Bueno, menos mal que no todos
somos genios, por aquello de la naturaleza humana, nos equivocamos con bastante
frecuencia, lo mejor de todo (en mi caso al menos) es que no tenemos grandes
responsabilidades más allá de las naturales, esas de hijos, casa, familia y vida tan comunes,
es decir, muchos somos del montón, lo que no deja de tener sus maravillas. Podemos
literalmente hacer lo que nos dé la gana siempre y cuando no transgreda –mucho-
la ley, pues hasta donde se no es legal beber en la calle, tampoco algunas
cosas que igualmente hacemos sin mayores consecuencias, no nos vamos a levantar
y ver nuestro nombre en los medios electrónicos impresos y digitales.
No nos van a juzgar por jugar
como Bill Clinton hizo alguna vez, el mismo que aspiró pero no inhaló, cosas de
la política mojigata gringa, tampoco ningún bárbaro de chaqueta de tres mil dólares
nos va a acusar desde la palestra del congreso por que nos tomaron una foto con
unas mujeres que casualmente ninguna era la esposa de uno, tampoco van a
filtrar los emails para acusarnos de alguna paja boba de esas que les encanta
recitar a los “señores y señoras” del PESUV, claro no tenemos aviones, ni
viajes por el mundo con dólares ilimitados, si acaso el cupito cadivi y los que
lo hacen se creen la gran vaina por pasar un fin de semana en un hotelito de
media muerte en Aruba o en el sofá de algún pana exiliado en Miami por que
Europa ni de vaina, los euros son más caros y rinden menos.
Esas cosas que no somos pero que
en verdad quisiéramos ser para poder creernos el cuento ese de que somos arrechísimos,
se lo están robando otros que si bien hacen todo eso, sus errores cuestan no
solo plata, también cuestan empleos y vidas de millones de personas, en eso también
nos diferenciamos, si la ponemos pues solo salimos jodidos nosotros, ahora esos
otros de los que hablo la ponen todos los días y a cada rato, tanto los autores
materiales, los “intelectuales” y los que los aplauden desde su estúpida ceguera
selectiva y su odio de resentidos .
Imagino yo que de tanto vivir en
la miseria terminas acostumbrándote y hasta gustándote la cosa, creo que ese es
el puntum de la ideología “popular”, esa que odia a los burgueses pero ni de
vaina mira como los “lideres” que defienden son los más rancios aristócratas de
alpargata que existen en el país, tipos con aviones, carros de ultra lujo,
casas que hacen palidecer cualquier deseo de algún clase media (como yo por ejemplo).
Ahora voy al punto central, después
de la tormenta, cuando todo este desastre acabe y retomemos el curso natural
del desarrollo nacional, ¿Qué le dirán esos tipos a sus hijos?, ¿con que cara podrán
caminar por ahí después de tanta maldad regada?, ¿cómo se sentirán con su
conciencia? si es que la tienen claro. Vale que uno de vez en cuando cometa algún
error aunque sabe que de ahí no pasa la cosa, pero cuando el error es una catástrofe
nacional tipo, quiebra del banco central, seis devaluaciones en 14 años y solo
en los primeros seis meses lograron cuatro, cierre técnico de la mayoría de los
hospitales del país, escasez de alimentos básicos, quiebre de la industria
petrolera que de paso fue una de las mejores en el mundo entero, un alza
descomunal en los índices de inseguridad, asentamiento progresivo del retraso
mental de los milicos, aguzamiento del narcotráfico y asociación con las
guerrillas, vender el país en cuotas a los Chinos, los Bielorrusos, entrega
formal de la seguridad de nuestra nación a la plaga del Caribe, perdón, a los
cubanos y de paso los ya imbéciles milicos les rinden pleitesía, la tasa
inflacionaria más alta del continente y creo que de muchos países del mundo, permitieron
que las cárceles fuesen refugios en vez de sitios de castigo, total, han vuelto
el país un cascaron.
Pero toca preguntarse, primero,
como re organizaremos ese desastre, cuánta sangre costará, como será la
reconstrucción nacional, lo más triste es que los artífices ya tienen
escondite, pasaje abierto, cuentas en el exterior, casa, edificios,
apartamentos y todo lo necesario para que la huida sea más fluida y acá pagarán
solo los pendejos que se volvieron cachorros mansos y dóciles de esos bastardos
de boina que los engatusaron y dejan el país peor de lo que jamás , ni en los
tiempos aquellos de el viernes negro, cuando la moneda tuvo su primera gran
devaluación.
Menos mal que ninguno tiene vergüenza
pues esa la dejaron de lado cuando adquirieron su “compromiso revolucionario”,
pena me dan, rabia también, tanto que roza el odio, no puedo creer que en mi
nación haya tanto imbécil ciego por gusto. Sé que algunos amigos me están
leyendo y quizás hasta se sienten identificados con lo que digo, seguro algunos
hasta se ofenden ,pero sepan desde el fondo de mi corazón no hay rabia ni odio
para ustedes, quizás algo de lástima pues uno siempre quiere presumir de tener
amigos muy inteligentes, sin embargo en ciertos momentos de la vida toca afrontar
la realidad como buenos adultos que somos y saber que no van por buen camino y
el que han tomado es el más nocivo, pero tranquilos que cuando sus hijos les
pregunten y si aun seguimos siendo panas yo les diré a los hijos que no tuvieron
opción pues de otra su vida sería otra cosa. Si ya no somos amigos para aquel
tiempo no me preguntaran nada sus hijos y si lo hacen seguramente ignoraré la
pregunta para no oscurecer ese vinculo entre padres e hijos.
Cuando aplaudan los adefesios y
estupideces que este “señor” presidente se empeña en decir y sus corifeos no
solo repiten, defienden, justifican e imitan, piensen que el futuro nos
alcanzará en algún momento y que la vida pasa factura, todo es como un bumeran
señores, en algún momento se devuelve.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback
Excelente Jose, faltará que "tus" amigos lo lean, y entonces corrijan el camino. También hará falta que nosotros lo amigos del otro lado mantengamos mínimo nuestras posiciones - a pesar de las frustraciones - he incluso apretemos el paso haciéndole frente a abusadores y aprovechados enquistados en el gobierno.
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