir, pero no es así.

Tenemos un aparato de salud gratuito, con hospitales plenos de especialistas donde cualquiera tiene acceso a sus servicios, eso es en parte cierto, me explico, ciertamente hay una red de hospitales tanto del llamado Seguro Social como del Ministerio de Salud, sin embargo en ambos casos son cascos vacíos adonde los servicios básicos (agua y electricidad) son escasos, trabajan sin insumos, es más, los pacientes deben aportar desde guantes quirúrgicos hasta suturas,  exámenes de laboratorio, tomografías, rayos X y otras tantas cosas  necesarias , no hay, así que toca hacérselos en instituciones privadas que por los momentos tampoco tienen nada gracias a los buenos oficios del control cambiario. También en eso de la salud se habla del tal Barrio Adentro, les informo que en su mayoría están cerrados y tampoco tienen nada más que pastillas para la fiebre.

En cuanto a la seguridad social, también debemos admitir que el periodo para acceder a la jubilación del estado es relativamente corto en comparación con muchos otros países, pero la mala cosa es que la pensión está como 180% por debajo del costo de la cesta básica, no alcanza a los mayores ni para las medicinas, mucho menos para comer decentemente.

La educación es publica, bravo, pero sería interesante que le preguntasen a cualquier alumno de educación básica como son las bibliotecas de sus escuelas, cuales actividades extra cátedra existen, el estado les regaló unas computadoras llamadas Canaimitas, pero nadie sabe qué hacer con ellas pues las dieron sin darles a los docentes entrenamiento para desarrollar sus clases utilizando ese recurso, de paso no hay la primera escuela que tenga wifi y eso que el estado es el mayor proveedor y se ufana de haber comprado dos satélites a los chinos, cosa que debería hacer que tengamos wifi gratis no solo en las escuelas, también en las calles. Hablando de las misiones, estas en ninguno de sus niveles educativos poseen espacios de investigación, bibliotecas ni la estructura que toda universidad seria ha de tener, es más, la pobreza de sus programas formativos que hacen hincapié en lo político y no en la formación son aceptadas en las organizaciones que avalan la actividad profesional en el país, muchos egresados que alguna vez fueron mis alumnos los he encontrado trabajando como cajeros, meseros y una variedad de oficios para los cuales no se va a la universidad, en todos casos la respuesta es la misma “profesor, es que toca trabajar y el titulo no me ayuda”, resulta que los primeros egresados fueron absorbidos por el estado pero este se saturó rápido, los muchachos son quienes pagan los platos rotos de un proyecto que quizás estuvo bañado de buena fe pero lleno de tanta improvisación absurda que lo quebrantó hasta hacerlo un fracaso total.

Los males del país, esos derivados de la mala administración y peor consecución de buenos proyectos es una lista bastante larga, así que desde mi esquina le puedo pedir a los opinadores que desde el extranjero se empeñan en defender la gestión gubernamental, amparados en las cifras absurdas del ministerio de estadísticas, que parece obtenerlas en una dimensión que desconozco, primero investiguen que fuentes hay, crucen la información, vean las costuras y después opinen. A los venezolanos chavistas que se fueron del país, explíquenles a los demás por que se fueron, no les critico que emigren, ojalá les esté yendo tan bien que jamás vuelvan ni de vacaciones, no se hagan los bobos cuando alguien les haga la pregunta, pero tampoco defiendan lo indefendible pues ustedes fueron tan victimas como los que nos quedamos, no le veo sentido a ser chavistas con cuenta en euros, trabajo estable, opciones varias que acá jamás hubiesen tenido, si no tienen nada bueno que decir no lo digan pero tampoco sean tontos útiles al servicio de los matones que acá se dicen gobierno.
José Ramón Briceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback
Foto: José Briceño @plurifotos



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