Esta mañana cuando comienza a hacerse corpórea la idea del
viaje al exilio voluntario, donde espero encontrar lo que por acá no he podido,
mientras voy desarmando mi biblioteca, uno de mis poquísimos bienes preciados y
quizás hasta idolatrado he estado pensando para intentar espantar la tristeza
de la despedida, momentánea claro, pero despedida al fin.
Entre esas cavilaciones que pretenden el olvido me ha dado
por pensar que quiero ser chavista, ¿Cómo es eso? Se preguntaran mis lectores,
pues la cosa es simple y compleja a la vez, claro que quiero ser chavista, pero
no militante pupú de perro, esos de franelita, gorra o boina, que mueren por el
“ideal” pero pelan tanto o más bolas que otros, además tienen la particularidad
de ser inmunes a la ofensa y el maltrato, no es una referencia al lio entre
oposición y oficialismo, eso de las faltas de respeto son solo oficialistas y
ellos son muy felices y hasta con cierto orgullo por hacerlo.
El ejemplo más claro es que uno se queja delante de alguno
del alto costo de la vida o de la desaparición de ciertos rubros y
automáticamente saltan a decir que ellos tienen de todo, mostrando su despensa
o donde sea que tengan los alimentos guardados para que uno vea que tienen una
buena dotación de las cosas casi fantasmales que desaparecieron de los
anaqueles y que ahora pues parecen productos de ultratumba pues muy pocos son
los que lo ven. Cuando viene la lógica exclamación esa tan criolla de ,¿mira y
donde compraste tu esa vaina? , la invariable respuesta será el mercal o el
Pdval de no sé dónde carajo, y te cuentan que por cada producto hicieron una
cola, que para poder traer varios reclutaron a primitas, amigas de la hija y
vecinas solteras, que se tiraron dos horas de cola a mediodía pues a esa hora
abrieron el camión que traía las cosas, pero a pesar de la cola, el sol, el
calor y el tiempo perdido que bien podían usar en vainas realmente productivas,
se dan por bien servidos que la “Revolución” importe todo lo que antes se producía
acá y de paso pues les toque sabanear los fulanos operativos, cuando hay el
supermercado hereje como para poder ir a cualquier hora y comprar sin esas
groserías de hacer cola como si te fuesen a regalar alguna vaina importante,
como si te hicieran el favor de venderte una cosa y de paso lo hacen a precios
buenos, eso no se critica, se critica la obligación de hacer colas, llenar
listas, apartar números, perder horas de cosas importantes para comprar una
cosa que debería estar al alcance de todos a todas horas.
Yo quiero ser chavista de verdad, de esos panas que viajan
sin tener en cuenta el puto cupo cadivi ni recurrir al dólar negro para acceder
a la divisa, que andan en camionetotas de dos millones de Bolívares , con
quinta en urbanización de lujo, de esas con piscina y cancha de tenis, de
apartamento en la orilla de alguna playa paradisiaca, aviones particulares,
cuentas bancarias en dólares o mejor, en euros, viajes al imperio hasta para
comprar los uniformes escolares de los niños o nietos igual vale, que se pueden
dar el lujo de gastarse un sueldo de maestro en el almuerzo de los martes, que
de paso no hace cola en PDVAL o Mercal
pues le llevan las cosas hasta su casa, ustedes saben la escasez es terrible y
toca tener reservas no vaya a ser que se acabe su ración de café o de azúcar y
de carne, no, eso es imposible.
Yo quiero ser de los que hacen mercado sin sustos ni
calculadoras de mano, de esas personas que tienen que usar dos carritos para la
compra mensual, con ayudante incluido claro y generosa propina a los jóvenes
que empaquetan y trasladan la compra hasta el carro, claro muchas veces de eso
se encarga alguno de los escoltas pues la seguridad es lo primero.
Pero por otra parte pienso que el precio a pagar por los
lujos y las prebendas es bastante alto, a menos que como sospecho esos tipos
(as) se hayan realizado un cursito de esos que dan los cubanos, que te
desaparecen toda posibilidad de pensamiento independiente y algo de la
vergüenza para soportar toda la locura de los altos cargos oficiales, desde la
eliminación de los fines de semana y las noches, las reuniones a las tres de la
mañana para resolver la problemática de la falta de fervor revolucionario, los
conciabulos para intentar adivinar lo que quiso decir tal o cual ministro
cuando inauguró la última planta que quebrará la gestión, la resolución del
galimatías administrativo para que la contraloría pueda tener los argumentos de
cómo se perdió la plata de la nómina entre la administración de la institución y la cuenta en Panamá.
El terrible estrés que debe ser eso de aceptar que se te
ordene sin explicación alguna , se te veje por que el tipo anda de malas
pulgas, las marchas interminables y la obligación de encontrar perfectamente
lógicas las explicaciones de los desastres y maldades que emanan del poder central,
eliminar de tu ser todo rastro de individualidad, ignorar el avance de los
gastos de la casa por eso de la inflación, transmutar el pensamiento cada vez
que se miran los cerros y en vez de imaginarse toda la violencia y miseria que
existe pues su cerebro ve un inmenso nacimiento viviente digno de la eterna
navidad que ha traído la revolución, por aquello de la alegría perenne por los
triunfos del líder y el engrosamiento grosero de sus arcas privadas.
Les juro lectores que a mí en las primeras de cambio me
botan y por más que me hago el loco pues termino diciendo alguna vaina lógica
lo que causaría, Si no el despido cuando menos la sospecha y eso al final será
causal de despido y sin seguro para tratarme la ulcera gástrica que me saldrá o
los daños al hígado después de tanta bronca continuada.
Igual fantaseo con no tener ni moral, ni conciencia y mucho
menos sentido común para poder fanatizarme a tal punto que termine de ministro
de energía y minas pues como parte de la revolución es premiar la ignorancia
pues ese es el ministerio que me tocaría o no sé, de agregado científico de la
embajada de Venezuela en Francia, de lo que sea, pero que además no sepa nada
para terminar dejando todo en manos de asesores y dedicarme a gastar y a planificar
cuanto desfalco pueda para así ser una persona con calma y futuro, en vez de
pertenecer a esta estadística de pobreza extrema, futuro balsero del aire,
seguro transmutándome en el eterno extranjero en que se vuelven todos los
emigrantes.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback
Así es amigo, tal cual como lo describes.
ResponderBorrarEs algo bastante complejo asumir una postura chavista, ya que son extremos los casos, los pela-bolas idealistas y los vampiros conchupadores pero que tienen esa conciencia intranquila, viviendo una zozobra arropada bajo la opulencia en su estilo de vida.
De mi parte yo prefiero seguir con mi forma de pensar y vivir, siempre con la frente en alto, para poder criticar sin ningún tipo de mordaza; tal cual como usted lo hace mi estimado compañero.