Ignorancia ilustrada

Por ahí existen cientos de seres que pasean su ilustrada ignorancia cuan pavo reales, la publican y de paso se ufanan de ella como si de algo muy valioso se tratase, lo peor es que tienen seguidores a montón, pues cuando u ignorante es seguido por otros, vaya usted a saber cómo piensan esos seguidores, no estoy hablando de quienes detentan alguna parcela de poder, estoy refiriéndome a esos otros que pululan en las calles, los bares, los pasillos de las universidades y en algunos casos en las aulas de clase como profesores, esos últimos son muy graciosos, por ejemplo, yo sé de uno que a pesar de tener más edad que mi padre (y eso que yo ya soy cuarentón) pero que usa “cueritos”, franelitas con estampas variadas, esas del santoral ateo-comunistoide, predica las bondades del socialismo, habla siempre que la gente que se hace docente nunca jamás va a ser millonario, eso es cierto, pero reclamar un sueldo justo siempre será importante y el asunto no es ser millonario, es tener calma, casa y demás comodidades que tu trabajo te permita. En el caso del señor en cuestión, después de tanta palabrería en las aulas y pasillos, busca su 4X4 de hace dos años, de las de lujo y se va por la puerta de la universidad sin hacer ruido, a cobrar sus otros sueldos devengados por su “asesoría” en el gobierno.

Alguno dirá que estoy escribiendo gamelote seco, acusando de ignorante a un colega con muchos años de servicio, más de un doctorado y quién sabe si algún premio en su haber, pues a pesar de todo ese prestigio académico que debe exudar su curriculum, el hecho de apoyar, sacralizar, impulsar y defender la destrucción de la universidad donde trabaja y con ello la del país, deja muy mal parado eso del estudio, así como ese señor hay varios en esa universidad, creo que en el resto de las universidades publicas también han de existir tipos así.

En las calles y plazas también uno se encuentra personajes así, que defienden lo indefendible, citan a Marx, Engels, Lenin, Fidel, el che y hasta Jesucristo, pero seguramente jamás han leído obra completa ni contrastado eso del papel con la realidad, se olvidan del muro de Berlín y sus miserias, de la caída de la URSS , la revolución cultural, los balseros, los campos de reeducación, el jemer rojo, los desaparecidos, la horrorosa situación de los norcoreanos, las millones de muertes absurdas por preferencias políticas, la pobreza más que evidente de las fulanas naciones socialistas de las cuales por cierto quedan poquísimas en el mundo, tanto que hasta los chinos ahora son más imperialistas que nadie.

Pero igual defienden todo contra viento y marea, cuando se les acaban los argumentos pues arremeten contra el “traidor” que no comparte su idea de miseria institucionalizada ni sus argumentos cojituertos. Más de una amenaza me han lanzado entre tragos, me han dicho que si los “escuálidos de mierda” se alzan contra el gobierno que cuente con que me tumbaran la puerta a pesar de la leve amistad, eso asusta, los bravucones por lo general no son más que cobardes, se las dan de guapos mientras suponen el poder de su lado, de otra pues lloran patalea, activan todo un tinglado de llantos y suplicas porque les coartan la libertad de pensamiento, pero con “los otros” (nosotros) nunca habrá posibilidad alguna de libertad de pensamiento, de eso están llenas las cárceles, las morgues y los aeropuertos , esos tres sitios los pongo al mismo nivel pues irse del país por pensar diferente es morir un poco cada día.

Ser ignorante no es solamente no saber leer o escribir, es también leer sin interpretar, afirmar sin investigar, ignorar lo malo por defender una idea, apoyar la destrucción por motivos tan egoístas como el propio bienestar a pesar de que ese bienestar dañe profundamente a los vecinos, es citar fuera de contexto, pecar por omisión a sabiendas de cuánto daño se hace o se hará a partir de tu contribución, es mirar desde tu esquina como destruyen y sentir placer casi erótico por la destrucción, es seguir ciegamente algo tan nocivo para todos como este modelo de gobierno y de paso molestarse con quienes le dicen que lo hacen mal, es desde tu cargo no apoyar iniciativas loables solo porque no te dejan ganancia, impulsar o colaborar con la eliminación del aparato productivo solamente pues de otra no podrías tener ese empleo ya que tu formación académica no da para tanto, en esos casos es más honesto negarse al cargo para no tener que vivir con la conciencia de tu inutilidad.

José Ramón Briceño, 2013

@jbdiwancomeback

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