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jueves, junio 30, 2016

Ficción y política en Venezuela

Fabular es un arte, creo que es una manera bastante elegante de mentir, sobre todo cuando quien te lee o escucha sabe de antemano que estas mintiendo, de eso viven los escritores. Sin embargo la regla básica para que cualquier ficción se sostenga es la “verosimilitud” , cualidad que obliga a la fantasía a cumplir ciertas reglas para hacer las acciones solamente una consecuencia lógica del espacio/tiempo ficcional del entorno donde el escritor haya colocado a sus personajes, en toda ficción ha de existir un antecedente previo que otorgue una explicación plausible a los hechos que se cuentan.

Si no hubiese cuevas mágicas que se abren gracias a un conjuro, tampoco pudieren existir genios que salen de botellas para cumplir deseos ni alfombras voladoras con lo que las posteriores ficciones desde las mil y una noches hasta nuestros días serian un total y absoluto bodrio de realidad gris. Si Hércules no hubiese sido hijo de Zeus con una mortal el héroe no podría ser excepcionalmente fuerte y así un muy largo etcétera de cuentos cuya veracidad dista mucho de la realidad pero que sus autores han dotado de razones válidas para explicar sus superpoderes , de eso está llena nuestra historia y me arriesgaría a asegurar que hasta la religión pues las similitudes entre todos los mitos Griegos, Latinos y esa rara mescolanza tipo todo-en-uno de la tradición católica dan fe por si mismos, creencias aparte claro.

A pesar de lo mal que uno hable de los representantes del gobierno, las maldiciones que se ganan cada segundo TODOS los colaboradores de este régimen asqueroso y que solo son equiparables a la cantidad de bolívares que se han robado a punta de su discurso estúpido, sin olvidar la culpa de los también muy idiotas seguidores del mismo (por favor oféndanse, es mi intención). Como fabulador no puedo hacer más que maravillarme con la manera tan simple y fluida con la que ministros y ministras hacen frente a las cámaras del mundo entero. Es pasmosa la facilidad con la que hilan una fantasía paranoica de invasiones, injerencismo, maldiciones gitanas, invasiones intergalácticas, ondas de radio con emisiones negativas (proyecto HAARP), conjuras internacionales y hasta guerras mediáticas de mentira pues el  90% de los medios de comunicación están dominados por ellos, solo para decir que su gestión es maravillosa.

El gran mal de los mentirosos es que no saben cubrir su rastro y en su nerviosismo se olvidan de la “Verosimilitud” que ya expliqué líneas arriba. Ejemplos sobran, como aquel alcalde que hizo un decreto para prohibirle al presidente de Estados Unidos el paso por Mariaria estado Carabobo, por donde a decir verdad ni a mí me gustaría ir mucho menos el señor Obama quien imagino sabe de Venezuela por el ruido de estos años mucho menos ha de saber dónde carrizo queda Mariara y dudo mucho que quiera ir a comer cochino frito al borde de la carretera. La canciller, caramba, LA CANCILLER  en la OEA negando con vehemencia la veracidad del informe de la presidencia de ese ente , creo que a la señora esa nadie le ha dicho de la existencia de redes sociales , de que las noticias no solo salen por la prensa que ellos controlan, ahora los ciudadanos pueden ser reporteros y material para inculparlos de todo hay de sobra como para que esa pobre mujer pase a la historia como la más infame (luego de Chaderton) funcionaria que alguna vez fue representante de algún gobiernucho venezolano.

La ministra de salud negando la ausencia de medicinas cuando todos sufrimos su escasez, el presidente negando la crisis humanitaria, los acólitos menores inventando cuentos para convencer a los imbéciles que se contentan con su bolsita de comida cada 45 dias , los sindicatos vendiéndose por el “negocio” de distribuir las bolsitas y la propaganda oficial contando de un país que solo existe en su imaginación y una revolución que ni a manifiesto se acerca pues, lo único revolucionario que se pudiera hacer en este país es sincerarse, acabar con todo este bodrio espantoso, meter presos y olvidar la llave a tanto mandamás millonario , genocida, truhan, ladrón, narcotraficante , culpable por acción u omisión del descalabro nacional así eso requiera que quien se abrogue esa tarea sepa que mata su futuro político pero que el futuro de nuestros hijos no esté contaminado por esta época de hambre y miseria programada desde Miraflores.

Quizás el único aporte que dejara esa gentuza al futuro nacional será una historia tan espantosa que solo quienes la vivimos la creeremos pues tengo la certeza que la verdad de todo dejará pálida cualquier ficción escrita hasta este momento.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback




domingo, junio 26, 2016

En busca de un mundo perfecto (capítulos 5 y 6)

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Se llama Elena, mide un metro setenta, medidas perfectas y sexo deslumbrante, me volví a casar antes de un año, pero una vez instalados en mi apartamento de Caracas, la mujer no se pudo acostumbrar a la rutina de fines de semana con mis hijos pequeños, una vez la sorprendí intentando castigar a la niña, a los tres días ya estaba en un avión con destino a la casa de sus padres, nunca más la volví a ver, aunque debo admitir que aun sueño con ella, creo que se volvió a casar con un jugador de polo, ojalá sea feliz.
Anduve al garete por un tiempo, salí con varias estudiantes y algunas profesoras, sexo sin compromiso, fines de semana con los hijos, hasta que me tropecé con Inés, mi última esposa, la dejé hace apenas unos meses, cuando constaté el asunto este de la inexistencia de Dios tal y como lo conocemos.
 Lo de Inés no fue amor a primera vista, me fastidiaban un poco algunas de sus manías, como esa de misa dominical, casa familiar con altar en la sala, capilla en el jardín, conversa piadosa y prohibición de alcohol, sin embargo, era para ese momento una hermosa veinteañera, brillante, con notas excelentes en la facultad de educación, donde se había graduado con los máximos honores, inteligente, bella, le caía bien a mis hijos, se querían, aunque el sexo no era muy bueno, me dije que una vez lejos de padres y viejas de la iglesia quizás mejoraría, ya necesitaba sentar cabeza, para lo demás estaban los amigotes de la infancia, quienes aún  frecuentaba, eso cubría sobradamente la cuota de parranda necesaria para el equilibrio mental.
La cosa empezó bien, ella muy enamorada hacia un real esfuerzo, se tragaba a los amigotes, ellos, no se sorprendieron pues parte de la amistad es ver a las novias sin preguntar mucho,  la trataban con la sutileza plena de desinterés, propia de quienes perciben el desastre pero no quieren herir al amigo.
Tuvimos un hijo, ahí comenzamos a distanciarnos, yo le peleaba pues lo pretendía transformar en un beatito y eso mi amigo es síntoma de mariconería en mi pueblo, al final, a mis primeros cuarenta años dormíamos en habitaciones separadas por la excusa de mi ronquido, mi tufo a cigarrillo y mi mal humor, ¡de bolas!, ¿cómo no iba a estar malhumorado con tal arpía  en mi casa?, así vivimos unos años hasta mi crisis existencial, donde oriné la sotana al arzobispo, en misa de ocho, fui preso y ¡por fin!, me abandonó, le di el divorcio, pensión para el niño, me quedé con mi casa, ella se fue con la otra bruja de la suegra y el maricón del suegro, habíase visto tal viejo pendejo carajo, perdón Ramiro, es que me molesto cada vez que me acuerdo de ellos, ha de ser, esta nueva vida que me tiene intolerante.
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Antes de la universidad la verdad me había convertido en una espina en el costado de mis pobres viejos, bebía, fumaba y me perdía entre faldas, no respetaba ni a las primas, como tenía excelentes notas me lo podía permitir, aunque mi mamá lloraba por las noches cuando me sentía llegar borracho a los 16 años, mi viejo aunque asustado estaba orgulloso de que su retoño fuese un calavera con inteligencia, quizás algunas peleas, disparos, puñaladas que jamás me acertaron, un par de fracturas y algunos deslices de faldas, pero nada serio, por cierto, ahora que lo pienso, ¿dices ser del Moján no?, si –dice Ramiro- ¿por?, es que los padres de dos de mis grandes amigos son de allá, uno es médico especialista, el otro artista plástico con varios premios en su haber, ambos se llaman Luis y fueron compañeros de tragos y excesos en mí ya lejana adolescencia.
Ramiro dice que son primos de él, que pequeño es el mundo, que cosa tan graciosa, descubrir un amigo de mis queridos primos orinando la Fontana di Trevi, muy gracioso, hasta increíble, deja que les escriba, seguro se reirán mucho.
Pedí por favor que les dijera a sus primos que nos conocimos, de seguro les parecerá muy graciosa la cosa, Ramiro me mira fijamente  y dice que cuando era niño recuerda que sus primos andaban de farra y que un tipo flaco de cabello largo que se parecía a él, debe haber tenido unos ocho años en esa época, a lo que le respondo que es factible y repetimos a coro mientras bridamos, ¡Que pequeño es el mundo carajo!.
Ramiro cuenta que para él la cosa fue complicada, precisamente por esos primos calaveras, su mamá les tenía mucho miedo, la verdad no eran primos de sangre, pero su padre y el de ellos eran amigotes desde el kínder, que a pesar de las distancias aún se veían para beber hasta olvidar sus nombres, su madre (la de Ramiro), llevaba el matrimonio como si de una penitencia le tocase, su padre al final ya lo sabía pero lo toleraba, al final pasaba más tiempo en la finca entre sus hermanos mayores, peones, vacas, toros, compradores, guerrilla, autodefensas, cervezas, rones y quien sabe que más, así que el viejo le daba dinero a borbotones a mi mamá, ella simplemente vivía para mí, me llevaba a misa, me metió en la pastoral y ya cuando tocaba escoger profesión me dejé convencer y aquí me ves, con treinta años , prontuario de faldas, crisis de fe, en un bar venezolano donde lo único venezolano es el ron y el idioma, hablando con otro de los calaveras odiados por mi vieja.
El seminario fue un tormento, muchos de mis compañeros tenían una tendencia marcadamente homosexual que todos veían e ignoraban, las noches de los primeros meses fueron de golpes para defender mi hombría, creo que le fracturé la cabeza a uno muy insistente, mi madre habló con el obispo que a la sazón era primo tercero de su abuela y resolvió la cosa, al joven lo trasladaron a otro seminario, en cambio a mí me salió reprimenda de avemarías, padrenuestros, sin fines de semana ni vacaciones, haciendo de catequista de la parroquia, allí , en plena sacristía, una señora joven y bella pues la parroquia era al este de la ciudad capital, satisfizo su curiosidad regalandome el mayor de los presentes que un joven podía aspirar, tenía una piel de porcelana solamente profanada por unas pecas que demostraban su afición al mar, unas curvas de infarto producto de horas de gimnasio, cremas y cirugías, me volvió loco, quería colgar la sotana, nunca jamás volver, pero mi vieja tenía aun poder sobre mí, era muy joven y no me permitió dejar los hábitos, so pena de maldecirme,  hizo especial hincapié en no decirle a mi viejo pues sabía que me apoyaría.
Ahora sé que esta imposición del sacerdocio no era más que una manera de castigar a mi padre, pero en fin, una vez que aquella hermosa señora me ayudó a conocer el cielo, aparecieron otras, la noticia se regó como un buen chisme, me comenzaron a llover invitaciones, señoras y señoritas en flor se me ofrecían sin pudor, hasta que la cosa llegó a oídos del padre de la parroquia quien, para defender su feudo, me devolvió al seminario a terminar mis estudios, ya calmado el escándalo, los terminé e hice una maestría en derecho canónico.
Al terminar los estudios hice trabajo social en una escuela que estaba ubicada en una barriada muy pobre al sur del estado, allí la cosa se puso peor, otra joven me sedujo, lo que no sabía es que la tal era novia del peor malhechor de la zona, una noche le llovieron tiros a la iglesia, al amanecer descubrimos que habían fusilado al cristo de la pared, la imagen estaba en el piso con los ojos vendados y casi destruido a disparos que parecían hechos a quemarropa , el padre entendió el mensaje.
El padre hizo algunas llamadas que lograron encontrarme una parroquia en  la selva, muy lejos de los disparos citadinos, el aislamiento me calmó, aunque las hormonas me volvían loco, al final logré contar con la complicidad de unos primos cercanos que tenían una mina, ellos contrataba prostitutas de lujo, gracias a una cuenta bancaria, alimentada por mi padre, que ya estaba en conocimiento de mi debilidad por la carne, pues en un momento de crisis le pedí ayuda, me  permitía hacer frente a esos gastos sin que se resintiera la caja de mi parroquia.
Al año en la selva y habiendo ido de incognito a la mina de mis primos  instintos a buscar lo que no se me había perdido, me harté, sin decirle a mi madre, fui a la finca, hablé con el viejo, quien por cierto descorchó un whisky que tenía guardado para una ocasión especial, mató un toro y montó fiesta, la excusa era la visita de su hijo, el cura, pero ambos sabíamos que la parranda era por comprobar que su benjamín es todo un hombre, a pesar de los deseos maternos, jamás lo había visto tan feliz.
Mi padre invitó a mucha gente, además de todos mis hermanos en pleno, los tíos carnales y por afinidad, los notables del pueblo cercano, hasta  de la capital del estado, llegaron atraídos por el alboroto, las caravanas, los fuegos artificiales a la fiesta patronal del feudo personal de mi familia.
Al terminar todo e irse los invitados, en una encerrona con mis hermanos mayores y mi viejo, donde nos decidiríamos que hacer, al final decidimos mover las influencias para que me licenciasen por un año en el cual debo buscar la manera de que mi vieja no muera de un infarto cuando deje este presidio sin barrotes de la sotana.
Es que a sus años está enferma, seguro le da algo a la pobre, no de la tristeza, si no al constatar que mi viejo tenía razón, este oficio no es para mí; tú, amigo Hugo, has aparecido con la excusa perfecta, te voy a ayudar a lograr demostrar tu tesis, así lo de yo dejar la sotana será un acto natural y no el resultado de un desastre hormonal, por lo menos para mi conciencia de hijo menor.
Mientras conversábamos, se armó un alboroto en el restaurante, un par de venezolanos gritaban algo sobre que yo era su  profesor.  el ruido de los gritos llamó mi atención y  los invité a  la mesa, eran una pareja de caraqueños, de menos de treinta, ex alumnos aventajados de la época en que fui mentor y posterior tutor de posgrado, hubo saludos y abrazos, los recién llegados invitaron una ronda de tequeños de jamón serrano con queso manchego, una exquisitez impensable en Venezuela pero en Europa eran casi normales, a pesar de que los tequeños no son naturales de allá, pero entre la efusión del momento, las presentaciones de rigor, la alegría de oír otro acento familiar en tierra ajena, comentaron  la razón de su presencia, de paso dijeron que la alegría era mucha pues hace unos días, otro compañero, vía email, les dijo que yo estaba recluido en un sanatorio por haber orinado el altar mayor de la catedral, según, en estado de locura temporal producto de una crisis nerviosa causada por mi reciente divorcio.
 Les aclaré que es una verdad a medias, pero fue al contrario, primero cometí la fechoría y luego mi mujer me dejó, lo de la crisis nerviosa fue por otra cosa, les expliqué que andaba enredado pues me había tropezado con la verdad tras la gran mentira occidental de la religión cristiana y sus derivados.
Los recién llegados, se miraron y sonrieron como muestra de incredulidad, al notar el sarcasmo en la mirada de los exalumnos, les solté a quemarropa una reflexión. Jóvenes, piensen por un momento, si la religión fuese un asunto original, tal como nos lo enseñan desde la más tierna infancia, ¿Cuál es la razón para que todas, las pre cristianas y la sarta de seguidores de las cristianas, incluyan en algún punto del ritual el pasaje del sacrificio?
 Aprovechando la ocasión, de nuevo a la carga, ¿Cuál será el motivo para que todas las religiones de los últimos cinco mil años se parezcan tanto?, ahí se las dejo, ahora, cuando tengan alguna respuesta más o menos coherente, me la envían a mi email para no leerla jamás, disculpen mi franqueza queridos amigos, es que la mayoría de los seres humanos se niegan a aceptar que hemos sido timados, no es que no exista un mundo espiritual, es que el asunto de dioses, santos, vírgenes, altares y rituales al final no es más que la constatación de que la humanidad sigue entre dinosaurios y cuevas, la caverna, la de platón, aún pervive en el inconsciente colectivo, mejor brindamos por la vida y nos dejamos de pendejadas que esta Roma eterna, sin malandros ni el caos tropical debe agradecerse a pesar de los italianos con su nula simpatía.

Los otros asistentes al restaurante también alzaron sus copas por el brindis, pues este fue invocado en voz alta, todos allí eran refugiados de la misma guerra que se quedó a miles de kilómetros, entre sol, tierra, playas, ríos, montañas y sabánas, luego del brindis, un silencio pesado cayó sobre el local, hasta la cocina quedó suspendida en su silencio de nostalgia, allí también la violencia y el recuerdo había dejado huella, pasado un minuto o menos, todo volvió a la normalidad.
Para comprar la novela completa en Amazon y si estas en Venezuela tambien la tengo por Maracay Books   


miércoles, junio 22, 2016

Ser gente

Como la mayoría de la gente estoy haciendo planes de emigración y aunque estoy al borde de asegurar para “donde sea” no creo que vaya a ser así, sumando a la incertidumbre que es Venezuela he decidido tirar la toalla y que lo que tenga que ser será, no quiero seguir nadando contracorriente. No sé a quién más le pase pero cada vez que hago un plan que tiene miras de factibilidad, termina por volverse agua y sal, así que desde hace unos días he decidido que el mejor plan es no hacer plan.

Sin embargo voy haciendo todos los trámites para tener los documentos en orden y la escogencia de destino está condicionada a la buena fe de los amigos que a mis nulas posibilidades económicas momentáneas, como todos venderé todo lo vendible y quizás hasta tenga suerte y se vendan muchos libros tanto en amazon como en maracaybooks.com como para pensar en tener fondos para la supervivencia hasta encontrar empleo y volver a ser gente otra vez, si toca pasar hambre un rato tampoco será tan grave pues vivir en Venezuela te da entrenamiento más que suficiente para poder vivir con poco sin que el asunto moleste en demasía ya que mucho no se puede hacer, sobre todo en mi caso en que me niego rotundamente a hacer colas para pasar por la indignidad de estar parado por más de tres horas solo para poder tener cuatro kilos de harinas que me llenan el estómago pero matan mi autoestima.

Como sé que hay muchos en el mismo plan, la única recomendación es que escojan países donde sus títulos tengan valor y puedan ser usados, nadie se hace más joven con el tiempo y si bien mientras , hacer labores de limpieza se vale, con el paso del tiempo el organismo pasará factura dura y estando solos es complicado sobrevivir así, entonces monten bien sus planes que con trabajo duro e inteligencia todo se puede.

Muchos han optado por invertir y buscar crecer en el país, eso lo aplaudo pero en mi caso ya no puedo más y razones muy personales obligan a buscar otros rumbos para lograr las cosas que quiero para mi vejez que a decir verdad no está muy lejos. Mientras espero que la maquinaria  burocrática mueva sus lentos engranajes que sabemos todos pueden ser acelerados con algún dinero (que no tengo) me he dado a la tarea de ayudar a todo aquel que pueda hacerlo, el buen karma debe ser acumulado para llevar a feliz término la aventura que tengo planteada, así mismo quisiera pedir por favor a todos que imiten eso de ayudar al prójimo, la vida me ha demostrado que funciona, ha habido muchas sorpresas en el camino por parte de gente que a fin de cuentas ni conozco pero han extendido su mano amiga sin esperar más que mi sentido agradecimiento, la lista es tan larga que no me atrevo a nombrarlos porque de seguro alguno se me escapará y lo ofenderé. Pero ellos saben quiénes son, están regados por el mundo y desde sus esquinas distantes siempre aportan alguna cosa que mejora mi día, también hay muchos en el país, gente muy valiosa que está pasando lo mismo que yo y que aun así apartan un rato para dedicármelo, igual se les quiere y cuando por fin me vaya me harán una falta increíble , lo único que me consuela es que mi casa siempre estará a disposición de quien quiera irse de aventura pero con cierto plan para prosperar como debe ser.

Tenemos que volver a ser gente, así toque abandonar la tierra que nos vio nacer.
José Ramón Briceño, 2016

@jbdiwancomeback

viernes, junio 17, 2016

Historia del espanto cotidiano



Cuando publique esto habrán pasado tres días desde la última quincena cobrada por los profesores que dependen de las distintas gobernaciones, cuyo ámbito laboral es el de los colegios de secundaria, ya es harto sabido por todos que la crisis abarca todos los estratos del espectro docente, lo que me llama la atención es que al parecer los únicos afectados son los de la educación superior, los docentes de los escalafones de secundaria y de primaria hacen mutis por el foro, sobre todo los dependientes de las gobernaciones.

Para quienes no conocen la organización de los colegios públicos les diré, los hay nacionales que dependen del gobierno nacional y los estadales que dependen de las gobernaciones, alguna vez el “presidente” en alguna de sus múltiples alocuciones anunció aumentos que solo llegaron al sector de los colegios nacionales, a los regionales no les ha llegado nada desde hace tres meses. Lo que cobraron el 15 de este mes los maestros regionales fue apenas cinco mil bolívares (en dólares de los que queda del mercado negro son apenas 5) para que se hagan una idea, con esa cantidad de dinero apenas se puede comprar un kilo de carne de primera, dos kilos de pollo, tres kilos de granos a excepción de las lentejas ya que con cinco mil apenas te alcanzará para 800 gramos, 10 panes, un kilo de jamón, kilo y medio de queso llanero, si nos ponemos exquisitos , dos entradas al cine (sin cotufas, refrescos ni dulces) ,dos kilos de pescado del más barato o una bolsa de comida de esa miserable que ofrece el gobierno, no me mal interpreten, no es que puedes comprar todos los productos en las cantidades que nombro, es solo que te puedes comprar uno solo de los ítems que nombro donde no hay nada de las otras cosas esenciales para vivir.

Es claro que con uno solo de esos ítems no se sobrevive 15 días, la pregunta que me hago es ¿Qué les pasa a los colegas? , ¿no tienen autoestima? , ¿piensan que la miseria es algo normal y feliz? , ¿se sienten tan poca cosa que no se atreven a alzar la voz? , ¿existen gremios?,¿los sindicatos se quedaron sin voluntad?, toca preguntarse algunas cosas al respecto.

Hace muchos años, cuando yo era estudiante, recuerdo que los que podían inscribían a sus hijos en escuelas privadas para evitar la pérdida de clases por las huelgas que en los normales once años entre escuela y liceo fueron innumerables, imagino que ahora que los antaño sindicalistas están del lado de su izquierda pútrida en el poder, sienten que la labor de defender los sueldos de sus agremiados es una cosa impensable pues primero está la revolución, quizás los colegas temerosos de quedarse sin su miseria de hambre no se atreven a quejarse más allá de la conversa de pasillo, la de la vecina, en los autobuses pero jamás en ningún caso con los entes que pudieran tomar las decisiones sobre la posible solución al problema que con cada día es más grande, en mi caso he decido quedar moroso con mi tarjeta de crédito, esa misma que unos (irresponsables) del banco donde tengo mi cuenta nomina me dieron pues ni siquiera pedí, la pagaré si aparece algún trabajo extra de esos que se nos atraviesan a los fotógrafos de vez en cuando ya que la crisis hasta se ha llevado eso de las cuentas normales de cada mes, me sentiré el peor padre del mundo, no solo porque este fin de semana  es el día del padre, es que tampoco podré cumplir con las múltiples obligaciones normales de cualquier padre divorciado responsable y estoy seguro que hay miles o millones de padres en la misma situación aunque eso no disminuye ni un ápice el drama personal.

Mientras me quejaba, una colega me dijo que cambiase mi código de nómina, eso quiere decir que me pasara al sector obrero, no tengo nada contra los obreros pero yo he construido mi carrera para dictar clases no para pasar escoba no hacer cosas no calificadas, fui a la universidad para otra cosa, si me hubiese tocado de obrero (que lo hice bastante en mi juventud) quizás la historia sería diferente, pero no lo es. Esa misma persona que se ganó un par de insultos que no voy a reproducir acá, luego me cuenta muy sonreída que cambió puntos para aprobar a algunos alumnos por perrarina para alimentar sus mascotas, un kilo, un punto, me disculpan pero eso marca la máxima línea de la miseria pues indica que su sueldo tampoco le alcanza para nada pero se escuda en la infantil excusa de la “vocación” y la verdad eso es parte del problema.
Nadie va al mercado y dice “yo soy un docente cuya vocación maneja su vida, soy tan entregado a mi labor como formador de mentes inteligentes que me merezco un mercado completo que incluya todos los productos de la canasta básica y uno que otro antojo, incluyendo comida para las mascotas” , tampoco le puedes decir lo mismo al casero, la gente que vende ropa, a la señora que hace el transporte escolar , a los señores taxistas, al portugués de la esquina, al señor de la licorería, en las clínicas donde ya no aceptan el seguro, en las farmacias, el veterinario (otra vez la mascota) el banco cuando te suspendan la tarjeta de crédito por moroso, al señor o señora de la zapatería, al de la tienda por departamentos donde le compras la ropa a tus hijos o adonde sea, simplemente en todas partes debes pagar con dinero y de eso NO HAY.

Entonces, las quejas no resuelven nada, andar preguntándonos ¿hasta dónde llegaremos? , tampoco, decir ¿y yo que culpa tengo? Menos aún, escudarse en la excusa de que la vocación no te permite sumarte a una huelga es la pendejada más idiota que cualquiera me puede decir. En primer lugar esos muchachos no son hijos tuyos y si lo fueran te harías solidario con quienes se ocupan de ellos todos los días por menos de lo que gana a la semana la señora que vende café en el quiosco de la esquina, en segundo lugar, con vocación nadie vive, tercer lugar, si no te molestas en serio y tomas acciones nada cambiará, por último, si lo que te da miedo es no tener con que vivir debes recordar que con ese sueldo tampoco puedes vivir.

Ni Facebook , ni twitter, Instagram, Pinterest ni ninguna red social vendrá en nuestra ayuda, la OEA, la FAO, la ONU ni la OTAN les interesa en lo más mínimo si vives o mueres, simplemente somos una manga de mortales que no hacemos falta más que a nuestras familias así que ellas nos debemos y si seguimos de borregos pues como ellos moriremos, y según las estadísticas esa lotería tiene más números ganadores cada día, solo que el premio nadie lo quiere.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback


domingo, junio 12, 2016

El mito Bolivariano

Mi hija cursó sus primeros años de escuela en un kínder llamado “María Teresa del Toro”, igual que la única esposa que tuvo Simón Bolívar, creo que el primer encontronazo que tuve con las maestras de la niña fue cuando pregunté por qué razón la escuela se llamaba así si lo único que hizo la señora esa fue morirse recién casada con el hombre que años después sería el más poderoso de esta parte del continente, por supuesto la profesora me volteó los ojos e inventó alguna excusa para dejar la conversa de ese tamaño, aun no sé si se ofendió o simplemente no tenía respuesta para tal pregunta, la cosa no llegó a más gracias a que la madre de mi hija  me dio un codazo que amenazaba con transformarse en un pleito doméstico y cuando uno está recién divorciado, el mínimo desliz termina siendo algo apocalíptico.

Años después ya mi hija está por entrar al bachillerato, tengo la certeza de que será en otro país lejos de mí y por tanto hay una mezcla de rabia y tristeza por esa razón, sobre todo por la ceguera de tanto imbécil que se dice bolivariano sin ni siquiera saber que carajos significa eso, es más, a título personal, no creo que exista tal bodrio ideológico creado por el personaje histórico.

Voy a desgranar algunas ideas salidas de unas cuantas lecturas de algunos ilustres historiadores del siglo pasado y otros actuales que desmitifican un poco, en primer lugar deberíamos situarnos en la época en que todo comenzó, el siglo XIX.  Un tiempo barbárico donde la ley del más fuerte imperaba, el joven Simón así como todos los señoritos de rancio abolengo tenía acceso a una educación que le era negada a las mayorías, entre ellas estaban los estudios de idiomas, historia, literatura y algunos rudimentos administrativos pues se suponía que en algún momento se ocuparía de administrar las grandes fortunas que amasaron sus antepasados. Entre esos estudios estaba de moda para ese tiempo lo que hoy conocemos como el romanticismo francés, que fue uno de los culpables de la llamada revolución francesa. Como todo niño rico Simón se fue a Europa a conocer un poco el mundo, allá conoció a su esposa quien tuvo la mala idea dc morirse al poco tiempo de casados. No sería extraño que siendo huérfano  cayese en una profunda depresión que mitigó yéndose de burdeles a Francia de donde volvió con las ideas calentándole la cabeza, siendo lector del romanticismo no me extrañaría en lo más mínimo que fuese fanático de Lord Byron y lo quisiera emular.

Al llegar a Venezuela se encuentra con todo revuelo, además la excusa perfecta para deshacerse de la desgraciada Guipuzcoana era aprovechar que España ahora estaba bajo la egida napoleónica , declararse independientes sin caer en el pecado de atentar contra la corona española que de hecho ya no gobernaba, cualquier otra apreciación me parece un desperdicio de tiempo, dudo mucho que los grandes hacendados fuesen partidarios de ninguna de las proclamas altisonantes que nos han clavado desde la infancia en las mediocres clases de historia que obliga el ministerio de educación y que desde hace quince años se han vuelto de mediocres a cursis para idiotizar a nuestros hijos en pos de un gobierno que ya se cae a pedazos solo para adornar un invento ideológico que ni ellos saben que es.

En fin, el hombre se lanza a la guerra, la pierden, España vuelve a manos de los Borbones y les son confiscados todos los bienes al señor Bolívar quien de paso está implicado (aunque varios historiadores le dan el beneficio de la duda) en la entrega del general Miranda a Monteverde, lo que le da la posibilidad de escapar hasta la hoy Colombia. Como se ve ya no tiene nada y lo único que sabe hacer a ciencia cierta es la guerra que en toda sur América estaba en gestación a manos de cientos de hombres muy aguerridos y gentes desesperanzadas en desiguales condiciones.

El hombre no fue ningún santo y si lo desnudamos del aura mágica de semidiós que le han endilgado los “historiadores” oficiales podríamos decir que estaba más cerca de ser un asesino en masa, si tomamos en cuenta el decreto de guerra a muerte que causó quien sabe cuántas muertes y del cual ni los enfermos se salvaron de la degollina, tomando en cuenta por supuesto que todos los generales tenían abuelos al otro lado del mar y por tanto mataron a su propia gente aun sin ser culpables, si lo ponemos en términos contemporáneos sería algo así como la llamada “solución final” al problema judío que puso en marcha otro energúmeno muchos años más tarde, de paso en un evento quinteo a la tropa ´por haber desertado, eso quienes decir que fusiló a cinco de cada diez implicados para hacer escarmiento. Si hablamos de la “Campaña admirable” en principio fue una copia de lo que hizo Aníbal al pasar los Alpes con sus tropas, en este caso me parece una acción irrazonablemente cruel hacer que un ejército sin las vituallas ni protección adecuada pasara el frio paramo andino que hace cien años debe haber sido cuando menos seis grados más frio que hoy día pero de eso no se habla, solo le cantan las loas al personaje.

En otro orden de ideas si vemos la vida del señor más de cerca podemos también ver a un fauno siempre en busca de compañía femenina (cosa normal en un hombre soltero o viudo como es el caso) sin importar que la señora fuese casada ni su esposo tan general como él mismo, varias son las historias de esposas de oficiales que terminaron revolcándose en el lecho del militar sin que su esposo pudiere hacer más que lucir los cuernos que de seguro le darían alguna ventaja en las intrigas de aquellos años tal y como hacían los reyes que tanto decía odiar, de hecho la única amante sacralizada es Manuela Zaenz , sin embargo hay estudiosos de la historia que hablan de muchas más, incluso de hijos no reconocidos de manera oficial pero si de manera extraoficial que fue dejando el hombre a lo largo y ancho de sus campañas de guerra, algo normal si la mojigatería oficial no se empeñase en hacer rituales litúrgicos en su memoria.

Por último, aunque tenga mucho de donde seguir este monologo que comparto por este blog, tengo la impresión que veinte años de guerra deben ser una eternidad y el llamado ejército patriota no era un asunto del cual no tener miedo, a Simón Bolívar lo odiaban como a la peste misma pues si bien su nombre ahora está relacionado con gestas heroicas, para los habitantes de los países que sufrieron los rigores de esos veinte años (1810-1830) de hambre, escasez, muerte y desolación solo les recordaban la peor época de la historia hasta ese momento, por cierto muy parecido a este solo que sin guerras declaradas ni proclamas altisonantes , apenas unas escaramuzas de gritos acompañados a veces con piedras contra las balas y los abusos de los malos encarnados bajo la égida de la supuesta ideología bolivariana.

Para cerrar el tema por hoy, puedo decir que la ideología bolivariana es una farsa y aunque el hombre en efecto debió haber sido un político adelantado a su tiempo, tampoco era el dios que todo lo sabe ni mucho menos el protomártir que nos hacen creer , debe haber sido un tipo interesante, valiente y arrojado pero toca tener en cuenta que no había otra opción, en aquellos tiempos no había tribunal de la Haya, tampoco ONU ni OEA que salvase a nadie, mucho menos ONG ni internet para hablar de los desmanes, si fuésemos un poco más inteligentes hurgaríamos en la historia para desmitificar ese panteón que más que bien nos ha hecho daño pues cada vez que algún energúmeno lo toma como bandera quedamos peor que nunca, para pruebas tenemos los tiempos que corren.
José Ramón Briceño, 2016

@jbdiwancomeback

sábado, junio 11, 2016

La libertad



Teóricamente vivimos en libertad, por ejemplo, yo me puedo dar el lujo de maldecir al gobierno y sus acólitos desde las redes sociales, ciertamente aun soy tan desconocido que no muevo masas y por tanto paso a ser uno más de tantos que cada día escupe pestes sin pudor ni recato, buscando el efecto placebo de las redes sociales o el abusar de mi estampa para decirle a los funcionarios públicos mi opinión , afortunadamente no he ido preso ni espero estarlo, nadie me prohíbe ir a ninguna parte, tengo empleo, sigo teniendo amigos (aunque ya son menos por aquello de mi maledicencia) y hasta bebo de vez en cuando, en resumen tengo libertad para hacer lo que me plazca.
 
Ahora , viéndolo en otro sentido la verdad el sueldo no me alcanza ni para comer, los amigos nos vemos cada día menos gracias a dos factores claves para la supervivencia, el hampa y los fondos escasos para dilapidar en licores, las comidas son cada vez más reducidas para poder estirar un poco más la despensa, mis viajes no pasan de lo estrictamente obligatorio en autobús y local pues los fondos tampoco dan para tanto, pensar en ir a visitar a mi familia en el extranjero es un sueño pues entre el pasaje que cuesta poco más de dos años de sueldo y los dólares que van equiparados a la descomunal cifra que se requiere para pasar unos días en algún sofá que la caridad del cariño filial obliga pues de hotel nada, si me enfermo estoy en la disyuntiva de pedir limosna para una clínica ya que los docentes no tenemos seguro decente o ir a la guillotina de los hospitales públicos donde si bien hay médicos y enfermeras bastante eficientes, sin material de trabajo son poco menos que unos magos haciendo malabares , para colmo tampoco pueden garantizar la asepsia necesaria por la escasez de insumos para mantener el área libre de las millones de bacterias que andan agazapadas esperando el mínimo descuido para matar incautos, sin antibióticos para matarlas ya esos sitios se asemejan a los de la guerra de independencia cuando la medicina era más asunto de magia que de ciencia.

Pero digamos que por mis oficios (escribidor y fotógrafo)   tengo un buen mes de cien mil más sueldo básico de maestro, igual no hay escapatoria pues si de enfermedades hablamos no hay medicinas, las clínicas son para tener fortunas de miles de dólares y de los hospitales ya hablamos, hay comida pero solo verduras, vegetales y carnes a precios que desangran el presupuesto más oneroso. Viajes y placeres son reducidos quizás a comerse algún hongo alucinógeno o a comprar películas piratas para verlas en la intimidad del hogar.

Quizás podríamos hablar de placeres simples como caminar bajo las estrellas, eso no es recomendable a menos que eso sea en algún descampado a mil kilómetros de la ciudad y con el añadido que tampoco existan grupos irregulares, en cualquier caso lo más factible es que pierda lo que cargue encima si no es que la vida.

Entonces ante esas evidencias no hay libertad posible, acá la prisión no quiere decir precisamente que te rodeen barrotes, para eso está la calle, la angustia de sobrevivir como náufragos y en el mejor de los casos sufrir de acefalia voluntaria , encontrar un buen padrino para lograr algún cargo que pueda patrocinar la vida , eso sí, sin ocurrírsele a nadie pensar, disentir, asentir o  admitir que la situación es una porquería, simplemente debe aceptar las ordenes, firmar los cheques, los documentos, procurar que ese empleo le permita hacer pingues negocios lo más rápido posible antes que la maquinaria asesina de la política muela sus aspiraciones y vuelva al hueco de donde lo sacó aquel jefe. No sé, en ese caso tampoco es libre pero tiene el estómago lleno, que en todo caso ya es algo prioritario, aunque mi opinión no cuente mucho , para mi ese ser es poco menos que un insecto, no entiendo ese afán egoísta de destrozar para los demás mientras eso le dé de comer.

No hay que entrar en diatribas filosóficas sobre la libertad, simplemente le invito a hacerse esas preguntas, si su trabajo le da para vivir como merece, sus estudios le han abierto una brecha lo suficientemente grande para decir que vive como soñó, usted o sus familiares tienen la atención médica que quiere o requiere, sus hijos van al colegio o universidad que usted soñó para ellos y su futuro inmediato pinta bonito, entonces es verdaderamente libre, de otra usted es otro naufrago más , preso en esta bahía infernal y a la espera del rescate que quizás jamás llegará.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback