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domingo, enero 08, 2017

Una "Causa justa"

 Desde finales de los años setentas el mundo ha ido convirtiéndose en un lugar no solo pleno de sitios comunes, también de cosas “políticamente correctas”  donde toca escoger bien las palabras y ser siempre condescendiente para no pasar por atorrante o malvado. Todo este entarimado de correcciones políticas han creado un ambiente propicio para que muchos “ideólogos” organicen sus discursos en pro de alguna de esas causas justas que tanto gustan a las mayorías, estemos claros, en todas partes del mundo los pobres siempre seremos mayoría, a pesar de existir la clase media en sus distintas variantes , por buena que sea la posición de un país, la relatividad de la pobreza siempre hará que una mayoría pueda considerarse pobre, sin caer en comparaciones claro pues de ser así el más miserable poblador de Suiza tiene el equivalente al ingreso de un millonario venezolano o haitiano, pero aun así será pobre.

Los ejemplos sobran y el más patente es el de las izquierdas , quienes se han encargado durante los últimos sesenta años en hacer una propaganda plena de palabras altisonantes como libertad, resistencia, rebeldía y lucha de clases pero al final no son más que pantallas para que sus grandes “lideres” junto a los acólitos y sus familias se transformen en una suerte de realeza que disfruta de cosas que sus respectivos pueblos suelen solo soñar pues no hay manera de que ellos puedan ascender hasta las alturas de los lujos de los que disfrutan los altos jerarcas.

Quizás lo más insultante es que todos los regímenes que se dicen de izquierdas terminan siendo peores que los otros que ellos mismos censuraron y acabaron por los medios que fuese, acusaban al gobierno anterior de cualquier bajeza pero con los años cada uno de esos izquierdosos terminaron siendo no solo peores, también más barbaros que cualquier régimen genuinamente democrático, eso sí, ninguno reconoce ni por accidente que son unos imbéciles de marca mayor, que sus ideas están muertas antes de nacer o que sus métodos pertenecen a otros siglos donde la barbarie era la norma y se supone que en el siglo XXI la civilización ha de ser un proceso de crecimiento en todo sentido.

Venezuela no escapa a ese sino, a finales del siglo XX, entre los medios de comunicación, los partidos y la misma izquierda de siempre hicieron un esfuerzo mancomunado para crear una matriz de opinión  que hizo sentir a todos que pasábamos por la peor crisis económica de la historia, que teníamos el índice de violencia más virulento del planeta y que la única opción era tener un “gobierno de los pobres”, se desataron los demonios en mi país, casi dos décadas más tarde, cualquier crisis anterior parece un paraíso, la violencia de antaño es un juego de niños y lo que pensaban fue el peor gobierno de nuestra historia en realidad fue el mejor pues de haber aceptado las medidas económicas propuestas no estaríamos en esta situación.  Eso del gobierno de los pobres fue lo único cierto, sin embargo fue algo construido para enriquecer a los pobres funcionarios que hicieron (y hacen) pingues negocios con las arcas nacionales, hay tantos escándalos bajo la alfombra roja que se hace complicado enumerarlos pues van desde el narcotráfico hasta la trata de blancas pasando por cualquier clase de negocio turbio del que por cierto hasta los dos presidentes que hemos tenido últimamente son parte del reparto de botin.

Es una muestra clara de cómo pervertir una “causa justa” donde se supone que nadie puede censurar la ayuda a los pobres. Tener un discurso de izquierda empieza por defender a los pobres, hacer apología de las miserias de los seres humanos, convencer a esa mayoría que sueña un mejor mañana con martingalas retoricas que solo buscan confundir y de la que los necesitados solo entienden de comida o cosas gratis para el futuro. No dudo que existan creyentes pues también la naturaleza humana hace que muchos crean en cosas imposibles y se nieguen a ver su ceguera pero también tengo mis dudas en cuanto a los jefes cuyo discurso parece el mismo pero con el agravante de que su fin único es mantenerse en el poder y así seguir disfrutando de sus prebendas sin importar mucho los métodos, convirtiendo de paso a toda la maquinaria gubernamental en una fábrica de mentiras escritas en pixeles y tintas para convencer de que “no pasa nada” , que en las cárceles no hay sindicatos criminales cuyo poder escala hasta las altas esferas ministeriales, que los hospitales son un modelo de modernidad cuando todos sabemos que es casi una sentencia de muerte depender de la salud publica más allá de la buena voluntad del personal que allí labora, que nadie pasa hambre cuando también los venezolanos de toda condición económica pasa las penurias del desabastecimiento cando no de la imposibilidad de tener una despensa medianamente surtida pues su ingreso no alcanza para esa compra ni en el mercado regular ni en el negro, que esos sindicatos del crimen no son protegidos en las llamadas “zonas de paz” donde cualquier cosa pasa sin que ningun cuerpo de seguridad pueda hacer nada pues los jefes han pactado con las bandas de la zona para que estas ejerzan el control social, que no hay presos políticos y que Venezuela es una democracia , bueno explicar eso ya ni sentido tiene pues sabemos que la (in)justicia venezolana depende de otras cosas ajenas a las leyes.

En fin, estos últimos años de ese gobierno de izquierdas son la muestra patente de como pervertir una causa justa da buenos dividendos además le podemos sumar algunos puntos sobre la hipocrecia de muchos países cuyos gobiernos se dicen prohumanistas pero hacen sentidos silencios sobre la tragedia de mi país.
José Ramón Briceño, 2017

@jbdiwancomeback



sábado, enero 07, 2017

La “inteligencia acéfala” ataca

Por mi formación académica y vocacional suelo pensar que todos son inteligentes, que a pesar de que no tengan las grandes facultades, seguramente habrá algo que hacen mejor que los otros y eso de por sí ya es un rasgo de inteligencia. Tengo que confesar que entre las cosas que ha hecho el gobierno de Venezuela es enseñarme que todo ese cumulo de teorías dentro del área educativa obvian ese otro tipo de inteligencia que se oculta dentro de la maldad, esa que hace pactos con todo lo posible e imposible para asegurar su cuota de poder así sea pagando el precio de prescindir de la inteligencia , que, digo yo, es el único capital real con que contamos en la vida, lo otro (dinero y cosas) son un suplemento para tener cierta calma para poder desarrollar otras cosas más edificantes que el trabajo de todos los días que por mucho que nos guste se vuelve monótono.

Si en el gobierno hubiese gente tomando decisiones inteligentes mi país no sería lo que hoy es, una cosa de la gente inteligente es que cuando el asunto se pone muy complicada se busca a alguien que sepa con claridad y así no conozca la situación por lo menos aporta las ideas iniciales para resolver algunos problemas. En Venezuela los políticos y los militares (no se sabe quién se subordina a quien) hacen gala de la más grande brutalidad que alguien puede cometer sin que acepten criticas de ningún subalterno (que tampoco alzaría la voz por temor a ser despedido)   y se van a tomar las soluciones menos inteligentes posibles.

Destrozaron el campo y a agricultura con una epidemia de expropiaciones que dejaron solo en dos estados más de 4 millones de hectáreas sin sembrar, imagino que las cifras de los otros estados sumarian alguna barbaridad interestelar, si hubiesen sido gente inteligente no tocan el campo, vuelven al esquema de las cosechas aseguradas y pagadas a crédito, de masiva importación de maquinaria, equipo, fertilizantes , instructores , supervisores , en fin , gente y cosas para apuntalar la producción, en cambio hicieron todo lo contrario con el posterior desangramiento de las arcas nacionales en el camino. Si hablamos de economía pues no hay mucho que decir, quizás darles el beneficio de la duda que en su maldad todas las ultimas maldades económicas hayan sido para lucrarse  de forma descomunal en moneda, dura mientras los venezolanos sufren hambre con múltiples penurias, pero sin querer justificar nada ,por lo menos se puede alegar maldad, a lo mejor son insumos para su cárcel del futuro cercano, pero que todo sea producto de la brutalidad de gobernar sin saber qué carajo hacen, (cosa que sucede desde la más alta jerarquía hasta el más insignificante funcionario con ganas de progresar a punta de ser servil, menos inteligencia) es un asunto que debería ser castigado en el séptimo círculo del infierno de Dante pero para hacerlo más trágico debe ser musicalizado por los conciertos de Lila Morillo, Nancy Ramos, los corraleros de majagual, cualquier regetonero mayamero y en los “descansos; suenan los grandes éxitos vallenatos (del primero hasta el nonagésimo segundo volumen) para que purguen la pena capital por haber maltratado a más de 30 millones de almas , quizás hasta colaboran con muchos millones más si le sumamos la ayuda a los terroristas de toda calaña que han recalado en las oficinas de los “revolucionarios”.

En la salud no han dado pie con bola, si fuesen inteligentes (cada vez más convencido de que no lo son) hubiesen imitado a otros países donde lo recogido en los estrambóticos impuestos al cigarrillo y el alcohol sea destinado a educación y salud, ahí todos los borrachos y fumadores que en muchos casos son una misma persona, colaboran con el avance nacional, sin hablar de que así sabríamos realmente adónde va a parar el dinero recogido por nuestros impuestos. Eso sería muy inteligente pero sin ganas no hay fruto, antes uno podía darse el lujo de ser ignorante, pues no existía una biblioteca tan grande y actualizada que te respondiera cualquier duda, aunque sea por la vía de la enciclopedia, ahora está google que se actualiza, traduce y hasta califica más información de la que el mundo tuvo jamás, la conclusión simple es que su ignorancia es tan grande que una de dos, o no entiende nada de lo que sucede más allá de su zona de confort o es simplemente que les da terror que tener la constancia de su poca inteligencia al reunirse con gente que realmente si la tiene.

La lista sería muy larga para escribir una aproximación desde estas líneas, lo que puedo inferir es que el gobierno desde hace muchos años comenzó bajo la egida de la ignorancia ilustrada de mucho pseudo intelectual que apoyó un monstruo que ya se veía malo desde el principio (militar e inteligencia son de difícil conjugación, quiero imaginar que no es imposible) quienes por desgaste fueron diluyendo aquellos sueños de la izquierda comeflores que terminó siendo caníbal cuando tuvieron el poder, trayendo como consecuencia un fenómeno digno de estudio por parte de la psiquiatría pero no como tradicionalmente vemos cómo funciona el cerebro, es darle un enfoque de estudio como una inteligencia malsana que podríamos denominar “inteligencia acefalica”, cuya definición irá ligada a lo negativo donde siempre lo hacen muy bien pero a lo positivo jamás les dará el cerebro para pensar en algo constructivo y lógico que sea perdurable.

El virus de la “INTELIGENCIA ACEFALICA” ha sido inoculado en todas las dependencias oficiales y en los creyentes del “proceso”  he ahí la explicación de porqué llevamos más de 16 años sin sacarnos de encima a esa gentuza, cuyo único éxito real es haber destrozado un país con futuro para retrotraerlo al pasado con lo que dejan a su paso.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback




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viernes, enero 06, 2017

En Busca de un mundo perfecto (capitulo 8)

8

Cuando se fueron los ex alumnos, nos ocupamos de seguir bebiendo y conversando de la lejana Maracay, los conocidos, los amigos comunes, las playas, ríos, selvas y hasta mujeres de su tierra, fue una noche de nostalgias, plena de recuerdo, de tiempos idos, evitamos adrede el tema de la reunión , se hizo de madrugada, un apretón de manos y otra cita, esta vez en un café del centro, apuntes en mano, de día, para poder conversar debidamente sobrios sobre la crisis compartida, Ramiro no olvidó recordarme que todavía tenía preguntas pendientes ,a ver si lo terminaban de convencer para abandonar el tan incómodo yugo en el que  vivía con los hábitos. Cuando llegué al hotel, encendí la computadora, googleé al nuevo amigo, así confirmé lo que  había contado sobre su historia de vida, revisé las redes sociales para constatar que el país estaba igual que hace tres meses, le escribí a mis  hijos, ignoré los correos de las ex esposas,  por ultimo vi algo de porno, que solo sirvió para terminar recordando a Susana. La secretaria del departamento de física de la universidad donde laboraba
Una joven señora de unos treinta y tantos, de mirada inteligente, cuerpo lascivo, que después confirmé tenía cama incendiaria, ella me acompañó por el lago trecho que precede al divorcio, me mostró que entre el porno y la cama no existían más limites que los autoimpuestos, sin palabras me llevó odiar un poco más a mi esposa, esa frígida,  sosa mujer en que se transformó la otrora hada de los bosques de cuerpo cálido sumado al abrazo amoroso, con quien terminé teniendo sexo por obligación, hasta que esta secretaria se atravesó para estrenarme en eso de los amores secretos, fue en el laboratorio de física, sobre los exámenes finales, ese día por primera vez fui consciente de que no estaba viejo, era la herrumbre de un matrimonio fósil lo que me avejentaba.
La panza se fue, el cabello comenzó a salir de nuevo, la mirada brillaba y la paciencia se acortaba, los fines de semana sin Susana, se transformaron en fiestas privadas  con mis hijos mayores, la bruja de mi esposa se resintió un poco más, al final se refugiaba entre la sacristía, las viejas de la cuadra, la casa materna, los rosarios de tres, el bordado de punto y el chisme insidioso de todas las beatas envidiosas.

 Nunca más volví al lecho matrimonial más que en contadas ocasiones en que el envalentonamiento del alcohol me invitaba a estrellarme en esa cama fría bajo la mirada impertérrita de un cristo de madera que parecía vernos  con cierta envidia desde su tarima de dolor.

El divorcio era un proyecto que quería y rechazaba al mismo tiempo, la idea de separarme de mi hijo más pequeño y volver otra vez a pasar por el carrusel de tribunales, abogados para volver a quedar arruinado no me permitían tomar la decisión,  aunque de mi esposa ya lo estaba de hecho, hacía más de un año atrás cuando me mudé a la habitación de la planta baja, territorio liberado de la mano férrea de la esposa maniática del orden monacal, Susana acabó con los últimos resquicios de la resistencia de la costumbre,  inyectó una vitalidad que creía perdida, nunca más compré Sildenafil, al final, era la frialdad de la cama matrimonial lo que  daba impotencia, la sensualidad de esta otra  hizo que recordara los años mozos de sexo descontrolado.

Con esta secretaria, licenciada en educación , a la sazón becaria de posgrado ya que ganaba más en ese cargo que como maestra, volví a la vida, olvidé  todo solo para lanzarme al vacío de su cuerpo, probé cientos de cosas, incluida una amiga cercana que una tarde de domingo, en que ambos reposábamos de una sesión de sexo,  apareció en el apartamento de Susana con un par de botellas de vino más un porro de yerba fresca, fumamos, bebimos, nos reímos, filosofamos y terminamos en una madeja de cuerpos donde nadie sabía a quién tocaba o besaba, esa fue la primera vez que no fui a dormir a casa, mi esposa constató que afuera había otra, el lunes, cuando por fin volví , mi mujer me recibió como de costumbre, acosté a dormir al niño hasta que la señora me llamó a su cuarto,  dijo que sabía muy bien que existía otra, sin embargo que ni soñara con el divorcio, ella no se separaría jamás, para eso había prometido en el altar que solo los separaría la muerte, pero nunca jamás iba a ser bienvenido en el lecho conyugal, desde ese momento solo serían los esposos amorosos puertas afuera, en casa, volverían a ser extraños, buenas noches y ojalá te mueras mientras duermes para poder ser tu viuda, así evitar  el mal gusto de saberte feliz con otra,  dijo a modo de despedida.

Ese lunes en la tarde comenzó una batalla se silencios en la casa, el inicio del fin, no hubo lágrimas (no que yo presenciara cuando menos) , lamentos ni preguntas, todos sabíamos nuestras culpas y se asumían sin problemas, fue el desenlace natural para dos seres que no crecieron intelectualmente juntos, mientras  andaba tras un libro, una investigación, un curso, estudios nuevos, congresos, clases y conferencias, ella se recluyó en casa, haciendo el papel de esposa devota, limpieza, cocina, rezo, cotilleo, misa y cama desangelada, guardó su título de profesora bajo el anaquel de la ropa interior para dedicarse a olvidar sus sueños de juventud, imagino que para equilibrar eso se volvió ciudadana ejemplar, pertenecía a la cofradía de la iglesia parroquial e hizo algunos estudios de teología tan serios como la política nacional.

En fin, hubo divorció mucho antes de la separación legal, la dinámica del hogar fue asesinando la vida marital de a poco, no fue algo premeditado, ella en su simpleza pensó en que algo tan “sucio” como el intercambio de fluidos no destinado a la procreación tenía que ser pecado, así se lo hizo saber al padre Cesar, un joven con maneras sospechosamente femeninas, el cual se había transformado en confesor y confidente de las señoras, quien las aconsejaba rodeado de unos monaguillos de mirada lánguida cuyas cejas pulcramente sacadas dejaban poco espacio para la duda, en cuanto su preferencia sexual cuando menos, no es que fuese un crimen, es que a todas luces atenta en contra de eso mismo que profesan, la imagen de un monaguillo homosexual es tan correcta como la de una prostituta dando clases de ética y formación moral.

Ese cura confirmó su tesis, ella interpretó eso como una señal divina, entorpeció los preliminares del amor de sábado en la noche con excusas de menstruación, hijo dormido en la cama, dolores de cabeza y hasta la exigencia de rosario nocturno para santificar el acto, que, en los pocos casos en que la urgencia de las hormonas me obligaban  a claudicar, era un acto mecánico, sin pasión, besos, rasguños ni quejidos de placer,  como estar con una almohadón tibio, grande, pues la señora, había engordado veinte kilos por culpa de las galletas, tortas y dulces que fabricaba para colaborar con la economía del padre Cesar y sus monaguillos exóticos, todo se terminó de desbarrancar cuando, en un arranque de frustración, le grité ballena verde, beata de mierda y me fui a la habitación de abajo con los libros, la conexión a Internet, donde constaté que a veces las mujeres de vidrio y la mano derecha son más satisfactorias que la ballena encallada en que se transformó ella.

Antes que la rabia me alcanzara a través de los recuerdos, tragué una pastilla mágica que logró hacerme dormir hasta que la alarma del teléfono sonó con la falsa urgencia de todas, tenía una cita en el café, apenas eran las nueve de la mañana, la resaca hizo de las suyas otra vez,  jugo de naranja con dos pastillas para la jaqueca que pidió a la habitación,  una ducha, el abrigo y a la calle para cumplir con lo pautado.
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jueves, enero 05, 2017

Venezuela, el Mercosur y Uruguay (crónica del exilio IV)


Hace un poco más de in mes que llegué a Uruguay, como he contado en ocasiones anteriores lo hice en autobús y gracias a la ayuda de muchos con los que me he cruzado, de otra manera dudo que hubiese podido escapar de allá. ¿Las razones de mi salida? No creo que necesite mucha explicación pues todos saben lo que allá sucede y también saben que muchos de los que huimos lo hacemos por la misma razón, escapar al destino de mendigo asalariado que tenemos casi todos allá, sobre todo quienes no comulgamos con la ignorancia ramplona que exhibe la supuesta izquierda venezolana.

Estando acá me he dado cuenta con absoluta sorpresa de que mucha gente piensa otra cosa, todos desconfían de los medios de comunicación y creen que se exagera, sobre todo porque no pueden pensar que sea cierto que para comprar un rollo de papel higiénico toque hacer cola, que no existan medicinas , que ganes en un mes lo que cualquier obrero gana acá en una mañana de trabajo así seas profesional y que la violencia sea tan estratosférica como ya sabemos que es, eso sin incluir las trapacerías del gobierno ni la peligrosidad de los cuerpos de (in)seguridad del estado que si no te extorsionan te ponen preso hasta por tuitear tu disgusto.

El emigrante que no sale con dinero de su tierra se enfrenta a varios terrores, el primero por supuesto es estar absolutamente solo, sin familia y con muy pocos amigos, cambiando de costumbres y hasta enfrentándote al reto de encontrar empleo a pesar de la edad (sobre todo los mayores de cuarenta). Como las cosas están en movimiento, cuando salí de mi país aquel 22 de noviembre del año pasado pensaba adherirme al estatus migratorio que ofrecía la visa Mercosur, con sorpresa me enteré que ya no somos parte de aquel convenio, ¿Qué hacer? La verdad ni idea aún sigo investigando como darle la vuelta al asunto, seria una cosa muy fea andar tanto para terminar de paria desandando el camino pidiendo cola para poder volver a Venezuela donde ni casa tengo ya.

Esa gentuza del gobierno es la peor plaga que nos ha caído, en vez de mantener un convenio tan razonablemente provechoso para todas las partes se pone imbécil y nos expulsan, lo más grave son las consecuencias que para nuestro país traerá esa decisión tan terrorífica como lo es el aislamiento internacional en estos tiempos donde la globalización es la norma, donde gracias al internet la interconexión es un asunto cotidiano y las libertades individuales o colectivas un deseo de todos los ciudadanos independientemente de cómo sea su ideario político, la salida del tratado Mercosur al parecer también afecta los convenios internacionales entre las universidades Venezolanas y las distintas dependencias de los países miembros, dejando por fuera también a mucho profesional calificado sin posibilidad inmediata de ejercer su profesión de manera regular.

Algunos países ya han levantado su voz creando leyes especiales para que los venezolanos que huyen de la tragedia de su país puedan estar legalmente en sus territorios, tengo la esperanza de que en algún momento Uruguay hará lo propio pero mientras tanto seguramente habrán otros compatriotas en el mismo trance de haber venido buscando una solución pero se encontraron con un problema mayor pues al no estar legal no podrán acceder a ningún empleo bien pagado ni mucho menos a obtener aquel futuro que salió a buscar dejando todo atrás.

Espero que la respuesta llegue pronto, mientras tanto seguiré buscando las posibilidades tanto de empleo como de futuro, tengo la esperanza de que alguien me cuente como es el asunto pues al parecer nadie sabe muy bien como es el asunto, una cosa dicen en migración en la frontera, otra lees en los portales digitales y de seguro alguna otra me dirán cuando pueda ir al ministerio de relaciones exteriores a buscar información para regularizar mi estatus migratorio. Por ahí dicen que dios aprieta pero no ahorca, aunque ya la asfixia molesta un poco.
José Ramón Briceño, 2017
@jbdiwancomeback



lunes, enero 02, 2017

Un Mundo perfecto (Capitulo 7)

Tenía tiempo sin publicar nada de mi #Novela, hoy les traigo el capitulo 7, solo con fines de entretenimiento, si les gusta pueden comprarla Haciendo click en este enlace 
7
Rosa y Fernando, eran doctores en psiquiatría, estaban terminando su tesis, que casualmente versaba alrededor de las taras mentales derivadas del fanatismo religioso, habían conseguido una beca de seis meses en el Vaticano, en la universidad Pontificia para investigar algunos de los más importantes antecedentes de su investigación, su encuentro con el profesor les torció el pensamiento, el aparentemente loco que les habían pintado vía electrónica, era aún más lúcido de lo que recordaban, se dieron las manos, abrazos, beso en la mejilla y la promesa vacía de otro encuentro, bajo las fórmulas de cortesía ya estaba inoculado el virus de la duda.
La pareja salió a su hotel en silencio, hasta que llegaron, se ducharon, encendieron la televisión, ahí cayeron en cuenta de que no habían cruzado palabra desde el restaurante, ambos pensaban algo que ninguno quería admitir.
 Rosa apagó el televisor donde repetían una novela venezolana de los 80´s que ellos seguían por la curiosidad de oírla en otro idioma,  encaró a Fernando, él no la oyó, pero igual ya sabía por dónde venía, lo único que le quedó fue asentir, ambos aceptaron que eran, como producto cultural un poco menos que tontos útiles al aceptar como normal la veneración de una mentira, el golpe fue mortal para ella.
Rosa creció en un hogar normal, su madre la llevaba a misa cada domingo, su crecimiento estuvo signado por los rituales de la fe, bautizo, comunión, confesión, confirmación y más recientemente matrimonio de velo, corona, altar, fiesta y gasto descomunal, pero por ser “una vez en la vida” presionó a Fernando para lograr su cometido, ambos reunieron durante los últimos tres años a fin de tener su boda soñada, él, enamorado aceptó de mala gana, la religión y sus entresijos es asunto de mujeres (decía), a pesar de jamás haber ido a misa más que por obligación, de novios asistía no sin resignación, para la familia política era importante que compartiese sus ritos.
Ella pasó sus años juveniles e infantiles entre rezos y avemarías, estudió en un connotado colegio religioso, a los diez años ya se sabía la biblia casi de memoria, su madre le había comprado la vida de los santos en edición de bolsillo, lo que le permitió ciertas libertades teologales con las monjas, quienes la tenían como joven aventajada y con quien se empeñaron en intentar hacerla tomar los hábitos, pues mostraba signos de  pensamiento pio desde muy temprana edad, su madre estaba alegre, sin embargo la intercesión paterna hizo que la señora no presionase mucho a la niña.
 Era hija única y el padre quería nietos, así que guardaba la esperanza de que las hormonas hicieren su trabajo para evitar que terminase en monja, el mismo le regalaba libros científicos, la suscribió a revistas de ese corte, la niña tenía una biblioteca bastante nutrida, ecléctica, por eso, a los catorce años los santos compartían espacio con Vargas Llosa, García Márquez,  Barthes, Faulkner, Kafka, Homero, Platón, Seneca ,el inefable Coelho, muchos otros premios Nobel y algunos no tanto, su cometido era simple, hacer que la niña abriese los ojos más allá de la iglesia, lo logró, una vez graduada eligió estudiar medicina ya que quería ser psiquiatra, imaginamos que para poder desarticular sus incógnitas personales.
Siempre había dudado de todo, desde sus años ya lejanos de las primeras prácticas en el hospital, mientras estudiaba medicina, la sangre en la emergencia del hospital capitalino, las locuras de la violencia que ella constataba cada fin de semana, cada madrugada, los jóvenes y muchachas que ingresaban a diario con heridas absurdas, toda la miseria de los hospitales públicos de su país la hizo comenzar a preguntarse en profundidad si los rezos de verdad servían de algo, la locura humana no tenía limites, ella lo sabía, había visto la cara que todos obvian, esa que solo los miserables de su tierra conocían, que de tan común terminó siendo normal, a diario rezaba para que el calendario se apurase y no volver a pasar jamás por la puerta de otro hospital ni curar heridas, la sangre le asqueaba, ahí, en esa época ya visitaba un psicólogo cada quince días, para poder vencer una depresión mórbida que la tenía en un estado catastrófico, hasta que por fin terminó su carrera. Se apresuró a inscribirse en un posgrado de psiquiatría, prefería locos sedados a criminales drogados para sentirse gente.
Fue un tiempo caótico, de novios fugaces, apretones en el pasillo del hospital, de hoteles de paso, nunca los llevó a su casa, sabía que la madre no aprobaría a ninguno de esos con quienes se relacionaba, sin embargo hubo uno, era profesor de literatura, ya ni se acordaba de su nombre, pero la costumbre de aquel señor, esa de pensar y dudar hasta del aire que respira, le regaló “El Evangelio Según Jesucristo” del hereje genial, Saramago, ese fue su primer tropiezo de fe, después el mismo hombre le puso al alcance algunos libros sobre Buda, la obligo a pensar en otras posibilidades, nunca más fue a misa, su madre estaba triste por el cambio de su hija, el padre, en cambio se sonreía secretamente complacido ante ese acto tardío de rebeldía, se henchía de orgullo por sus argumentos equilibrados y certeros, pero en una cena le recomendó a la joven médico que no siguiese atormentando a su vieja, mejor dejar sus creencias intactas, al final era la calma de la vieja lo importante, sin embargo Rosa se convenció de su razonamiento pues descubrió que su amado padre estaba de acuerdo, pero su amor a la mujer que lo acompañó desde los malos tiempos, más de treinta años, merecía que se guardara su opinión solo por hacerla feliz, fue el día que despertó a la duda.
Conoció a Fernando un lunes soleado de enero, primera clase de psiquiatría, la expectativa era inmensa, iban a comenzar su nueva etapa académica con una conferencia dictada por el cofundador de la facultad, un psiquiatra poeta, escritor de varios bestseller que se ocupaban de desmitificar al venezolano, por años puso voz, sentimientos y humanidad al panteón de estatuas heroicas, fue el hereje más famoso e inteligente de su época.
Rosa llegaba tarde y no le quedó más que sentarse al lado de Fernando, él era un tipo estrafalario, flaco, de luenga barba, cabellos largos y estampa de menestral, cuya presencia en el sitio se debía a su participación como coescritor del último libro del ponente del día, su faz lo delataba como uno más de los soñadores pero  la actitud de quienes se sienten seguros descolocaba a quien le pusiese atención, fue un impacto telúrico el encuentro de las miradas, lo demás fluyó natural, salidas, almuerzos, primer beso, noches de conversa y cama, sudores agitados en los hoteles de paso, cena formal con los padres de ambos, noviazgo “legal”, amor publicado en letra capital con neón fosforescente, boda, planes y sueños de futuro, todo en los últimos tres años, aun no tenían hijos, pero ya los planificaron, al terminar su estadía en Europa, tendrían su prole como desenlace normal para alegría de amigos, familiares y padres que ya reclamaban como asunto de importancia unos nietos que todavía no llegaban, la madre de ella vivía indignada pues evitar los hijos lo consideraba pecado venial, los suegros pues solo pensaban en niños ajenos para malcriar. Como todos los abuelos del mundo.
Esa noche no hubo sexo, tampoco peleas, se implantó un silencio sepulcral en el lecho marital, ambos estaban todavía bajo la sorpresa de la duda inoculada, la vergüenza de saber pero omitir eso que les dijo su ex profesor, se refugiaron esa noche en sus apuntes de investigación, sin embargo lo único que ambos pudieron escribir en sus respectivos cuadernos fue duda, búsqueda, fracaso, replantear la investigación, mañana discutirían, hoy dormirían para buscar en sueños la respuesta que les niega la vigilia.
José Briceño, 2015
@jbdiwancomeback

















sábado, diciembre 31, 2016

Mañana de noche vieja, 2016

Soñar tiene sus bondades y sus maldades, sobre todo cuando ese sueño es causante de algunos males en pos de un supuesto bien mayor, el atropello en nombre de lo que sea, sobre todo cuando ese “lo que sea” causa peores cosas que las que pretende curar ha sido la plaga más grande de la humanidad desde que esta descubrió que con la retórica todo se justifica y los pobres de espíritu siempre son mayoría con lo que la dupla política/necesidad logra hacer que millones crean mentiras que la historia no se cansa de repetir su fallido sino.

Sin embargo y a pesar de los sueños malvados también existen otros amables, esos que logran que uno se esfuerce, piense, trabaje y hasta se arriesgue cuando no encuentra otra opción que saltar al vacío para buscar las metas perdidas, en ese sentido hay muchos venezolanos por el mundo buscando esos sueños que su país les niega, hay otros que no se van precisamente para lograr que eso se les cumpla, los menos son aquellos que se rinden ante el desencanto y sucumben a la tristeza dejando que la vida los lleve a tumbos hasta el sepulcro, de estos últimos están llenas las barriadas de mi país. Esta gente sin sueños más allá de comer mañana, de sobrevivir al atraco en cualquier parte, de estar atentos a los ruidos de las balas para esconderse bajo la cama apenas suene muy cerca, evitar la policía no vaya a ser que alguno se enamore de alguna pertenencia y termine en una comisaria robado y sin posibilidad de denunciar a nadie pues a las autoridades les vale madres que un don nadie les reclame, perdón ellos no conocen el significado de la vocación de servicio ni el de ciudadano con derechos, el derecho comienza y termina con un nombramiento oficial, un compadrazgo , una amistad influyente o un carnet partidista de resto todos son ceros a la izquierda en la ecuación del poder  por tanto no existes más que para ser parte del sustento de las autoridades, también aplican los esbirros de la bolsa de comida o los otros que a lomo de moto defienden sus feudos libres de policías a cambio de vender su ínfima alma al demonio de la revolución.

Hay sueños sin embargo que se cumplen, en algunos casos comienzan como pesadillas plenas de nostalgias, tristezas y angustias que por lo general desembocan en alegrías amortiguadas por la distancia de gente con la que se quisiera festejar y alegría sin compañía se disuelve en el éter de las memorias. Desde que salí de Venezuela no hago más que pensar en ella, en mi hija, en mi viejo quien por cierto es un soñador compulsivo cuya pelea diaria va en función de no dejarse ganar por el desaliento, en mis amigos que quedan allá, en mi cielo azul, mis montañas , mis playas y hasta mis calles que por feas no debería recordar pero uno siempre añora el hogar por más amargo que este pueda parecer, me fui en pos de un sueño, a falta de balsa pude irme en autobús.

Hoy me he levantado de madrugada viendo un cielo gris que anuncia un día no muy bonito que digamos, quizás eso juega para que me ponga nostálgico queriendo sentir un abrazo que se no voy a poder tener hasta dentro de algún tiempo. En busca de volver a tener ese abrazo no me permito dejar de soñar, también quiero que nadie deje de hacerlo, me gustaría mucho que en este año que comienza mis compatriotas dejaran de solo desear para trabajar activamente por sus metas, no se dejen ganar por el desconsuelo, el hambre o el miedo, si la política no los ayuda háganlo ustedes mismos miren que el poder e sustenta en cuatro pelagatos armados pero que con maña se puede revertir. Quienes como yo están en el extranjero prepararse, aprendan, hagan contactos, contribuyan a la causa, déjense de olvidos que su país los necesita y que al caer aquel horror igual tenemos que volver para empujar lo que queda y convertirnos en lo que pudimos ser y no fuimos por la culpa de quienes utilizaron los sueños de autoengaño para apropiarse de vidas, bienes, hogares y sueños.

Espero que este año, luego de las doce a pesar de la escuálida cena que tendrán (los que tengan que comer y beber) la rabia se transforme en el eco generador de nuevas ideas, de inspiradas acciones y que toda esa energía se centre en lograr sus sueños para que se cumplan más allá de sus expectativas.
Hoy estoy soñando con que todos cumplan sus sueños, quiero que sepan que si se puede y si se pone manos a la obra el universo nos recompensará con sorpresas que escapan a nuestra comprensión, que desde el mismo instante en que lo piensen su mesa se llene de comida, que los que se fueron vuelvan, la mesa no tenga puestos vacíos, las revoluciones sean solo un mal recuerdo, los niños tengan futuros brillantes, la pobreza solo sea para quienes no se preocupan en evitarla , el hambre una excepción y no esa espantosa regla que toca a todos aquellos que no ganan cientos de dólares (por no decir millones y esos sabemos quiénes son) , que la tristeza abandone el país para volver a ser alegres y despreocupados, total, que el año nuevo inunde los hogares de mi país junto a los de cientos de miles de compatriotas que andan rodando por el mundo persiguiendo el sueño de libertad y progreso que la evolución les ha negado por simple necedad de ser la peor bazofia humana que ha tenido poder desde hace más de un siglo, que esa bazofia desaparezca de la faz de la tierra, que los pseudointelectuales tengan vergüenza de seguir defendiendo lo indefendible y que el próximo año mis letras sean más amables por tener la meta cumplida de que mis sueños también se cumplan más allá de las más desatadas y delirantes expectativas .
José Ramón Briceño, 2016

@jbdiwancomeback







jueves, diciembre 29, 2016

Cerca del año nuevo

Gabriel García Márquez decía que las diferencias entre la vida y la literatura solo era cuestión de formas más no de fondo, la primera vez que leí tal frase me quedé de piedra pues hasta ese  momento pensaba que la literatura pertenecía exclusivamente al mundo de la imaginación donde cualquier cosa podía pasar, en ningún caso a la “vida real” donde todo está gobernado por las inmutables leyes del tiempo y el espacio, en este día no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero ante tal afirmación ya que la vida misma me ha demostrado la veracidad de que cualquier cosa puede pasar y sin importar cuan increíble suene ya alguna persona ha escrito algo al respecto.

Esta mañana a escasos dos días de terminar el año  es la primera vez en que estoy realmente solo, mi familia está a miles de kilómetros de distancia, también por primera vez en doce años estaré lejos de mi hija quien sigue atrapada en el infierno tropical venezolano, de más está decir que he amanecido desolado con esta situación, estar  sin familia es un asunto bastante amargo cuando uno se pone viejo y en teoría debería ya tener la vida resuelta a los 45 años. Hui de mi país hace apenas un mes, me fui en autobús, me robaron en la frontera mientras dormía, tocó dormir en aeropuertos y estaciones de autobús, he conocido el miedo y jamás estuve tan preocupado por mi futuro como en estos días, todo esto sin contar la angustia que me tiene al borde de un colapso nervioso por mi gente querida  que está atrapada allá.

Al principio de este texto hablaba de la semejanza entre la vida y la literatura, hoy me he levantado pensando en “La divina comedia” de Dante Alighieri, aquella que relata en versos como Dante de la mano del poeta Virgilio atraviesa el infierno para ir al cielo a salvar a Beatriz, su amada, de la muerte y llevarla a la tierra ara terminar de vivir su vida juntos, la razón de pensar tanto en aquella obra está en que al leer las noticias sobre mi país siento que he escapado del infierno, no estoy en el cielo aun pero tengo confianza en que encontraré un empleo decente que no solo me permitirá vivir con cierto decoro, también podré rescatar a los míos de aquel horror tropical.  

Aunque a diferencia del poeta no voy a salvar ningún amor carnal puedo apostar bolívares a dólares que tengo más amor concentrado en las personas que dejé atrás que Dante por la sosa de Beatriz ya que el amor por hijos y familia sobrepasa por mucho el que se pueda tener por alguna mujer, ellas como los años pasan pero la familia queda ya que el vínculo (la mayoría de las veces) es más fuerte que la muerte.

Todos los venezolanos emigrados sabemos lo que allá sucede, los que salimos de ultimo conocemos desde dentro como es el infierno. Particularmente yo conocí el hambre y la desesperanza en este último año cuando mi sueldo era tan miserable que muchas semanas las pasé comiendo una sola vez al día y a veces ni eso, donde aprendí que la comida más humilde, esa a la que en otros tiempos  hacía ascos sabe a veces como el manjar más exquisito luego de muchas horas sin nada en el estómago, el placer de una salida al cine con mi hija era un asunto máximo ya que solo podía hacerse cuando por casualidad hacia un trabajo a destajo que me permitía algunos días de calma económica, hasta mi gato conoció la miseria ya que de estar acostumbrado a su alimento granulado terminó comiendo sardina cocida con arroz partido que son las cosas más baratas que se pueden comprar, al principio le costó pero el hambre pudo más que su escrúpulo.

Mi hija ha tenido mucha suerte, a pesar de la pobreza indignante de su padre, ella tiene una madre que más allá de nuestras diferencias es una buena mujer, por fortuna la niña no ha pasado  hambre pues la señora ha acomodado su economía teniendo como prioridad la alimentación de ellas, como podrán imaginar entre otras culpas que arrastraba era la imposibilidad de cumplir con mis obligaciones como padre, cosa que me tomo muy en serio ya que tengo la teoría de que si uno trae hijos al mundo es para hacerse responsable de todo lo concerniente a ese niño, no puedo entender a esos amigos que se separan de mujer e hijos, aunque en algunos casos la cosa es culpa de las mujeres por su manía de fastidiar la vida de los exmaridos, creo que uno debe ser más fuerte que eso ya que en el futuro la única persona a la que le preocuparas será a tus hijos , los demás no pasaran de un lamento y una palmada en la espalda, los hijos harán mucho más pero eso solo será en el caso de los padres que hacen de la paternidad un lugar feliz, no de aquellos que lo vuelven un páramo de soledad.
En fin, al igual que Dante atravesé el infierno, podría escribir un libro narrando las peripecias de náufrago pero sería como solazarse en el dolor de un despecho, un ejercicio inútil de tristeza. Este año nuevo quisiera creer que aún hay esperanza para mi país, que comenzaré a reunir para volver a mi calor, mi mar, mis montañas, mi hija, mi viejo, mi gato, mis amigos entrañables, mis amigas extrañadas, mi ron, mis conversas a la luz de los tercios  y cuando toque el último viaje pedir a mi hija que bote las cenizas en algún rio de la montaña que me vio nacer y que hoy extraño con fuerza.

Dante llegó hasta el cielo yo apenas he salido del infierno y estoy sentado frente a la puerta esperando la oportunidad de sacar a mi gente querida y si se puede también ayudar a otros para que se vayan de allá.

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José Ramón Briceño 2016

@jbdiwancomeback

He escrito una novela de aventuras bastante entretenida que puedes comprar acá 

martes, diciembre 27, 2016

Desde afuera

Tengo unas semanas en el exilio, como todo inicio es complicado este no podía ser menos ya que entre la indefensión normal de quien se va casi que con lo puesto, los trámites burocráticos, estar lejos de todos mis seres queridos y la incertidumbre natural de empezar poco menos que desde cero luego de los cuarentas hace que mi crónica depresión me juegue malos ratos pero toca afrontarla para sobrevivir. Como tengo rato haciendo vida en las redes he conocido mucha gente en el camino y entre ellos a un periodista uruguayo quien me invitó a su programa radial a fin de informar a sus radioescuchas de la historia de un venezolano cualquiera que un día decidió que tenía que irse antes de morir de mengua o algo peor.

Entre las preguntas que hizo hubo una en especial que me llamó a la reflexión, ese amigo preguntó si yo era un exiliado político, si había persecución en mi contra (lee este blog con cierta asiduidad y conoce mi posición política) la respuesta en principio fue hablar de exilio económico ya que entre otras cosas me fui por no ver como solventar los apuros económicos normales de mi familia ni los propios gracias a una política económica que no permite que el sueldo docente alcance para comer ni mucho menos otras cosas casi de igual importancia. Luego de terminada la entrevista me he quedado pensando en el tema y he llegado a la conclusión de que efectivamente soy un exiliado político pues la situación política y económica fue la que me empujó a ese largo periplo en autobús desde Maracay hasta Uruguay.

Aún estoy acostumbrándome a esta nueva situación, muchos me aconsejan dejar a Venezuela en el olvido y encarar este nuevo destino pero es difícil olvidar 45 años de vida, mi hija, mi padre, mi familia y hasta mi gato que se quedaron allá en aquel infierno tropical donde la desesperanza va junto al café de las mañanas, donde todos andan buscando como comer o como encontrar la salida del laberinto de las miserias revolucionarias. La verdad no he podido desligarme de la angustia que me provoca leer las noticias, hablar con los amigos que quedaron allá, saber que mi hija está en peligro aun mientras duerme en su cama, con pánico de que mi viejo se deje ganar por la melancolía del pobre y no vuelva a levantarse por las mañanas o que alguno se enferme en un país sin medicinas.
Ciertamente nunca caí preso por mis ideas pero estas sin me trajeron problemas, por ejemplo, jamás fui beneficiado con la bolsa de comida pues he sabido que me sacaban de los listados que organizaban en mi sitio de trabajo, tampoco tuve nunca  el beneficio del cargo fijo que acumula prestaciones, jubilación ni otro beneficio gracias precisamente a mis ideas políticas tan en contra de ese estado que nos estaba matando de a poco, a pesar de las leyes que otorgan los cargos vacantes a los que ejercen interinato si no hay otro candidato y este interino cubría todos los requerimientos del cargo, estuve tres años así.

Lo peor de toda la situación venezolana es ese ánimo de fracaso que nos une a todos los profesionales, sobre todo entre los que ejercimos desde nuestras aulas ya que cuando el sueldo no te da para comer, te quitan todos los beneficios, no te permiten hacer tu trabajo a cabalidad ya que las estadísticas van primero que la educación se hace complicado mantener el autoestima , la suma de todos esos factores hace que te plantees la certeza de que eres un fracasado que no puede tener las cosas que aspiras, así estas sean tan simples como un seguro de vida para estar tranquilo, una casa a la cual llamar hogar, comprar libros, comer con la certeza de que mañana habrá más comida y planificar cuando menos una vacación al año, si comer es difícil mucho más lo es pensar en vacacionar .

Esa sensación de fracaso que flota en el ambiente nacional (pienso) hace que todas las iniciativas se mueran en el inicio, cuando todos temen los malos ganan y en Venezuela el miedo es grande, la maldad sobra y ellos a su vez están enquistados en todos los niveles de la vida nacional, protegiendo incluso con sus vidas el poder que les ha sido conferido para hacer el mal con una sonrisa a flor de labios, teniendo como resultado que la fatalidad sea algo cotidiano y lo contrario una excepción.

Todos los que viven fuera de las fronteras patrias somos exiliados políticos, todos huimos como bien pudimos, muchos más siguen en la cola del exilio mientras el país sigue ardiendo por los cuatro costados entre hambre y desesperanza sin que exista solución inmediata o cuando menos aparezca algún grupo de presión que responda al gobierno con el único lenguaje que respetan, el de la violencia.  Nadie se espante, creo que el régimen ha dado muchas muestras de no importarles mucho las formas legales, para ellos la ley no existe, quien no tiene escrupulos para dejar que miles mueran por mantener sus feudos tampoco merecen el beneficio de la piedad pues es mucho más ofensivo quien planifica las muertes como un abusivo ejercicio de pánico cerval por los pecados cometidos en el cargo de poder que quien se defiende de ellos cobrando con la misma moneda.

Se hace necesario que las fuerzas opositoras se dejen de escrúpulos, hablen con los viejos de izquierda que ellos sabe cómo organizar una resistencia armada, los que están en el exilio y tienen posibilidades comiencen a conspirar para encontrar fondos o patrocinante que igual deben aparecer cuando por fin saquen a los barbaros de rojo que no van a dejar títere con cabeza en su empeño destructor.

Por lo pronto y para no decir que solo hablo me han ofrecido un emprendimiento digital desde donde hacer ruido evitando el mal gusto de otras páginas que se revuelcan en el lodazal del amarillismo, ahí tengo una plataforma para dejar en claro que hay gente valiosa en todo el mundo, dispuesta a darle una mano al país. Si soy un exiliado político es necesario comportarse como tal, todos lo somos y estamos en deuda con aquel país que fuimos y ya no tenemos, toca hacer frente como bien podamos.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback

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martes, diciembre 20, 2016

Apocalipsis, ahora

El mundo está loco, fíjense, Corea del Sur y Cuba forman parte del comité de derechos humanos de la ONU, USA ahora es un aliado estratégico de Irán por aquello de la guerra contra el Isis, por primera vez desde el final de la segunda guerra mundial hay conflicto en los países petroleros del medio oriente y aun así el petróleo va a la baja, los Chinos no han podido repetir la carnicería de Tianamen con estos estudiante de Hong Kong, el Ebola está en los Estados Unidos y ya reclamó la primera víctima, por cierto, los Norteamericanos que se ha erigido en luchadores acérrimos en contra de las drogas ahora legalizan (una por lo menos) en varios estados, Venezuela de país rico y megaproductor de petróleo se ha vuelto en un país más pobre que Haití y así la lista sigue solo para ponerse más rara la cosa.

Llevo varios días dándole vueltas a un pensamiento recurrente. Resulta que a mí me crio mi abuela paterna, una señora muy venezolana es decir, plena de contradicciones. En una época esa católica practicante visitaba los cultos evangélicos, leía sobre metafísica (antes de enterarse que Conni Mendez se había suicidado) creía en fantasmas, iba a misa de vez en cuando y además alguna vez visitó algunos videntes o leedores de tabaco, solo para que al final de su vida decidiera que Dios hablaría con ella desde cualquier parte y jamás volvió a misa ni por obligación, en fin tuve una formación religiosa bastante amplia.

Me ha dado por pensar que estamos viviendo en el infierno y no nos hemos dado cuenta, resulta que jamás la humanidad ha tenido tantos humanos al mismo tiempo viviendo y muriendo acá, si nos ponemos religiosos resulta que ponerse a pensar de donde ha salido tanta alma para ocupar los ocho mil millones de humanos que viven en la tierra, quizás son las almas de todos los muertos de los últimos veinte mil años que los han mandado de vuelta para su última evaluación antes de decidir si ascienden de plano o se quedan clavados en este otro infierno  por toda la eternidad de una vida miserable a otra igual o peor.

Es la única explicación lógica para que el mundo esté tan loco, la maldad ahora es un asunto cotidiano, tanto así que uno tiene miedo hasta del ser amable que te presta ayuda pues no sabes con que cosa te va a salir después, las noticias narran crímenes atroces, si no  me creen revisen las redes para que vean las caras de felicidad de algunos cuando posan con las cabezas que acaban de cortar, busquen información de cómo la están pasando en el África negra donde entre las enfermedades y los dirigentes enfermos la cosa supera la imaginación más calenturienta de cualquier guionista de películas (jollibudense) clase B, mientras esto escribo seguramente en el mundo están muriendo miles de personas por las causas más absurdas, en mi país seguramente están asaltando a varias personas que se dirigen hacia sus empleos, decenas de familias están llorando algún familiar recién muerto a bala, puñal o de enfermedad (que en otras partes sería controlable pero que acá no hay con que curarlos), seguro unos imbéciles están contaminando el mar o el rio con desechos tóxicos y más de un funcionario está dichoso pues ya le depositaron su parte en la cuenta panameña, algún cura parroquial está esperando el desayuno que le hará su novio menor de edad, el pastor evangélico está planificando su mes de vacaciones en algún burdel del caribe con los diezmos de su congregación que por cierto cree esa historia de que se va al desierto del Sinaí a meditar sobre el mundo y sus avatares, unos padres están planificando la ablación de sus hijas, en China e India seguramente están muriendo ahogadas cientos de niñas solo por tener el descaro de no haber nacido niños, así un largo etcétera de cosas malvadas que pasan sin que al parecer a nadie se le ocurra intervenir y ni tan siquiera a Dios le dé por manifestarse (si es que existe claro).

En vista de lo anteriormente expresado creo pertinente esa explicación, la verdad creo que estamos muertos y nadie nos lo ha dicho, estamos en esta extraña tierra haciendo una suerte de examen antes de volver a “morir” para que unos jueces celestes muy a lo “American Idol” decidan qué hacer con nuestras almas, de paso le han dado licencia a algunos demonios para divertirse a nuestra costa, por eso en algunos casos las locuras se salen de madres, lo peor es que después de ver tanta película sobre el fin del mundo nadie más se ha dado cuenta que se está acabando de a poquito. Vivimos en el apocalipsis.
José Ramón Briceño 2014

@jbdiwancomeback


sábado, diciembre 17, 2016

Crónicas desde la resistencia

Esto lo escribí hace rato y lo publiqué en otro blog, sin embargo ante tanto locura en Venezuela toca un respiro y buscar algo de entretenimiento para no morir de un infarto.

Esta mañana el mundo amaneció diferente, no sé qué es, se siente algo raro en el  aire, está como enrarecido, el autobusero me sonrió, los vendedores ambulantes que antaño se montaban en los autobuses ahora ponen una cestica en la parada del centro y se paran junto a un cuartel, no hay evangélicos a las puertas del centro comercial con su aura de bonhomía y sus panfletos de tigres besándose con corderitos, claro, de watch tower. Algo pasa, estoy camino a mi nuevo empleo, de repente se oscurece el cielo y desde un relámpago fulgurante se oye una voz que dice, mi hijo ya está entre ustedes, mosca con una vaina que los quemo a toditos, nada de crucifixiones, si nada le pasa algunos conocerán la gracia divina, del susto me desmayé.


Desperté en el hospital, en una habitación limpia, con aire acondicionado, televisión por cable y hasta teléfono a un lado de la cama, mientras volteo a buscar de donde sale ese espantoso timbre, lo descubrí, era de parte de mi hija que llamó preocupada pues un muy amable señor le comunicó que venía de parte del hospital a notificar que yo estaba en observación, solo tenía un shock producto del impacto cataclismo de la llegada del nuevo mesías, sin embargo me tenían en observación solo por precaución. Lloramos ambos de alegría y todo estuvo bien hasta que mi bebé me recomendó muy seriamente rezar 15 avemarias y seis padresnuesntros para hacerme perdonar la última mentada de madre que pronuncié en voz alta antes de desmayarme, además claro recomendarme que era de muy mal gusto bucear señoritas que podrían ser mis hijas, que dejara de pensar cómo hacerle propuestas indecentes a las enfermeras, un mal vicio este de andar imaginándome cualquier cosa.

A todas muy sorprendido le pregunto, ¿Cómo sabes tú esa vaina?, ella me responde no sin antes regañarme por usar la palabrota, que en este nuevo orden cualquier pensamiento impuro, soez, mal intencionado y lujurioso, era retransmitido telepáticamente a todos los seres queridos del sexo femenino y en el caso de las mujeres era al revés, la verdad yo no sentía nada de eso, seguro fue que la cosa mágica del asalto celestial en la invasión me pasó por encima cuando estaba desmayado y me salvé.

Mientras descansaba y tomaba mi celular para llamar a  mi novia, pero no existía servicio, pregunté a una enfermera y me comentó que ahora todos era marca Celestialringtones, ya no habían otras operadoras y además mi modelo era digital de vaina, lo que lo hacía un poco más arcaico e inservible.

Salí a dar un paseo por el pasillo del hospital mientras esperaba que una enfermera me trajese mi ropa de la lavandería, miro por la ventana y veo mis montañas, la avenida, el parque y hasta el estacionamiento, sin buhoneros ni gente vendiendo empanadas fritas en aceite de camión, era el norte de mi ciudad, mis montañas queridas y según esa mirada estaba en el hospital central de Maracay, caramba, algo pasó y no me di cuenta, en la habitación de al lado estaba una hermosa señorita quien al parecer le ponían sus primeras prótesis cosméticas y había una suerte de tribu de muchachas de unos 21 diría yo, como salidas de un calendario Playboy, en ese momento, mientras comienzan a salir imágenes poco pudorosas de lo que se podría hacer, siento un golpe eléctrico en la nuca y se me apaga la luz de nuevo.

Despierto algo adolorido y una amable abuelita me da una pastilla y un jugo, estoy en un sitio con barrotes, sonaba en el ambiente la tercera estación de Vivaldi, a volumen muy suave, relajante pues, tocan la puerta de lo que ya me doy cuenta es una celda, pasa un centurión, de faldita y demás, en vez de lanza portaba una garrocha eléctrica y en la otra mano una Tablet que consultaba constantemente, se presenta y dice ser del cuerpo de la compañía de Jesús, la guardia de honor del mesías quien requería de mi presencia de inmediato.

Allí me montan en una cava policial, tenía aire acondicionado, asientos de gobelino francés y más Vivaldi aunque me comentaban que preferían a Mozart, salimos del hospital hasta el nuevo palacio presidencial, ese estaba en la cima del Henry Pittier, en plena selva húmeda, podría jurar que era la estación biológica pero limpia y con muchos animalitos en todos lados, al parecer había una fiesta y en el jardín entre faisanes, pavos reales, ardillas, un oso palmero, unas cuantas serpientes, venados y un par de tigres a cada lado de los músicos que tocaban unas piezas de Bizet excelentemente orquestada, eran un octeto de cuerdas y vientos. Había mucha gente de Smoking, mujeres hermosísimas y otras no tanto pero de igual manera acordes con el paisaje, en ese momento el centurión ese de la faldita blanca me dio un lepe, por pensar de manera lujuriosa de una dama de vestido azul, piernas de infarto y un escote trasero que se le perdía en la espalda con pecas y todo, bella pues.

Seguimos caminando y nos recibió otro pero de librea y peluca, que me conminó a acompañarlo por unos pasillos que parecían sacados de una pesadilla de Liberace cuando durmió con Truman Capote, todo impoluto y de un lujo difícil de esperar, buena, al fin me dejaron frente a una puerta y desde adentro una voz me invitó a entrar.

Era una oficina gigantesca, con techo de vidrio y una verdadera selva tropical adentro pero con clima de montaña, en un escritorio de oro con incrustaciones de algo que parecían ser diamantes engastados en monturas de platino, estaba sentado un señor joven. Diría yo de unos 35 años, rubio, en forma, vestía un traje blanco sin corbata y calzaba unas sandalias que aparentaban ser rusticas, pero muy disimuladamente se podía leer Nike Air. Se presentó como Jesús de Nazareth, presidente vitalicio y eterno de Venezuela, al ver el sarcasmo dibujado en mi mirada, me reprendió y me aseguró que él era el Mesías, sin embargo yo era el único en este país que por algún misterio divino no me encontraba bajo el encantamiento del dios padre para arreglar un poco la cosa por acá.

Me hizo sentar en un pupitre, muy cómodo, pero pupitre al fin y me dijo que mi penitencia era escuchar su historia pues sabía que apenas llegase a mi casa la escribiría, que era un vicio muy arraigado en mí, gracias a esa dispensa podría fumar, tomar café y todos los caprichos que me provocase, total, solo no hay chance de cometer fechorías y si por telepatía mi novia e hija se enteran ahí la cosa se complica.

 La planificación de la invasión comenzó un mes atrás, cuando en el despacho de relaciones públicas del cielo, seccional Suramérica, capitulo Venezuela, había un desastre de relaciones públicas, los evangélicos de pare de sufrir se fueron del país porque el diezmo de sus acólitos no alcanzaba para las prostitutas del señor obispo., la cosa pintaba mal, pero peor les dejaba eso del “tiempo de dios es perfecto” frase que todos repudiaban y con él a la santísima   benevolencia celestial, eso no podía ser, acto seguido y por órdenes superiores se organizó una reunión de santos locales con el alto gobierno del éter, analizaron las ultimas cuatrocientas noventa y tres millones de suplicas de los últimos tres años, revisaron los miles de dibujitos, letreritos, foticos y cosas que rodaban por Facebook y twitter de temas católicos y las respuestas debajo de cada posteo era infame para la política celestial, se discutió la posibilidad de un tsunami que acabase con la plaga de venezolanos pero San Silvestre abogó por la vida de los animalitos, San Gerónimo trazó un plan de contingencia para la evacuación de la fauna, igualmente San Silvestre se molestó por los arbolitos, ahí José Gragorio lo secundó y se acordó del Avila y las montañas de sus andes natales, ante tal suplica de un santo que al parecer es el más venerado y de paso con don de gentes, Jesús puso a la orden su ejército y le planteó el plan de invasión a la comunidad del santoral local y a su mamá quien también es reverenciada por muchos de estos lados.

Dios padre, recordando lo mal que lo pasó su hijo la última vez que anduvo por la tierra, decide darle una ayudita con sus supermega poderes, arregló todo lo que estaba mal en el país, desapareció la contaminación, las drogas, el alcohol, botó a todos los infieles que no eran católicos le puso un grillete cerebral a todos los venezolanos para que por esa interconexión no les diera por volver a joder, desapareció todas las armas y hasta las blancas, reformó las leyes y solo se permitía el consumo de marihuana en horario extra laboral (en honor a Jesús quien fue el inventor real de la mentada yerba) , limpió calles y avenidas, en fin, Venezuela se transformó en un ala pobre del paraíso, todo en una noche, yo no lo supe pues estaba desmayado e inmune por alguna maligna razón.
Jesús llegó a Venezuela, resolvió el asunto de la presidencia, se trajo como ministro de defensa y gobernabilidad al arcángel Gabriel y para todo lo demás una pléyade de altos oficiales, para educación se trajo del cielo a Aristóteles, finanzas a otro Aristóteles pero Onassis a quien tuvo que pedirlo en préstamo del limbo pues era un real hijo de puta pero muy buen negociante, ese servía para reflotar la industria nacional y abrir nuevos mercados sin matar al país, otros más que ahora no van al caso, el asunto malo es que muy a pesar de la bondad divina, una cláusula que se inventó el dios padre fue la del libre albedrio y ya por el monte andaba satanás jodiendo el parque, las almas estaban inquietas pues les hacía falta de eso que les quitaron en nombre de la paz celestial.

Me siguió contando cosas y los prodigios fueron tantos y tan increíbles que terminaron por aburrirme, acto seguido me acordé de cuando estaba casado y mi esposa se ponía intensa, fijaba la mirada justo entre los ojos de ella y así pensaba que le estaba haciendo caso, cuando la verdad pensaba en la teoría aristotélica del cielo o en las piernas de la secretaria de la oficina del jefe. Así pasaban las horas, como tenía el cerebro en blanco el hombre pensaba que yo tenía pensamientos beatos, que es igual a no pensar mucho.

Se despidió no sin antes decir que esta noche dormiría con Mesalina a quien su pana satanás le prestó un rato como agradecimiento por dejarle pasar unos kilos de cripin por la frontera con Colombia, aunque estabo prohibida la yerba alterada el presidente sentía una debilidad por ella, pero en su caso, el origen divino de su genética lo hacía inmune a sus perversos efectos, pero los humanos no.

El mismo transporte me trajo hasta la escalera de mi casa, donde me esperaba mi gato, y una calle igual pero diferente, sin motos, smog, salsa erótica, vallenatos ni malandros jugando basketbol, todo muy limpio y blanco, eran como las dos de la madrugada y habían niños jugando al escondite en plena calle, todos muy felices, sanos, desaparecieron los gordos y las viejas feas. Muy rara la cosa. A la mañana siguiente no me pude contener y fui al supermercado, todo era barato, había leche en 900 presentaciones, mantequilla, margarina, cervezas a granel, carne, azúcar, café descafeinado por toneladas (guacala), carnes, pollos, corderos gorditos y tiernos, gansos, faisanes. La sección de delicatesen era celestial, a precios de cielo para pobres, hice mercado, casi por gula, como los niños, me cobraron un 95% de descuento por mi carnet de cronista presidencial, sin embargo a los demás se los daban por lástima y los más orgullosos vociferaban que querían pagar todo completo y si no lo querían donaban la diferencia a los pobres, así mismo el centro comercial era otra cosa, de vuelta, mareado por la impresión pare en la bodega de la cuadra, por primera vez olía bien, la señora era amable, me sonrió, coño, me sonrió, parecía un minisúper lo que antaño era un monumento a la miseria y la desidia, caramba, la cosa pintaba bien, aunque no sé por qué sentía un malestar en el pecho, algo no me cuadraba, con todo y que la señora me regaló tres cajas de mis cigarros preferidos, de los que nunca antes había venido la muy malvada.

Bueno, una vez en mi casa mezclé el café descafeinado con unos paquetes de verdad que había en mi despensa por aquello de la escasez y me hice algo parecido al café que siempre me había tomado, encendí un cigarro y me relajé, acto seguido un profesor de mi universidad, muy buen amigo y compañero de tertulias y vodkas, quería hablar conmigo, extrañamente tenía un sombrero de ala ancha, de medio lado y zapatillas para ir volado, además lentes oscuros que me dijo eran para que nadie viera hacia donde iba su mirada. El sombrero ocultaba una gruesa capa de papel aluminio, era según él, la única manera de escapar a la supervisión telepática, me hizo uno en una gorra de béisbol que me puse y nos dispusimos a tomar un poco de vodka barato que tenía por acá, al tercer trago se dio cuenta que era inmune al encanto celestial, se rio , carcajeo y celebró, solo para luego ponerse triste y contar que estaba esperando la muerte pues vivir de manera tan perfecta lo estaba matando en vida, el de la carcajada fui yo, le dije, pana ero ¿tú no eras súper religioso?, a lo que me respondió, que virtud sin fiesta, tragos y amigos no tenía sentido, ahí fue que me di cuenta de lo que fallaba, no tenía panas a la mano, todos andaban en otras cosas, muy sanos, rectos, sabios, aburridos, menos mi pana profesor de historia.

Entre vodka y vodka me comentó de una red secreta de bebedores y conversadores clandestinos, además aceptan fumadores y tomadores de café, que a mí me quedaría perfecta por mi cualidad multi vicios legales, así tomé el camino de la insurgencia anticelestial, me pasé a la clandestinidad, adonde espero pronto traerme a mi gente amada para lograr hacer de Venezuela lo que antaño fue, solo que sin malandros regeton, vallenato y demás cosas odiosas de aquellos tiempos.

  José Briceño 2014

 @jbdiwan